***Jack***
Comencé a despertar envuelto de una brisa mañanera, fría.
Abro mis ojos y me encontraba en medio de mi sala, dormido en mi sofá.
Me senté con lentitud mientras liberaba un bostezo y con mi mano en puño tallaba mi ojo derecho.
Seguía con las prendas de la fiesta de anoche ¿Por qué no llegué a mi cama?
Recordando, pasó la imagen de la fiesta.
Estaba terminando el gran baile con todos centrados y de un segundo a otro mi imagen fue la de Elsa, saliendo por la puerta principal.
Mi mente sólo había creído que se aburrió o que le fastidiaba todo este lugar, hasta haber escuchado a Tadashi en la parte trasera de los salones.
-¿Todo está bien con Elsa? -Escuché a Tadashi preguntar a Flynn – Salió llorando del evento.
No escuché qué contestó, simplemente me apresuré a tomar mi chamarra para buscarla. Ni ella ni Merida estaban ya en la fiesta.
Tallé de nuevo ambos ojos ahora poniéndome en pie, el calor y la brisa me indujeron a apartarme la chamarra para dejar mi torso descubierto.
Tomé una ducha, más tarde desayuné un omelette con champiñones y queso.
Terminando de desayunar, miré la cajetilla de cigarrillos a un lado del sofá, en la mesa de noche.
Por inconsciente tomé uno para llevarlo a mis labios, pero me detuve recordando a la platinada.
Un arranque de aquella apuesta me impulsó a sacar los pocos cigarrillos que quedaban para romperlos por la mitad.
Las hojas secas cayeron por mis manos hasta depositarlas en el basurero.
Entonces me pregunté ¿Elsa realmente tomará la iniciativa de socializar?.......No, mucho menos después de anoche.
Una alocada idea cruzó mi cabeza, minutos más tarde estaba fuera de su apartamento con ella tras de mí.
-¿Qué te cause demasiada lástima para que me saques?
-Vamos, dijiste que no tenías nada qué hacer, daremos un paseo.
-Me siento perro si dices eso.
-Bien, no seremos perros -Dije subiendo a mi motocicleta para tomar el casco y ofrecérselo – Te invito a ver una película.
-Pero yo......
-Es algo sencillo, cada persona estará concentrada en su película y no habrá interacciones. Te dejo escoger la película.
Elsa se cruzó de brazos pensando, resaltó su labio inferior muy levemente, dándole un aspecto de ternura a su rostro.
-¿Cómo sé que tú no fumas?
-No estaría aquí contigo, estaría en mi hogar acabándome lo último de mi cajetilla que rompí y tiré a la basura.
Le miré entonces a su vestimenta, unos shorts holgados de mezclilla, tenis de marca Vans blancos y una playera holgada de manga que llegaba a su codo, fajada.
-Bien.
Por fin tomó el casco negro para ponérselo y subir detrás de mi en la motocicleta.
-¿Vas bien?
-No -Escucho a Elsa por debajo del casco – No voy bien desde que me sacaste.
-Que bueno saberlo.
Arranco para irnos a la plaza del Cine. En el camino sentía a Elsa aferrarse con debilidad a mi cadera.
La miré de reojo algunas veces y no lograba ver sus ojos, pues llevaba puesto el visor del casco.
Llegando, bajamos ambos de la motocicleta.
-Te prometo que será una buena tarde – Le digo tendiéndole mi mano para que se apartara el casco – Dame el casco.
La platinada con movimientos inseguros se aparta el casco. Me lo entrega mirando hacia abajo.
-Elsa.....
-Por favor.....volvamos -Oigo su voz temblando.
Dejo el casco en la motocicleta para apartarle el cabello que le cubría el perfil.
Veo sus mejillas mojadas y sus ojos irritados.
-¿Qué......Elsa, no puedes seguir llorando así por un hombre.
-¿Ah no? -Dice con molestia, sorbe y me mira - ¿Tú cuentas veces lloraste por esa mujer?
Le miro con lástima y respirando por mi nariz tomando el casco para guárdalo bajo el asiento con llave.
-Muchas veces -Digo mirándola – Fueron demasiados días y noches, no podía reprimir las lágrimas, y fui un idiota por eso. No quiero que tú seas una idiota.
-Pero no.....
-Dime ¿Pensaban en casarse? ¿Tener hijos? ¿Cumplir una vida juntos hasta envejecer? -Le miro esperando una respuesta, no me la da por lo que contesto lo siguiente – Yo sí planeaba esa vida, fui un idiota por adelantarme a la vida.
Entonces sorbió una vez más, mirando a los lados apenada.
-¿Podemos esperar?
-Claro, ven.
Nos dirigimos al jardín de un café sólo para tomar asiento a un lado de la jardinera, pues Elsa quería calmar sus lágrimas.
Esperamos en silencio, sintiendo miradas de algunos extraños.
En unos minutos, Elsa se puso en pie dando vuelta a su mechón para girarse y verme espejada de tristeza.
-¿Vamos?
-Ah...vamos.
Comenzamos a andar juntos.
-Elsa, no quería comparar, sé que te dije antes eso, pero....
-Pero tenía que parar de llorar -Me interrumpe mirando hacia el frente – Sé que lo hiciste por eso y gracias, sé que podría estar peor.
Sentía una palabra, puede que dos, podía sentirlas, pero no significarían nada.
Andamos hasta llegar a la cartelera, mirando las películas estrenadas y sus horarios.
-Mira -Señalo unos carteles- En unos minutos podemos ver Las brisas del Otoño o La noche es silencio.
Elsa guarda silencio, siguiendo con su mirada en frente.
-Escuché que Las brisas del otoño es linda, una película de cariño y......
-La noche es silencio, esa es de terror.
-Por eso decía que esa.
Compré ambos boletos y después fuimos a la fila de botanas.
-¿Puedo al menos comprar mis palomitas?
-Yo te invité, deja consentirte.
-Pue son me gusta.
-Y pues a mi no me importa -Digo y le sonrío.
Estando dentro en nuestros asientos, había poca gente dentro.
Ella estaba comiendo de su bote de palomitas con su refresco a un lado. Sabía que estaba tranquila, puede que no tan alegre, pero al menos calmada estaba.
Esa imagen me causó demasiada ternura.
-Jack...
-¿Mmmm? -Le contesto mirando el comienzo de la película.
-¿Me regalas una gomita?
Me giro para verla y ella sonríe de labios con levedad.
-Toma – Le doy la envoltura regresándole la sonrisa.
Conforme avanzaba la película, Elsa y yo reíamos de las escenas humorísticas. A veces levantaba las piernas a su asiento y de nuevo las bajaba.
-Ya quédate quieta -Le murmuro – O se quejarán de nosotros.
-Disculpa, pero me cuesta acomodarme si.....-Iba a continuar hablando, pero sucedió una escena en la que el monstruo de la película se había aparecido en la pantalla completa para devorar a uno d ellos personajes.
Ahí, Elsa se sobresaltó demasiado devolviendo sus piernas al asiento. No aguanté la risa, y fui yo de quien se quejaron en la sala.
-¿Ves? Mejor tú cállate -Me susurra la platinada.
-Admite que te gusta escucharme.
Y por reflejo y sin pensarlo, rodeé sus hombros con mi brazo.
Me detuve cuando ya tenía mi mano en su hombro, mierda, no debí hacerlo, pero no podía apartarme o me vería como el cabrón que me dicen ser.
Ella estuvo quieta, sin decir nada.
Simplemente continuamos mirando. En unas escenas más podría apartarme.
Pero no pudo ser así, pues Elsa se apoyó en mí, con su mejilla en mi pecho.
Seguimos así hasta el final de la película.
-Ya terminó -Habla ella apartándose.
-Sí, ya emm estuvo entretenido -Digo poniéndome de pie junta a ella.
Saliendo ambos teníamos hambre, terminamos comiendo en un puesto de hot dogs.
-¿Si sabes que te conozco? -Me pregunta la platinada.
-No lo creía, que bueno que me lo confirmas -Contesto con sarcasmo.
-Ya -Me dice después de tragar un bocado – Dijiste que debía socializar.
-Sí y no lo harás ¿O sí?
-Bueno, tenía que ver que no fumaras, ya lo veo hoy.
-Gracias a ti.
Sus azulados ojos comenzaban a destellar más con las luces de las calles.
Ella mira después unos guisantes en la salsa de su Hot Dog para después mirarlos con asco.
-Iugh.
-¿No te gustan?
-No, de haber sabido le decía que no quería salsa.
-Dámelos – Le digo poniendo mi plato de cartón frente al suyo – Si no lo sabías, esta salsa es su especialidad.
-Son todos tuyos entonces.
Estando en la motocicleta de vuelta a su apartamento, recordé las palabras de su amiga.
-¿Es cierto que bailabas?
-¿Tú cómo lo sabes?
-Merida te presumió en la fiesta – Le digo aparcando fuera de su edificio - ¿Bailas o no?
-Hace mucho que lo hacía.
-¿Y por qué ya no lo haces? -Me giro cuando apago el motor.
Ella entonces se aparta el casco al momento de bajar.
-No.....Bueno, por idiota.
Frunzo el ceño extrañado de haberse llamado así.
-Fui una idiota haberlo dejado por mi ex -Dice mirando sus manos y después levantando la cara con aires de orgullo – Bailaba tanto con él que....cada vez que yo lo hacía pensaba en él, y no quería a pesar de lo mucho que me gustaba.
-¿Y entonces?
-Entonces no puedo como antes, ahora tengo mi trabajo y no tengo mucho tiempo como antes.
-Entonces deberías aprovechar bailar en cada evento nuestro al que vas.
-Nah opacaría a las demás chicas -Dice y tal comentario me hace reír.
-Que modesta – Digo – No a mí.
-¿Qué? ¿Quieres sacarme a bailar la próxima y descubrirlo?
Su media sonrisa me hizo sonreír de la misma manera.
-No lo sé pequeña, no creo algo sino lo veo.
-Lástima, no lo verás entonces -Dice y se da vuelta para retirarse – O si sucede, esperarás mucho rato.
-Nos vemos entonces.
Termino de ver su figura entrando a su edificio, arranco la motocicleta y decido volver a casa.
Cayendo en mi cama y no en el sofá, pienso en el día. Pienso en la película y sobre todo en Elsa.
Fue la primera noche que dormí sin pensar en Tooth.