Ardiente Deseo (18+)

By Dilmermylife

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Wilmer es un hombre soltero que está acostumbrado a conseguir todo lo que desea. Está dispuesto a todo con ta... More

Capítulo #1 - El comienzo de todo
Capítulo #2 - Déjame pasar
Capítulo #3 - Esta noche no entrarás
Capítulo #4 - Será nuestro secreto
Capítulo #5 - Lárgate de mi casa
Capítulo #6 - Te espero en mi casa
Capítulo #8 - ¿Celos?
Capítulo #9 - Reclamos
Capítulo #10 - Salida inesperada
Capítulo #11 - Habitación 415
Capítulo #12 - En busca de la tranquilidad
Capítulo #13 - Primera Noche
Capítulo #14 - La Última noche
Capítulo #15 - Complicaciones de última hora
Capítulo #16 - La verdad
Capítulo #17 - ¿Quién es el padre?
Capítulo #18 - Quédate a vivir con nosotros
Capítulo #19 - ¿Te besa mejor que yo?
Capítulo #20 - Me voy
Capítulo #21 - Reflexiones
Capítulo #22 - Visita inesperada
Capítulo #23 - Perdóname
Capítulo #24 - Últimos preparativos
Capítulo #25 - Quédate esta noche
Capítulo #26 - ¿Es usted el padre?
Capítulo #27 - Confesión
Capítulo #28 - Una noche de deseo
Capítulo #29 - Recapacitando
Capítulo #30 - Un camino lleno de sorpresas
Capítulo #31- No puedo
Capítulo #32 - Noche inolvidable
Capítulo #33: Una Tregua
Capítulo #34 - La mudanza
Capítulo #35 - Algo desagradable
Capítulo #36 - Nervios a flor de piel
Capítulo #37 - Día lleno de buenas noticias
Capítulo #38 - El final de todo

Capítulo #7 - Nuevas Experiencias

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By Dilmermylife

Si Wilmer se había propuesto sorprenderla, ella no iba a quedarse atrás. En cuanto salió de la empresa se fue a su casa. Abrió el closet y seleccionó la ropa interior más atrevida que tenía. Siguiente paso, darse una ducha... aunque ella sabía que Wilmer era un hombre mujeriego y había tenido numerosas experiencias, quería demostrarle de lo que ella como mujer era capaz de hacer. Optó por ponerse un camisón fino de satén y se dejó el cabello suelto.

El timbre sonó, eran cerca de las once y ella no había cenado. Wilmer al ver que tardaba en abrir volvió a tocar y la puerta se abrió. Se quedó mirándola impactado, podía ver perfectamente la figura de Demi bajo aquel camisón. Ella le indicó que pasara y una vez dentro se miraron fijamente.

Wilmer: ¡Wow!

Demi: Tú quieres sorprenderme, pues yo también.

Wilmer: Cariño, (la tomó en brazos y ella comenzó a reírse) eso tendrá que ser después de mí.

Demi: Las damas van primero... (bromeó)

Wilmer: En esta situación, te pido que no sea así. (comenzó a subir las escaleras con ella en brazos) Tú me indicas a dónde te llevo.

Demi: Es la habitación que está abierta.

Con paso firme y ligero se dirigió a la única habitación que estaba abierta. Era espaciosa y estaba muy ordenada. La acostó en la cama, él se sentó a un lado y se quitó la camisa. Demi intentó incorporarse para besarlo, tocarlo... pero Wilmer no se lo permitió. La tomó de las muñecas y la acostó de nuevo, él posicionó su cuerpo sobre el de ella y comenzó a besarla.

Demi ya podía sentir su miembro en erección rozando su intimidad a través de la ropa. Él le mordió el labio inferior y ella gruñó, después con esa sonrisa suya comenzó a besarle el cuello, a darle pequeñas lamidas y caricias que la hacían desesperar. Una de sus manos se posicionó sobre uno de sus pechos.

Demi: ¿Eso es todo lo que sabes hacer? (rió) Pensé que me ibas a enseñar nuevas sensaciones.

Wilmer: Cariño, las cosas buenas se hacen esperar...

Demi: Si eso dicen, pero quién me asegura que será tan bueno como dices.

Wilmer: Créeme, no querrás que pare.

Él comenzó a deslizarse hacía abajo, pasando sus manos por la suave tela y cuando se topó con la tanga que Demi llevaba, se encargó de quitársela. Llevo su mano a su sexo y comenzó a acariciarla, ella cerró los ojos y suspiró. De pronto se sorprendió cuando sus manos fueron cambiadas por su lengua y su boca. Podía sentir el movimiento de su lengua en su sexo húmedo, repasando cada pliegue...

Wilmer comenzó a juguetear con la punta de su lengua en su clítoris. Ella se agarró fuertemente a las sábanas, retorciéndolas cuando sentía su cuerpo vibrar. Wilmer introdujo a su vez un dedo en su interior, ella gimió, y metió un segundo dedo. Su boca se abría paso por su intimidad y sus dedos entraban y salían con muchísima facilidad, de pronto un tercer dedo sorprendió a Demi.

Wilmer: ¿Quieres que pare?

Demi: No (con la respiración agitada) No pares...

Él sonrió ante aquella respuesta y se vio capacitado para meter un cuarto dedo. Demi se estiró en la cama y Wilmer aumentó la intensidad de sus lamidos. Él estaba deseando penetrarla, pero aun debía esperar. Las piernas de ella comenzaron a temblar a causa de lo que estaba por llegar, gritó y sus jugos se deslizaron por la mano de él.

Ella se armó de fuerza y se incorporó, le indicó que se acostara y el obedeció. Ella desabrochó su pantalón y se lo quitó, después se subió encima de él y su humedad se filtró por el bóxer. Wilmer sonreía sin saber lo que ella iba hacer. Primeramente, comenzó a besarlo, necesitaba sentir sus labios de nuevo con los de ella. Después agarró un antifaz que tenía en la mesita de noche.

Demi: Tienes que ponértelos.

Wilmer: No (riéndose) Me gusta saber qué es lo que pasa a mí alrededor y más cuando estoy casi desnudo.

Demi: Póntelos, si no todo esto se termina y no volverás a tocarme.

Wilmer: Tranquila fiera, (continuó riéndose y le mordió el labio) me lo pondré, pero si en algún momento temo por mi integridad estaré en mi derecho de quitármelo.

Ella rió y se aseguró de que no viera nada. Se bajó de encima suyo y pasó su mano por el abultamiento de su bóxer. Después se permitió el derecho de bajárselos. Su miembro estaba preparado para ella en todo momento. Su mano lo tocó, y él suspiró, comenzó a acariciarlo una y otra vez. Pero de pronto Wilmer sintió su ausencia, no sabía donde estaba.

Demi: ¿Sabes? (su voz sonaba lejana, pero se iba acercando poco a poco) Viniste muy temprano y no me dio tiempo a cenar.

Wilmer: No es tiempo para eso (rió) ¿Dónde estás?

Se sentó aún con el antifaz puesto y ella lo empujó, cayendo de nuevo en la cama. A continuación, él sintió algo muy frío en su torso que después la cálida lengua de Demi comenzó a lamer. Cuando hubo terminado, volvió a besarlo y él pudo diferenciar el dulce sabor de la crema batida en su boca.

Wilmer: ¿Tienes hambre?

Demi: Ajam (dijo deslizándose de nuevo por él) mucha.

Escuchó el sonido de la crema batida saliendo de su envase, pero no sentía frío ninguno. Demi introdujo su pene en su boca y él gimió. Su boca estaba llena de la crema, después su lengua comenzó a lamer su glande y su mano lo acariciaba una y otra vez. Wilmer en aquel momento dejaba salir numerosos gemidos que le demostraban que aquello estaba haciendo su efecto.

Wilmer no aguantó, quería ver cómo lo hacía. Se quitó el antifaz y se quedó observándola, aquello lo volvía más loco aún. Los ojos de Demi se toparon con los de él y ella se echó un poco hacía atrás para que él viera su lengua jugar con su miembro. Aquella mujer actuaba como nunca antes él se lo hubiera imaginado. Echó la cabeza hacía atrás, estaba a punto de estallar. El semen de él fue recibido en su boca, después ella tragó y se acomodó de nuevo en la cama.

Wilmer: Cariño, cuando tengas hambre avísame.

Demi: No se si deba, te quitaste el antifaz.

Wilmer: Te demostraré que sí.

Se puso un preservativo, la tomó de la cintura y se colocó encima de ella. Sin quitarle aquel camisón, entro fácilmente en su interior, ella gimió y se agarró a su espalda. Wilmer con un simple movimiento de cadera repartía mil sensaciones. Él buscó acceso hasta sus pechos, sus pezones duros lo recibían con ansia.

Él se preguntaba numerosas veces el porqué había tardado tanto en acostarse con Demi, cuando siempre le había parecido una chica muy sexy. La amistad con su primo podía ser la respuesta... Giraron en sí y Demi quedó encima de él, cabalgando sobre su cadera. Ahora él si lo tenía mucho más fácil, podía ver y tocar sus pechos a la perfección.

Le encantaba que Demi llevara las riendas pero se levantó, la puso en cuatro patas sobre la cama y la volvió a penetrar. Se agarró fuertemente a sus caderas y comenzó a entrar y salir con desesperación, Demi gemía sin parar y aquello le volvió loco. Ella alcanzó el clímax y Wilmer lo hizo después. Cerró los ojos mientras sentía como su semen era expulsado. Ella se sentó en la cama y él también...

Demi: ¿Ahora qué?

Wilmer: Debería irme (dijo poniéndose los bóxers)

Demi: ¿Por qué no te quedas?

Wilmer: Quiero que tengas claro algo... yo no soy un hombre para una sola mujer. Nunca me he enamorado y nunca lo haré, esto los dos lo hacemos por diversión.

Demi: Y placer (agregó)... pero es tarde y a mi no me importaría que te quedaras aquí, la cama es grande y cabemos los dos a la perfección.

Sin más, se giró y se acurrucó en una esquina de la cama, Wilmer miró la hora, verdaderamente era tarde... Después la miró a ella, quien estaba dándole la espalda y desnuda... extendió la sabana por sus cuerpos y se agarró al otro lado de la almohada. 

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Déjenme saber qué piensan sobre el Wilmer de esta historia. Trataré de actualizar más seguido! Gracias por leerme! 

Xoxo, D

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