Capítulo #7 - Nuevas Experiencias

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Si Wilmer se había propuesto sorprenderla, ella no iba a quedarse atrás. En cuanto salió de la empresa se fue a su casa. Abrió el closet y seleccionó la ropa interior más atrevida que tenía. Siguiente paso, darse una ducha... aunque ella sabía que Wilmer era un hombre mujeriego y había tenido numerosas experiencias, quería demostrarle de lo que ella como mujer era capaz de hacer. Optó por ponerse un camisón fino de satén y se dejó el cabello suelto.

El timbre sonó, eran cerca de las once y ella no había cenado. Wilmer al ver que tardaba en abrir volvió a tocar y la puerta se abrió. Se quedó mirándola impactado, podía ver perfectamente la figura de Demi bajo aquel camisón. Ella le indicó que pasara y una vez dentro se miraron fijamente.

Wilmer: ¡Wow!

Demi: Tú quieres sorprenderme, pues yo también.

Wilmer: Cariño, (la tomó en brazos y ella comenzó a reírse) eso tendrá que ser después de mí.

Demi: Las damas van primero... (bromeó)

Wilmer: En esta situación, te pido que no sea así. (comenzó a subir las escaleras con ella en brazos) Tú me indicas a dónde te llevo.

Demi: Es la habitación que está abierta.

Con paso firme y ligero se dirigió a la única habitación que estaba abierta. Era espaciosa y estaba muy ordenada. La acostó en la cama, él se sentó a un lado y se quitó la camisa. Demi intentó incorporarse para besarlo, tocarlo... pero Wilmer no se lo permitió. La tomó de las muñecas y la acostó de nuevo, él posicionó su cuerpo sobre el de ella y comenzó a besarla.

Demi ya podía sentir su miembro en erección rozando su intimidad a través de la ropa. Él le mordió el labio inferior y ella gruñó, después con esa sonrisa suya comenzó a besarle el cuello, a darle pequeñas lamidas y caricias que la hacían desesperar. Una de sus manos se posicionó sobre uno de sus pechos.

Demi: ¿Eso es todo lo que sabes hacer? (rió) Pensé que me ibas a enseñar nuevas sensaciones.

Wilmer: Cariño, las cosas buenas se hacen esperar...

Demi: Si eso dicen, pero quién me asegura que será tan bueno como dices.

Wilmer: Créeme, no querrás que pare.

Él comenzó a deslizarse hacía abajo, pasando sus manos por la suave tela y cuando se topó con la tanga que Demi llevaba, se encargó de quitársela. Llevo su mano a su sexo y comenzó a acariciarla, ella cerró los ojos y suspiró. De pronto se sorprendió cuando sus manos fueron cambiadas por su lengua y su boca. Podía sentir el movimiento de su lengua en su sexo húmedo, repasando cada pliegue...

Wilmer comenzó a juguetear con la punta de su lengua en su clítoris. Ella se agarró fuertemente a las sábanas, retorciéndolas cuando sentía su cuerpo vibrar. Wilmer introdujo a su vez un dedo en su interior, ella gimió, y metió un segundo dedo. Su boca se abría paso por su intimidad y sus dedos entraban y salían con muchísima facilidad, de pronto un tercer dedo sorprendió a Demi.

Wilmer: ¿Quieres que pare?

Demi: No (con la respiración agitada) No pares...

Él sonrió ante aquella respuesta y se vio capacitado para meter un cuarto dedo. Demi se estiró en la cama y Wilmer aumentó la intensidad de sus lamidos. Él estaba deseando penetrarla, pero aun debía esperar. Las piernas de ella comenzaron a temblar a causa de lo que estaba por llegar, gritó y sus jugos se deslizaron por la mano de él.

Ella se armó de fuerza y se incorporó, le indicó que se acostara y el obedeció. Ella desabrochó su pantalón y se lo quitó, después se subió encima de él y su humedad se filtró por el bóxer. Wilmer sonreía sin saber lo que ella iba hacer. Primeramente, comenzó a besarlo, necesitaba sentir sus labios de nuevo con los de ella. Después agarró un antifaz que tenía en la mesita de noche.

Ardiente Deseo (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora