Hola💕
Les traigo la maratón que
les prometí, dos capítulos🖤
Bueno el título hace referencia
a Paolo.
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Cami POV:
La espalda de Adriana se veía orrible, estaba muy lastimada.
—¿Te duele no es cierto? —pregunto acercandome a ella.
—Si —su almohada estába empanada por sus lágrimas.
—No llores —verla asi me da mucha lástima.
Su espalda se veía muy mal herida por los latigazos de Paolo. Recordé de una infusión que me enseñó mi abuela, se hace con hierbas, para el sangrado y la cicatriza.
—Ya vuelvo —dije saliendo de la habitación.
~Medía hora ~
Ya estába hecha la infusión, fui a la habitación.
—Ya volvi —dije entrando, Adri seguía en el mismo lugar, acostada boca a bajó en la cama.
—Te voy a poner algo que te sanara —dije sentandome en la cama.
—¿Qué es?
—Un remedio casero, me lo enseño mi abuela, esto que te estoy poniendo, te va a cicatrizar en unos días —dije con una sonrisa.
—Gracias cami, eres una chica muy buena —respondió esta triste.
—Yo voy a entretener a Paolo para que no te lastime —afirmó.
—No me importa que me mate, prefiero eso mil veces a vivir esta vida de porquería —respondió dolida.
—No digas eso, pronto seremos libres , lo presiento —respondi alentadora, aún que sabía que era imposible.
Paolo POV:
Ya son las siete de la tarde, saliendo de la oficina iré a ver a Lincy, la conocí hace cuatro años y tenemos una relación de sexo. Nos vemos una vez al mes, me muero de ganas por saber que me va a enseñar hoy, espero con ansías el día que sea mi sumisa.
—¿Sandra no quedó nada para hacer? —pregunto saliendo de mi oficina.
—No señor Guerrero —respondió mi secretaria.
—Ok, ya puedes irte.
~Minutos después ~
Ya estába en la dirección de siempre, esperando a Lincy, entre al lugar, me desnude.
—Que rico verte Paolo —al escuchar su voz, se me heriza la piel. Volteó rápidamente.
—Ya estoy aquí —caminé hasta ella y la besé bruscamente.
—Ok, quiero que te subas a la cama —dijo esta con perversión.
Hago lo que me pide, esta esposa mis manos a la cama y hace lo mismo con mis pies. Luego venda mis ojos.
—Te diría que si algo no te gusta, que me digas basta, pero a ti te gusta todo —rio y puedo sentir adrenalina.
—¿Qué es eso? —pregunto al escuchar ruido de vidrio.
—Si te digo, no es sorpresa —dijo esta malvada.
Se sube sobre mí, comienza a contarme con vidrios, lame mis heridas, y siento placer, continuó asi durante unos minutos. Comienza a besar desde mi torso hasta llegar a mi boca, besa mi boca y nuestras lenguas se unen. Me quita las vendas y va dejando besos por mi cuerpo, hasta llegar a mi miembro, el cuál esta erecto. Esta comenzo a chuparlo, sentía mucho placer, trataba de no venirme tan rápido. Esta se sentó sobre mi miembro y se movía sobre el, no aguantaba más estar atado. Llegó al orgasmo, ella se baja de encima
—Duraste poco —dice esta, para luego desatarme —Vamos a jugar a otro juego —se desnuda y se sienta en una silla, abre sus piernas, en su mano tenia un látigo.
—¡Arrodillado ahora! —hago lo que me ordena —¡Chupa! —me acercó a ella y comienzo a lamer su humedad, me volvia loco.
Siento un ardor en mi espalda, esta me había golpeado con su látigo, lo hacia cada vez mas rápido y con mas fuerza. Cada golpe hacia que mi espalda se curvara. Esta me da un empujón y me tira al pisó, ella se sube a un mueble.
—Ahora veni y follame como una puta —dijo esta perversa.
Camine hasta ella, la tomé de las caderas y comencé a penetrarla rápidamente y con fuerza. Mientras esta tiraba de mi pelo y me mordia.
~Medía hora después ~
—¿Cuándo serás mi sumisa? —pregunte besandola bruscamente.
—No te equivoques, yo no soy sumisa, soy la que manda —me empuja —Te veo en un mes Paolo —dijo esta cambiandose de ropa.
Adriana POV:
Me sentía muy débil, demasiado, hace días que no me alimento bien pero es que tengo depresión, si no fuera por...
Quizás ya hubiera muerto sin esperanzas.
Bajo las escaleras aferrada a la baranda para no caerme pero ya casi no puedo tenerme en pié. Pero quería hablar algo importante pero me terminó desvaneciendo y lo último que veo es alguien que corre a mí, no lo identifico porque veo borroso.
(...)
—Señorita, señorita —una voz algo preocupada me despierta.
Era Iván, quien estaba sentado a mi lado.
—¿Cómo esta señorita? —pregunta este.
—Me duele mucho el cuerpo, estoy débil —respondí.
—Me imagino, el señor Paolo no debería tratarlas así —dijo con pena.
—Es un desgraciado pero tu trabajas con él, así que no deberías darte pena, por algo trabajas aquí —dije con desconfianza.
—Estoy aquí por nesecidad, no por gusto. Quizás un día pueda ayudarle señorita —eso me deja sorprendida.
—Siento lo que dije —me retrato —No diga nada señorita Adriana, tiene razón en pensar así —se levanta de la cama.
—Iván yo...
—Me voy para dejarla descansar —sonríe leva para luego salir por la puerta.
A lo mejor y estoy equivocada, quizás es una buena persona, un hombre que puedo persuadir para que me ayude a salir de aquí.
~Mientras tanto~
Victoria POV:
Estába con Cristian en el jardín, hasta que apareció Paulina, con una chica como de mi edad, ojos verdes muy hermosa.
—Señor Harrison, la señorita Laura esta aquí —dijo Paulina, a penas Cristian la vio, se sonrió.
¿Quién es esa tipa? ¿Qué tiene que ver con Cristian?
—Ya extrañaba verte —le susurró la tal Laura y se abrazaron.
—Yo igual Laurita —respondió este.
Era una postal perfecta, la parejita enamorada y la idiota que se creía importante, ósea yo. Me sentí horrible, ellos rompieron su abrazo, esta me miró y al instante pregunto.
—¿Y ella quién es? —lo mira divertida.
—Ella es Victoria, una amiga —respondió este.
Si claro una amiga, si como no.
—Un gustó conocerla —dijo esta con una sonrisa.
—Igualmente —sonrió falsa, queria salir corriendo de allí.
—Por que no te sientas y tomamos algo —dijo Cristian.
—Si obvio, si a eso vine —se sienta en una silla.
—¿Podrías decirle a Paulina que traiga algo para tomar? —me ordena Cristian, era una orden lo se.
—Si claro —ruedo mis ojos y entró a la casa.
Todos son iguales, se hacen los respetuosos, los caballeros y terminan siendo peor que un gato mujeriego. Cristian Harrison esto no se queda asi, me adentre en la cocina en busca de Paulina.
—Dice el señor Harrison, que le lleves algo de tomar a esa señorita —dije irónica.
Estaba enojada, resultó ser un mercachifle de lo peor, salió teniendo una tiniebla o noviesita, como le quiera decir. Cristián se hace presente en la cocina, yo lo ignoró totalmente, hasta que dice que esa tal Laura, es su hermana.
—Llevale un té a mi hermana —dijo este.
—Claro, ya lo tenia listo —respondió Paulina para luego salir de la habitación.
—¿Qué le pasa Victoria? —pregunto este, mis ojos se abren como platos, al saber que es su hermana y que estoy haciendo el papal de idiota.
—¡Nada, busco en esta casa, un puto mate! —digo desviando el tema —¿A caso no toman mate ustedes? —pregunto arqueando una ceja.
—Ni se que es eso —respondió desinteresado.
—Es una infusión de yerba y agua caliente, se toma con bombilla —ruedo mis ojos al explicar.
—Ah ok, ya se que es, es lo que desayunan los pobres —este rie.
—Gracias, como se nota que nació en cuna de oro —dije muy molesta.
Este me tomó por detrás y comenzó a besarme, estaba tan pegado a mi, que podia sentír su erección en mi trasero.
Este sujeto es extraño, pero irresistible.
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Fin♡
"Nota de autora "
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