Emily
Me separé de él sin decir nada. Me examinó por un momento y se fue a recostar en un camastro que estaba a un costado de la piscina, yo me quedé ahí parada mirando hacia el cielo.
Era una noche fresca, el aire frío me pegaba en la cara. En el cielo se podían ver una que otra estrella.
Cuando era pequeña, pensaba que cada estrella pertenecía a las personas que nos habían abandonado en la tierra. Esperaba a que anocheciera en el jardín para poder verlas. Me quedaba horas afuera hablándoles, esperando una señal como respuesta, hasta que mi mamá venía por mi y me llevaba a la cama, y antes de dormir miraba hacia la ventana y les deseaba buenas noches. Tenía la esperanza de que algún día esas estrellas bajarían hasta aquí y se convertirían en los seres que tanto extrañamos. Ahora ya no estoy segura de que sea así, no sé si ella se encuentre allá arriba mirándome, y aunque me cueste aceptarlo, sé que no regresará.
- Tienes razón, no te conozco - una voz interrumpió mis pensamientos
Limpié una pequeña lágrima que se había escapado inconsciente, y me giré para poder verlo.
Estaba acostado con las piernas cruzadas sobre el camastro, mientras sostenía un cigarrillo en sus dedos.
- ¿Y cuál es tu punto? - le contesté a Axel
- Pues que es una linda noche - hizo un ademan hacia el cielo - perfecta para conocernos
Resoplé y tomé asiento a lado suyo.
- ¿Que quieres saber?
Tomó una calada del cigarro.
- ¿En qué trabajan tus padres? - liberó el humo por la boca
- Papá es abogado, y mamá no trabaja, pero es su asistente y siempre lo acompaña en sus viajes.
- Y si ellos ya no están aquí, ¿Porque tú si?
- Yo me quise quedar, y ellos no querían que perdiera el año en la escuela.
- ¿Y no te importó dejar todo atrás, tus amigos?
- No es como que tuviera muchos amigos - empecé a jugar con la coleta de mi mano - al final no importa, todos formamos parte del pasado
Hubo un silencio. No diría que fue incómodo, ni agradable. Creo que solo fue silencio, que se llenaba con el ruido del aire.
- ¿Y tú qué quieres saber de mi? - tomó otra calada y la soltó
- ¿Que te hace pensar que quiero saber algo de ti?
- ¿Porque no querrías?
- ¿Acaso crees que por solo hacerte el héroe conmigo o el malote con tu cigarro me interesas? - rodé los ojos al ver su expresión afirmando mi pregunta - pues no es así
Estoy consciente de que hace un rato mencioné que el tenía un efecto sobre mi, pero eso es completamente involuntario. El hecho de que cause eso en mi, que la verdad no tengo idea de porque, no quiere decir que me importe, ni tenga interés en conocerlo.
- Pues tu te lo pierdes. Además, yo no era el que echaba miraditas - se refiere a cuando llegué
- No es mi culpa que tu fealdad interrumpa mi campo de visión
- Fealdad en tus sueños
- Mis sueños son más bonitos que tu
- Eso es porque yo no he estado en ellos preciosa - me guiñó un ojos
- Ni lo estarás - contesté girando los ojos
- Si sigues volteando así los ojos te quedarán chuecos
- Que te valga un pepinillo - volví a girar los ojos, esta vez a propósito
- Luego no llores si te quedas bizca
- Pues que te valgan dos pepinillos
Me levanté, destrabé la puerta, y salí de ahí dejándolo solo.
Theo de seguro y ya se había rendido, así que subí las escaleras y me dirigí al cuarto para poder dormir.
Abrí la puerta con cuidado, tratando de no hacer ruido, las dos seguían durmiendo tranquilamente. A Alya se le estaba escurriendo la baba, y tuve que mover el brazo de Ninna para poder acostarme.
Volteé a ver al ventanal, y me quedé unos segundos observando las estrellas.
- buenas noches - dije antes de cerrar mis ojos
Y sin más, me dormí.
Axel
2:17 AM
Dalton y Eric duermen plácidamente sobre el sofá, mientras que Theo está tendido en el suelo. En cambio yo, no he podido conciliar el sueño. Las noches de insomnio se han vuelto parte de mi rutina.
Tomo mi abrigo de la silla y me encamino al patio trasero de la casa.
Hace un poco de frio, las sobras de los arboles en movimiento parecieran manos gigantes, y yo tan diminuto ante ellas. Porque así es como me he sentido este ultimo año, tan diminuto, tan insignificante, como si solo fuera una pieza mas en el tablero. Me ahogo en mi propio ser, la culpa me carcome, ya no se como vivir.
Tomo asiento en una de las sillas que se encuentran ahí. Saco su foto, que a pesar del tiempo que ha pasado la sigo cargando en mi bolsillo. Y como de costumbre cada vez que la veo, las lagrimas empiezan a caer.
La extraño demasiado.
Debí haberme ido como estaba planeado, alejarme de ellos. Si no hubiera acudido a su llamado ella seguiría conmigo. Por mi culpa ya no esta, por mi culpa ya no podremos hacer todo lo que prometimos, por mi culpa me he quedado totalmente solo.
No se cuanto tiempo permanecí así, compartiéndole mis penas a las estrellas de aquella noche. Después de un rato volví a guardar la fotografía y regresé adentro.
Estaba por cruzar la sala para dirigirme al cuarto donde se encontraban los demás durmiendo, cuando una sombra en lo alto de las escaleras me hizo detenerme abruptamente. Retrocedí un poco, y supongo que debido a la oscuridad que albergaba en la habitación no notó mi presencia. Descendió por las escaleras, al llegar hasta el final de estas la luz de afuera que se filtraba por la ventana me permitió reconocer a quien pertenecía aquella sombra. Era Emily.
Ya no traía la pijama sino que se había cambiado a la ropa con la que entro en un comienzo a la casa, en sus hombros cargaba una mochila y andaba descalza con los zapatos en una mano. Se dirigió a la puerta principal, y después de abrirla intentando hacer el menor ruido posible, salió de la casa.
Cruzó la puerta y se consumió en la oscuridad de la noche.
Emily
3:28 AM
A esta hora ya no hay ningún vehículo circulando. A pesar que no era ningún tipo de pueblo pero tampoco ninguna ciudad grande, la gente de aquí seguía cierta rutina, cierto horario, como si fuera parte de la película "hombre manos de tijera", justo así.
Estaba cansado, los pies me dolían por caminar toda la noche, pero por fin había llegado a mi destino.
Forcé la cerradura, y al entrar él polvo retenido en la habitación que no se había abierto en un largo tiempo me hizo estornudar varias veces. Todo estaba tan cuál lo recordaba, con la excepción de la mayoría de los muebles estaba cubierto por sábanas.
Me dirigí al cuarto en dónde todo empezó, o más bien terminó.
Las cosas personales ya no estaban, lucía vacío. Me tendí en la cama provocando que una pequeña ola de polvo se alzara. Todo parecía diferente, más opaco, sin energía, y tal vez lo era porque en realidad todo era diferente desde hace tiempo.
Y en esa cama, en esa habitación que era el principal escenario de mis pesadillas, me quedé dormida.
8:43 AM
Un destello de luz.
Los pequeños rayos de sol que se colaban por algunos orificios de la ventana sellada empezaban a molestarme. Lentamente abrí mis ojos, adaptándome a la poca luz del lugar. Agarré mi teléfono que estaba a un lado y lo prendí, tenia 3 llamadas perdida y dos mensajes de Malu.
Tienes que regresar a casa
AHORA
Es lo que decía el mensaje. Si Malu no usaba emojis significaba que era serio.
Recogí mis cosas, repase con los ojos la habitación antes de salir de ahí, y tomé un taxi a casa.
Entré, y el silencio me recibió como de costumbre.
- Malu ya llegué - grité para que me escuchara dónde sea que estuviese
Salió de la cocina con una sonrisa enorme y corrió hacia mi mientras soltaba un chillido de emoción.
- Que bueno que llegaste - me abrazó
- Si, ¿Que es lo que pasa?, ¿Porque tanta ur...
- Hola hija - una voz me interrumpió
Volteé a ver detrás de Malu, y los vi, ahí parados.
- ¿Papá? - alterné la vista entre los dos - ¿Mamá?