El cielo esta más oscuro cuando esta apuntó de amanecer.
Una llamada puede cambiar tu vida de muchas formas. Una llamada había avisado a mi papá la pérdida de su empleo. Una llamada avisó a mi hermano de que yo estaba en el hospital. Una llamada había avisado a mi hermano de mis malos comportamientos. Siempre era eso; Escuchar sonar el timbre del teléfono de la casa, después del accidente, se había vuelto una tortura para mí. Cada vez que sonaba, Ikki sabías que no eran buenas noticias, entonces me golpeaba hasta olvidarlo. Cuando el teléfono dejó de funcionar, me sentí tranquilo en muchas formas; ya no tenía que preocuparme por las malas noticias. Aún así el trauma esta ahí. Desde que Albiore trajo un teléfono a mi casa, he vivido preocupado y ansioso, ignorando el llamado cada que suena, porque sé que son malas noticias. Nunca han llamado para dar buenas noticias... ni siquiera ahora.
Albiore ha recibido una llamada del médico de mi hermano. Su situación ha empeorado. El médico dice que es momento de pensar en la probabilidad de desconectarlo. De dejarlo ir. Detener la forzada situación en la que está y seguir adelante. Por las lágrimas que veo escapar de los ojos de Albiore, puedo saber que él no quiere hacerlo. Aún no entiendo la situación o relación con él, pero tampoco quiero preguntar, de alguna manera me aterro la respuesta.
En el momento en que él me pregunta si estoy bien, sólo asientos, sin decir nada, y es que, realmente no hay algo que quiera decir. No sé ni siquiera Cómo debería sentirme respecto a ello. Supe desde el momento en el que sonó el teléfono que no habrían buenas noticias. Nunca las hay.
Además, lo único que puedo pensar ahora es esto:
Qué diferencia hay entre si está en cama o está bajo tierra.
Y seguro que no hay motivo para pensar en ello, pero no puedo evitarlo, incluso yo estoy sorprendido por ello, siempre había creído que sí escuchaba eso me derrumbaría al igual que un tambaleante juego de Jenga, pero no ha sido así. No quiero llorar a causa de los fríos pensamientos sobre el y sobre todos estos meses que tuve que cargar con un dolor que no me merecía, o que por lo menos no merecía sufrir sólo. El, que había sido mi escape durante mucho tiempo, con sus bonitas palabras que me causaban ilusión, haciéndome imaginar que yo era un pájaro y que la jaula en la cual Estaba preso de pronto se abría permitiéndome volar lejos de los gritos, de los sonidos que negaba mi cerebro procesar; de pronto se había sumergido egoísta en un maravilloso sueño, mientras yo vivo en una pesadilla.
Pero aún así esta es otra parte que aún cree que mi felicidad es posible. Tan pequeña y tan nula, pero tan fuerte y decidida, que se niega a desaparecer.
Esa parte de mí que quiere decir "No" y continuar obligándolo a vivir un poco más. Hasta que yo quiera. Hasta que ya no lo necesite más. Pero sería egoísta de mi parte hacer eso. ¿Que sucederá si en verdad es el quien se ha rendido? Es probable que él no quiera más eso; estar conectados a un montón de tubos y sueros, debe ser horrible. Quizás sólo quiere un descanso. Un verdadero descanso.
¿Acaso entonces no sería egoísta nuevamente? Irse y volverme a dejar, es algo que me aterra. A una cerró con fuerza a él, no quiero que suelte mi mano así tan pronto.
- Quizá no es en el que se ha alejado de ti, tal vez eres tú el que se ha alejado de él- Me dice Seiya después de clases.
- No has ido a verlo desde hace un tiempo - Agrega Hyoga, con un poco de reproche en su voz.
El me ve de reojo, esperando alguna reacción positiva de mi parte ante su comentario. Pero no la tengo. Hyoga puede decir y creer que será fácil convencerme, sin embargo él no ve todas las imágenes en mi cabeza Sobre mi hermano y su patética idea de huir.
La idea que destruyó todo.
Dentro de mí siento que ha sido su culpa. Si él no me hubiera hecho eso. Si él jamás me hubiese hecho daño. Si él no hubiese sido tan tonto. Si ninguno de los dos hubiésemos elegido, todo sería diferente. Igualmente doloroso, pero no tanto como lo ha sido hasta ahora.
Pero el "Hubiera" No existe.
Nada puede cambiar con sólo desearlo. Nunca podré Volver al pasado y evitar que papá pierda su trabajo. Esto es todo lo que tengo. Lo único que me queda y Tengo que aprender a vivirlo pero... ¿como? ¿Hay acaso una fórmula secreta para hacerlo?
No quiero que mi hermano se vaya. Pero no tengo el valor para decirlo.
Rencor
Mucho. Demasiado. No importa cuánto trate de dejarlo ir e ignorarlo. No se deja. Es demasiado fuerte y se aferra a quedarse.
Para alejarlo - aunque sea por cortos momentos- recuerdo lo que aprendí de él, las cosas buenas: aprendí de él a no derrumbarme, a ser fuerte Incluso si ya no puedo, me ayudó a estar de pie, me salvó, incluso cuando no llega Vamos a ponernos de acuerdo en algo él siempre me daba la razón, confiando ciegamente en mis decisiones.
¿Volveras a confiar de nuevo en mi decisión, hermano?
Pregunta esa noche fría mientras observó las estrellas. He pensado en lo que quiero hacer. Tomé mi decisión. Dejaré que mi hermano sea el egoísta una vez más, si es que eso es lo que realmente él quiere. Pero... ¿Es algo fácil de hacer? ¿O es algo difícil de hacer?
Entonces al día siguiente el me da su respuesta. El teléfono vuelve a sonar. Yo sé que cuando el teléfono suena nunca y buenas noticias.
Cuando miro las lágrimas escurriendo de los ojos de Albiore, después de colgar el teléfono, siento como mi corazón late con fuerza, el tiempo que mis manos sudan, rompiéndome en pedazos mientras estoy sentado, observando, esperando, y temiendo lo que dirá.
Lo dice. Y yo rompo en llanto.
Si me preguntarán ¿Que es lo que más te gusta de tu actual vida? Respondería: El sonido del teléfono y las buenas noticias.
Nunca me detuve a pensar en que haría o de día si algún día algo como esto sucedía. Lo había deseado y lo había olvidado, pero nunca me había dicho a mí mismo ¿Que harás si alguna de las dos opciones sucede? No tengo previo ensayo sobre ésto. No tengo palabras que pueda decir. Incluso ahora siento que sólo sueño; no puedo sentir mis pies tocando el piso mientras avanzó. Cuando Estoy frente a la puerta de la habitación de mi hermano, mi cuerpo tiembla y mi visión se torna borrosa de nuevo por culpa de las lágrimas. El doctor abre la puerta y ahí está él.
Sonríe.
Siento como el alma me abandona.
Es extraño porque a pesar de que sé quién es él y lo que significa para mí, me parece irreconocible, como si hubieran cambiado a mi hermano. Apenas siendo consciente, lágrimas se forman y corren por las esquinas de mis ojos ante la vista de él despierto.
- Para él sólo ha pasado un día desde el accidente - una muy bonita enfermera aparece tras nosotros con una charola plateada en manos-. Seno informado de la fecha y de su situación, le costará hablar y moverse durante un tiempo, aún así intentará hacer preguntas. Intentan explicar las cosas de manera sencilla, no queremos que se altere.
Él me pide que me acerqué con un gesto.
Yo retrocedo, pensando mi cuerpo como si estuviera esperando algo malo, mis ojos viajan de nuevo hacia él. La confusión pasa a través de su rostro cuando choca con mis ojos.
- Acercate - Me pide con suplica.
Doy dos pasos más hacia atrás, nos miramos por unos segundos, en algún momento salgo corriendo, incapaz de soportar el hecho de que mi hermano está despierto.
Llegó hasta Rose, justo en el instante en el que las clases han terminado. Espero sentado en la calzada, cerca del auto de Hyoga, cuando él me vea y lo hace con asombro, luego con delicadeza acerca su dedo, atrapando mis lágrimas con el mismo; frota su pulgar.
-¿Estas bien? - su mano acarició mi mejilla y me inclino hacia ella. El inclina hacia mí poniendo su frente contra la mía.
- No pensé... pensé... me hicieron pensar que nunca podría despertar, Hyoga - me cuesta encontrar las palabras -... me habían dicho que él iba a morir - me levanto con desesperación, buscando En sus brazos un cálido abrazo, el envuelve sus brazos en mí y yo me aferro a su camisa.
Hyoga sacude la cabeza furiosamente ante el pensamiento de mi hermano muerto. - No lo repitas - susurra contra mi oreja.
- yo no sé que debo hacer - Sollozo - me siento resentido con él, pero no quiero sentirme así.
Hyoga me aprieta más hacia él, esperando que descargue todo lo que llevó y quiero decir. No Me detengo por mucho tiempo, hasta que él me pide que vuelva con él y hablemos.
La única forma en la que acepto ir, y siempre y cuando Hyoga esté conmigo. Sin más opción el Acepta mi propuesta y ambos volvemos con mi hermano.
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durante algunos minutos nos quedamos en silencio, únicamente cuando la enfermera sale Me atrevo hablarle.
- Hola - Le digo.
- Hola - Repite con desconcierto, apenas en un susurro.
Escucho la puerta cerrarse, volteo y Hyoga se ha ido.
-¿A-amigo tuyo? - su voz rasposa Me regresa hacia él.
- Algo así - Susurro - deberías descansar - me apartó de él sin darle tiempo que diga o haga algo más - le diré a Albiore que venga- digo antes de salir huyendo.
Al día siguiente, después de clases vuelvo a ir con mi hermano.
Cuando llegó, recibo los saludos usuales, también la información de que Ikki ha logrado recuperar por completo el habla. Su voz puede seguir soñando responsa, pero más clara.
- He sido un mal hermano - Afirma Cuando entró y no pienso negarlo - dije que te protegería pero parece que te falle.
-¿has mejorado? - Lo interrumpo
- el médico dice que si sigo así podré volver a casa pronto.
- Eso es bueno.
- Quiero pedirte disculpas por todo el daño que te hice, voy a asumir la responsabilidad. Soy tu hermano mayor y dije que te protegería. - le doy la espalda. No puedo hacerlo. Mis manos se hacen puños, reteniendo toda mi frustración y las ganas que tengo de gritarle todo.
- Eres mi pequeño hermano y te amo
- Deberías descansar, has hablado mucho y...
- No - siento su mano en mi hombro. Giro y él está ahí, sentado en la cama sobre sus rodillas-. En verdad estás molesto conmigo, y con buena razón. lo que te hice es tan malo como para que me disculpas no te basten. ¿Crees que algún día puedas perdonarme y permitirme ser tu hermano otra vez?
- Eso me gustaría -Sonrió y cubrir su mano con la mía.
Los días restantes de la semana, Ikki pasa por lo que parece ser una dolorosa recuperación. Tiene terapeutas físico y respiratoria todos los días. Su cuerpo es débil por falta de uso, por lo que la terapia física le resulta más difícil.
Eventualmente el día de la posada llega, Ikki aún no puede ser dado de alta y yo me niego a ir, después de todo tampoco es como si mi presencia hiciera falta. Me quedo con él todo el día, ayudándolo con lo que me pide y contándole de a poco las cosas. De algún modo llegamos al punto en el que le habló de Hyoga y sobre la relación que llevamos. mi hermano se muestra indiferente y sorprendido al principio, Pero conforme analiza mi confesión, una sonrisa se dibujó en su rostro.
Unas horas después cuándo al fin salgo del hospital, camino hasta Rose y no pasa mucho cuando distingo a Hyoga de entre sus amigos. Le pido que se acerque. no necesita palabras para saber lo que diré.
no podré acompañarlo a la cabaña de sus padres.
- Entonces me quedaré contigo - dice el tiempo que pasó su brazo por mis hombros.
las vacaciones inician entonces y tal como lo ha dicho Hyoga, se quedará con nosotros. en un principio me resulta incómodo el sentirme rodeado de tantas personas por primera vez en mucho tiempo. Me acostumbro de a poco, al igual que mi hermano continúa mejorando se físicamente, eventualmente llega un punto en el que ya no necesita estar conectado a ninguna máquina. los médicos deciden que pueden volver a casa y continuar su tratamiento de manera ambulatoria.
Mi casa no estará más sola. Ya no será esa casa oscura, triste y sin vida.
Aún soy incapaz de ver a mi hermano como lo que es, pero con la ayuda de mi psicólogo voy cediendo a tener un trato más cariñoso con él. Aún hay traumas sobre mí, a veces cuando él intenta tocarme, o cuando me llama "hermanito". Se que nada volverá a ser igual, Pero eso tampoco significa que todo vaya a empeorar...