—¿De verdad crees que te engañé mi amor?—Valentina asintió muy enojada y hormonal—sabes muy bien que jamás te haría eso, por qué piensas que te engañé?
—Ayer...te llamé y no contestaste, además cuando viniste a casa te cogi el celular y vi que en tu galería tenías a Megan Fox en traje de baño, y no a mi...—Juliana la miró sorprendida.
—Revisaste mi celular? No te niego lo de Megan, es que es muy hermosa, no tanto como tu mi amor, ven anda vamos a dormir—Valentina se negó y salió de la cama hasta llegar a el sofá de su habitación—Valentina son las cuatro de la madrugada y te digo que no es lindo despertar con un golpe y me digas que te engañé, es por el embarazo?
—Es porque estoy gorda...por eso no me amas!—ahora estaba llorando en el sillón.
—¿Otra vez con tus ataques de mujer hormonal?—Valentina la miró como si de un perrito tratara.
—¡Sí, como ves! Ahora por eso tráeme fresas con chile!—Juliana negó.
—Es muy tarde y ayer te comiste todas las fresas, no voy a ir a comprar fresas a esta hora cielo—Valentina empezó a hacer pucheros e intentaba llorar.
—¡No me amas!—Juliana negó nuevamente—entonces traeme fresas.
1 Hora después.
—¿De cuál quiere llevar señora?—dijo al cajera.
"Señora" pensó "Tan vieja ando"
—¿Qué tipo de fresas vende?—preguntó Juliana un tanto estresada y más si tenía puesto una pijama de carros.
—Tengo ovalada, cónica, globosa y muchas más—dijo la vendedora con cara de pocos amigos.
—¿Tiene de la roja?—la vendedora asintió.
—Todas son rojas—Juliana lo pensó un poco y exclamó.
—Deme la Cónica, por favor—
Volvió a su casa en donde se encontraba el amor de su vida con muchas hormonas y un demonio dentro, unos meses muy estresantes y amorosos para Juliana, ahora ellas eran su familia.
—¡Valentina! Traje ya las...—
Se encontró con Valentina acostada en la cama tan relajada y muy dormida que no quiso despertarla, tiró las fresas al sofá y se acostó de cucharita con Valentina, amaban dormir así.
Ellas se amaban.
Un mes después.
—Entonces por esa razón tenemos que mudarnos amor...—dijo Juliana muy contenta—¿Qué te parece?
Valentina solo asintió, no tenía muchas fuerzas como para decir algo, además de el dolor que tenía, creía que eran cólicos.
—¿Qué tienes Val?—preguntó Juliana ya un poco preocupada, el parto estaba programado para ser en unos días.
—Me duele el...—interrumpió muy rápido Juliana.
—¡Carajo, se adelantó mi chamaca! Voy a llamar a tu mamá, después iremos a el hospital—Valentina negó.
—¡NO LLAMES A NADIE Y MEJOR LLÉVAME AL HOSPITAL!—Juliana se asustó por el tono de voz de su esposa, después entendió y la tomó de la mano guiando al parqueadero en donde se subieron al auto y después conduciría muy rápido hasta llegar al hospital.
—¿Sí buenas, qué desea?—dijo muy tranquilo el joven de recepción.
—¡Mi mujer está teniendo contracciones y necesita un doctor muy urgente!—dijo alterada Juliana que en su hombro se apoyaba Valentina muy cansada y adolorida.
—No puede ver un doctor hasta que se agende a la cita señ...—Valentina lo interrumpió sacando fuerzas de donde no tenía.
—Mire joven, mi nombre es Valentina Carvajal—el hombre se impresionó, Carvajal era un apellido de millonarios—y si digo que voy a ver un doctor lo hago así que no haga que mi padre destruya este hospital para poder construir un motel si el quiere—Juliana intentó tranquilizarla.
—Pasillo 4 puerta 7—contestó el hombre.
Juliana intentó correr un poco con Valentina pero le era imposible así que caminó con pasos largos hasta llegar al lugar.
—¿Valentina, se adelantó Alex?—las dos asintieron al mismo tiempo a la pregunta de su doctor—siganme, voy a prepararte para cirugía de alto riesgo.
Las dos se sorprendieron y el doctor lo notó.
—Quiero decir que te van a tratar con más cuidado y es de alto riesgo porque Alex se adelantó lamentablemente—las dos entendieron y enseguida llegó un camilla para preparar a Valentina.
Juliana de inmediato llamó a su madre, después a la madre de Valentina, estaba muy nerviosa. Media hora después llegaron los Carvajal y los Valdés a la habitación que trasladarían a Valentina cuando terminaran.
—¿Cómo te sientes Juliana?—preguntó León Carvajal mu emocionado.
—Tengo miedo, mucho miedo señor—León la miró con anhelo—y si no soy una buena madre para Alex?—León rió un poco.
—Solía decirme eso cuando mi mujer estaba embarazada de Eva, pero sabes no se trata de ser el mejor padre, se trata de amarlos y apoyarlos en todo, puede que yo no sea el mejor pero de algo si estoy seguro es que a mis hijos nunca les faltará nada mientras yo viva, de eso trata ser padre o madre—Juliana asintió y miró de reojo a su padre que parecía nervioso.
—Gracias señor León, Valentina lo ama, permiso—se acercó a su padre y dijo—¿Todo bien? Pareces más nervioso que yo—el hombre asintió.
—Voy a ser abuelo, sabes que significa eso Juliana?—negó—me estoy haciendo viejo, pero me gusta saber que podré conocer a mi nieta, mi nuera y es gracias a ti hija—Juliana no dijo nada, solo lo abrazó muy fuerte, hace mucho tiempo extrañaba tener una figura paterna en su vida.
—¿Familia de Valentina Carvajal?—dijo el Doctor y todos asintieron esperando la información—Valentina ha salido de quirófano, ahora tendrán que esperar unas dos horas para que salga de la anestesia, la bebé es muy hermosa, felicidades Juliana.
—¿Puedo ver a la bebé?—preguntó la morena con lágrimas en sus ojos, hace unos minutos que estaba reteniendo las ganas.
—Sí, pueden ver a la bebé en la sala número tres, ahí le están haciendo todo el procedimiento para poder ser trasladada a la habitación—dicho esto sonrió y se fue.
De inmediato Juliana corrió hasta la sala tres en donde se encontraría y vería por primera vez a su hija. Cuando llegó un grupo de enfermeras le dieron paso a una sala en donde estaban todos los bebés nacidos, le dieron un traje especial y se lo colocó, después pudo entrar.
—venga, sígame—la siguió muy deprisa—ahí esta su hermosa bebé.
Juliana vió a la personita que tenía enfrente y no pudo describir lo que sentía en ese momento las lágrimas empezaron a salir y una emoción y felicidad entro por su cuerpom unundo de alegria su sistema nervioso, amor era lo único en lo que pensaba, su hija era idéntica a su madre, tenía ojos azules y pelo café oscuro igual que Juliana, su piel era blanca igual que Valentina, sus labios eran iguales a los de Valentina, era perfecta.
Su hija y su esposa eran perfectas.
—Soy tu mamá pequeñita—dijo Juliana mientras se limpiaba las lagrimas, estaba tan contenta que no podía dejar de llorar, le tomó una foto sin flash y la guardó—¿Quieres ver a tu mami?—la recién nacida no se inmutó—¿Sí? La vamos a ver dentro de poco y seremos una familia feliz, prometo ser la mejor mamá del mundo, tu mami Valentina te ama solo que aun no te puede ver, pero estoy segura que cuando te vea va llorar tanto como yo lo estoy haciendo, tienes dos mamás pequeña, algunos dicen que es premio doble, te amo Alex—Se retiró del lugar y fue hasta la cafetería, iba a esperar que Valentina saliera de la anestesia.
Sin duda Alex Carvajal Valdés iba a ser una niña tan hermosa como sus dos madres, tenía la buena suerte de ser hija de las Juliantinas y más si eran dos personas que se amaban tanto como ellas.
Una vez juraron amarse toda la vida, ahora se volvía a repetir la historia pero esta vez le agregaron una integrante más, su hija.
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Los leO
oxoxox