Capítulo IX
- Te he dicho que me encanta tu aroma.
- Mm creo que no - hablé divertida - y yo te dije alguna vez que el tuyo me vuelve loca - moví mis pestañas de forma coqueta.
- No tampoco - respondió - te parece una segunda ronda - propuso con un tono de voz sexy.
Se abalanzó hacia mí y empezó a repartir besos por mi cuello haciéndome suspirar.
- Nam estoy cansada y adolorida - le hice saber.
- Porfa será rápido -haciendo puchero, él conocía que esa era mi debilidad.
Como resistirme a ese puchero Diosa Luna este hombre sería mi delirio y perdición.
- Nam sabes que no nos cuidamos ayer - solté preocupada.
- Tranquila no me importaría tener un cachorro contigo - me hizo saber - es más lo amaría como te amo a ti.
- ¿ Pero no crees que es muy temprano ? - sorprendida pregunté.
- Mmm no creo, pero si quieres usamos protección.
Le alcancé un condón y el tomándolo se arrodilló entre mis piernas, lo aprecié sin ningún pudor mientras se colocaba el condón en su miembro ya duro.
Mis labios se secaron al ver como una gota de su esencia se desbordaba por la rojiza cabeza de su pene. Este era largo, ancho y grande, demasiado grande, las venas sobresalían palpitando, estaba todo rojo. Sentí la necesidad de tener su pene en mi boca, de tenerlo hasta el fondo y tomar gota por gota .
Su olor penetraba mi nariz, me moría por la necesidad de tener en mi boca su pene nuevamente, tenía una exquisita V y los cuadros de su abdomen eran impresionantes, lucían suculentos, joder y ni hablar de sus pronunciados brazos. Sinceramente tenía a un modelo de hombre.
Sus ojos toparon con los míos y su mirada lo decía todo, me necesitaba .
Es tan caliente dije para mis adentros.
Sonreí sin poder evitarlo, sentí como mi cuerpo era cubierto por el suyo, me había perdido en mis pensamientos, ni siquiera lo había sentido posarse sobre mí.
- Ohhh Dios - exclame.
Gimió contra mí boca al hundirse por completo en mi interior, jadee de bajo suyo, moví en círculos mi cintura incitándolo a que se moviera, metió su cabeza en mi cuello erizando toda mi piel, por su jadeante respiración.
Empezó a embestirme y puedo jurar que de esto nunca me iba a cansar, era adicta a él. Gemí al sentir como me llenaba, se sentía tan bien, tan bueno. Agarré su nuca separando su cabeza de mi cuello, deslicé mi dedo por su labio inferior sintiendo su jadeante aliento entre estos, mordió despacio mi dedo, tomo mi muslo con fuerza apretándolo , sentí como aumentaba las embestidas, moví mi cabeza hacía atrás y mirando de costado solté un gruñido, rasguñé su espalda sintiendo su aliento en mi pecho.
Mi abdomen se apretó cuando mordió delicado pero duro mi pecho y mis ojos se nublaron entre tanto placer.
- MÍA - susurro sonando posesivo, lo mire contenta ya que siempre seré suya. Me miro sin detenerse inclinándose contra mí y su lengua delineó mis labios entreabiertos - solo mía.
Jadee sorprendida cuando tomándome entre sus brazos se sentó llevándome con él. Estábamos a punto de llegar lo sentía y se hizo evidente cuando solté un gemido ensordecedor que estoy segura de que resonó en todo el castillo. Mi orgasmo chupo su pene cubriéndolo con mis fluidos.
Me embistió como un demente gruñendo. El orgasmo se apoderó de su cuerpo, soltando un último gruñido animal.
Observe su rostro detalladamente, grabándolo así para siempre en mi memoria. Es hermoso, el sueño nos ganó quedándonos dormidos.
Horas después desperté dando un salto en la cama, como pude haber dormido tanto, mire hacía el otro lado y allí se encontraba el hombre que me robaba el aliento.
Me levanté con sumo cuidado de no despertarlo, para dirigirme a la ducha.
▪ Joder que dolor tan grande tengo en mi sexo, no creo poder aguantar otro celo de Nam -le dije a Tiara.
▪ Es un salvaje, pero que placer sentirlo - al decir Tiara semejantes palabras corte inmediatamente la conversación.
Ya bañada y alistada me encamine a la cocina, con el fin de buscar comida para Nam y para mí.
- Ohh Beth, ¿cómo sigues de la rodilla? - le pregunté.
- Bien Jinna gracias por preguntar - río suavemente.
- No hay de que, después de todo eres como mi hermana.
- ¿ Qué tal la noche ?, deduzco que por los gemidos fue fenomenal - interrogó Beth.
- Fue fenomenal, aunque si sus celos son así de fuertes siempre no se si pueda aguantarlos todos - dije riendo.
- Ni lo digas estos hombres son unos salvajes - soltó una carcajada.
Me despedí de Beth ya teniendo en mis manos la comida, al llegar al cuarto Nam seguía plácidamente dormido.
- Vamos - hable en tono alto - arriba dormilón.
- Un ratico más -protesto al igual que un niño pequeño.
- Namjoon si no te levantas en estos momentos jamás en tu vida me tocaras - le amenacé.
- ¿ Cómo?, eso nunca, no ves ya estoy despierto - dijo saltando de la cama y yo sin poder aguantar reí.
- Hoy cenaremos aquí, ven sentémonos - dije tocando la cama.
- Eres hermosa, te amo y eres solo mía- cantando esto último.
- Te amo mi Alpha - deposité un besito en su mejilla.
Nos sentamos en la cama a cenar mientras charlábamos de cualquier tontería que se nos ocurriera.
- Jinna - llamo Nam.
- Si.
- Mañana te presentaré a la manada como su Luna, claro si estás de acuerdo.
- Si a ti te parece bien, por mi perfecto - le dije.
- Pues no se hable más - depositando un tierno beso en mi mejilla.
- ¿ Sabes que preguntaran por la fecha de la boda? - hable un poco nerviosa.
- Si lo sé, ya todo está planeado - tomo aire y continuó - si todo sale bien la semana que viene será la boda - afirmó Nam soltando muy seguro.
Salimos a tomar aire al jardín, este estaba en un silencio muy cómodo.
- Espera - dijo de pronto.
- ¿ Qué sucede ahora ? - quise saber.
- Es que quiero pedírtelo formal.
- ¿ El qué ? - desorientada.
- Solo escucha - dijo haciendo una breve pausa para continuar - Jinna Clark quieres ser mi Luna y esposa para el resto de nuestras vidas.
- Si, claro que si - plantando un beso en sus labios.