Capítulo 0

745 33 5
                                    

El pequeño Charlie se despertó, se sacudió de sus sabanas y se sentó a orilla de la cama, miro hacia su mesa y el reloj marcaba las 5:00 AM. Salió de su cuarto aun mareado por el sueño y se dirigió hacia la cocina.

—Buenos días

—Buenos días hijo —repetía su madre—, tu padre ya ha salido.

—Sí, siempre sale temprano —respondía sin interés —, ¿y llegara de nuevo muy tarde verdad?

—No lo sé hijo, el trabajo mantiene a tu padre siempre ocupa... —Me llevaras a la escuela otra vez verdad —le interrumpió con aires de enfado.

—Puedes irte en autobús si quieres. —Está bien, hoy tenemos la salida de la escuela al rio, recuerdas. Tengo que estar más temprano.

Charlie se retiró de la cocina y dejo que su madre terminara el desayuno, entro a la ducha y pensó en mil cosas. Su padre nunca estaba para él, siempre estaba ocupado, nunca hacían nada juntos y apenas lo veía. Se terminó de bañar, se cambió y preparo todo para la excursión, luego bajo a desayunar.

Mientas terminaban de desayunar hablaba con su madre.

—Charlie, recuerda, no te metas en ningún problema durante la excursión ¿me escuchaste? —Si —respondió el fríamente.

Después de terminar el desayuno partieron a la escuela, durante el camino su mamá trato de poner una conversación pero Charlie solo respondía secamente; aja, si, lo que digas. Su madre se resignó y el viaje trascurrió en silencio.

Al llegar a la escuela le despidió.

—Recuerda pequeño, no te metas en problemas.

—Sí, no lo hare —aun le respondía fríamente a su mamá .

Charlie entro a la escuela y se dirigió al gimnasio donde estaría su clase para prepararse para la salida.

Aunque el comportamiento y la comunicación que tenía con sus padres apenas se sentía, en la escuela era un chico que hablaba mucho, que se divertía y tenía muchos amigos.

—¡Epa Charlie! —grito una voz. —buscando de dónde provenía Charlie respondió.

—Que tal José. —Vamos T-Rex, que te pasa chico —decía José tratando de mofarse —¿estas triste o que tienes?. —No pasa nada, vamos.

José era de los amigos más cercanos de Charlie en la escuela y pasaban jugando juntos en la casa de este o en la suya. También en la tarde salían con otros chicos en bicicleta e iban al lago del señor Huck donde nadaban y jugaba hasta que este venia y los hacia correr con sus perros, salían corriendo por sus ropas, se colocaban lo que podían y tomaban sus bicicletas, y se marchaban entre risas.

—Oye T-Rex —le llamaba otro amigo.

—Junior, que tal —lo saludaba chocando los puños.

—¿Nos meteremos al rio cierto? —No nos dejara la maestra.

—Nos escaparemos —interrumpió José. —Vamos T-Rex, ¿o le al asusta mojarse al dinosaurio?

—No me asusta Junior.

—Entonces lo haremos, será como nadar en el lago del viejo Huck —intervenía nuevamente José.

Charlie no podía quedar como un cobarde ante sus amigos pero no quería meterse en problemas y menos sabiendo que su madre le había advertido. Meterse a un rio, al rio más ancho del estado, esto no le asustaba. Solo quería evitar problemas con sus padres y tener que discutir con ellos. Entonces trataría de evitar desviarse con sus amigos durante el recorrido.

Crónicas de Mil Sueños I: El Hombre del Sombrero NegroWhere stories live. Discover now