—¿Quiénes son ustedes? —demandó un apuesto hombre de cabellera albina que cubría parte de su rostro con una máscara.
”El Comité de bienvenida " Que recibía a los shinigamis no eran más que tres hombres y una mujer de presencias imponentes, estos miraban a los forasteros con seriedad ya que muy posiblemente estos podrían ser espías de alguna aldea con deseos de someter a la aldea oculta entre la hojas.
—Tranquilos, estamos aquí en son de paz. —informó el capitán de la décimo tercera división para poder evitar una confrontación.
—Entonces díganos quienes son y que hacen aquí. —ordenó autoritaria una mujer de figura esbelta cabello azabache y ojos carmín.
—Nosotros somos shinigamis, y la razón por la que estamos aquí es por que seguimos hasta aquí a alguien que es un peligro para nuestro mundo y el suyo. —aclaró Unahana.
—Dioses de la muerte ¿Dices? —dijo incrédulo un azabache con un cigarro entre sus labios.
—No nos quieran ver la cara. —habló con el ceño fruncido la mujer.
—Si no nos quieren creer es su problema. —respondió el Kurosaki con molestia.
—Si son lo que dicen no les molestara ir ante el Hokage. —habló un hombre de cejas extremadamente pobladas.
—¿Con quién? —pregunto el capitán Kurotsuji.
—El líder de la aldea. —respondió el albino.
—No tenemos problema alguno. —les dijo el capitán general.
—Capitán con todo respeto, pero no podemos ir así nada más, hay capitanes y tenientes muy heridos, por favor permítame primero sanarlos. —pidió la mujer de trenza.
—Si realmente son lo que dicen luego de ir con el Hokage les brindaremos atención médica. —comentó el enmascarado.
—Iremos. —dijo como última palabra el viejo Yamamoto.
Sin más que decir los shinigamis siguieron a los cuatro nativos de aquella aldea, entre ellos se ayudaron para mantenerse de pie, algunos cargaban sobre sus hombros a tenientes, o ayudaban a caminar a algún capitán, por otro lado los otros cuatro se mantenían con la Guardia arriba vigilando que no hicieran nada raro.
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Los cuatro nativos se encargaron de llevar a los shinigamis con el tan mencionado "Hokage", lo cual había resultado más lento de lo pensado, pero considerando las heridas que poseían era comprensible.
El enmascarado se paro frente a la puerta de la oficina de su sensei para tocar en forma de respeto.
—Adelante. —dijo una voz firme pero amable tras el pedazo de madera.
Con la aprobación ya dada el albino abrió la puerta dando paso a los forasteros, al entrar se quedaron algo impresionados de que alguien tan joven fuera el líder del lugar, por su parte el rubio los veía con curiosidad desde su escritorio, más por las heridas de algunos.
—Hokage-sama. —llamó la oji-roja con respeto.
—Kurenai. —sonrió amable —Me podrían explicar a que debo tal visita.
—Pues verá, encontramos a estos sujetos a las afueras de la aldea, ellos nos aseguran que son shinigamis, lo cual me parece imposible. —explicó Asuma.
—¿Shinigamis? —pregunto sorprendido.
—Así es. —habló Kyoraku quien era sostenido por su teniente.
Una idea paso por la cabeza del rubio, tendría sentido que ellos estén ahí, ¿Por qué?, era simple, han estado lidiando con criaturas espantosas que según a algunas leyendas que encontró en su búsqueda de información acerca de esas cosas, son cazadas por almas puras y de gran poder llamadas "Shinigamis", y el que ellos se presentarán en su oficina era excelente, ellos podrían ayudarlos con ese problema.
—Yo creo que eso es ridículo, los shinigamis solo son leyendas. —comentó Kurenai.
Los presentes fruncieron el ceño, que es lo que tienen que hacer para que les crean.
—En realidad no. —respondió el Namikase sorprendiendo a todos —Estas últimas semanas hemos sido atacados por unas bestias horrendas, por la información que reuní se que son los shinigamis quienes se encargan de acabar con esas cosas, por lo que no es nada descabellado el que ellos estén aquí.
Los mencionados quedaron helados al oir aquello, ¿Se refería a los hollow's? La sola idea les parecía imposible, pero si ellos estaban ahí que más podían esperar.
—¿Usted se refiere a los hollow's? —pregunto aún en su asombro la capitana Unahana.
—En efecto. —respondió.
Los cuatro ninjas quedaron sorprendidos, entonces estaban diciendo la verdad.
—Aunque me gustaría decirle que hemos venido para ayudarlos, no estamos aquí por eso. —habló por primera vez en la conversión el capitán general.
—¿Entonces a que debemos su visita? —pregunto confundido el rubio.
—Seguimos a unos enemigos que son una amenaza para todos, hasta hace poco estábamos en una batalla en contra de ellos, pero desgraciadamente ellos huyeron hasta aquí arrastrandonos con ellos. —el rubio fruncio el ceño, eso no era para nada bueno.
—¿Entonces a que han venido a la aldea? —pregunto serio, sorprendiendo a los shinigamis por su repentino cambio.
—En realidad solo podríamos pedir un poco de ayuda... —decía Jushiro antes de ser interrumpido.
—Lo único que les puedo ofrecer es tratamiento médico para sus heridos. —los señalo con la mirada —Al igual que hospedaje mientras sanan, luego de eso les pediré que se vayan, deben de entender que si están aquí a causa de un enemigo no arriesgare a mi gente algún ataque.
—¡¿Qué?! Solo eso, ¡Por favor! —reclamo molesto el Kurosaki —No conocemos los rumbos así que solo queremos que nos ayude en eso, ¡No le pedimos que arriesgue a su aldea!
—No Ichigo. —habló Renji siendo sostenido por Ikkaku —Eso los pondría en un gran peligro.
—En efecto Kurosaki-san. —habló Ukitake —Con lo que nos ofrecen es más que suficiente.
—Kakashi, Guy llevenlos al hospital por favor. —pidió el Hokage.
Estos solo asintieron caminando a la puerta por lo que las Segadores se giraron para poder seguir a los mencionados, sin embargo Rukia que estaba siendo ayudada a caminar por Byakuya se detuvo, pues una idea surco su mente.
—Estamos en Konoha ¿Cierto? —pregunto la oji-violeta.
Los presentes la miraron extrañados, pues se supone que no sabían en donde estaban.
—Así es. —contestó el rubio, la azabache se solto de su hermano y giro para ver al Namikase.
—Entonces usted es el cuarto. —el rubio asintió confundido, pues no entendía a que iba todo eso —En ese caso le debe de sonar el nombre de Sakura Haruno.
Los ninja se tensaron en cuanto oyeron aquel nombre, ese era un tema muy delicado para todos.
—¿Cómo sabes de ella? —pregunto rápidamente el Hatake, la azabache sonrió.
—Ella es un shinigami... Y mi mejor amiga. —contestó.
—¿Donde está ella? —pregunto el rubio.
—Ella... Fue secuestrada por el hombre al que seguimos. —respondió con frustración.
—Kakashi, Guy lleven los al hospital y digan le a Tsunade que se encargue de ellos personalmente. —ordenó para luego mirar a los otros dos —Asuma Kurenai, ustedes lleven a Shisui, Itachi e Izumi al hospital enseguida los alcanzare ahí.
Los shinigamis se vieron extrañados por el actuar de todos.
—Los ayudaremos. —les dijo el oji-azul a los shinigamis sorprendiendo los —Sakura-san sigue siendo una Kunoichi de Konoha por lo que no la abandonaremos, y si para salvar la significa ayudarlos lo haremos con gusto.
—Gracias. —respondió la Kuchiki.
—Aún no agradezca. —les sonrió.
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Se que este capítulo es algo contradictorio con el capítulo de " Shinigamis " Pues se supone que Sakura conoce a Rukia, Ichigo y Renji en el mundo Shinobi, pero tranquilas más adelante lo explicaré.
~ Hades-sama ~