! Esta historia contiene temas de drogas, el abuso de ellas, violencia familiar y lenguaje homofóbico.
¡nueva portada!
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Cuando la pequeña pantalla que estaba en la consola se encendió y el nombre de Eleanor apareció brillante, Harry pretendió como que no escuchó el gruñido de Louis. El Alfa estiró su mano y rechazó la llamada picándole a un botón rojo.
—Puedes atenderla si quieres...
—¿A Ele? Nah, me buscará luego si es importante.
—Si eres... ¿soltero... verdad?—hizo una mueca
—No, la verdad es que estoy casado con 20 omegas y tengo 87 hijos regados por ahí. Y si esta cita sale bien me parece que serás madre adoptiva de varios cachorros—sonrió burlón y después de unos segundos añadió:— No tengo omega, si es lo que preguntas, o beta.
La forma en la que respondió le hizo recordar las palabras de su padre el día del restaurante. "Seguro su hijo mayor también tiene un matrimonio arreglado en puerta y en cuanto salga de la Universidad se casará con alguna omega de familia adinerada."
—Llegamos—se estacionó y apagó el auto, luego volteó a ver al rizado con una sonrisa.
—¿Me trajiste a una feria?—Harry preguntó extrañado
—Así es, comeremos algodón de azúcar, manzanas acarameladas, palomitas... ¡Incluso podemos compartir un refresco con dos popotes!—apagó el auto y le echó una mirada a su copiloto
Después de eso, salió del Mercedes con una sonrisa divertida y Louis no supo exactamente cómo tomarse el comentario. Hizo lo mismo que el omega y se posicionó a su lado para comenzar a caminar hasta la entrada.
—Eres un niño, Tomlinson. Parece como si nunca hubieras estado en una feria.—lo único que el castaño escucha es la palabra niño, su mente inmediatamente viaja a su padre llamándolo eso antes de meterle una paliza y se tensa.
—¿Qué dijiste, perdón? Me distraje— dice bajando la voz, tratando de sacudir el sentimiento sombrío que lo acaba de cubrir con una sola maldita palabra.
—Que parece como si nunca hubieras ido a una feria.
—Eso es porque nunca había ido a una.—confiesa.
Y la expresión asombrada de Harry le saca una sonrisa.
–¿Qué?—se paró en seco casi perplejo
—Me la pasé la mayor parte de mi infancia rodeado de niñeras y luego cuando crecí me enfoqué tanto en la escuela que... bueno, no tuve tiempo—se encogió de hombros mientras pagaba por los boletos de entrada
Harry no tuvo tiempo de objetar (¿qué clase de niño nunca se ha subido a un carrousel?), pero se dijo a sí mismo que iba a pagarle después.
—¿Entraste antes a la Universidad?—Louis le dio los papelitos a un sujeto en la entrada y este les puso un sello en el dorso de la mano (tenía forma de manzana). El castaño asintió y volvieron a caminar.
—A los 15. Estudié Negocios—dijo como si nada.— Realmente no quiero trabajar en la empresa familiar, por eso estoy en Arquitectura.
—¿Qué dijeron tus padres al respecto?—estaba siendo chismoso y lo sabía, pero ahora tenía tanta curiosidad sobre la vida del chico frente a él y quería saberlo todo
—Uhm—Harry pretendió que no vio la vista de Louis desviarse por unos segundos, para luego poner una sonrisa divertida.— No les agradó, para nada.
—A mi padre tampoco le gusta la carrera que elegí, pero me importa una mierda—aquel comentario aligeró el ambiente.— Yo creo firmemente que somos dueños de nuestros propios destinos y nuestra dinámica o familia no debería de definirnos. Además nadie puede mandarme.
—¿Nadie?—alzó una ceja
—Nop, es más bien como que... me gusta mandar. Y tener el control.
Harry deseó no haber visto el brillo en los ojos del Alfa. Mierda ¿siempre ha sido así de atractivo?
Sí.
—Iré a-a comprar algodón de azúcar ¿azul o rosa?—preguntó el omega
—Azul.
Se alejó del castaño y se dirigió al puesto de algodón, cuando llegó, respiró profundo y le pidió al señor dos azules. El Beta, le extendió amablemente dos nubes de color cielo.
—$2, por favor.
El rizado le extendió dos billetes y le sonrió antes de darse media vuelta y dirigirse hacia su acompañante. Se dio unos segundos para observar la vestimenta de Louis y en su mente se rió al ver que solo el Alfa podría combinar una camisa de Burberry con vans y jeans de mezclilla (¿y encima una crew neck tinta?), se preguntó a sí mismo ¿a quién mierda se le vería bien eso?
A Louis.
Finalmente llegó frente al chico y le extendió su algodón de azúcar.
—Cuéntame sobre ti. Hasta ahora sólo he hablado de mí—el ojiazul tomó un pedazo del dulce y se lo metió en la boca y a Harry le pareció encantadora la forma en la que el Alfa se limpio los labios con la lengua.
—Mi padre es doctor y tiene su propia clínica. Lo admiro bastante porque él solo logró abrirla y...bueno, cómo mi padre, me gustaría algún día tener mi propio estudio.
—Te llevas bien con él...supongo.
—Sí, a veces no lo soporto y él no me soporta pero la mayor parte del tiempo nos la pasamos bien. Es un excelente papá.
—¿Y tu madre?
—¿Por qué hablas tan... propio? ¿Les dices madre y padre a tus papás? Eres tan anticuado, Lou... is.
—Simplemente fui criado de esa forma, cerise—Harry rodó los ojos disgustado por lo último.
—Ya investigué esa estupidez que me has estado llamando y quiero que dejes de hacerlo. A: es asquerosamente cursi. B: es ridículo y lo odio.
—Siempre tan romántico ¿no?—sonrió— ¿Qué pasa? ¿No te gusta el francés? ¿O es mi francés lo que te molesta?
—¿También sabes francés?—puso una expresión de molestia— ¿Qué mierda no sabes hacer?
—Conquistarte.
Si tan solo supiera lo equivocado que está.
Ay que asco me da, es tan cursi.
¡Es tan lindo! ¿Será así con todas?
Una duda se encendió como bombilla en la cabeza de Harry y el sentimiento de ¿celos? Joder, apenas conocía al chico, no podía sentir celos de algo y alguien que ni si quiera conocía.
—¿Eres así con todas tus citas?—a la mierda todo, su cerebro y su boca dejaron de coordinarse para filtrar lo que salía de sus labios.
Louis frunció el ceño y a Harry le asombró un poco su reacción. Como si al Alfa realmente le tomara por sorpresa aquella pregunta.
—Nunca he tenido una cita. Si salgo con alguien, es para...—se aclaró la garganta y el omega se sonrojó al entender a lo que el otro chico se refería.
—Oh...
—¿Quieres, uhm, ir a los juegos?—aquello les quitó un peso de encima y Harry inmediatamente asintió
[...]
—Tu me trajiste en esta cita ¿por qué rayos tengo que ganar yo el peluche?—el rizado se cruzó de brazos
—Porque soy pésimo en todos los juegos y realmente quiero el dinosaurio—contestó el Alfa de forma obvia, señalando el afelpado verde con azul.
Harry finalmente se quebró y sonrió, rindiéndose ante los ojos de cachorro del castaño (malditos zafiros azules). Le dio la espalda y se acomodó en el banquito, le extendió los tickets a la muchacha que cuidaba el puesto y el juego comenzó. Apretó un botón y el agua comenzó a salir de la pistola de juguete, directo en el centro y haciendo que su caballo avanzara rápidamente hacia la meta.
Los estúpidos gritos animosos de Louis casi lo desconcentran ("¡Imagina al dinosaurio, Harry, ya es nuestro! ¡Sigue!"). La campana que le indicó al omega el fin de la carrera sonó y la chica le extendió el peluche de dinosaurio.
—Toma, lo gané para ti.
—Es la mejor cita que he tenido—el ojiazul dijo intentando contener su emoción.
—Es la única que has tenido.
—Si, bueno, nunca nadie me interesó lo suficiente como para querer tener una—Harry no supo que decir.— ¿Vamos a la rueda de la fortuna?—apuntó hacia la maquina iluminada por luces de colores
—¿Qué estás intentando lograr?—cuestionó con media sonrisa
Louis se rió y negó con la cabeza.
—¿Ver las estrellas?—intentó, inclinando la cabeza y logrando que el omega se sonrojara
Si no te besa, lo besas tú.