Interlace «Mystic Messenger»...

By Kaede_Choi

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[Precuela "Cosmic Love"] Un joven Saeyoung de 19 años junto a Vanderwood se encuentran trabajando en la agen... More

Misión n°4391: "La llegada"
Una nueva misión
Misión n° 4392: "Los clientes y los huevos"
Misión n° 4393: "El Lobo"
Welcome to the Fire I
Misión n°4394: "El intercambio"
Misión n°4395: "Ahora somos chicas"
Bad Dream
Misión n° 4396: "Ethical Hacking" Parte II
Misión n° 4396: "Ethical Hacking" Parte III
Misión n° 4396: "Ethical Hacking" Final.
One way or another
Misión n° 4397: El casino
Autos
La noche en que todo aclaró
Misión n° 4398: La Infiltración.
Does that make me crazy?
Misión n°4399: La Fiesta (Parte I)
Misión n°4399: La Fiesta (parte II)
La confesión
Misión n° 5000: The Beginning of the End (Parte I)
Misión n° 5000: The Beginning of the End (Parte II)
Misión n° 5000: The Beginning of the End (Parte III)
Hunting the Hunter (Final)
EPÍLOGO: Slowly Disappear.
EPÍLOGO II: Fire Breather

Misión n° 4396: "Ethical Hacking" Parte I

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By Kaede_Choi

Nueva York lentamente mostraba sus rascacielos, mientras que el auto de Melissa ronroneaba los cambios que ella hacía a toda velocidad por la autopista. Una nueva misión les habían encomendado, y esta vez tenían que ir a uno de los lujosos edificios de Nueva York a robar información desde la oficina de uno de los magnates de la ciudad. La idea era tener acceso a una lista de los clientes del director de la empresa E.T (Ethical Hacking co.), Warren Crosby, encargado de seguridad informática. La única forma que tenían de robar la información, era infiltrarse en la empresa, y robarla desde el mismísimo computador de Warren. Melissa estaba contentísima con la misión, ya que era tan difícil que ninguno de los agentes la había aceptado, lo que significaba que si lo lograban les pagarían muchísimo dinero.

- ¡ESTAS JODIDAMENTE LOCA! ¿CÓMO PUDISTE ACEPTAR LA MISIÓN? – gritó Vanderwood cuando Melissa le contó de los planes, hace tres meses.

- Bueno, necesito renovar mi auto y...

- ¿Acaso tu vida vale menos que tu auto? ¡Si nos descubren nos van a matar!

- No es como si en las otras misiones no arriesgásemos lo mismo. – dijo Melissa, arqueando una ceja.

- ¡Pero es distinto! EN NINGUNA OTRA MISIÓN HUBO UN RIESGO REAL.- dijo Vanderwood gritando.

- ¿Escuchaste eso, Melissa? – preguntó Saeyoung. Melissa lo miró sin entender.

- ¿Qué cosa? – preguntó Melissa, y Saeyoung imitó el sonido de una gallina.

- ¡Una gallina! – dijo Saeyoung, riendo. Melissa comenzó a realizar el mismo sonido, mientras Vanderwood los miraba con odio.

- No soy ninguna gallina, uno de los tres debe estar menos chiflado, ¿no? – preguntó Vanderwood con dureza.

- O ser más cobarde. – dijo Melissa, sonriendo. Vanderwood suspiró pesadamente. Saeyoung y Melissa comenzaron a moverse como gallinas.

- Bueno, ya basta. ¿Y tú, cómo puedes estar de acuerdo? – preguntó Vanderwood a Saeyoung, irritado.

- Bueno... no tengo nada mejor que hacer. – respondió Saeyoung, arqueando los hombros. Vanderwood emitió un gruñido de exasperación.

- ¡Ahora entiendo por qué se llevan tan bien! ¡Los dos son igual de idiotas! – dijo Vanderwood, yendo a su cuarto.

No hubo más discusión al respecto de la misión, solo una sentencia silenciosa, ya que la misión ya estaba aceptada. Desde ese momento estuvieron preparándose durante tres meses, ya que esta misión incluso sería una de las más complicadas que años más tarde recordaría Saeyoung. No bastaban solo sus conocimientos de informática, sino que también debía prepararse para el combate.

- Cuando entremos al edificio no podremos ingresar con ningún arma, ni nada parecido. Navajas, cuchillos descartados. Incluso cualquier utensilios de plástico, y hasta cordones. Son muy meticulosos con la seguridad. – advirtió Melissa cuando comenzó a especificar la misión.

Es por esto que Saeyoung se esforzó el triple por mejorar en combate en el caso de ser descubiertos. Además era de suma importancia aprender nuevos movimientos, ser más hábil y muchísimo más rápido. Solo sabía defenderse con armas, y el combate era algo que había practicado, pero que había reprobado. Es más, de no ser por sus altísimas notas en informática (notas más allá de un sobresaliente, todos sabían que era un genio), jamás habría podido graduarse como agente. Saeyoung siempre pensó que estaría en esa línea, siendo un hacker, jamás en trabajo de campo, por eso ni siquiera se esmeraba en aprender combate, armas o cualquiera de aquellas cosas que le estaba enseñando Melissa. Nunca notó lo importantes que eran. Hasta ahora.

- ¡Descansarás solo cuando seas capaz de levantarme haciendo lagartijas! – dijo Melissa, subiéndose sobre la espalda de Saeyoung. Para hacer mucho más peso sobre él, se sentaba con las piernas arriba, a lo indio. Esta forma de hacerlo sufrir (y sudar) divertía mucho a Melissa.

Poco a poco el ejercicio repetitivo que le pedía Melissa, y las ganancias o el reforzamiento positivo como lo llamaba Melissa (ayuda a hacerle un par de bromas a Vanderwood como ponerle cubos de hielo en la ropa interior, cambiarle las balas de una pistola por salvia y asustarlo al disparar, entre otras cosas) ayudaron a que Saeyoung se divirtiera y ganara musculatura. Dentro de un mes, el ejercicio arduo le había hecho sacar un par de músculos, y a los dos meses tenía los mismos músculos que Vanderwood, algo por lo cual estaba completamente orgulloso.

Hacía pesas, corría diez kilómetros con Melissa durante las mañanas, andaba en bicicleta estática mientras leía, etc. Todo esto ella lo hacía para que él ganara más musculatura, algo que francamente le hacía falta. Estar todo el tiempo tras una pantalla de computador lo volvía un poco perezoso, y es por esto que el entrenamiento le costó en un inicio. Sin embargo, luego de una semana, comenzó a tomar el ritmo fácilmente, pudiendo así levantar a Melissa, tal como ella se lo había pedido.

- Como no tendremos armas, debemos usar otras técnicas para desmayar o dormir. ¿Sabes realizar la llave de sueño? – preguntó Melissa.

Saeyoung recordó que se lo habían enseñado en el entrenamiento básico, y que con suerte lo había podido realizar bien una vez de las millones que intentó. Al menos lo hizo bien para una de las pruebas que debía realizar, de lo contrario, habría sufrido mucho más en el entrenamiento. Saeyoung le explicó todo esto a Melissa y ella lo miró arqueando una ceja. Realmente era más torpe de lo que parecía.

- A ver, probemos si lo realizas bien. – dijo Melissa, dándole la espalda a su compañero, para que lo hiciera con ella.

- ¿E-estás segura? – preguntó Saeyoung, titubeando.

- No me harás daño, si lo haces correctamente. – dijo ella, guiñándole un ojo. Saeyoung comenzó a ponerse nervioso. ¿Y si lo hacía mal? El cuello es un área muy delicada como para estar jugando.

- Venga, vamos. – dijo Melissa, apresurando a su compañero. Ella sabía que presionándolo Saeyoung funcionaba mejor que dejarle hacer funcionar su cabeza sin límites.

Saeyoung dio un par de pasos, mientras Vanderwood miraba toda la escena atento, fumando. Todo esto lo tenía muy nervioso, pero no podía interferir en las decisiones de Melissa, sobre todo si es que ella quería arriesgarse de esa forma. Saeyoung suspiró, tragó saliva, y pasó su brazo por el cuello de su compañera, mientras que con su mano afirmó su cabeza. Melissa se quedó quieta, y luego de un rato le tocó el brazo a Saeyoung para que se detuviera.

- Lo estás haciendo pésimo. Tienes que comprimir los músculos que rodean las carótidas, y con esto detener el flujo de la sangre. Las carótidas están aquí. – le dijo, acercándose a él, tocando su cuello. Melissa tenía las manos tibias, y Saeyoung sonrió ante el contacto con ella. – Y donde lo estabas intentando poner el brazo era mucho más arriba, por aquí. – le dijo, nuevamente tocándolo. Saeyoung asintió. A pesar que se había distraído con su tacto, de todas formas notó su error. – ¡Vandy! ¡Deja de fumar y ven! – le gritó Melissa a su compañero, que estaba sentado fumando.

- ¿Vandy? – le preguntó él, arqueando una ceja.

- Te queda bien. – le dijo ella, mientras le guiñaba un ojo. – Muy bien, ahora lo intentaré contigo, pero defiéndete, trata de impedir que lo haga. – Vanderwood suspiró, y apagó su cigarrillo.

Ahora ya en la misión, Saeyoung iba en la parte trasera del auto, comprobando en su computador que todo el plan resultase. Todos entrarían al edificio, y hace un par de días logró hacerlos pasar a todos a una empresa de limpiavidrios. Desde hacía una semana que habían despedido a la última empresa encargada de esta labor, gracias a Melissa. Aunque ella no reveló como lo hizo, de todas formas no necesitaban muchos detalles. El auto lo dejarían en una de los estacionamientos de la agencia encubiertos en Nueva York, y en un par de cuadras más adelante estaba esperándolos una Van con el logo de la empresa ficticia. Tenían las credenciales listas para pasar, y solo debían llevar los implementos para limpiar vidrios, nada más. Desde hacía unas semanas que los tres memorizaron el plan de su edificio para ejecutar el plan.

- No me costó demasiado. – dijo Melissa, mientras le pedía ayuda a Saeyoung para arrastrar a Vanderwood hasta una de las sillas. Se encontraba inconsciente en el suelo, luego de aplicarle la llave de sueño.

- Tengo una idea. – dijo Saeyoung sonriendo.

Llevaron a Vanderwood acuestas hasta uno de los baños cercanos al galpón donde trabajaban. Prepararon todo: con maquillaje, una cubeta, un tubo pegado desde su estómago y mucha sangre ficticia, le hicieron creer a Vanderwood que le quitaron el estómago. Lo dejaron tirado en el baño, y cuando se despertó, Saeyoung estaba con peluca y lentillas, y una bata, acercándose a él con una aguja.

- Muy gracioso, sé que eres tú Seven. – le dijo Vanderwood, pero algo le impedía moverse. Estaba tan atado que si tiraba solo un poco de las cuerdas su circulación se acortaba.

Saeyoung se volvió a acercar a él, y le inyectó. En ese momento, Vanderwood sintió miedo, ya que no esperaba que su amigo llegara tan lejos. Trató de forzar más sus cuerdas, pero le comenzó a doler, y este movimiento hizo que el tubo que estaba aparentemente conectado con su estómago, soltara sangre y algún otro contenido dudoso. Vanderwood se comenzó a poner pálido, y en ese momento abrió Melissa la puerta, riéndose de él. Vanderwood los miró con mucho odio: sus bromas habían llegado demasiado lejos. Sus amigos comenzaron a desatarlo, y sobándose las muñecas, quiso salir rápidamente del baño.

- ¿Qué carajo me inyectaste?- pregunto de Vanderwood antes de salir del baño.

- Solo era Vitamina C- contestó Saeyoung, sin parar de reír junto a su compañera de jugarretas.

Vanderwood cerró de un portazo, y subió por el ascensor hasta el apartamento y luego ir a su habitación. No les dirigió la palabra por dos días hasta que Melissa lo convenció.

Nuevamente en la misión, una vez que se encontraron en la Van antes de ingresar, Saeyoung intentó determinar cuántos guardias armados habían, y donde se encontraban. Solo pudiendo estar a unos pocos metros de la empresa podría hackear las cámaras de seguridad para esto Vanderwood era quien conducía la Van, y Melissa y Saeyoung iban en la parte trasera junto con los implementos, además de los computadores. En el caso que registraran la Van, Saeyoung había construido un contenedor de plomo para que algún detector de metales no lo pudiesen descubrir. En el caso contrario, ya habían ideado un plan:

- ¡Les quedan 10 segundos! – gritó Saeyoung, hace un par de meses durante el entrenamiento.

Le gustaba que en ese momento se haya dado vuelta a situación. Ahora era él quien entrenaba a sus compañeros: tenían que desarmar un computador entero en 20 segundos y volver a armarlo en la misma cantidad de tiempo. La que estaba más cerca de conseguirlo, por supuesto, era Melissa. Vanderwood si bien sabía cómo armar y desarmar, le faltaba mayor velocidad, sobre todo al armar. Melissa era muy hábil con las computadoras, pero mucho más al momento de hackear y realizar todo tipo de artilugios informáticos. Es por eso que durante mucho tiempo no había necesitado a nadie que la acompañara en sus misiones, ya que se sentía completa para realizar cualquier tipo de labor. Sin embargo, luego de conocer los antecedentes de Saeyoung, se percató que no solo tenía mucho que enseñarle como novato, sino que también tenía mucho que aprender de él. Saeyoung era habilísimo en todo lo relacionado con las computadoras, e incluso con crear nueva tecnología, algo que Melissa aun no era capaz.

Saeyoung suspiró mientras sonreía viendo a Vanderwood. Después de intentarlo al menos durante tres días, Vanderwood no conseguía lograr disminuir su tiempo, algo que estaba comenzando a fastidiarlo.

- Aj, no volveré a intentarlo. – dijo Vanderwood, mientras se alejaba de la mesa, para sentarse en un silla cerca y sacar un cigarrillo. Miraba el computador con cizaña, como si este fuera el culpable de armarse tan lento.

- Y yo, ¿cómo lo hice Sangsenim? – preguntó Melissa, sonriendo.

Saeyoung sintió como le dio un vuelco en el corazón cuando ella lo llamó con un honorífico para referirse a él como profesor. Sintió una mezcla de orgullo por sí mismo, incertidumbre por no saber por qué Melissa lo trataba así, y cariño por ella. Cómo él había estado observando todo lo que hacían mientras armaban y desarmaban las computadoras, además de recordarlo, Saeyoung se acercó a ella para mostrarle sus errores, y así poder disminuir su tiempo de armado.

- Tu problema es que pones esta pieza aquí, primero que esta, que se demora mucho más en ponerla, pero necesita un poco más fuerza. No temas en romperla, esta pieza es resistente. – dice Saeyoung. Se pone detrás de Melissa, para sostener su mano junto con la pieza.

Saeyoung a través de las manos de Melissa, pone la pieza con un poco más de fuerza de la que ella utilizaba, para que notara que la pieza resistía. Mientras, Melissa se sentía completamente distraída con el cuerpo de Saeyoung detrás de ella. Su cuerpo emitía tanto calor, como si incluso fuera a entibiar su frío y oscuro corazón. Melissa suspiró, para volver a concentrarse. No podía darse ese lujo. Saeyoung luego de explicarle, no pudo evitar acariciar sus manos, lo que se arrepintió inmediatamente, ya que la soltó, completamente sonrojado y nervioso. Vanderwood no pudo evitar carraspear mientras veía toda la escena, algo que puso un poco incómodos a sus dos compañeros.

- Emm, ¿entendiste cómo hacerlo? – preguntó Saeyoung, tratando de simular su nerviosismo.

- Sí, muchas gracias. – dijo ella sonriendo. – Eres un excelente profesor. – precisó, algo que hizo sonreír a Saeyoung.

- Bueno, se acabó el descanso. – dijo Vanderwood, mientras se estiraba. También había podido ver lo que hizo Melissa, sería bueno intentarlo para mejorar su tiempo.

Dos meses después en plena misión, Vanderwood conducía la Van, mientras Melissa y Saeyoung se encontraban en la parte trasera de ella. Saeyoung estaba determinando por las cámaras cuantos guardias había en el edificio, y obviamente, cuál de los pisos eran los más custodiados. El plano del lugar solo les servía para no chocar con paredes, o infiltrarse de mejor manera, pero al ser unos expertos en seguridad, tenían que estar preparados para todo. Mientras Vanderwood conducía la Van hacia el interior del edificio, luego de una fila de autos que querían ingresar al lugar, Saeyoung rápidamente tecleó y llegó a la conclusión que había un piso donde las cámaras existían pero era imposible llegar a ellas. Tenían un código completamente distinto de hackeo. Melissa lo miró indecisa, si no sabían a qué atenerse en ese lugar, solo les quedaba entrar. Saeyoung siguió tecleando, y Melissa también se puso a la labor, salvo que sabía que no había mucho más que hacer. Vanderwood se aclaró la garganta, para determinar que solo quedaban dos autos antes que los registrasen a ellos, lo que eran aproximadamente unos 30 segundos.

- Saeyoung, ya es hora. – dijo Melissa, mirándolo insistentemente.

- Solo dame unos segundos. – le dijo Saeyoung, tecleando tan rápido como podía. Melissa lo miró inquieta y comenzó a desarmar los otros dos computadores que habían a su alrededor, para ponerlos en la caja de plomo.

- Saeyoung, por favor, detente. – Melissa estaba comenzando a perder la compostura, mientras Saeyoung la ignoraba.

Saeyoung tecleaba a una velocidad impresionante, y ahora solo quedaba un auto en la fila antes que ellos. Melissa estaba a punto de detenerlo e incluso estaba dispuesta a romper el computador para ello, cuando Saeyoung sonrió y desarmó su computador tan rápido dejándolo en la caja de plomo, justo antes que los registraran. Melissa suspiró de alivio cuando lo logró. Cuando seguridad los registró, se tuvieron que bajar de la Van para mostrar todo su contenido, además de sus credenciales. Melissa había creado tan rápido un grupo de limpieza llamado "One Clean", confiable y seguro, con página web con un montón de fotos, además de ser recomendado por un millón de personas, que a la empresa Ethical Hacking no le quedó dudas a la hora de contratarlos, por lo que les dieron credenciales reales para ingresar al lugar. Contrataron un equipo de 20 limpiadores interiores, 3 cristaleros y 3 técnicos verticales, y en estos últimos estaban incluidas las identidades creadas por Melissa para el trabajo. Al ser una empresa tan meticulosa con su seguridad, se encargaban de buscar hasta el último secreto de todos sus funcionarios, para no encontrar no solo a ladrones o estafadores, sino a personas con conflictos de intereses o que pudiesen generar algún perjuicio en la empresa. Y esto por supuesto que contaba para el personal de limpieza, ya que eran aquellos que más se desplazaban por todo el edificio. Es por esto que Melissa se encargó de crear identidades, contratar personal y hacer una empresa tan fiable como segura y eficiente. Decidió en ese momento no utilizar a más agentes para realizar las otras labores de limpieza, ya que no lo consideró necesario, sino que contrataron a personas ideales para el cargo. Lo bueno de eso, es que así tenían acceso al edificio sin tener problemas, sin embargo, como cristaleros y técnicos verticales, solo tendrían acceso a una parte de él.

Luego de estacionar el auto, metieron los computadores desarmados en un bolso de doble fondo, para ingresar con los productos de limpieza y otros artilugios. Ingresaron por el área de servicio del edificio, y les registraron los bolsos. Una vez que todo estuvo en orden, subieron hasta el último piso por un ascensor de servicio, y durante los primeros diez segundos actuaron normal. Luego de esto, gracias a un dispositivo que había creado, Saeyoung pudo bloquear y hackear la cámara de él, mostrando en la grabación los diez segundos iniciales que ya había grabado la cámara. El edificio de Ethical Hacking tenía 35 pisos, a los cuales ellos debían dirigirse a la azotea para comenzar a realizar su trabajo de limpieza. Solo en el trayecto del ascensor tendrían tiempo para armar los computadores sin que los vieran, y descontando los 10 segundos iniciales, tenían exactamente 20 segundos antes de llegar a la azotea, tal como había previsto Saeyoung. Todos se miraron, y cada uno comenzó a armar el computador tan rápido como pudo. Saeyoung fue el primero, en 10 segundos, luego Melissa en 15 segundos, y desesperados, miraron a Vanderwood quien aún no terminaba.

- ¡Mierda! ¡No puedo! – gritó Vanderwood, y Saeyoung le quitó el computador de las manos para terminar de hacerlo en los últimos dos segundos que tenía disponibles. Luego, de guardar todo, salieron del ascensor como si nada.

Una vez que estuvieron afuera, se relajaron un poco, pero no lo suficiente. Melissa miró desde ese alto edificio todo Nueva York hacia el horizonte, tan bulliciosa, tan repleta de edificios, pero con el viento que precisaba que pronto llegaría el otoño. A pesar de todos los problemas, a Melissa le encantaba esa ciudad, y estar ahí en ese momento, la hacía sentir libre. Saeyoung y Vanderwood la contemplaban mientras su cabello se movía con el viento. Los tres estaban vestidos con overoles y cascos, listos para comenzar su trabajo. Saeyoung sabía dónde se ubicaba la cámara de ese lugar, por lo que encontró un punto ciego para trabajar e instalar sus computadores. Una vez que se instaló, bloqueó la cámara, con una visión del lugar del día anterior.

Debían mantener y limpiar los vidrios desde altura, y para ello disponían de tensores guías y cuerdas fijadas para descender. Los tres se miraron. Se habían preparado durante tres meses, y esperaban que el fruto de todo sus esfuerzos, de sus planes, de sus golpes y preparativos haya valido la pena. Vanderwood y Saeyoung estaban nerviosos, pero Melissa miraba el horizonte sonriendo. Le dio una mirada a cada uno a su lado, y luego se lanzó al vacío. 

Nota de la autora: Este capítulo quedó un poco más grande de lo normal (y de hecho lo tuve que dividir en dos partes por lo mismo). ¡Espero que les guste! 

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