Vida en Línea (En edición) ©

Por jessicagonzalezbooks

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¿Con quién estoy hablando realmente? Esa pregunta era la misma que se repetía constantemente Lily Albright de... Más

Sinopsis
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capitulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capitulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capitulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo especial: El verdadero
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capitulo XXX
Capítulo XXXI (Primera Parte)
Capitulo XXXI (Parte final)
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capitulo XXXVI
Capitulo XXXVIII
Capitulo XXXIX
Capitulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII (Capítulo Final)
NOTA AL FINAL
Concurso: Primer aniversario de Vida en Línea
Nota: Premio gemas perdidas
Capítulo IV (Versión extendida)
Capítulo especial: Una mente criminal
Capítulo especial: Mi adicción
Agradecimientos
Apartado: #MyWattysChoice
Apartado: Proyecto #SeizeTheLove
Apartado: Si vida en Línea fuera en Venezuela...

Capitulo XXXVII

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Por jessicagonzalezbooks

CAPÍTULO RE-SUBIDO

Lily estaba a punto de desplomarse en el suelo, ¿Qué hacia ese hombre en ese lugar?

—Entonces Lily, ¿no piensas saludarme?

La chica comenzó a temblar, asustada, ya no le quedaba duda: Joshua era la persona que más le aterraba en la vida.

—Deja a Lily en paz —escupió Peter— no vuelvas a ponerle una mano encima, mal nacido —gruñó el adolescente, empujando a Joshua.

—Y si no lo hago, ¿Qué?, ¿me vas a acusar con tu papi? —se burló el mayor.

La paciencia del muchacho abandonó por completo su cuerpo, y, en un visto y no visto, el adolescente estaba golpeando al mayor de forma salvaje.

 —¡Paren!, ¡paren! —gritó Laura— ¡Lily!, ¡Dile a la bestia de tu novio que deje a Joshua en paz!

Lily se le quedo mirando a su progenitora, sorprendida y dolida, Peter estaba defendiéndola, ¿y su madre pensaba que el agredido era Joshua?

—¡Vámonos Peter! —gritó la adolescente—. Por favor, solo vámonos.

Peter se levantó del suelo y se dio vuelta para ver a su novia, tenía la mejilla inflamada, una ceja rota y sangraba un poco por la nariz, pero su contrincante estaba mucho peor.

—Si vuelves a tocar a Lily, te mataré, desgraciado —susurró el muchacho apretando los dientes y pateando a Joshua en el esternón.

Lily no paraba de gritar y llorar pero ella no estaba consciente de que lo hacía, se sentía como si su cuerpo hubiese abandonado a su espíritu y actuaba de forma errática.

—Vamos Lil —dijo el muchacho abrazando a su novia y besándola en la coronilla.

Comenzaron a caminar, alejándose de la escena más dolorosa que la chica había tenido que enfrentar: su madre, agachada, defendiendo a su esposo mientras lanzaba improperios en contra de ella y su novio.

—Mi madre me odia —susurraba la chica, llorando— mi madre me odia.

Ya estaban en un taxi, rumbo al hotel donde se estaban quedando.

—Shh cariño, tranquila —el muchacho besó a la muchacha en la coronilla—. Todo estará bien, todo estará bien.

—No, nada está bien —replicó la castaña—, nada estará bien… nada está bien porque tu ahora no me quieres por haber guardado el secreto de Sonia y Greg.

El chico se había olvidado por completo de todo eso, se había enfrascado por completo en la aparición inoportuna de Joshua que se había olvidado de lo que Sonia y Greg le habían estado ocultando durante toda su vida.

—¡Lo ves! —gritó la adolescente — ¡te quedaste callado porque me odias!

—No te odio, Lily —musitó— pero si estoy dolido, más que contigo, con ellos ¿Por qué no me lo dijeron nunca?

—Peter… ellos quisieron decírtelo, al menos eso me dijo Sonia…

—¡¿Y por qué no lo hicieron entonces?!

—Porque Gillian les pidió que no lo hicieran, era mucho mejor mantenerte atado a una falsa ilusión de tener padres a que vivieras la realidad de ser huérfano ¿lo ves?

—No —sacudió la cabeza—, siempre es mejor la verdad, por dolorosa que sea.

Lily no dijo nada más, solo se dedicó a mirar por la ventana el resto del camino, estaba frustrada, le dolía que su novio fuera un malagradecido, ella sufría horrores porque sabía que no contaba con su madre porque le creía en todo a su esposo y que su padre estaba muerto, y su novio, en cambio, contaba con el amor de dos personas que lo adoraban, ¿no eran sus padres?, ¡qué importa! Lo amaban como si lo fueran, ¿eso era malo?

—Lo siento Lil —dijo Peter mientras acariciaba la mejilla de su novia—, lo siento, sé que me estoy comportando de forma horrible, pero no te quedes callada, te quiero ¿sí?

La muchacha apoyo la cabeza en el hombro de su compañero.

—Saldremos adelante juntos, ¿verdad?

—Si cariño, lo haremos —acordó el adolescente.

***********************

—Esto no puede ser cierto —gruñó el castaño por lo bajo— ¿Qué se suponen que hacen ellos aquí?

Sonia y Greg estaban en el lobby del hotel, esperando a que su hijo y su novia llegaran.

—Se amable, Peter, por favor —rogó la chica.

Peter no dijo nada, solo puso los ojos en blanco y se acercó a los mayores de forma agresiva.

—¿Qué hacen aquí?

—Vinimos a verlos, hijo —respondió el teniente, preocupado ante la actitud de su hijo y las heridas en su rostro producto de la pelea con Joshua.

—No vuelvas a llamarme de esa forma, tío —dijo Peter, haciendo hincapié en la última parte de la oración.

—¿Qué dijiste? —pregunto Sonia, confundida.

—Lo que oíste, tía, ya lo sé todo.

Sonia se le quedo mirando a Lily unos instantes y esta comenzó a llorar de nuevo, no podía creer que Peter de verdad se estaba comportando de esa manera.

—Ella no me lo dijo por si acaso —dijo Peter atrapando la mirada de Sonia— fue Laura, su madre.

Lily intento caminar hacia donde estaba su novio y sus padres pero se tambaleó en sus pies, estaba demasiado débil por no haber ingerido alimentos en todo un día.

—¡Lily! —gritó Sonia, corriendo a su lado para sostenerla y evitar su caída.

—Sonia —balbuceó la adolescente antes de caer desplomada al suelo.

*************

—Bebé, despierta —Dijo Peter besando las mejillas de su novia— despierta, cariño.

Peter, Greg y Sonia tuvieron que llamar a una ambulancia para que internaran a la chica en un hospital, aparte de estar deshidratada, la chica estaba en estado de shock, producto de los acontecimientos que habían sucedido en menos de veinticuatro horas.

—¿Dónde estoy? —la castaña abrió los ojos y miró el ambiente a su alrededor, siendo sorprendida por el desconocido entorno.

—Estás en el hospital, querida —contestó Sonia con delicadeza— te descompensaste en el lobby del hotel.

Lily se limitó a asentir, notando con pesar el semblante circunspecto de Peter.

—¿Podrían hacerme el favor de irse? —preguntó el joven a los mayores— ustedes no tienen nada que hacer aquí.

Sonia y Greg abrieron la boca, tratando de gesticular palabra, pero, al notar el enojo de su hijo, decidieron guardar silencio.

—Peter, mírame — intervino la muchacha— mira, sé que te sientes herido, pero no debes tratar a Sonia y a Greg de ese modo...

—¿Por qué no? —interrumpió el aludido.

—Porque aunque no los quieras ver de ese modo, ellos son tus padres, y te quieren, mírame, yo no tengo nada: mi padre y mis abuelos están muertos y mi madre me odia, no tengo nada, tú en cambio lo tienes todo y, por tu orgullo, no lo quieres ver.

La muchacha rompió a llorar y Peter pudo entender un poco su punto, a pesar del engaño, él podía contar con Sonia y Greg, en cambio ella no tenía a nadie más que a él.

—Tranquilízate cariño —susurró el adolescente, besando con delicadeza sus labios— no estás sola, bebé, me tienes a mí, nos tienes a nosotros —afirmó, tomando de la mano a Greg y a Sonia.

Lily se hizo un ovillo en la cama y cerró sus ojos miel de nuevo, dejándose atrapar por el sueño.

A la mañana siguiente, la castaña se levantó de la cama de prisa, quitándose de un tirón la vía que le habían colocado para transmitirle el suero y los calmantes.

—¿Qué haces, Lil? —preguntó Peter con voz adormilada.

—Mis abuelos —respondió nerviosa la aludida—, debo ir a verles, debo despedirme de ellos.

—Amor —el muchacho se levantó del sofá de la habitación y sujetó a la castaña por los hombros— eso no va a poder suceder...

—¿Por?

—Tú mamá —comenzó— ella decidió hacer la cremación. Lo hizo anoche, cuando se enteró que estabas internada.

La chica desvió la mirada y comenzó a sollozar.

—Lo siento, cariño —susurró Wallace abrazándola— de verdad lo siento.

—¿Fue él, verdad? —preguntó la muchacha— ¿Joshua le dijo que hiciera eso?

Peter se limitó a asentir.

—Peter, ¿ahora qué voy a hacer? No puedo quedarme aquí pero tampoco puedo volver a Omaha, ¿adónde voy a ir?

—Vendrás conmigo, Lily —al escuchar eso, la chica no pudo evitar ver a su novio como si le hubiese salido una segunda cabeza— y no me mires así, tú sabes que es de las cosas más inteligentes que he dicho en los últimos tiempos.

—De las más locas, querrás decir —afirmó la muchacha— ¿no te das cuenta que es una locura? ¡No encajo en tu vida, Wallace!

—Aquí la única que no entiende eres tú, Albright —la riñó el adolescente— mira, yo no soy el mismo, tú tampoco lo eres, y todas esas reglas que impiden que estemos juntos, no sirven, simplemente porque no encajan en lo que estamos viviendo.

—Peter...

—Lil, cariño, sé que tienes miedo, yo lo siento también, pero, lo he estado pensando y, sin dudas, es mejor vivir con miedo que dejar de vivir, y si tú me faltas, eso es lo que va a pasar.

Lily esquivó la mirada.

—Lil, no puedo asegurarte un futuro sin conflictos, no puedo decir que viviremos en un castillo hecho de nubes en el cielo, sé que habrá problemas, sé que muchas veces discutiremos porque no podemos llegar a fin de mes...

—No me gusta discutir contigo —interrumpió Lily, centrando sus ojos miel en los ojos marrones de su novio.

—Lo sé, Albright —el muchacho se acercó a ella y acarició con ternura su mejilla— lo sé, así como sé que todo eso forma parte de crecer, y eso es lo que quiero, crecer contigo, tener doce hijos y ser feliz a tu lado.

—¿Doce hijos? —preguntó la castaña, alzando la ceja con ironía— ¿no serán muy poquitos?, ¿no serán mejor veinte? —inquirió haciendo un mohín.

—No lo había pensado —sonrió el muchacho con sorna— veinte hijos son mucho mejor...

—Claro, como no los llevarás dentro de ti —replicó la muchacha.

—Tienes razón —acordó el muchacho— no los llevaré dentro, pero bien que disfrutaré haciéndolos —dijo, antes de guiñar un ojo con picardía, haciendo que la chica se sonrojase por completo— mi punto es que quiero pasar el resto de mi vida contigo y el destino se empeña en que eso sea así, ¿vas a seguir ignorando las señales?

—No —susurró la aludida— es solo que —la muchacha tragó con fuerza, conteniendo un sollozo— ¿y si te cansas de mí? —preguntó con tristeza— ¿y si, luego de un mes o tres años decides mandar lo nuestro a la mierda?

—Si eso pasa —besó la punta de su nariz— que dudó mucho pero bueno, si llegase a pasar, seré totalmente honesto y te dejaré marchar, sabiendo además que podrás seguir con tú vida, porque créeme, no me dejaré de luchar hasta que alcances tú sueño.

—¿El cuál es...? —interrumpió Lily.

—Fácil, Lily Lo —dijo tomándola de las caderas, haciendo que ella se sentará a horcajadas en su regazo— publicar un libro.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó aquella, sorprendida— ¿cómo sabes que ese es mi sueño?

—Sé mucho de usted, señorita —respondió el aludido con una sonrisa traviesa en el rostro—. ¿De casualidad no te suena el nombre DarkAngel96?

—Oh claro, por supuesto, es quien más comentarios me ha dejado en mi blog —Lily lo miró alzando las cejas, sorprendida— ¿eres...?

—Soy una sexy caja de sorpresas, Albright.

—Pero... ¿cómo? ¿Cuándo? ¡Tú ni siquiera usas tu computadora!

—Exacto, no utilizo la computadora, para eso están los teléfonos inteligentes como el mío —se encogió de hombros, restándole importancia a lo antes dicho— y, si te vas a preguntar como llegué a tu blog, debes preguntarle a Amy.

Ambos jóvenes se quedaron en silencio, mirándose a los ojos.

—¿Qué piensas Lil?

—Pienso… pienso que te amo, te amo mucho —respondió la adolescente para luego besar a Peter en los labios.

—Vaya, vaya, ya veo que ella eligió mudarse contigo —Greg entró a la habitación y con una sonrisa burlona observaba toda la escena.

— Disculpe señor Wallace —musitó la muchacha avergonzada y bajándose del regazo de su novio.

—No te preocupes hija, yo entiendo —el hombre guiñó el ojo con complicidad—. Entonces Peter, ¿le contaste a Lily de la llamada que recibimos?

—¿Qué llamada? —pregunto la chica confundida, con un Peter abriendo los ojos como platos para que su padre guardara silencio.

—Bueno hija —dijo el teniente— resulta que, como te comente antes, la policía Federal está investigando el caso de Joshua y anoche recibimos la llamada de un oficial de apellido Collins, él nos dijo que, junto a su compañera han obtenido información de lo que sucedió con tus abuelos y ellos están seguros de que él pudo haber tenido algo que ver, no que necesariamente lo haya hecho, pero sí que tuvo algo que ver.

—Entiendo —asintió la muchacha—, ¿y qué otra cosa le dijeron?

—Bueno…

—Es una estupidez, Lily —interrumpió el muchacho, restándole importancia al gesto fruncido de su padre.
 —Lily —prosiguió el mayor— lo que el oficial Collins nos propuso es que se te inscribiera en el programa de protección para testigos.

—¿Y eso es…?

—Es un programa donde te cambiaran la identidad dándote una nueva: tendrás una nueva vida en otra ciudad, con otra familia, en fin, será un comienzo desde cero.

—Suena genial  —afirmo Lily, ante lo cual Peter se puso de pie y comenzó a caminar en círculos, negando con la cabeza— ¿Qué pasa amor?

—Pasa que si haces eso, todo se irá a la basura —replicó el aludido— ¿no entiendes que ese nuevo comienzo seria sin mí?, ¿sin ninguno de nosotros?

El gesto alegre de la muchacha mutó por completo y se llenó de confusión.

—¿Eso es verdad, señor Wallace? —preguntó la muchacha en un hilo de voz—, ¿es verdad lo que dice Peter?

—Me temo que si cariño —respondió el hombre con pesar—. Lo que Peter dice es totalmente cierto.

—No, no, ¡No! —chillo la muchacha.

—Le preguntamos al oficial que otras opciones teníamos y nos dijo que lo único que podíamos hacer era que te fueras a vivir a otra parte del país con un familiar y, con suerte, tendrán tiempo de atrapar a Joshua antes de que te encuentre…

—Por eso te pedí que vinieras a vivir conmigo, Lil, vámonos, es lo mejor —rogó el castaño—. Vámonos Lily…

—¿No pondré la vida de Peter en riesgo? —inquirió la muchacha.

—No me importa Lil…

—Siempre hay riesgos Lily y con una persona como Joshua nunca se sabe…

—Pero a mí no me interesa —completo el muchacho.

—Hija, es tu decisión ahora, ¿Qué vas a hacer?, ¿vas a cambiar tu identidad o vas a mudarte con Peter?

Lily se quedó en silencio unos segundos ante la pregunta del teniente, si bien era cierto que cambiar su identidad podía ser la vía más fácil de escapar de la pesadilla que estaba viviendo, la simple idea de marcharse de la vida de Peter la mataba, ella no podía vivir sin él, simplemente no podía.

—No quiero vivir con miedo —comenzó la muchacha— pero tampoco quiero vivir sin Peter —afirmó mientras miraba a su novio a los ojos—. Me mudaré con Peter, señor Wallace. Debo confiar en que harán todo lo posible para evitar que algo malo nos pase ¿no es así?

—Estoy seguro que si —respondió el aludido con una sonrisa esperanzadora en sus labios—. Llamaré al oficial Collins para comunicarle tu decisión, con permiso —dijo, antes de salir de la habitación, dejando de nuevo al par de adolescentes solos.

— ¿Y ahora qué? —preguntó el chico sin haber salido del estado de shock ante la decisión que había tomado su novia.

—Ahora —Lily entrelazo sus manos con las de Peter—; ahora vamos a dejar nuestro pasado atrás, lo vamos a meter en una caja y no nos vamos a detener ¿entendido? Viviremos el aquí y el ahora.

—Te amo Lily —dijo el muchacho depositando un casto beso en los labios de su compañera—.Gracias por confiar en mí.

—No Peter —la muchacha sacudió la cabeza en gesto de negación—, gracias a ti por querer cuidarme…

—Siempre Albright, siempre cuidaré de ti.

—Eso espero Wallace —dijo la chica mientras se colocaba sobre el regazo de su novio y le rodeaba el cuello, fundiéndose en un abrazo— eso espero.

NOTA: la novela está disponible para su compra en físico en www.autoreseditores.com/ libro/4327/jessica-gonzalez/vida-en-linea.html

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