Hola lectoras, perdonen la tardanza con esta y otras historias. No ando en mi ciudad y este cap. Lo he hecho desde una mini iPad, por lo tanto perdonen si escribí alguna palabra mal y que él autocorrector de esto me lo haya corregido.
Gracias por comprender :3
***Elsa***
Lo único que quería es escapar de ahí, de una fiesta a la que nunca quise asistir y ahora consigo salir con los ánimos por más debajo que el suelo.
Las luces y las lágrimas me impedían ver con claridad mi camino entre tanta gente y la salida. La música era demasiado fuerte que ya mis oídos no dejaban procesarla con claridad.
Entre unos pasos más en la gente está por poco a salir del edificio, pero una mano aferró la mía con delicadeza para darme vuelta y ver de quién se trataba.
Era ese amigo de Jack, el pelinegro con gorra de su uniforme. Creí que querría llevarme a bailar con él, pero no fue así. Me miraba con tristeza y con unos ojos detallando mi rostro.
-¿Te encuentras bien? Elsa .
Tragué un nudo de lágrimas mientras negaba.
-No, no lo estoy- Y con lentitud y delicadeza, le aparté mi mano de la suya –Tengo que irme.
Me giré mirándolo una vez más para así terminar saliendo bien del edificio.
Caminé buscando con desesperación el auto de Merida. El frío del viento me abrazó por completo, pero no le presté atención. Necesitaba irme ahora.
Minutos después encontré el auto, justo cuando quiero abrir la puerta me doy cuenta que he dejado el bolso dentro y que no le pedí prestado las llaves a la pelirroja.
Mi desesperación, enojo y dolor habían llegado al punto que solté una patada a la llanta del auto mientras gruñía de enojo. Me fui resbalando por un costado del auto hasta llegar al suelo y atrapar un grito entre mis manos, un grito que después terminó en jadeos con lágrimas resbalando por mis mejillas.
No eran pocas, eran demasiadas cayendo con fluidez, calentando mi fría piel con el líquido tibio.
Abracé mis piernas a mi pecho para después apoyar mi mejilla en la rodilla. Quería irme pero no podía, tomar un taxi era opción, pero yo ya estaba en el suelo sin ninguna motivación por ponerme en pie.
No me importaba nada a estas alturas, sólo quería desahogarme.
No tengo idea de cuánto tiempo había transcurrido para que Merida llegara al auto. La miré y su rostro no pareciera estar cansado o con intenciones de irse, sino de alivio de verme ahí.
-Por dios ¿Qué pasó?
No debió haberse sentado a mi lado para rodearme con un brazo, no debió haberlo hecho, pues cuando lo hizo me solté una vez más a llorar.
Pero esta vez no fue desesperado mi llanto, sino que las lágrimas afloraban con fluidez, más no gesticulaba dolor. Simplemente me dejé llevar por su abrazo.
-Mira, no me digas ahora, vámonos.
Me puse en pie junto a ella para introducirnos en el auto. Dentro sucedió lo mismo, el tiempo jamás fue contado mientras miraba mis manos, sólo habíamos llegamos en cuestión poca de tiempo a mi percepción.
Dentro del apartamento, me encaminé a mi habitación para derrumbarme en mi cama. Escuchaba a Mer ir de un lado a otro seguramente poniendo orden en su habitación.
No quería quedarme en cama, me puse en pie y me dirigí a la sala, donde encendí el televisor mientras me recostaba. No me terminaba agradando y terminé por tomar un cuaderno y un lápiz para empezar a escribir y dibujar flores secas.
No tenía nada de sueño, y suponía que había pasado más tiempo cuando vi a Mer con ojos desganados y con la pijama ya puesta.
Unos shorts holgados marrones y una playera demasiada grande para ella color verde.
Había pasado a la cocina por un gran trago de agua y por un muffin de moras.
-Oye....¿Quieres hablar de lo que pasó? –Habla con la boca llena.
No aparté mi mirada de mis dibujos cuando le contesté.
-Creí........creí que aún podría sentir algo por mí, pero me equivoqué una vez más.
-¿Hablas de Black?
-¿De quién más podría hablar?
El timbre se hizo sonar, por fin levanté la mirada para ver extrañada a Mer que me miraba de la misma manera.
Ella caminó a la puerta para mirar por el cristal del visor de visitas. Entonces se giró a verme con extrañeza mientras abría la puerta.
Del otro lado estaban sus ojos azulados, aún con su uniforme de stripper, pero con una chamarra negra de cuero encima de su torso que por una ligera abertura se podía ver que no llevaba nada más abajo.
-Hola Mer, disculpa la molestia, pero ¿Está Elsa?
-Eh...- Se hizo a un lado para así compartir la mirada de él con la mía.
Algo apenada la pelirroja por su pijama, se hizo a un lado de la puerta para evitar se más vista.
-¿Puedo? – Preguntó el pelo blanco a mi dirección para poder pasar al apartamento.
-¿Qué es lo que quieres?
-Eh si, bueno puedes cerrar la puerta –Mer interrumpe para irse apegada por los muebles y evitar ser vista más.
Una vez ella en su habitación, Jack cerró la puerta para después entrar y sentarse a mi lado en el sofá. Yo de un extraño con el cuaderno entre mis piernas y Jack en el otro extremo.
-¿Qué sucedió?
-Nada ¿Por qué preguntas? –Contesto sin mover mis labios y mirando mis dibujos aún.
-¿En serio te harás la tonta?
-Lo haré si sigues aquí y no te largas –Está vez levanté la mirada enojada.
-No me iré.
-Vete –Le insisto – No quiero verte.
-Dije que no.
-¡Pues yo dije que te largues!
-¡Qué no lo haré!
Intento molestarme, pero lo único que puedo expresar ahora son lágrimas, una vez más. Tiró a un lado mi cuaderno y termino cubriendo mi rostro contra mis manos.
Siento a Jack tomándome de los brazos, pienso en que me quiere apartar las manos para verme, pero en realidad me acerca a su cuerpo para que me abrace.
Siento la presencia de Mer a un lado, pero se retira cuando me mira abrazada a Jack.
El aroma del peliblanco era fresco, una colonia deliciosa a decir verdad, quería detenerme y apartarlo. Y no fue así, lo abracé incluso mucho más fuerte que él.
-Tranquila pequeña –Escucho cuando acaricia mi cabello.
Termino sollozando con mi mejilla pegada a su hombro, pienso si acaso es incómodo para Jack que le abrace por un buen rato por lo que termino apartándome.
-Estás lleno de brillantina –Digo limpiando mis mejillas y ver su torso y cuerpo con brillantina azulada.
-Ugh creí haberme deshecho de eso- Dice y con una mano repasa su cabello de donde salen más destellos muy tenues – Malditos globos del final.
Me mira con media sonrisa y con ternura, yo gesticulo una muy débil.
Lleva su mano a la mía, no para sostenerla sino para apoyarla encima de la mía.
Mis palabras fluyeron para explicarle lo que sucedió, no quería entrar en detalles del cómo me sentía o del qué pensaba, simplemente le describí lo que sucedió.
Jack no decía nada, le miré de reojo y este miraba fijamente al suelo.
-Deberías......-Empecé a hablar, pero me interrumpió.
-Ella jamás le agradó el trabajo de stripper que he llevado, la encelaba y decía que estaba más comprometido con ese trabajo que con ella. Y entonces sucedió que estaba más interesada en el trabajo, tanto que me acompañaba a los ensayos y se involucraba con mis compañeros, sobre todo en uno en especial.
Sabía a dónde iba con esa historia, y sentía un hueco en mi pecho.
-Pero siempre creí que le estaba dando oportunidad a ese estilo de vida. Una noche ella se quedó en el apartamento mientras yo regresaba de un ensayo sólo de tres, salí temprano porque le iba a proponer matrimonio, y que jamás volvería a trabajar en lo que hago.
Guardó silencio después, me miró unos segundos y sonrió con sarcasmo.
-La encontré en mi cama con otro compañero, un antiguo amigo.
-Sé que lo mío no se compara y.....
-No quiero que compares, simplemente compartir lo que quieras conmigo, ya te lo dije, fuimos los perdedores.
Abro la boca pero me interrumpe una vez más.
-Y otra cosa – Me dice con ternura pero borra toda expresión dulce por un firme – No te atrevas a seguir llorando o lamentando tu vida por ese sujeto.
-No lo haré.
Jack sonrió de nuevo con levedad, se puso en pie y yo con él para llegar a la puerta.
-¿Eso fue todo? ¿Si sabías que podías esperar a verme después para decirte?
Jack se da la mitad de vuelta antes de dar un paso para salir.
-Yo no quería esperar –Su rostro blanco le permitía a sus ojos irradiar con la blanca luz del pasillo – Adiós.
No dije nada pues ya se había marchado, cierro la puerta y del otro lado veo a Mer quien sonríe como un minino.
-Que bella persona, yo que creí que siempre era un grosero hasta con la persona que le gusta.
-No, al parecer no......-Pienso en sus palabras mejor y le miro molesta –Oye no le gusto.
-Ajam –Mer sonríe hasta irse a su habitación.