! Esta historia contiene temas de drogas, el abuso de ellas, violencia familiar y lenguaje homofóbico.
n/a: ALGUIEN EN EL FANDOM DE 5sos que me explique que verga está pasando y por qué los están cancelando????
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Lo único bueno de los lunes, era que su turno terminaba temprano. Pero ni si quiera eso podía alegrar a Harry o sacarlo de la burbuja de confusión en la que se encontraba. Louis no lo llamó, ni lo mensajeó en todo el fin de semana. Además había visto algunos videos de la fiesta del viernes y Louis aparecía en varios, aunque por el estado que parecía tener, Harry no esperaba que le mandara nada ese día. Sin embargo, el sábado en la tarde esperó algo y cuando el domingo llegó y el ojiazul no daba señales de vida, se sintió molesto. Probablemente el Alfa se había aburrido de él. Y sobretodo estaba molesto con él mismo. Solo habían salido una vez y en su mente ya tenía todo un drama armado.
Luego, la puerta de cristal se abrió e inmediatamente reconoció la esencia de la persona. Sintió a su omega chillar de emoción pero gracias a los supresores, físicamente no demostró nada.
—Hola.
—¿Qué vas a ordenar?—tomó su sharpie y por fin levantó la mirada, esperaba ver una sonrisa o... una expresión totalmente diferente a la que tenía en frente.
Louis tenía los labios secos y ojeras profundas, los ojos ligeramente rojos y un aire de cansancio. Lo vio rehuir su mirada y observar el menú, entrecerró los ojos como si no viera bien y después de unos segundos se rindió.
—Dame algo que no tenga café—se tambaleó un poco y se apoyó en el mostrador.— Mierda.
—¿Te sientes bien?—preguntó tomando un vaso transparente y escribiendo algo en él, luego se lo pasó a otro chico
—Me duele un poco la cabeza.
—¿Duro fin de semana?—alzó una ceja
—No todo—por fin levantó la vista de nuevo y a Harry se le cortó la respiración, aún con ese aspecto tan... destruido. Louis Tomlinson se veía tan guapo que el aire se le atoraba en la garganta.— Salí con un omega precioso y me regaló un peluche. ¿Los otros días? Una mierda, perdí mi celular. Uhm... por eso...
Oh.
¡Oh!
—$3.99, por favor.
El chico le extendió un billete de $5 y se alejó de la caja para que otros pudieran ordenar. Unos minutos después le extendieron su bebida. Esta vez se sentó adentro y esperó a que Harry tuviera su descanso, el compañero del omega no dejaba de verlo y hacerle ojitos que el menor ignoraba, pero a Louis le ponía los nervios de punta.
—Charlie, me toca mi lunch break. Regreso en un rato—el rizado le hizo un signo de paz al beta y sacó una mochila de abajo de la caja.
Luego caminó hasta Louis con expresión seria y se dejó caer a su lado.
—No me vengas con mierda ¿por qué parece que no has dormido en años?—sacó un sándwich y lo mastico sin cuidado
—¿Ahora te preocupas por mí? Aw, sí tienes corazón—hizo un puchero.— Estoy bien, Harry, solo cansado.
—Ugh. Olvídalo—rodó los ojos y continuó comiendo. Sintió la nariz de Louis en su cuello y casi se atraganta con su comida.
—Despiértame cuando tu descanso termine.
Intentó seguir con su lunch, pero la respiración del Alfa contra su cuello, le quitó el apetito. Además, Charlie los veía como si la última luz del mundo se hubiera apagado. Después sintió movimiento en su hombro y vio de reojo como Louis se removía y frotaba su mejilla contra la polo negra de Harry y lo único que pudo pensar fue la forma en que el olor a Alfa iba a estar presente en su uniforme de trabajo.
—Lou.
—Mmm.
—Me estás babeando la ropa.
—Es para que te acuerdes de mí, déjame dormir—arrastró un poco las palabras y se acurrucó más contra el chico.
—Tengo que regresar al trabajo.
—No, joder, sólo dile al perdedor que te cubra.
—Se llama Charlie, no seas grosero. ¿No tienes práctica o algo?
—Prefiero estar contigo.
—Bueno, yo no—se levantó y vio como el chico caía de cara contra el sillón.— Salgo en 2 horas, espérame aquí—el chico ni si quiera contestó, pues ya estaba dormido de nuevo (boca arriba, con una pierna colgando y los brazos sobre su estómago).
—Así que van en serio...—Charlie hizo una mueca, derrotado.
Como si en primer lugar hubiera tenido oportunidad contra Louis.
—Solo hemos salido una vez—dijo al mismo tiempo que se amarraba el delantal.
—Ha estado viniendo desde hace como 2 meses y compra las cosas más estúpidas solo para hablar contigo—comentó casi irritado.
—Solo viene a molestar.
—Llevo tres años aquí, solo lo he visto con una novia y las demás han sido omegas que suspiran y babean por él. No se esfuerza por nada, porque tiene la vida hecha, pero contigo... no lo sé.
El olor a celos se filtró entre las fosas nasales del rizado y retrocedió un poco.
—No creo que...
—Harry, tengo semanas intentando reunir el coraje para invitarte a salir y ese estúpido viene, te dice unas palabras bonitas y te marca con su olor y yo-
—Alto, voy a detenerte. ¿Estás loco? Hasta hoy, lo único que nos hemos dicho ha sido "voy a tomar mi descanso" ¿Y ahora resulta que estás enamorado de mí?—se cruzó de brazos— No me conoces y no te conozco, estoy seguro de que eres... dulce, pero... lo siento, yo no...
—Solo hay que volver a trabajar—el hecho de que ese día fuera algo lento y hubiera menos gente de lo normal hizo todo aún más incómodo.
Harry sonrió de lado cuando su vista se desvió de nuevo hacia el Alfa y escuchó al beta bufar y murmurar algo que no logró entender del todo, sin embargo lo ignoró y continuó con lo suyo.
¡Se ve tan lindo cuando duerme!
Las dos horas más largas de su vida, las paso detrás de un mostrador de Starbucks. Pero cuando al fin el reloj marcó el tiempo de salida, casi brincó de felicidad; se quitó el uniforme en el baño y se puso un suéter blanco. Cuando salió, caminó directamente hacia Louis y le pateó la pierna que había bajado del sillón; el Alfa abrió los ojos de una y se sentó con rapidez.
—¿Qué mierda?
—Nos vamos, anda, mueve el trasero—comenzó a caminar y sonrió cuando sintió a Louis detrás de él arrastrando los pies.
—¿A dónde?—bostezó
—Voy a llevarte a tu departamento, porque ni loco vas a poder entrenar así y no estás en condiciones de manejar, así que dame las llaves de tu auto y la dirección—se giró y casi se va para atrás cuando chocó contra el castaño y sus narices rozaron.— Uhm...—extendió una mano
—Me gusta cuando te pones mandón—puso algo en la palma del rizado y luego sonrió.
—Cállate—se giró a justo a tiempo para que Louis no viera sus mejillas rojas.
—No, en serio, es... ya sabes.
—Cierra la boca, Tomlinson. ¿En donde está tu carro?
Una vez dentro del auto, no le toma más de 5 minutos al Alfa para quedarse dormido en el asiento del copiloto.
Después de un rato, el reflejo de los autos lo comienza a encandilar y Harry entrecierra los ojos intentando bloquear el sol, pero es inútil, la luz es tan brillante que casi todo se ve blanco y apenas puede ver los carros frente a él. Así que abre los compartimientos del auto de Louis intentando encontrar unas gafas de sol para ponerse.
Internamente ruega hallar las aviadoras que se le ven tan bien al Alfa.
Pero en la guantera no hay nada mas que un estuche con los papeles del carro, así que su última esperanza se encuentra en el descansa brazos. Aprovecha el semáforo en rojo y lo abre para encontrar un mayor desastre de los que hay en los otros compartimientos.
Hay una cuchara, una vela, tres encendedores, un polvo verde con un olor sospechoso, un listón blanco, gotas para los ojos y-
—¿Qué haces?—la voz ronca de Louis lo sobresalta y le hace notar que la luz cambió a verde, así que avanza.
—Estoy buscando tus lentes—Louis mete la mano debajo del asiento y saca el par de aviadores Ray-Ban.—Gracias —dice al ponérselos—, tu carro es desagradable. ¿Por qué mierda tienes una cuchara?
—Es para Liam, no le gusta usar cubiertos ajenos así que Zayn y yo llevamos cucharas a todos lados por él—contesta.
—¿Bromeas?—Louis suelta una risa divertida
—No. En serio le dan asco los cubiertos.
—Es raro.
—Liam es un ser... curioso. Su cerebro no trabaja de la misma manera que el nuestro—se queda pensando en algo y sonríe.— Pero es un excelente amigo... Zayn y él son lo mejor que me ha pasado.
La forma en la que habla de sus amigos le derriten el corazón a Harry (aunque nunca lo admitiría).
[...]
—Si ves algo extraño... seguramente es culpa de mi hermana—abrió la puerta y se hizo a un lado para que el menor pasara.— A Lottie le gusta traer...—dudó un momento y Harry lo notó— omegas. Con frecuencia.
—¿Y a ti?—alzó una ceja, divertido y viendo si podía ponerlo igual de nervioso como él mismo se sentía
—¿Que si traigo omegas?—sonrió divertido
—Ajá. ¿O vas a venirme con el cuento de que "nunca he dormido en la misma cama", "no pasan la noche"?
—Yo...
—Estoy jugando, realmente no quiero saber con quién lo haces, los videos del viernes dejaron en claro que-
—¿Videos?—preguntó confundido— No sé de qué me estás hablando.
—Con la pelirroja.
—¿Qué? Joder ¿qué?—Harry sacó su celular y luego le mostró de lo que hablaba
Y ahí estaba Louis, bailando con una chica pelirroja. Luego él haciendo shots de los pechos de ella. El Alfa abrió los ojos como platos y trató de recordar lo que había visto en los dos videos, sin embargo nada venía a su mente.
—Yo no...
—No tienes porqué darme explicaciones. No somos nada—el ojiazul alzó la vista y pudo ver la confusión en sus ojos y un leve pánico en el rostro.
—¿Lo jodí... contigo? ¿Con —señaló el espacio que había entre ellos— esto?
—Ya te dije, no somos nada—se encogió de hombros.— ¿Cómo puedes joder algo que no existe?
—Mierda, Harry, no digas eso.
—¿Qué? Es la verdad. Un par de besos no-
—No lo digas. Para mí si significaron algo y yo sé que aún no somos nada pero lo jodí. Realmente me gustas, creo que no puedo explicar lo mucho que me gustas—se acercó a él y lo tomó de la cintura.— Cuando estuve sobrio me alejé de todos los omegas, porque en mi mente no quería a nadie que no fueras tu. Luego...—tragó saliva— me tomé algo y sinceramente no recuerdo ni si quiera haber hablado con ellas.
—Louis, ya te dije que...
—No, no, déjame terminar. No estoy en la mejor etapa de mi vida—se rió con amargura y el corazón del rizado se estrujó— y siento que todo a mi alrededor... Mierda, Harry, yo sé que tenemos apenas unos meses de conocernos y probablemente voy a sonar demasiado intenso, pero no puedo dejarte ir.
—Entonces no lo hagas—lo abrazó.— Cuando dije que no tenías que explicarme nada, lo dije en serio. No tenías porque ahogarte en un vaso de agua, si vamos a hacer esto, tienes que dejar de ser dramático.
—¿Dejarás de mandarme?
—Nop.
—Entonces el drama se queda.