Crónicas de Mil Sueños I: El...

By Hellerv7

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Después de sufrir un accidente y ser rescatado, la vida de charlie cambia completamente; sus sueños se convie... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capitulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11

Capítulo 0

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By Hellerv7

El pequeño Charlie se despertó, se sacudió de sus sabanas y se sentó a orilla de la cama, miro hacia su mesa y el reloj marcaba las 5:00 AM. Salió de su cuarto aun mareado por el sueño y se dirigió hacia la cocina.

—Buenos días

—Buenos días hijo —repetía su madre—, tu padre ya ha salido.

—Sí, siempre sale temprano —respondía sin interés —, ¿y llegara de nuevo muy tarde verdad?

—No lo sé hijo, el trabajo mantiene a tu padre siempre ocupa... —Me llevaras a la escuela otra vez verdad —le interrumpió con aires de enfado.

—Puedes irte en autobús si quieres. —Está bien, hoy tenemos la salida de la escuela al rio, recuerdas. Tengo que estar más temprano.

Charlie se retiró de la cocina y dejo que su madre terminara el desayuno, entro a la ducha y pensó en mil cosas. Su padre nunca estaba para él, siempre estaba ocupado, nunca hacían nada juntos y apenas lo veía. Se terminó de bañar, se cambió y preparo todo para la excursión, luego bajo a desayunar.

Mientas terminaban de desayunar hablaba con su madre.

—Charlie, recuerda, no te metas en ningún problema durante la excursión ¿me escuchaste? —Si —respondió el fríamente.

Después de terminar el desayuno partieron a la escuela, durante el camino su mamá trato de poner una conversación pero Charlie solo respondía secamente; aja, si, lo que digas. Su madre se resignó y el viaje trascurrió en silencio.

Al llegar a la escuela le despidió.

—Recuerda pequeño, no te metas en problemas.

—Sí, no lo hare —aun le respondía fríamente a su mamá .

Charlie entro a la escuela y se dirigió al gimnasio donde estaría su clase para prepararse para la salida.

Aunque el comportamiento y la comunicación que tenía con sus padres apenas se sentía, en la escuela era un chico que hablaba mucho, que se divertía y tenía muchos amigos.

—¡Epa Charlie! —grito una voz. —buscando de dónde provenía Charlie respondió.

—Que tal José. —Vamos T-Rex, que te pasa chico —decía José tratando de mofarse —¿estas triste o que tienes?. —No pasa nada, vamos.

José era de los amigos más cercanos de Charlie en la escuela y pasaban jugando juntos en la casa de este o en la suya. También en la tarde salían con otros chicos en bicicleta e iban al lago del señor Huck donde nadaban y jugaba hasta que este venia y los hacia correr con sus perros, salían corriendo por sus ropas, se colocaban lo que podían y tomaban sus bicicletas, y se marchaban entre risas.

—Oye T-Rex —le llamaba otro amigo.

—Junior, que tal —lo saludaba chocando los puños.

—¿Nos meteremos al rio cierto? —No nos dejara la maestra.

—Nos escaparemos —interrumpió José. —Vamos T-Rex, ¿o le al asusta mojarse al dinosaurio?

—No me asusta Junior.

—Entonces lo haremos, será como nadar en el lago del viejo Huck —intervenía nuevamente José.

Charlie no podía quedar como un cobarde ante sus amigos pero no quería meterse en problemas y menos sabiendo que su madre le había advertido. Meterse a un rio, al rio más ancho del estado, esto no le asustaba. Solo quería evitar problemas con sus padres y tener que discutir con ellos. Entonces trataría de evitar desviarse con sus amigos durante el recorrido.

Todo estaba listo. Por orden de lista los chicos fueron subiendo al autobús y los que fueran sentándose juntos serían las parejas para el viaje. Charlie se sentó junto a Junior en la última fila del autobús y al lado de ellos, también en la última fila se sentaron José y otro de sus amigos, David.

El autobús partió del colegio y durante el trascurso del viaje los chicos pasaron hablando de lo que harían dentro del rio cuidándose de no ser escuchados por los otros chicos y la maestra. Era un viaje de más o menos 2 horas. Visitarían el rio más ancho y largo del estado, estando allí observarían y escribirían un informe acerca de lo visto.

—Llegamos muchachos —dijo alguien —, niños presten atención —la maestra hablaba. —Necesitamos que todos se bajen junto a su pareja, no se alejen de él y siempre permanezcan junto a todo el grupo, vayan bajando con cuidado.

Los chicos bajaron, los cuatro. Con su pareja como les habían dicho, se quedaron observando el maravilloso paisaje que se les ofrecía el gran rio, tan ancho que podría caber incluso el barco más grande del mundo allí. Los niños sintieron un pequeño temor, pero unas ganas increíbles de meterse a nadar.

Mientras se preparaban para el recorrido a orillas del rio los chicos charlaban.

—T-Rex, José, David —los nombraba Junior —, ¿lo haremos cierto? —no espero respuestas—. Disminuyamos el paso y quedémonos detrás de todos

—¡Claro! —respondió José.

La caminata empezó y caminaron a orilla del rio por unos minutos, con su maestra de espaldas, hablando sobre el rio.

—Miren —susurro David. —Sí, esas rocas son muy grandes.

—T-Rex, ¿Tienes Miedo? —pregunto Junior. —No, no tengo. —Bien, cuando lleguemos a las rocas, nos quedamos detrás de ellas, esperamos un rato a que el resto del grupo siga avanzando y regresamos, caminamos más allá de donde está estacionado el autobús.

—Bien —respondían los chicos

El grupo seguía caminando mientras la maestra hablaba y daba datos sobre el rio. Llegaron a donde estaban las grandes rocas y ya detrás de todo el grupo se quedaron los cuatro chicos escondidos detrás de las piedras, esperando que nadie se diera cuenta que se habían quedado atrás.

—Joder —se decía T-Rex —, tendré una de esas charlas con mis padres, eso no me gusta.

— ¿Que dices Charlie? —pregunto Junior. —nada. Creo que ya deberíamos marchar. —Si vamos.

Los chicos salieron de las piedras, se alejaron un poco de la orilla y marcharon en sentido contrario al resto del grupo. Caminaron durante casi 15 minutos y llegaron a la orilla del rio nuevamente.

—No tendremos mucho tiempo hasta que se den cuenta y empiecen a buscarnos.

—Hay que meternos rápido —respondió José. —¡Sí que es ancho! —asombrado decía T-Rex —, más grande que el lago del viejo Huck.

—T-Rex, ¿tienes miedo, el dinosaurio tiene miedo?

—Junior, no tengo miedo —respondió enojado. —Por qué no te quitas la ropa o piensas meterte vestido.

—claro que no —respondió.

—Míranos a nosotros, ya estamos desnudos. Vamos, te esperamos dentro.

T-Rex no quería problemas con su madre, pero ya estaba aquí, se había alejado del grupo. La charla con su madre ya estaba asegurada pero no quería que sus amigos le llamasen dinosaurio cobarde. Se empezó a desvestir.

—¡T-Rex! —lo llamaban los chicos dentro del agua.

¡Apresúrate! — Ya, ya voy —decía mientras entraba al agua.

—Esta genial el agua.

Al entrar al agua Charlie sintió una sensación extraña como de inseguridad y miedo, pero siguió adentrándose hacia donde estaban sus amigos.

Junior empezó a fanfarronear —Yo puedo llegar hasta el otro lado nadando

—No te creas Junior —respondo Charlie.

—Si —intervino José. No llegarías ni a la Mitad.

— ¿Quieren probar? —No Junior, es mala idea. — ¿Aun con miedo Charlie?

—Vamos, que no tengo miedo, ya estoy dentro ¿no? —Está bien.

Luego de un rato sobre la superficie del rio, José hablo — ¿Que tan profundo estará esto? —Averigüémoslo —dijo Junior —, a menos que T-Miedo no quiera.

—Deja de molestar Junior —decía mientras se sumergía en el agua. Los demás chicos al ver a Charlie sumergirse le siguieron.

—Vamos a buscar al diño muchachos.

Los chicos empezaron moverse y sumergirse dentro del agua, notaron que el rio era bastante profundo. la superficie estaba tranquila pero poco a poco se dieron cuenta que el agua se hacía turbia y aparecían corrientes de repente que se hacían más y más fuertes. En una de estas, cuando los chicos quisieron salir del rio, la corriente los arrastro hacia el fondo. Junior y David después de patalear durante mucho pudieron salir del agua, pero T-Rex y José al parecer seguían dentro.

— ¿Que fue eso?

—No lo sé Junior ¿Una corriente?

—¿Donde esta José y Charlie? —pregunto mientras observada que ellos no estaban.

—No lo sé —Las manos de David Temblaban.

El agua se hacía clara de nuevo y al parecer todo volvía a la normalidad dentro del rio.

Los chicos sumergían sus cabezas con temor de ser arrastrados de nuevo. A través del agua no observaban nada, solo el fondo del profundo rio. José y T-Rex no estaban por ningún lado. Los chicos siguieron metiendo sus cabezas en el agua para tratar de ver a José y a T-Rex que aún no salían de agua. El fondo del rio se observada claramente, a pesar de la corriente que habían sentido. En el fondo podían observar muchos objetos; Llantas, zapatos, botellas. Se veía todo menos a los chicos.

— ¿Y si la corriente los arrastro fuera del rio?

—sí, salgamos.

Los chicos salieron del rio, tomaron su ropa interior y los pantalones. Empezaron a caminar a orilla de este gritando los nombres de los chicos.

— ¡MIRA! —grito David. — ¿Qué es? —Observaban una silueta tirada a lo lejos en la orilla del rio.

Corrieron hacia ella y mientras se acercaban la silueta iba tomando forma.

— ¡Es José! —Dios santo, es José. ¡Corre! ¡Corre! —¡José! ¡José! —gritaban los chicos mientras movían su cuerpo tirado y desnudo en las pequeñas piedras a orilla del rio. José empezó a moverse y a escupir agua.

—¿Que paso? —decía Confundió. —Vamos José —le gritaba Junior.

—¿Donde esta T-Rex? ¿Qué paso con él? —No lo sé Junior, estoy confundido.

—¡Que paso con Charlie!

—Junior, no recuerdo nada —hablaba José aun escupiendo agua —, estábamos en el rio, nos sumergimos y luego sentí un tirón algo me arrastraba y... nada. Ahora despierto aquí.

—Escucha, escucha David. —Decía Junior alterado —. Quédate con José y no te vayas con los demás aun, espera que a vuelva.

—Está bien.

—Ahh... y si nos están buscando y te encuentran, diles que Charlie y yo los dejamos a ustedes dos aquí y nos fuimos solo a alguna parte.

—Sí. —respondió David. —Quédate atento a cualquier movimiento en el rio.

Junior siguió caminando a orilla del rio atento a cualquier movimiento pero no había señales de T-Rex por ningún lado. En el grupo ya se habían dado cuenta que los cuatro muchachos faltaban. La maestra empezó a hacer preguntas y en una de ellas llamo a Charlie para que respondiera. Este no estaba y tampoco José ni David, ni Junior. Los empezaron a buscar todos.

Junior siguió caminando a orilla del rio durante casi 20 minutos, quería darse por vencido, regresar y contarle a todos lo que había pasado, cuando tras una rápida mirada observo algo tendido en la orilla.

— ¡T-Rex ohh muchacho! ¡T-Rex ohh muchacho! —Sintió alivio y miedo —, vamos jodido, levántate. Despierta, ¿Estas vivo? T-Rex despierta.

El chico desnudo a orilla del rio no se movía, las lagrima salieron de los ojos de Junior, caían y se combinaban con el agua trasparente del rio. Tras muchas sacudidas Charlie se movió

— ¡T-Rex! Vamos, vamos —decía entre risas y lágrimas Junior.

— ¿Qué te pasa Junior? —Confundido y mareado respondía Charlie —, jodida niña.

—Vamos muchacho levántate, mira a donde viniste a llegar. — ¿pero qué dices Junior?

Los dos chicos se pararon y se marcharon a donde estaban David y José que aún estaban allí. Cuando vieron llegar a Junior y a Charlie que venía desnudo se alegraron. Al final solo había sido un gran susto.

—T-Rex —le dijo José, —vamos ¿Que ha pasado?

Entre risas Respondió —No lo sé, cómo estas José?

—Bien, maravillosamente bien —respondió estirando su cuerpo.

—Bien es hora de irnos —dijo Junior —, ahora, nada de esto paso, diremos que nos subimos a las piedras para ver mejor el rio y que cuando nos dimos cuenta el grupo se había ido.

—No nos creerán eso —respondió José.

—Diremos que nos quedamos a nadar y listo.

—Si estoy de acuerdo con Charlie, de todas maneras ya nos metimos en problemas.

Los chicos se fueron a donde estaba aparcado el bus y entre risas y burlas recordaban lo que había pasado. Llegaron con la maestra, esta les dio el sermón y el aviso de que le iban a avisar a sus padres. Debido a que los padres de Charlie no estaban en casa para cuando T-Rex llego de la excursión, el regaño se pospondría para mañana. T-Rex no quería hacer nada más, solo dormir. Se marchó a su habitación, se acostó en su cama cerro los ojos y se durmió.

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