El despertador de Ruth hizo presencia a las diez de la mañana. Arropándose más con las sabanas, intentó ignorarle hasta que dejó de sonar. Pero tras ello, entró su madre al cuarto. No hay mejor y más efectivo despertador que una madre.
"Ruth, voy a ir con tu padre a comprar unas cosas. ¿Puedes ir a por el pan?"
Ruth la respondió entre gruñidos. Hasta que finalmente, tras unos segundos se levantó. Bostezando como si de una leona se tratara.
Ruth: En fin...
Ruth terminó como siempre de ducharse, y cuando se dirigió a la cocina para desayunar, observó que ya no había nadie en su casa.
Antes de salir de casa, cogió su LongBoard y dinero, y se puso en camino de ir a la panadería.
Ruth: (Poniéndose los cascos) Hace hoy un muy buen día. A lo mejor les pregunto a mis chicas de salir.
El camino de Ruth fue agradable. No había mucha gente, con lo cual podía ir por las aceras sin el peligro de chocarse con alguien. Pero algo la llamó la atención. Cuando se dio cuenta de lo que era, pisó con el pie fuertemente en la acera. Lo que provocó que se cayera de frente contra el suelo, raspándola los brazos.
Ruth: Ay ay ay... (Tocándose las heridas) ¡Au! (Mirando) ¿Qué narices era eso...?
Ruth se levantó limpiándose la ropa. Con unas leves heridas en los brazos, buscaba aquello que causó el incidente. A punto de darse por vencida, buscó bajo un vaso de plástico en el suelo. Se asustó, volviendo a dejar el vaso en su sitio.
Ruth: (Nerviosa) Madre mía...
Volvió a levantar el vaso, y de él, una criatura de colores rojizos y ojos saltones la miraba detenidamente.
Ruth: Eres un... ¿Gecko...? Que haces aquí.
El lagarto giraba la cabeza, como si estuviera reaccionando a sus palabras. Ruth miraba a los lados, buscando otra pista que la diera el paradero de donde provenía esa criatura. Acercó el dedo para comprobar si era agresivo. Pero al contrario, el lagarto acarició el dedo de la chica con su lengua. Ruth lo cogió en sus manos, aun buscando datos o algo que la informaran de su pérdida. Pero fue inútil.
Ruth: Qué hago... Qué hago... (Pensativa)
Ruth miraba los colores rojizos de la criatura, y los ojos color miel que tenía. Se la derretía el corazón cada vez que le miraba. Pero algo cambió su cara. El lagarto tenía una herida en un costado.
Ruth: ¿Me dejas verla?
La chica volteó con cuidado la criatura, e inspeccionó su herida.
Ruth: Hmm... ¿Un pájaro? Es posible...
Ruth pensaba en quedárselo temporalmente hasta que su dueño diera alguna señal de que lo buscaba. Pero antes de ello, tenía que llevarle al veterinario. Se la ocurrió meterle en su bolsillo de la sudadera. Cogiendo su LongBoard, se fue rauda a la panadería para volver lo antes posible a su casa. Sin importarla las heridas que se había hecho.
La chica pudo observar, como en el camino, el pequeño lagarto se asomó por el hueco del bolsillo.
Ruth: ¿A que nunca habías ido tan rápido? (Riéndose)
Cuando llego a casa, se aseguró de que no estuvieran sus padres. Buscó en su habitación una caja de zapatos vacía y puso en un rincón una pequeña toalla.
Ruth: (Metiéndose) ¿A si estas cómodo?
El lagarto miraba a Ruth. Y parecía que la sonreía.
Ruth: Oouh... Me derrites el corazón...
La muchacha llevó a la criatura al veterinario que había a varias calles de su casa. Cuando volvió a casa, escuchó la bienvenida de sus padres. Asustada, decidió ir rápidamente hasta su cuarto. Dejo al pequeño lagarto bajo su cama, justamente cuando abrió su madre la puerta.
"Ni dices hola ni nada. (Suspirando) Gracias por ir a por el pan."
Ruth: Lo siento... es que... ¡Tengo que hacer un trabajo y ya sabes, a mí las ideas se me van volando!
"Está bien. La comida no tardara en estar, así que estate lista."
Ruth suspiró profundamente cuando su madre cerró la puerta. Sacó de nuevo la caja y la dejó en la cama. La criatura seguía mirándola de una forma un tanto divertida, que hacia reír a Ruth.
Ruth: Antes de ir al veterinario, cogí una mandarina. ¿Quieres un trozo?
Ruth partió a la mitad una rodaja y se la dio al reptil. Con su lengua, lamía el líquido que soltaba la fruta.
Ruth: No entiendo como alguien ha podido abandonarte a sí. O a lo mejor te has escapado. Pero... Parecía que te habían hecho la herida hace mucho tiempo. Por suerte no estaba ni infectada ni nada.
Ruth cogió su móvil y preguntó a sus compañeras.
Ruth: Chicas, tengo una sorpresa.
Andrea: Hola Ruth, ¿De qué se trata?
Ruth: Es algo... muy mono. ¿Y Silvia?
Andrea: No sé, estará aun dormida. Es fin de semana. ¿Algo mono? ¿Un dibujo?
Ruth: No no. Es... Bueno, mejor te lo enseño.
Ruth mandó una foto que le había hecho de las muchas a la criatura.
Andrea: Eso es... ¿Un Gecko?
Ruth la mandó una foto de sus heridas.
Ruth: Me he estampado contra el suelo por él.
Andrea: Quien lo diría, jugándote la vida por no hacer daño a los animales. Pero... ¿No es de alguien?
Ruth: Eso pienso yo. Pero no había nada por la calle de Se busca, y tampoco alrededor buscándole. Los pájaros han intentado comérselo, tiene una herida en el costado.
Andrea: Pobre... ¿Esta bien? ¿Y tu madre lo sabe?
Ruth: Si si, esta genial. Si le vieras la cara, parece que está sonriendo todo el día. ¿Mi madre? No... aún no se lo he comentado ni le ha visto.
Andrea: Háblalo con ella, créeme. No le escondas porque será peor.
Ruth: Lo haré...
Andrea: ¿Sabes cómo se llama? ¿O tiene nombre?
Ruth: Pues... La veterinaria me dijo que era macho pero no vi que le conocieran ni nada.
Andrea: Un nombre provisional. ¿Ya sabes uno?
Ruth: Bueno... Como tiene tonos rojos...
Andrea: ¿Si...?
Ruth: Había pensado en llamarle Ares.
Andrea: Pero tu señorito Robot es negro de tonos rojos, y estoy segura de que el es más agresivo de lo que parece tu nuevo compañero.
Ruth: A mí me gusta.
Andrea: Bueno, está bien. Pero tú lo único que quieres es tener el nombre de Ares cerca.
*Sticker de Gato riéndose*
Ruth: ¡Oye! ¡No!
Ruth se reía ante el comentario de Andrea.
Ruth: Voy a ir esta tarde a por cosas para él. ¿Queréis venir?
Andrea: Silvia sigue muerta, pero yo te acompaño. Hoy tengo día libre. ¿Y tú hoy no tienes clase de Música?
Ruth: Levi aun no me ha escrito ningún mensaje.
Silvia: ¿¡TIENES EL NÚMERO DEL LEVO!?
Ruth: Vaya por dios... Sólo es el correo. Me dijo que por si acaso, algún día tenía que informarme de algo.
Andrea: Hola Silvia.
Silvia: Cómo que "Aun está dormida", pedazo de sorras.
Ruth: O jugando al Sacred.
Andrea: Intuición.
Silvia: ¡AHH! ¡QUÉ ES ESO!
Ruth: Es un gecko creo. Si lees más arriba, sabrás su historia.
Silvia: ¿Se llamará Ares? Anda que no te tira a ti el Ares ni nada.
Ruth: Me esperaba una reacción a sí.
*Sticker de cara de asco*
Andrea: Silvia, deje a la woman en paz con su nuevo compañero. ¿Va a venir esta tarde a acompañarla?
Silvia: ¿A por cositas para su lagarto? Si, porqué no.
Ruth: Y así aprovechamos el buen día que hace.
Andrea: Pero díselo a tu madre primero.
Ruth: Si, sí. Lo haré.
Ruth dejó el móvil en su mesa, y llamó a su madre desde la habitación. Cuando entró en esta, Ruth tenía a Ares en la mano. La charla de su madre fue un completo aburrimiento, como siempre le parecía a Ruth. Pero sin esperárselo, su madre acepto adoptarle hasta que su dueño lo reclamara. Además, hacía dos años que habían perdido a su perro, y la compañía de un animal siempre era bienvenida. Por muy pequeño que fuera.
La chica quedó con sus amigas en el parque en el que siempre bajaban para disfrutar de los fines de semana. Como siempre, Andrea estaba la primera allí.
Ruth: (Sonriendo) Ohayo.
Andrea: Hola señorita.
Ruth: (Sentándose) Como siempre...
Andrea: Estará mirando aun pines de sus esposos.
Tras un rato esperando a Silvia, las tres amigas se fueron juntas en dirección a un centro comercial que estaba a unas paradas de autobús. Como siempre, el tema de conversación eran varios juegos, alguna que otra desgracia y opiniones. Para Ruth era bastante agradable poder hablar con libertad de estos temas con sus amigas. Por eso las tenía un gran aprecio.
Dieron una gran vuelta al centro comercial. Miraron tiendas, fueron a comprar una nueva casa para Ares y un poco de comida. Silvia se alteró muchísimo cuando vió que la comida de la mascota eran gusanos. Andrea y Ruth no pararon de reír. Y tras ello, disfrutaron sentadas tomándose un helado.
Ruth: ¿Qué tal vuestras cursos?
Silvia: Yo no lo sé aun. Creo que iré a ajedrez, aunque no sé si de verdad quiero ir a ese club.
Ruth: Eso ya depende de ti.
Andrea: Yo sé que me ira bien en el club de economía.
Ruth: Yo estoy segura de que los partirás a todos. Y te vendrá mucho mejor para aprender más. (Guiñándole el ojo)
Andrea y Silvia se miraron, para después a la vez, clavar la mirada sobre la chica.
Andrea: ¿Y tú que tal en tus clases de música?
Ruth: (Sobresaltando) B-bien. El otro día...
Silvia: ¿El otro día...?
Ruth: El otro día estuve bailando con él. ¡Pero fue él el que lo empezó todo!
Andrea: Vaya, no me lo esperaba. (Sonriendo)
Silvia: ¿Y qué bailasteis?
Ruth: Un tipo de música bastante marchosa, Electro Swing se llama. Combina electrónica con algo de jazz. Están bastante geniales. Supongo que buscó algo que nos gustara a los dos.
Andrea: Por eso llevas puesta mucho esa música tanto.
Ruth: Si pero eso no me prohíbe dejar de escuchar mis geniales canciones.
Andrea: Aun me acuerdo de cuando bailábamos en música.
Ruth: Maravillosas clases. (Sonriéndola)
Silvia: Bueno, ya nos enseñaras algún día. ¿No?
Andrea: Además, tu sabias bailar un poco de Shuffle ¿No?
Silvia: ¿El Levo bailando Shuffle? Me meo. (Riéndose)
Ruth: Seria bastante... extraño. (Riéndose) ¡Por cierto! Andrea, necesito que me pidas algo de Internet.
Andrea: ¿Amazon? Claro.
Silvia: La traficante del grupo.
Ruth y Andrea se reían. Cuando estaban a punto de irse, el móvil de Ruth marcó un mensaje nuevo. La chica suspiró, guardando el móvil.
Ruth: Tengo que irme por otro lado, chicas.
Andrea: Esta bien señorita.
Silvia: ¿Es el novio?
Ruth: (Suspirando) No.
Andrea le dio a Silvia un pequeño codazo, para despedirse después de su amiga. Ruth subió al autobús que más cercano a casa la dejara. Con bastante rapidez, dejó sus compras en su habitación y salió rauda de su casa de nuevo.
Se quitó su sudadera blanca y se la puso en la cintura. Bajaba las calles en su LongBoard que tanto apreciaba. Aún no había aprendido a bailar encima de ese trasto, pero ella quería desde un principio. Aunque tenía que aguantarse, la música no la ayudaba mucho. El buen día, y todo lo que había hecho, tenían su moral por los cielos.
Llegó a la universidad, y bajándose del LongBoard. Colocando su Long en la espalda con la mochila, entró primero a la cafetería a recoger la bandeja de té. Mirando el reloj, fue tranquila hasta la clase de Música. Pidió permiso para abrir y entró, mirando que no había nadie. Dejó las cosas en una mesa, y su largo skate en el suelo, apartado.
Sentada mirando Twitter en su móvil, captó la presencia de una persona cerca de ella, que sostenía una taza. Asustada, sobresaltó en la silla cuando se sentó en otra cercana a ella.
Erwin: Perdón, no quería asustarte.
Ruth: Hola, profesor Smith.
Erwin: Llámame Erwin, no estamos en horario laboral.
Ruth: (Mirándole) ¿Necesita algo?
Erwin: No, ¿Qué tal estas? ¿Más tranquila? (Mirándola) ¿Qué te ha pasado?
Ruth: (Mirándose las vendas) Eh... ¡Me caí esta mañana con mi LongBoard yendo a por el pan! Agradezco mucho su preocupación. De verdad...
Erwin: Fue Levi quien me mandó a entregarte las llaves nada más verlas en la mesa.
Ruth se quedó bloqueada por poco tiempo. Erwin captó su atención, mirándole como caminaba por la sala entera.
Ruth: ¿Qué está haciendo usted un sábado aquí?
Erwin: (Sonriéndola) En ocasiones me gusta venir en días que no hay clase. A varios profesores también, además de que prestamos ayuda a Alumnos que vienen a estudiar a la biblioteca.
Ruth miró pensativa a la ventana, para después captar su atención sobre el profesor.
Erwin: Aun me acuerdo de este mural. (Mirándolo) Es un gran símbolo para esta clase, sobre todo para Levi.
Ruth: Hice un boceto que... pensé que le agradaría. Pero solo lo guardó en el cajón de su mesa.
Erwin ando curioso hasta la mesa de Levi, y rebuscó entre los cajones. Encontrando el dibujo, lo inspeccionó.
Erwin: Es muy bonito. ¿Lo has hecho tú?
Ruth: (Sonrojada) Se me da bastante bien dibujar.
Erwin: No le gusta hablar del mural, desde ese día. Fue algo bastante doloroso para él. (Riéndose) Como si también le pasara algo a sus instrumentos.
Ruth soltó una pequeña carcajada. Inmediatamente se levantó cuando vio entrar a lo lejos a Levi.
Levi: Erwin.
Erwin: Hola Levi.
Levi: (Suspirando) Que la estas contando a mi aprendiz.
Levi caminó hasta su mesa, dejando en un lado una carpeta. Se quedó un leve momento mirando la bandeja con té que había traído Ruth.
Levi: Espero que no te haya sido molestia que hayas venido.
Ruth: (Nerviosa) ¡No! No me importa ayudarle. Al ser un sitio donde vamos a trabajar, será mejor que esté limpio. ¿No?
Levi: Y tú porque estás aquí aun.
Ruth suspiró.
Erwin: (Sentándose) Quería ver cómo iban los cursos, si los alumnos estaban contentos con ello.
Levi: Ya sabes cómo funciona mi curso.
Erwin: Del cual siempre acaban huyendo los alumnos.
Ruth se aguantó con ganas la pequeña risa que estaba a punto de salir de su boca, observando como Levi clavaba una horrible mirada asesina a Erwin.
Levi: Si no vas a ayudar, prefiero que desparezcas de mi clase.
Erwin: No me agrada mucho limpiar. Pero no tengo otra cosa que hacer.
Ruth, que había terminado de ponerse su pañuelo, miró a Erwin.
Ruth: ¿Vas a ayudarnos?
Erwin sonrió a Ruth, quitándose la chaqueta.
Erwin: Estoy seguro que ninguno de los dos llegáis a esas ventanas superiores.
Ruth miró impactada y a la vez nerviosa ante el comentario de Erwin. Esperando que Levi no lo hubiera escuchado. Pero pareció que sinceramente lo ignoraba. A él y al comentario.
A la chica no la molestaba limpiar. Siempre había tenido un gran impulso por limpiar aquel desorden de su habitación y vivir en un sitio ordenado. Era bastante pulcra. Se ponía sus cascos con su música preferida, y tardaba poco tiempo en terminar. Pero esta vez tenía que tener más cuidado, no quería estropear algún instrumento. Y así lo hizo.
Entre camino y camino por traer los utensilios de limpieza, y por barrer cada esquina, no podía evitar dar unos cuantos pasos al ritmo de la música de sus cascos. Realmente, disfrutaba de los sonidos.
Levi en ocasiones observaba curioso los pasos de la música moderna que escuchaba la chica. Pero siempre acababa pillando la mirada de esta, que ocasionaba que dejara de bailar.
Una vez terminado de limpiar la mayoría de la clase, la chica se sentó en una silla a descansar. En verdad la ayuda de Erwin había venido bien, y no solo eso.
En ciertas ocasiones, Erwin acompañaba a Ruth bailando. Cosa que la impresionaba cada vez que se unía a ella. No sabía que aquel profesor imitaba a la perfección los pasos de Levi.
Erwin: Ha sido agradable compartir contigo este tiempo. Y con Levi.
Ruth: Igualmente, Erwin. (Bostezando) ¡Perdón!
Erwin sonrió a la chica. Y ella se la devolvió. El pequeño rato que les quedó libre, estuvieron hablando los tres sentados. Erwin contaba cosas interesantes sobre algunos profesores y Levi solo opinaba sobre sus malas costumbres y todo aquello que le molestaba de ellos. Ruth, solo sonreía y reía ante los comentarios.
Ya al final, con todo recogido, la chica salió acompañando a los dos profesores.
Levi: Gracias por venir, espero que no haya sido una molestia.
Ruth: (Bajando la cabeza) No, de veras. Ha estado genial. Y no me molesta venir a limpiar. Me gusta trabajar en lugares limpios, ya lo dije. (Sonriendo)
La chica entrelazaba sus brazos. Tras ello, se puso un casco y un pie en su LongBoard. Y despidiéndose de los dos hombres, se encaminó hacia su hogar.
Ahora mismo en su mente solo rondaban las ganas que tenia de ver a su nuevo compañero, y de contarles a las chicas su fabulosa y divertida tarde con los dos profesores. En un semáforo, un mensaje hizo mirar su móvil.
Andrea: ¿Tenemos pensado algo para lo del tema de Silvia?
Ruth: Creo que ya tengo algo, aunque debo pensarlo con más claridad.
Ruth sonrió guardando el móvil.
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