Candente (Juliantina)

By IsisGutier

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Juliana Valdés es una estudiante de música en Herbart Child, su madre Lupe es una ejecutiva arquitecta, una t... More

Los Carvajal
Un error
¿Otra vez tú?
Tu habitación
Juliana
14 de Septiembre
No, por favor Lucho...
Fugaz
La cena
En tu auto
Separaciones
De vuelta...
Camila y Juliana
Maraton (1/3)
Maraton (2/3)
Maratón (3/3)
Distancias
Consecuencias...
Explicaciones.
Bosque (1/2)
Bosque (2/2)
Una vez al año, no hace daño.
Llegamos.
Promesa...
Eres tan...candente.
¿De nuevo?
Quimicos en mis venas
¿Mudarse?
¿Vivir...juntas?
¿Azul o Negro?
Maratón (1/3)
Maratón (2/3)
Maratón (3/3)
Terminamos...
Final Parte II
Boda Juliantina
Nacimiento Juliantina
Hogar Juliantina.

Final Parte I

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By IsisGutier

5 Meses después.

Aeropuerto Polong

—¿Preparada para volver a México, señorita Valdés?—. Preguntó Henry, su guardaespaldas, dando los boletos.

—Sí, estoy lista para retomar la universidad—. Henry la miró sorprendido—Tranquilo, seguirás siendo mi guardaespalda—El joven sonrió y le tendió la mano para que entrara al avión—Siempre vas a ser tan caballeroso conmigo Henry?—El simplemente asintió y se sentó el el lado opuesto al de Juliana.

El vuelo 238 va despegar en dirección a México, les pedimos que abrochen sus cinturones y apaguen sus teléfono—Se escuchó por el avión, pero justo antes de apagar su teléfono un mensaje le llegó.

De: Verónica Iglesias.

Para: Juliana Valdés.

Ten buen viaje, esperamos tu regreso con vino, tu preferido! No tardes.

Apagó su celular sin antes responder.

—¿Nerviosa?—Preguntó Henry entrelazando sus manos para que no se sintiera tan mal.

—Un poco, te he dicho que odio volar?—El rió y asintió.

—Me has contado muchas cosas, más de lo que debería saber—Los dos asintieron y se miraron por un instante.

En los últimos cinco meses, Juliana había estado viviendo con Lauren y trabajando para la compañía de su madre, lo cierto era que se sentía vacía y sin ganas de levantarse todas las mañanas, necesitaba sentir otra vez ese sentimiento de amor, pero nunca llegó, se había topado más de dos veces a el amor de su vida por los pasillos de la universidad, pero ninguna se atrevió a hablarse o mirarse siquiera, la morena no había vuelto a mirar sus ojos desde la última vez que se dirigieron la palabra, la razón, simple sabía que si volvía a ver esos ojos que tanto extrañaba y anhelaba tener le harían la vida un desastre nuevamente o lo que menos quería, saltar a sus brazos y decirle que no se vaya nunca más, decirle que al amaba, que la necesitaba otra vez junto a ella.

Por esa misma razón un mes después decidió irse de viaje por todo el mundo, cosa que su madre dichosa acepto, le pagó los boletos y le dio el suficiente dinero para disfrutar de sus no tan merecidas vacaciones, pero con la condición de ser acompañada por un guardaespalda, esto por petición de su padre, que por cierto ahora se llevaban muy bien, ya que había iniciado terapia, la morena aceptó y rápidamente, al otro dia un joven de 21 años cabello oscuro y ojos marrones con una sonrisa perfecta se presentó en la puerta de su casa como Henry, el guardaespaldas y ahora su compañero de aventura.

—Juliana, despierta—Decía Henry mientras la trataba de mover, ya habían llegado—Juli, pequeña despierta por favor, vamos a llegar tarde a tu casa y tu madre me matará—. Esto hizo reír a la morena que se hacía la dormida, se acercó a él y pellizcar sus mejillas.

—Vamos, Henry llegaremos tarde—Replicó Juliana, se tomaron nuevamente de la mano y caminaron juntos fuera del avión, después fuera del aeropuerto y al final fuera del carro, ya se encontraban en la casa de Lupe Valdés.

—¡Hola mamá, hola papá!—Dijo Juliana una vez que entró a la mansión, hace tres meses que se habían mudado, Lupe le dijo a Juliana que viviera con ella nuevamente pero la morena desistió, le gustaba más estar con su mejor amiga, Lauren.

—Hija...llegaste, deja tus cosas en tu habitación, y quédate a dormir, podemos cenar si quieres—La morena negó con su cabeza y sus padres la miraron extrañados y ella exclamó.

—Quedé en verme con las chicas, pero si quieren cuando termine puedo venir y pasar la noche acá, podríamos desayunar juntos—Henry la miró por el marco de la puerta y le sonrió.

—Bien mija, pero ve con Henry así completa su turno y se podrá ir de vacaciones por esta semana, verdad Lupe?—Ella solo asintió y Henry se alegró.—Sube las maletas de Juliana a la habitación y cuando termines llévala a casa de Lauren—. Ordenó.

1 Hora después.

—Llegamos señorita Juliana, quiere que la espere acá?—. Preguntó viéndola desde el retrovisor.

—Déjate de formalidades Hen, vamos arriba juntos, así te las presento y quiens abe, te guste alguna—. Ella le guiñó y él le abrió la puerta.

Tocaron juntos la puerta del departamento mientras se tomaban de la mano, era una costumbre que tenían desde hace tres meses, siempre era para quitarle los nervios a Juliana, pero esta vez fue al revez.

—¡Juliana! Mi amiga torta del alma.— Gritó apenas se vieron Verónica y Juliana.—Pasatele mija, es tu casa—.

—¡Miren quien llegó! Y vino con stripper incluido...qué tal chiquitito?—Henry se sonrojo y agacho su cabeza haciendo reír a las cuatro chicas que Juliana pudo ver a simple vista.

Apenas se sentaron en la sala...un olor que Juliana conocía perfectamente inundó sus fosas nasales, era pasta del alfredo.

—¿Quién de ustedes está cocinando que huele tan bien?—Preguntó la morena después de estar quince minutos dialogando con las demás.

—Oh...dentro de poco sale ella, en fin como preguntaba, Henry y tú están saliendo?—Los dos de inmediato se miraron y se sonrojaron, después rieron. Juliana se levanto de el mueble y se sentó en las piernas de Henry, después lo cogió de las mejilla y lo beso, era un beso divertido, lleno de burla y gracia, para nadie era un secreto que Henry era gay, y tenía una relación amorosa con Kaled su novio al que iba a visitar en sus vacaciones, pero una buena broma no era de más.

El beso fue tomando cada vez menos forma hasta que se separaron y se echaron a reír a carcajadas casi por un minuto, las demás solo los veían aterradas, y no por ella si no por la persona que los había visto en el marco de la puerta.

—¿Les decimos lo tuyo o les decimos que sí?—Preguntó Juliana y el solo asintió.

—Chicas...soy gay, además de ser el guardaespaldas de Juliana y su mejor amigo, bueno eso ella dice—Las demás dejaron salir el aire que estaban reteniendo sin darse cuenta.



—¿Entonces son esos amigos gays que se besan y...otras cosas solo por juego?—Los dos se miraron el uno al otro y negaron rápidamente.

—Esta es la segunda vez que lo beso en los que llevamos de amistad que son cuatro meses, la primera fue para darle celos a su novio y esta lo hice yo para que ustedes pensaran que mi amor incondicional por la chicas se había ido, debieron ver sus caras—Las demás chcias rieron falsamente y siguieron observando a aquel cuerpo que veía todo desde el marco de la puerta.

—¿Vas a volver a la universidad?—Preguntó Camila y Juliana asintió.

—¿Me dejarás usar tu auto otra vez?—Dijo esta vez Lucy y negó.

—¿Por qué actúan tan raro chicas?—Las demás solo agacharon la mirada y desviaron su mirada a la persona que ponía los platos en la mesa para cenar.

—Vengan, ya está servido—Anunció Lauren mientras todas se sentaban en sus respectivas sillas.

Pero para la mala suerte el comedor solo contaba con seis sillas, así que una persona terminaría sobrando.

Todas se sentaron en la mesa, Henry al lado de Juliana, pero la única persona que faltaba por sentarse era nada menos que la cocinera.

Todas se quedaron en silencio y Juliana se percató que miraban hacía ella, o mejor dicho, detrás de ella.

—Esa es mi silla—.

Esa voz...provenía de la única persona que Juliana Valdés amo y seguía amando, la única que hizo de su vida un desastre en ocho meses, la que le partió el corazón una y mil veces, la mujer que la hizo llorar y al instante gritar de rabia o tristeza, y lo peor de todo era que todo eso la enamoró, ella era...

Valentina Carvajal.

La morena giró su rostro y se encontró con una mirada azul, deseo que ese momento fuera para siempre, al fin...después de cinco meses sin poder apreciar esos ojos oceánicos, y que después de todo la seguía viendo con la misma mirada de siempre, con amor.


"Te odié por alejarte y abandonarme por largos y torturantes meses, pero cuando te vi otra vez, mi corazón volvió a latir con la misma fuerza que antes y después de besarte por primera vez, juré no dejarte ir nunca más"

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