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Imagina a Calum siendo padre y dejándolo a solas con vuestra hija de a penas un mes de vida.
Necesitarías ir al supermercado a por algo de comida, ya que la cocina comenzaría a estar algo vacía y sabrías muy bien que de Calum no te podrías fiar porque acabaría trayendo todo tipo de cosas menos de lo habría en la lista.
Estarías un poco preocupada por dejarlos a los dos solos, pero Calum te aseguraría con un beso en la frente que él y vuestro hermoso bebé estarían perfectamente mientras tu estabas fuera.
Después de unos cuantos empalagosos te amo de tu parte a Calum y vuestra hija, finalmente abandonarías la casa, dejándolos a solas. Calum sonreiría levemente al oír la puerta cerrarse y se dirigiría hacia el salón, donde tomaría asiento en el sofá con vuestra pequeña niña entre sus brazos.
Se recostaría con cuidado, colocando al bebé, quien solo llevaría un pañal y unos pequeños calcetines, sobre su pecho desnudo. Los dos estarían ahí por un rato, Calum haciendo caras tontas para hacer reír a su hija, lo que provocaría que una enorme sonrisa se formara en su rostro, viendo como los ojos de la pequeña se iluminarían ante la figura de su padre.
Ella tendría tus ojos pero eso sería lo único, todo lo demás sería una viva imagen de su padre. Amarías la idea de tener una pequeña replica de Calum corriendo por casa casi tanto como Calum amaría el tener una miniatura de él, incluso ya podría imaginar como cuando fuese mayor le enseñaría a jugar a fútbol y a tocar el bajo.
Después de unas cuantas caras y sonidos más, los ojitos de la pequeña Hood comenzarían a pesar, dejando su cabeza recostada sobre el pecho de su padre, quien la sujetaría con firmeza contra su cuerpo. Cal probablemente cantaría con suavidad alguna de sus canciones, siendo tan tranquilizante que haría que el bebé cayese dormido sin problemas.
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