*** Jack Frost***
Cuando terminé de contarle lo sucedido con Elsa, desde aquella noche que estuvimos juntos ebrios hasta el día de ayer.
-¿Y por qué tampoco me dijiste eso? ¿Te gustaba desde entonces?
-No -Me apresuro a decir – No tuve interés en ella, es que....
Me quedé pensando mis palabras, mis emociones por ella y por lo que estaba sintiendo hacia a ella.
-Llamó mi atención desde la fiesta donde escogí bailar a ella – Digo mirando la arena y después al mar – Después de esa noche juntos era divertido verla, claro que después de hablar ambos, pero continuó llamando mi atención cada día. Creo que quería ayudarla tanto a olvidar a alguien que amó, que yo terminé haciendo eso.
Siento la mirada de Hiccup sobre mí, ladeó la cabeza a un lado para después volverme a ver.
-Pues estoy feliz por ti -Dijo asintiendo con su cabeza – Me agrada verte con una chica a que tengas cigarrillos en los labios.
Sonreí agradeciendo tal comentario.
-¿Y ya es oficial?
-Podría decirse que sí.
-Tadashi te va a odiar.
-Lo sé -Digo sin interés.
-Puede que Flynn te mate si lo estropeas.
Resoplo ante ese comentario, pues tenía razón. Flynn siempre ha sido muy protector con Elsa y Merida desde que comenzaron a venir a nuestras fiestas.
-No va a pasar, no pienso estropear esto.
Más tarde, la pelirroja y Elsa estuvieron e vuelta con unas bebidas, y con ellas venía ya Tadashi.
-¿Quieren entrar al mar? -Pregunta el pelinegro.
-Yo voy -Dice la pelirroja de un salto – Vamos.
Ahora toma del brazo a Hiccup mientras tomaba de su refresco de lata, apenas había tomado un sorbo cuando la chica se lo llevó.
-¿Vienes? -Dice Tadashi a Elsa.
Ella miró insegura el mar.
-Mejor después, luego los alcanzo.
El pelinegro asiente con aires desilusionados, me mira con advertencia sin decirme nada y yo sólo le mantengo la mirada hasta que se retira.
Miro a Elsa recostarse sobre el camastro de tela azulada, yo me recorro para sentarme junto a sus piernas.
-¿Por qué no vas?
-Porque te daría celos -Dice con una divertida sonrisa.
-Que simpática – Digo sonriendo – Vamos los dos entonces, así no me encelo -Digo ahora con sarcasmo.
-No -Se apresura a decir – Yo puedo esperar, la verdad es que me dio hambre y esperaré a que pasen esos vendedores ambulantes de cocos.
-Van a tardar en llegar, además después podemos ir por algo al restaurante del lunch.
-Faltan poco para que lo abran, mejor espero.
-Faltan como dos horas.
Elsa resopla apartando su mirada a otro lado.
Llevo mi mano para acariciar su pierna con cariño, pues sabía que algo no estaba bien.
-¿No sabes nadar?
-Sí sé -Dice suspirando – Sólo que me da miedo el mar.
Fruncí mi ceño ante tal comentario.
-Suena estúpido, lo sé, pero no sé cruzar, romper o saltar las olas. Siempre terminando hundiéndome o arrastrándome contra la arena.
-¿Nadie te ha enseñado?
-Mi papá, hace muchos años.
Escuchamos los gritos de diversión de la pelirroja con Hiccup, miramos y ahora se unieron Flynn y Rapunzel.
-¿No quieren nadar chicos? -Pregunta Hans, quien llegó con Eret.
Ambos ya tenían puestos sus trajes de baños, el short de Hans era completamente negro con líneas naranjas a los costados de arriba abajo.
-Podemos ir al billar si no quieren nadar -Sugiere Eret.
Ambos llevaban puestos tenis, pues se les veía que no querían nadar ahora.
-En un rato entramos -Digo removiendo mi cabello -Gracias aun así.
Se retiran ambos llevando dos botellas de cerveza.
-Gracias, tampoco me va el billar.
-En serio vamos a entrar -Digo – Sólo espero a que termines tu refresco.
-Que bueno que me dices para no terminármelo -Murmura.
-Anda, yo te enseño.
Elsa niega repetidas veces mientras bebía de su refresco.
Pasaron minutos y Elsa aun no terminaba su bebida, resoplé poniéndome en pie para apartarme la playera de tela delgada que me cubría del Sol.
-Anda, ayúdame con el bloqueador.
-Perfecto, yo desde aquí los veré.
-Vendrás conmigo.
-¡Osh!
Elsa tardaba apropósito par aponerme bloqueador en la espalda, y cuando llegó mi turno ella no me dejó ayudarla con su espalda con el fin de seguir haciéndolo con lentitud.
-Te quemarás si no me dejas ponerte bien.
-Yo puedo sola.
No me deja y sólo me queda mirar como estira sus brazos a su espalda, pero justo había una zona que no alcanzaba que podía visualizar con sus movimientos de mano.
No digo nada, más que tomar un poco de bloqueador en una mano y con otra acercarla a mí, rodeando su cintura con mi brazo.
-Hey.
-Será rápido.
Y con cuidado acaricié su espalda con el bloqueador para ayudarla.
-Listo, vamos.
Fue difícil traerla, pues caminaba muy lento y miraba con miedo al agua.
Comencé a entrar disfrutando la temperatura del agua, ella se sobresaltó un poco porque estaba fría, pero hacía el intento de estar en pie.
-¡Vengan! -Gritó más alejada Rapunzel.
-Toma mi mano, no te pienso soltar.
-Podría tirarnos una ola a ambos.
-¿Sabes? No hay que temerle al mar si sabes nadar. Es tener confianza en ti.
Elsa mira hacia donde están los demás, duda por unos segundos en los que estuve por decirle que volviéramos si tanto le temía, pero terminó aceptando mi mano.
-No me disculpo si tragas agua del mar por mi culpa.
Seguimos avanzando, sintiendo el agua subir de altura en nuestros cuerpos. Su mano comenzaba a aferrarse a mí con más fuerza cada vez.
-¿Lista? Ahí viene una, cuando esté por chocar contra nosotros, debes brincar.
-Brincar -Repite.
Y con éxito lo hacemos juntos, ella ríe de nervios por haberlo logrado.
-¡Elsa! Mira las conchas bajo tus pies -Merida ya estaba a nuestro lado con conchas y piedras hermosas en sus manos.
-Me sorprende que estés aquí -Dice Rapunzel -Recuerdo que odiabas entrar al mar desde chicas.
-Bueno, tal vez me agrade por ahora -Dice y me mira con ternura.
No evito devolverle el gesto.
Habíamos continuado saltar algunas olas más con Elsa aferrando mis manos.
Hubo un instante que soltó mis manos por causa del golpe de una ola, me aparté el agua de mi rostro para mirar dónde había quedado Elsa.
Estaba tosiendo junto a Tadashi, quien le sostenía de la cadera.
-¿Estás bien? -Le preguntó.
-Sí, no soy buena esquivando las olas -Dijo y me buscó igual con la mirada.
-¿Quieres volver? Ya debería estar abierto..... -No termina porque Merida ahora habla.
-¡La fuente de helados! Ya debe estar prendida.
Ella se adelante, mientras yo me miro con Elsa quien no acepta aún.
-No, quiero estar otro rato.
Sonreí de lado cuando a mi lado se acercó Rapunzel.
-El mar está fuerte -Dijo dando pequeños brincos – Yo ya me salgo.
La rubia comenzó a salir igual, pero estonces chilló de dolor mientras daba brincos.
-¿Qué te pasó? -Pregunta Hiccup y después se acerca Flynn.
-Hay algo filoso abajo ¡Auch! -Dice y gesticula dolor -No pasen por aquí.
-Deja te ayudo a salir.
Flynn rodea a Rapunzel para comenzar a retirarse.
-Ya vámonos, podría ser una botella enterrada -Le digo a Hiccup.
Me miro con Elsa y con un movimiento de cabeza discreto indico que salgamos.
-Vamos – Dice a Tadashi.
Estábamos andando, cuando de un movimiento Tadashi cargó en sus brazos a Elsa, haciéndola exclamar de sorpresa.
-¿Sabes que puedo caminar?
-Lo sé, y que yo te puedo ayudar a evitar esas olas.
Ignora tal acto y termino por salir.
Me dirijo a las regaderas para quitarme la arena de la piel y de mi cabello.
A mi lado en la otra regadera, se acerca Elsa, quien da vuelta igual al agua.
-¿Sabes que yo no me......
-Oye – Le miro con media sonrisa – No tienes que darme explicaciones, confío en ti, Tadashi es idiota enamorado.
Elsa no dice nada ni gesticula, sólo baja la mirada y termina por lavar su cabello.
No sé si dije algo malo, que cuando estoy por preguntar se da vuelta para dejarme solo.
Habíamos ido al restaurante del luch, sólo ella, Hiccup, Merida y yo.
Frente a la barra de buffet le pregunté.
-¿Dije algo malo?
-No es un idiota enamorado – Murmura mientras toma un pedazo de ensalada de pepino y aguacate – Me siento mal por él.
-Ah, porque está enamorado y porque no tiene oportunidad ¿Es eso?
-Sí, claro que es eso.
-¿Quieres que los deje solos?
Elsa me fulmina con su mirada, yo ladeo mi cabeza pues no sé qué decir con esto.
-Ya, esta bien, no haré más comentarios así por ese sujeto, pero ¿Qué quieres hacer con él? Digo, si le hablas con cariño podrías ilusionarlo, y si no lo haces igual se desilusiona.
-No sé, sólo quisiera que se distrajera con alguien más o que se entere que me gustas.
Le miro con una ceja arriba y media sonrisa.
-Te gusto.
-Sí -Dice ella con rubor en las mejillas mientras rueda los ojos -Me gustas, deja ya eso.
Río mientras niego y tomo yo ahora un pedazo de carne de hamburguesa con puré de papa.
-¿Quieres que se entere de lo nuestro?
-Por un lado sí, peor por el otro se molestará contigo, eso creo.
-Mejor comamos, yo me encargo después ¿Si?
-Sí.
Y de un rápido movimiento, planto un beso en su mejilla, teniéndome que inclinar un poco para alcanzarla.
Ella sonríe y así nos retiramos a almorzar.