La luz del sol de la mañana iluminaba parte de una habitación, entrando por la ventana. Allá en un rincón, envuelta en sábanas se hallaba una figura femenina un tanto pequeña. En la mesilla cercana a su cama, comenzó a sonar un despertador. Tras ello, la figura alzó la mano, cogiendo su móvil. Entre gruñidos y con los ojos medio abiertos, miró la hora del aparato. Para después volver a soltarlo bruscamente y darse la vuelta, acomodándose.
Al poco tiempo, su móvil comenzó a sonar de nuevo. Otra vez el despertador. A regañadientes, lo desactivó. Pero mirando detenidamente su descripción, se percató de que hoy empezaban sus clases en una nueva universidad. La chica, bostezaba abriendo las sábanas. Nada más levantarse, se dirigió al baño. Mirándose al espejo, se frotó los ojos.
Ruth, una chica veintiún años, de baja estatura. Tenia el pelo medianamente corto de un tono marrón claro, con las puntas degradadas a rubio. Su carácter era cambiante, dependiendo del día. Pero lo que más llamaba la atención de ella, eran los dos colores de sus ojos. Un ojo azul, y otro verde. Era aficionada a los videojuegos, y al dibujo. Pero su jobbie favorito no era más que pasarse el día tumbada sin hacer nada.
Tras salir de la ducha, Ruth fue a su habitación. Vestida con una sudadera de color amarillo y unos leggins negros, volvió de nuevo al baño a secarse el pelo. Mirándose al espejo, cogió con una mano un cacho de la sudadera, para mirarlo detenidamente.
Ruth: (Suspirando) Esta fue la sudadera que me regalaron Andrea y Silvia por mi cumpleaños. Desde el día de nuestra graduación en el instituto no nos vemos... Solo espero que las vaya bien allá donde estén.
Con la mochila ya preparada, bajó a por las escaleras hasta la cocina. Saludando a sus padres, se sentó a tomar un café con ellos. Después de un agradable y familiar tiempo, cogió sus cascos y despidiéndose, salió por su puerta.
La nueva Universidad no estaba lejos de su casa, a si que no era necesario un transporte. Tras pararse en un semáforo, algo la llamó la atención. Se quedó bloqueada mirando una figura en un autobús. Abriendo los ojos poco a poco, no terminó de reaccionar hasta que el vehículo se puso de nuevo en marcha. Frotándose los ojos, esperó con ansia a que el semáforo se pusiera de nuevo en verde. Tras ello, comenzó a correr. Sin detenerse por la calle por donde pasó el vehículo.
Exhausta, se impresionó hasta donde había llegado el autobús. La parada estaba a solo pocos metros de la nueva Universidad donde Ruth empezaría su curso. Buscando a esa persona en la parada, se desanimó poco después al no encontrarla. Mirando con ojos tristes al suelo, reanudó su marcha a la puerta de la universidad. Pero una sensación de que la miraban la hizo volver la cabeza, observando a aquella persona. Habia una chica sentada en un banco, que la miraba detenidamente. Sin creerse tampoco lo que estaba viendo.
Ruth: (Alzando la voz) ¡Andrea!
Andrea: (Impactada) ¿¡Ruth!?
Ruth salió corriendo sin detenerse a la dirección de Andrea. Sin importarla absolutamente nada, la abrazó tan fuerte como pudo, cerrando los ojos. Andrea sonriendo, hizo lo mismo.
Ruth: (Con un tono tristón) Sabia que eras tu... Sabia que aquella chica del autobús no podía ser otra que tu.
Andrea: No me lo puedo creer... Llevamos sin vernos desde que nos separamos en el Instituto. ¿Como estas? ¿Que estas haciendo aquí?
Ruth: Bien, la verdad. (Sonriendola) Me he apuntado a esta universidad. ¿Y tu?
Andrea la miraba con felicidad.
Andrea: Yo también.
Ruth: (Bloqueada) U-Un momento... Eso significa que...
Andrea: (Colocándose las gafas) Bueno, aun tenemos que ver las listas de las clases. Pero si, se por que camino vas.
Ruth desprendía una sensación enorme de alegría. Para ella, Andrea era como una hermana mayor con la que podía contar con todo. Siempre que la comía una duda, recurría a Andrea. La admiraba en parte por su gran capacidad para saber de todo. Cosa que Ruth era todo lo contrario. Pero ella sabia que con esfuerzo, podía conseguir llegar a su altura.
Todo fue genial hasta el momento en el que Ruth prestó atención a los demás estudiantes que pasaban por su lado.
Andrea: (Preocupada) ¿Que te ocurre, Ruth?
Ruth: (Sin mirarla) ¿Crees que Silvia también estará por aquí...?
Andrea: Pues... No sabría decirte. Seria muchísima coincidencia que fuéramos las tres al mismo sitio. Pero no lo se. ¿No la has vuelto a ver?
Ruth: No... (Suspirando) Siempre jugábamos juntas a la Play, o veíamos algún anime. Pero un día dejó de hablarme.
Andrea miraba la preocupación de Ruth. Cogiéndola de la mano, la hizo una seña.
Andrea: Alomejor ha tenido que mudarse, o puede que se la haya olvidado. Ya sabes como es Silvia.
Ruth: ¿Que se la haya olvidado contestarme en 4 meses...?
Andrea: Oh... Bueno. (Pensativa) Piensa en que pueden haber pasado muchas cosas.
Ruth suspiró bruscamente, para después prestar atención al sonido de la Universidad. Con una sonrisa, se dispuso a acompañar a Andrea al interior del edificio. Pero algo detuvo de nuevo a la chica. Alguien gritó un nombre que solo una persona lo sabia. Para Ruth, ese sonido hizo eco en su cabeza, como si solo ella pudiera escucharlo. Girándose, entre la multitud de gente se fijó en una persona.
Silvia: (Corriendo hacia ellas) ¡Espositaaaa! ¡Andrea!
La cara de Ruth cambió totalmente, corriendo en la dirección de Silvia sin pararse. Saltando, abrazó a Silvia tan fuerte como hizo con Andrea, riendo de felicidad.
Ruth: ¡Silvia!
Silvia: (Riéndose) ¡Que alegría veros de nuevo! ¿Que hacéis aquí?
Andrea: Hola señorita.
Silvia: Ouh... Señouritaa. (Abrazándola)
Ruth: ¿Que haces tu aquí? Creía que te habías mudado o... Bueno.
Silvia: Antes de todo. Perdón por no contestarte. (Cogiéndola la mano) Se me rompió el móvil... y perdí la mayoría de contactos. ¡Y no solo eso! (Dramática) Las fotos de todos mis señoritos...
Ruth: (Mirándola y riéndose) ¿A si que era eso? Jolines... Siento mucho eso.
Andrea: Bueno, si en tu móvil tenias almacenamiento en nube... Es posible que las puedas recuperar.
Silvia miraba entusiasmada a Andrea. Pero ante todo, no dejaba de sonreír a sus compañeras.
Silvia: A todo esto, ¿Significa que estaremos juntas?
Andrea: Aún hay que ver las listas, chicas.
Silvia: Me muero de ganas por saberlas. (Mirando a Ruth) Bonita sudadera.
Ruth: Del mejor gusto posible. (Guiñandola el ojo) No podíais haberla elegido mejor.
Las tres compañeras caminaban felices por su reciente encuentro. Observaban el alrededor, ese lugar al que irían con tanta frecuencia juntas. La Universidad Rose era un gran lugar lleno de bonitos árboles y jardines. Su nombre se debía en parte a su gran cantidad de árboles de pétalos rosados y sus arbustos con rosas de distintos tonos. Tambien había una gran cantidad de pequeños edificios y una gran biblioteca. Parecía un lugar bastante limpio y agradable.
Ruth apartó la mirada de la bonita vista que tenia delante, para quedarse mirando en un punto fijo. Algo la llamó tanto la atención, que sus pupilas se dilataron un poco. Cerca de una especie de aparcamiento, una persona de baja estatura y con un traje oscuro, caminaba en dirección a una puerta tras bajarse de su vehículo. Andrea y Silvia se colocaron delante de la anonadada muchacha, pasándola la mano. Poco después, Ruth reaccionó.
Ruth: (Reaccionando) ¡Que! ¿Que queréis?
Silvia: ¿Que estabas mirando? (Dándose la vuelta) ¡Ah! ¿Algún bicho?
Andrea: (Haciendo un movimiento con una ceja) ¿Estas bien?
Ruth se frotó los ojos con un tono rosado en las mejillas, para después cruzarse de brazos.
Ruth: Por supuesto. Solo que aun no me creo que estemos las tres.
Andrea y Silvia miraban a Ruth con los ojos entrecerrados, haciendo que su compañera se pusiera nerviosa en cuestión de segundos. Intentando romper las miradas juzgadoras de sus amigas, Ruth comenzó a caminar hacia el edificio grande.
Ya en la entrada, observaron la gran cantidad de estudiantes agrupados en ese lugar. Andrea hizo un paso hasta el tablón donde había muchos folletos colgados con una infinidad de nombres. Nerviosas, Ruth y Silvia esperaban la respuesta de Andrea al mirar las hojas. Tras un poco de tiempo, Andrea se dió la vuelta mirando a sus compañeras.
Ruth: ¿Y bien?
Silvia: (Mirando a su alrededor) Madre mía cuanta gente hay.
Andrea: (Sonriendo) Estamos juntas.
Ruth se puso una mano en el pecho, suspirando. Mientras Silvia seguía mirando a su alrededor.
Andrea: Según he visto, nuestra clase esta en el primer piso. Por el pasillo derecho.
Silvia: No estoy hecha para subir escaleras.
Ruth: Pues yo no veo ningún ascensor.
Ruth miraba con un aire vacilón a Silvia. Andrea dió un pequeño empujón a Silvia hacia las escaleras. Con la mala suerte de que justamente también una persona dispuesta a subir se cruzó con ella y al intentar subir las mismas escaleras, pisó a Silvia. Sobresaltada, esa persona evitó que Silvia se cayera tropezando con el escalón.
...: (Con un tono preocupado) Oe, ¿Estas bien...? Siento haberte pisado.
Silvia miró al hombre que tenia delante. Era alto, con un peinado corto rubio. Una complexión fuerte y unos ojos pequeños color miel. Silvia muy sonrojada, no le dijo ni una sola palabra. Observando más allá del hombre, alcanzo la vista de otra mirada que la observaba. Era otro hombre, pero más alto que el anterior. Diferente a su compañero, con un pelo negro medio corto.
Bertholdt: ¡Vaya! ¿Está bien, Reiner? Parece que la ayudaste a tiempo.
Reiner: ... (Dudoso mirándola) No me has contestado.
Silvia: (Nerviosa) Y-Yo...
Ruth se acercó a Reiner, y posándole la mano en el hombro le sonrió.
Ruth: Gracias por ayudarla. (Riéndose) Perdónala, es un poco tímida.
Reiner: Oh. No pasa nada.
Reiner dejó a Silvia con Ruth, para después echarse la mano a la cabeza.
Bertholdt: Espero que no te haya echo daño. (Sonriendolas)
Silvia: N-No. G-Gracias...
Los chicos se despidieron de las tres amigas, para continuar por las escaleras. Ruth aun miraba a Silvia riéndose a escondidas. Silvia, percatándose de ella, la cogió de la sudadera. Zarandeándola. Andrea suspirando separó a Silvia de ella, aunque también soltó alguna que otra sonrisa.
Silvia: Ni se te ocurra.
Ruth: ¿Ah...? ¿El que...?
Ruth aun miraba a Silvia riéndose. Tras subir las escaleras, las tres compañeras se pusieron en camino al aula. En un intento por tranquilizar a las chicas, Andrea interrumpió.
Andrea: Pues que yo sepa, tu también has visto a alguien Ruth.
Ruth: (Impactada) ¡¿Que?! ¿Que tontería es esa?
Silvia: ¡Es cierto!
La cara de Ruth cambió totalmente tras esa pequeña traición de la mano de Andrea. Al entrar al aula, volvió a cambiar cuando se percató de que las había tocado en la misma clase que los anteriores muchachos. La chica de ojos azules comenzó a reírse sin parar, en cambio, Silvia se quedó inmóvil.
Andrea: (Suspirando) Lo que faltaba...
Ruth: Bien Silvia, elige sitio.
Silvia: Pues... A-...
Ruth: ¡Maravilloso!
Ruth cogió de la mano a Silvia y se dirigió a los asientos delanteros donde estaban sentados Reiner y Bertholdt. Andrea solo siguió a sus locas compañeras.
Ruth: (Sentándose y girándose) Hola de nuevo.
Reiner: Oh, hola. ¿De verdad vamos a la misma clase?
Bertholdt: Eso es genial. (Mirando a Silvia) ¿Que tal te encuentras?
Silvia: (Mirándoles sonrojada) B-Bien. Gracias...
Ruth: Antes no nos hemos presentado. Ella es Andrea, ella Silvia y yo Ruth.
Reiner: Vaya, debes de tener mucha paciencia con ellas. (Riéndose)
Andrea: No lo sabes bien.
Bertholdt: Yo soy Bertholdt, y el es Reiner. Encantado.
Ruth miraba de vez en cuando con el rabillo del ojo como Silvia admiraba a los dos muchachos. El sonido de la puerta, la hizo girarse para ver a los demás alumnos que entraban. Un chico de una altura mediana de pelo castaño corto y ojos verdes, otro chico un poco más bajo de pelo largo rubio y ojos azules y al final, una chica de pelo largo negro y ojos grisáceos.
Los tres compañeros daban la misma sensación de amistad que las tres chicas. Fué entonces cuando por un momento, a Silvia le pareció interesar quienes habían entrado al aula. Los tres amigos se sentaron delante de las chicas, e inmediatamente el chico rubio les saludó.
Armin: ¡Hola! Me llamo Armin, encantado.
Silvia se acercó lo suficientemente a Ruth como para susurrarla.
Silvia: Es súper mono... (Apoyándose en su sudadera)
Ruth en cambio no tubo palabras para contestarla, con lo que rápidamente cambió la vista a sus nuevos compañeros.
Andrea: Hola, yo soy Andrea. Igualmente.
Ruth: Yo soy Ruth. (Apartando a Silvia) Y ella es Silvia.
Silvia: (Mirando a Armin) Eres súper mono.
Andrea: Silvia...
La mirada de Armin cambió rápidamente, sonrojándose. El chico de ojos verdosos, no quitaba ojo de la mirada de Ruth.
Eren: (Curioso) ¿Tienes un ojo de cada color?
Ruth sobresaltó y tapándose con una mano el ojo verde, le evitó la mirada.
Ruth: S-Si.
Mikasa: Eren ten más respeto, la estas haciendo avergonzarse.
Eren: ¡Oe! No lo he dicho con mal propósito Mikasa.
Armin: ¡Es genial! Nunca había visto una persona con dos ojos diferentes.
Andrea: Para nosotras es un pequeño tesoro.
Ruth: (Con la cara roja) ¡Oye, basta ya! (Tapándose la cara)
El grupo de amigos, y las chicas se reían.
Eren: Oh, siento no presentarme. Soy Eren, y ella es Mikasa. No habla mucho con desconocidos pero si te añade a su circulo, siéntete privilegiado.
Ruth: (Sonriendola) Me gusta mucho el pelo largo negro. Queda genial.
Ahora era Mikasa quien tenia un tono rojizo en las mejillas. Tras las presentaciones, comenzaron a llegar más compañeros. Para ser el primer día, las chicas estaban emocionadas por conocerles mejor y contentas con sus nuevos compañeros. A cierta hora, tras un rato entre conversaciones, la puerta volvió a abrirse. Esta vez, pasaron cinco personas. Todos con un aspecto bastante elegante. Pero, de la nada, Ruth se volvió a bloquear en pocos segundos. Al ver la tercera figura que se colocaba delante del aula. El hombre alto con el pelo medio rapado rubio y ojos azules cristalinos comenzó primero.
Erwin: Alumnos y Alumnas. Soy Erwin Smith, vuestro profesor de Historia y Geografía. Y también vuestro Tutor. Bienvenidos a la Universidad Rose.
Hange: (Saludando a todos) ¡Hola a todos! Mi nombre es Hange Zöe, y seré vuestra profesora de Biología, y Física y Química. ¡Encantada! (Sonriendoles)
El tercer profesor, estaba de brazos cruzados mirando detenidamente a cada alumno. Silvia giró la cabeza y observo el brillo en los ojos que tenia Ruth. Sonriendola como ella lo había echo, Ruth se percató de su presencia y cambió automáticamente la cara. Una pequeña cara de asco.
Levi: (Suspirando) Soy Levi. seré vuestro profesor de Filosofía y Psicología.
Silvia avisó a Andrea del panorama, y esta la comunicó entre susurros mirando a Ruth.
Andrea: La hemos perdido totalmente. (Riéndose) La verdad, yo también lo estaría.
El profesor más alto del aula comenzó a olisquear mientras miraba uno por uno con sus ojos turquesas claros.
Mike: Me llamo Mike Zakarius. Y seré vuestro profesor de Educación Física.
Ruth tocó el hombro de Silvia y después el de Andrea.
Ruth: Creo que me estoy empezando a encontrar mal.
Silvia: (Riéndose)
Andrea: No digas tonterías. Con este espectáculo como puedes encontrarte así.
La última profesora, con una agradable sonrisa, habló hacia sus alumnos.
Nanaba: Hola a todos, bienvenidos a la Universidad Rose. Soy Nanaba, y seré vuestra profesora de Economía y Matemáticas.
Ruth: (Impactada) Ahora si que me tiro por la ventana.
Silvia: (Con un tono dramático) Y yo que creía que me había librado de las matemáticas...
Andrea: (Suspirando) Solo sabéis quejaros.
Silvia y Ruth miraron a Andrea de la misma forma sarcástica. Tras la presentación, los alumnos se quedaron únicamente con su tutor. Al ser el primer día, no decidieron empezar con mucho. Con lo cual, las chicas tuvieron un poco más de tiempo para conocer a su grupo.
Ruth: (Apoyada en su mano) El tutor es genial...
Andrea: ¿A que si?
Silvia: No llevo ni un día entero y ya los quiero a todos.
Con el sonido de una agradable música, las tres chicas salieron al exterior del edificio. Allí, Andrea y Silvia volvieron a perder la atención de Ruth.
Silvia: Te ha impactado fuerte eh... (Dándola codazos)
Andrea: Admitamos que nos han tocado unos profesores geniales.
Silvia: Y unos compañeros geniales...
Ruth volvió la mirada cuando vió desaparecer a aquella persona que la llamaba la atención. Sonriendo, miró a sus dos compañeras.
Ruth: A si si se viene motivada a la Universidad.
Silvia: Yo creo que durará poco pero...
Andrea: Eso es, Ruth. (Con un tono alegre)
Las tres amigas caminaron juntas hasta la puerta, donde allí se separarían temporalmente. Ruth se despidió de sus fieles compañeras, y poniéndose los cascos comenzó su camino de vuelta a casa. Miraba al suelo con sus azulados ojos, pero con un tono alegre brillante. Sonreía a medida que daba cada paso.
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SigmauGaia. (Ruth.)