—¡A ustedes no les importa! —nos respondió.
—De hecho, sí. —habló Frank con cierta ironía en su voz—. Por eso estamos aquí, porque... Queremos ver a Bill, duh.
El soldado del famoso equipo Rocket se molestó.
—Si quieren saber dónde está Bill, van a tener que luchar contra nosotros.
Nosotros solo sonreímos y nuestros rivales se pusieron en posición de batalla. Uno de ellos sacó a in Zubat y el otro sacó un Ekans.
—¡Pichu, ve! —mi amiga salió de la Pokéball dispuesta a darles una paliza—. ¡Thundershock hacia Zubat!
—¡Vamos, Charmeleon! —Frank sacó a... ¿Su Charmander evolucionado? Increíble—. Ahora, ¡Flamethrower hacia Ekans!
Ambos Pokémon dieron efectivamente a sus oponentes, debilitando completamente a Zubat, sin embargo Ekans continuaba de pie.
—Ekans, Potion Sting a Pichu!
Se movió muy rápido y no pude darle orden alguna. Sin previo aviso, Charmeleon estaba usando Scratch contra Ekans, recibiendo el impacto de Potion Sting, envenenándolo.
—¡Rápido, Quick Attack! —Pichu logró vencer a Ekans.
Los soldados del equipo Rocket soltaron al anciano.
—No se saldrán con la tuya. ¡No podrán ganarle a nadie más!
Dicho eso se desvanecieron como el viento. Pichu corrió a ver a Charmeleon, quien estaba debilitándose. Ella lo abrazó.
Frank sacó un antídoto y Charmeleon volvió a la normalidad, cargando a Pichu en sus brazos y sonriendo junto a ella. Nos concentramos en el señor que parecía estar shockeado.
—Señor, ¿Qué ha pasado?
El anciano a penas había logrado salir de su shock y fue ayudado por Frank, quien lo afirmó con su brazo.
—Secuestraron a Bill y no ... Solo a él. —alcanzó a decir antes de desmayarse.
Frank lo sostuvo con fuerza.
—Llevaré a este anciano al centro Pokémon e iré a investigar a Saffron City, ¿sí? Quédate aquí. Investiga si algo está pasando en esta ciudad. —asentí y se fue con Charmeleon a su lado. El lagarto tipo fuego saludó a Pichu y ella se escondió detrás mío, saludándolo con una de sus orejas. Sonreí.
Gastly salió de su Pokéball y se puso en una pose de batalla. Se veía serio.
—¿Pasa algo? —les pregunté.
Pichu hizo lo mismo. Se colocaron ambos delante mío y la pequeña ratoncita comenzó a expulsar rayos pequeños de sus orejas, Gastly preparó una Bola sombra. Comenzó a haber una niebla espesa y muy difícil de sacar. Es como si estuviera en otra ciudad.
—Hey, tranquilos. —escuché una voz masculina y una figura comenzó a acercarse—. No les haré daño. —suspiró—. Gengar, por favor saca esta niebla.
Sentí un pequeño viento y la niebla había desaparecido por completo. La figura se hizo más nítida.
El joven era unos varios años mayor que yo. Podría suponer que tiene entre 20 a 25 años. Su ropa mayoritariamente tenía tonos morados, unas partes rojas y otras cuantas partes amarillas. Tenía puesta una banda morada y su cabello era rubio, sus ojos relucían con la luz del sol, eran violetas.
—Soy Morty, líder de gimnasio en Johto. Soy especialista en Pokémon Ghost Type, ¿Me podrías describir lo que sucedió?
Miré a mis Pokémon y les pedí de se calmaran. Asintieron desconfiados y yo miré a Morty.
—Primero quiero saber por qué usted se encuentra aquí.
El joven oji-violeta respiró profundo.
—Me informó Blaine, otro líder de gimnasio que reside en Cinnabar, que el Team Rocket estaba capturando líderes en todas las regiones como rehenes, para quitarles sus Pokémon o hipnotizarlos para gobernar el mundo. Después de dejar de hablar, me enteré de que lo habían secuestrado a él. No solo a Blaine, ya hay muchos líderes, ya sean en Kanto, Johto, Hoenn, Sinnoh, Unova y Kalos. Logré escapar gracias a Gengar, que envenenó a todos los Pokémon enemigos.
En cierto sentido tenía lógica. Probablemente también se habían llevado a Bill.
—Yo luché contra Misty hace muy poco. —de mi bolso saqué mi cartucho de medallas, mostrando mis dos medallas ya ganadas— ¿Eso quiere decir que Misty podría estar...?
Devolví a mis amigos a sus Pokéball y caminamos apurados hasta el gimnasio. Algo extraño estaba sucediendo y no tenía un buen presentimiento.
—¿Cómo llegaste aquí? —para romper el hielo, le pregunté. Se veía un joven interesante.
—Soy un fantasma, es normal que me encuentre vagando por estos lugares.
Reí.
—Hablo en serio.
Él sonrió. Tenía una sonrisa cálida.
—Después de hablar con Blaine vine en barco.
Silencio otra vez.
Llegamos al puente que conectaba la casa de Bill con la ciudad y me estaba comenzando a desesperar. El ambiente no saba signos de que algo fuese a suceder, se encontraba demasiado tranquilo. Los árboles ni se inmutaban, tampoco habían Pokémon a la vista, lo cual era súmamente poco normal. Esa sensación de que algo no andaba bien se volvió a apoderar de mí.
Llegamos al centro de la ciudad y no solo encontramos una paz eterna en el lugar, si no que no había rastro alguno de alguna persona que pasase por ahí. En las casas no se veía gente almorzando, no había ni un alma. Era, literalmente, una ciudad fantasma.
—¿Dónde están todos?
Morty me miró preocupado. Su rostro lo evidenciaba.
—Eso es lo que temo.
Oh no, no hay nadie.
¿Dónde está...?
—Espera... ¿Y Frank? —mi corazón bombardeaba amenazando con salir de su lugar.
—Vamos al Gym y después lo buscamos.
Caminamos unos cuantos pasos y primero divisamos la tienda de bicicletas, al entrar no vimos absolutamente nada, estaba todo vacío. No había nadie.
Continuamos caminando, pasamos al lado de varias casas, tocamos las puertas pero nada.
Finalmente tocamos la puerta del Gym, una voz masculina se escuchó diciendo un débil "puede pasar" y abrimos la puerta con cautela, preocupados.
—Falkner.
¿Quién rayos era Falkner? ¿Un amigo de Morty?
—Están atrapados.
Su voz se notaba apagada. Poseída.
La puerta se cerró de la nada y dimos un respingo.
—Esto no puede ser, amigo. Falkner, tú no eres de ellos, ¿O sí?
No respondió. Lo único que hizo fue chasquear los dedos y un gran Pidgeotto se asomó a atacarnos.
—Ivysaur, ¡atrápalo y evita que se mueva! —saqué a mi amigo lo más rápido posible.
El pequeño salió de su pokéball y gracias a su habilidad, logró enredar a Pidgeotto, impidiendo que avanzara.
—Morty, necesito ayuda.
Suspiró.
Oh no.
—Tenemos un... pequeño problema. Ghost y Flying no se llevan muy bien.
—¡Oh por el amor de Arceus! ¡Pichu usa Shock wave!
Esta vez la criatura amarilla fue la que salió y atacó al gran pájaro, el cual cayó débil y paralizado.
—Potion Powder!
Esta vez quedó envenenado y paralizado, mala combinación.
—Shock wave!
Otro gran trueno invadió el lugar, dañando a Pidgeotto, y a pesar de todo, siguió con algo de dignidad, levantándose débilmente y dejando que el veneno lo consumiera.
—Wing Attack.
Dos grandes remolinos hicieron volar a la pequeña Pichu, estrellándola contra la pared, dejándola aún resistiendo. Sin embargo se levantó de su lugar tosiendo, el golpe le había afectado.
—Oye, chica, ¿Qué es eso?
Al escuchar las palabras de Morty, me di la vuelta vi unos objetos que levitaban hacia mí. Se trataban de Full Restore y Max Potion que aterrizaron levemente en mis manos. Al mirar por donde provenía observé unos ojos a la oscuridad y entonces descubrí una boina negra en una mano, que era lo único que se veía.
¿Acaso era Red? ¿Qué hacía ese ingrato aquí?
Usé la poción y mi pequeña pokémon se levantó como nueva lanzando un trueno aún más poderoso que acabó con Pidgeotto.
—Esto no es todo.
El piso comenzó a abrirse y nosotros estábamos cayendo bajo él. Miré hacia arriba y vi el cuerpo de Red acercándose. Tomé a Pichu en mis brazos y sentí cómo dos brazos me sostenían de la cintura.
Maldito seas Red.
Y los tres caímos dentro.