La mañana llego y ChenLe se despertó hecho un desastre.
Sus ojos ardían luego de pasarse horas llorando, su garganta dolía tanto como todo su cuerpo. Se sentía pesado y ni siquiera quería levantarse de la cama.
Se pasó la noche y la madrugada desarmando sus maletas que luego DoYoung volvía a hacer. Se sentía mal por darle un doble esfuerzo a su Hyung pero se negaba a abandonar su casa.
¿Qué culpa tenía el? ¿Qué culpa tenía JiSung? ¿Por qué ellos tenían que pagar por lo que sus hermanos hicieron?
Abrió los ojos despacio y se levantó con pereza, busco por todo el cuarto las maletas pero no estaban. Se paró de un salto y busco en sus cajoneras su ropa y sus cosas pero no estaban.
Le habían ganado de mano mientras el dormía.
Bajo las escaleras corriendo aún con sus pijamas y se encontró a Johnny y a DoYoung guardando las cosas en los dos autos que usarían para ir a lo de su padre.
— Hola, Lele ¿Ya quieres desayunar?.— El menor no respondió, solo lo miro enojado.— Puedes volver a acostarte, nos iremos en un par de horas.
Nos iremos…
El no quería irse.
Lele volvió a llorar haciendo que el azabache se acercara a él preocupado.
— Ya, mi amor, volveremos pronto, iremos unos días con papá, podremos ir a la playa, ver a los tíos y pasar tiempo para nosotros.
— ¿Y si no volvemos?.— Esa era la mayor preocupación del pequeño chino.
— Claro que volveremos, no te salvarás de la escuela. — DoYoung abrazo al menor y dejo que este llorara en su pecho.— Ahora ve a dormir otro poco.
— No.— Hablo Johnny entrando a la casa.— Ve a dormir tu, DoYoung, ChenLe se quedará ayudándome.
— Pero…— La mirada del mayor le dio a entender que no iba a aceptar un no por respuesta.— Bien, pero primero le prepararé su lechita.— El azabache iba a irse a la cocina pero Lele lo detuvo.
— ¿Puede ser con chocolate?.— Pidió con un puchero.
— Claro bebé.
Una vez que el mas joven recibió su desayuno salió afuera y se sentó junto al auto mirando como el más alto hacia todo el trabajo.
— ¿Me puedes explicar por qué DoYoung no durmió en toda la noche por estar haciendo y rehaciendo tus maletas? Esto va más allá de un capricho, ChenLe.
— Esto no habría pasado si no nos obligarás a irnos.— Atacó, y YoungHo lo miro molesto.
— ¿¡Por qué todos actúan como si me los llevará a la Antártida!? ¡Nos iremos por cinco días, ChenLe, seis como mucho! Y todos actúan como si no vayan a volver a verlos en años.
El de pelo verde se quedó callado. Pensándolo así, habían sido bastante exagerados.
— Cuando vuelvan podrán hacer lo que quieran, ya no los molestare. Puedes verte con JiSung, pueden dejarse lastimar lo que quieran, hagan lo que se les da la gana.— John cerró el baúl del carro azul y también el del negro.— Cuando vuelvan ya no estaré aquí para joderlos.
ChenLe dejo de lado su bebida y se acercó al castaño preocupado.
¿Había escuchado bien? ¿Dijo que ya no estaría aquí?
— ¿De qué hablas?
— Me becaron en Princeton, para seguir historia, me iré a New Jersey en una semana.
— ¿Qué?.— El chinito se abrazo con garrapata al mayor.— ¡No puedes irte!.— Exclamó entre lágrimas.— ¡No puedes irte, Hyung!
— Es una gran oportunidad para mi, Lele, además siento que no tengo nada para hacer aquí.— ChenLe lloro más fuerte en los brazos del mayor.— Tranquilo, volveré en vacaciones.— El castaño dejo un beso en el cabello verdes y lo envolvió en sus brazos antes de alzarlo y acariciar su espaldita con cariño.— No le digas nada a los demás, solo Yuta sabe.
— HaeChan y JaeHyun no dejarán que te vayas, yo tampoco.— Advirtió, sacando una risita del más alto.
— Eso es lo que más me preocupa.
— ¿Qué pasará con Ten Hyung?
La pregunta de su menor partió su corazón. ¿Qué pasará con su bebé? ¿Lo extrañaría? ¿O estaría feliz de que se haya alejado?
Lastimo a Chittaphon, destruyó el tan puro y sincero corazoncito que el más joven tenía. Por eso se iba, no quería ver lo que había provocado su estupidez.
— Tú realmente lo amas, Hyung ¿Por qué le dijiste que no lo hacías?
— Por qué Chittaphon y yo nunca debimos estar juntos, Lele, le hice un favor, encontrará a alguien mejor.
ChenLe asintió, y con lágrimas en sus ojitos dijo:
— Tú eres el mejor, Hyung, el realmente te amaba.
Al menor le dolió el corazón cuando sintió su cuello mojarse por las gotas de tristeza que salían de los ojos avellanas de YoungHo.
Amaba a Ten con locura. Pero debía alejarse.
— Todo estará bien, Lele, ahora vamos a despertar a los demás así nos vamos.— John entro a la casa aún con el menor sobre el.— ¿Puedes despertarlos? Iré a hacer algo para que coman.— El extranjero asintió y se bajó de los brazos del Hyung para correr escaleras arriba.
— ¡Hyung! ¡Ah! ¡No vi nada!.— Se cubrió rápidamente los ojos cuando después de abrir la puerta de su hermano japonés se encontró con una escena para nada bonita.— Esperen ¿Qué hacen?.— Se destapó sus ojitos para ver cómo si hermano le hacía una llave de lucha libre al más alto.
— ¡Hizo trampa!.— Se quejó en susurros, por que si los descubrirán era hombre viudo.
— Sálvame.— Rogó aterrado HanSol.
ChenLe volvió a cerrar la puerta sin querer meterse en discusiones de pareja.
Estaba a punto de abrir la habitación de JaeHyun pero este se le adelanto, y salió del cuarto con cara de pocos amigos.
— ¿Qué te pasó?
— Mi cuarto queda en medio del de Yuta y WinWin.— La respuesta le dio un escalofrío al menor.
Y ninguno de ellos durmió pacíficamente la noche anterior.
— Johnny Hyung está haciendo el desayuno.— Aviso el menor y el rubio mas alto asintió y bajo las escaleras aún chinchudo.
Sin darle mucha importancia a lo que el mayor le dijo, Lele intento abrir la puerta del cuarto de su hermano de sangre, pero está estaba cerrada.
— ¡Gege! ¡Ya está el desayuno!.— Grito desde fuera y siguió por las otras habitaciones.— ¡Chicos! ¡Nana! ¡Hyuck!
Nana gruñó ante el intento de despertarlo y se abrazo con más fuerza a su hermano. Hyuck solo se removió entre sueños y soltó tiernos soniditos. ChenLe noto algo en los brazos del mayor de los morenos, una prenda blanca con rojo, el buzo que le había dado JaeNo.
— ¡Despierten! ¡Ay!.— Lele chillo cuando, después de lanzarse sobre ellos, Nana lo mordió.— ¿Por qué me mordiste?
— Tocaste a Hyuckye, nadie toca a Hyuckye.
— ¡Es mi hermano también!
— Pero es más mío que tuyo, feo.— JaeMin apego al mayor a su cuerpo aún más mientras lo cubría hasta que solo se veía su naricita, sus ojitos y sus pelos despeinados.— No despiertes al bebé.
— ¿Qué bebé?.— Pero comprendió a lo que se refería cuando vio la carita que Hae hacia al dormir.
Decidió que los gemelos no iban a ceder, así que se fue al cuarto de Lucas donde no encontró a nadie. Siguió por el de XiaoJun y lo vio recostado con su novio abrazándolo como koala.
— Geges, ya está el desayuno.— Aviso y XiaoJun le gruño.— Bien, entiendo, no me muerdas tu también.
La última habitación a la que llegó fue la de DoYoung. El azabache dormía hecho una bolita cubierto por tantas sábanas que ni se notaba que estaba ahí.
— Hyung.— Lo llamo, temiendo su reacción.
DoYoung no era muy tranquilo a la hora de despertarse.
— Déjame dormir o estás castigado.— Sin opción, ChenLe salió del cuarto bajando las escaleras nuevamente y encontrándose con Johnny sirviéndole el desayuno a JaeHyun.
— Nadie despierta.— Se quejó con un puchero y el mayor río.— Y no sé dónde está Lucas.
— Bienvenido a mi mundo.— Río el americano.— Y YuKhei salió a pasear a Nakia antes de irnos, para que se canse y duerma en el viaje.— Lele asintió notando que su perrita tampoco estaba cerca.
ChenLe nunca había pensado en lo mucho que su hermano mayor trabajaba para tenerlos a todos contentos y sanos… Y ya no lo tendrían cerca todos los días.
— ¿Por qué lloras?.— Lele no le respondió a JaeHyun y se abrazo a John.
Lucas se carcajeo cuando vio a su novio correr por todo el parque aterrado de Nakia, la perrita que lo perseguía como una bestia buscando conseguir la pelota que el humano tenía en su poder.
— ¡Ayúdame! ¡Idiota!.— Rogó el mayor al borde de las lágrimas.
YuKhei se cansó de reírse y llamo a su mascota.
— ¡Naki! ¡Ven!.— A penas escucho la voz de su dueño la Gran Danés cambio de dirección acercándose al chico que estaba sentado en el paso viéndolos. La perrita se recostó sobre las piernas de su amo mientras esté la acariciaba.
— Es un monstruo.
— Es una bebé.— La defendió para luego comenzar a hablarle con voz chistosa.— Ella solo quería ser tú amiga ¿Verdad, amor?
— Quería comerme.— Pero el más bajo se percató de algo.— No estabas hablándome a mi ¿Cierto?
— Ambos son mis amores.— Lucas estiró su mano para que el mayor la tomara y tiró de el haciéndolo caer en el césped a su lado.— Voy a extrañarte.
— Y yo a ti.— JungWoo beso la mejilla de su novio y estuvo a punto de unir sus labios cuando el ladrido de la mascota lo hizo alejarse.— Perra.
Regresaron a casa tomados de la mano y robándose besitos cuando la perrita le ladraba a otros animales. Ya que si Nakia veía al mayor tocar a su dueño comenzaba a atacarlo.
— Te veré pronto, amor.— Susurró YuKhei sobre los labios de su novio antes de besarlo e irse junto a sus hermanos.
Cuando estuvieron frente a sus hogares vieron a los hermanos Jung salir de casa con sus últimas bolsas y meterlas en el carro, y a su vez los Lee salían para despedirlos. Kun fue el primero en correr y abrazar a su novio con fuerza.
— Hasta luego, amor.
— Nos vemos pronto, bebé.
SiCheng se sorprendió cuando su mejor amigo apareció junto a ellos también, y lo abrazo con fuerza.
Ten se veía tan triste... No brillaba como siempre. Y WinWin se sentía apenado por ello, ya que cuando uno se apagaba, la luz del otro también se debilitaba.
Su lazo era así de fuerte.
— Creí que no querrías verme.— Susurró el más joven a lo que el azabache le respondió.
— Recuerda Winnnie, nada de lo que hagan nuestros hermanos va a afectarnos... Siempre serás mi otra mitad y nada va a cambiarlo.
XiaoJun apretó la cintura de Hendery antes de dejarlo.
— Recuerda que me quitaron el móvil, si no te contesto no es que te esté engañando.— Aseguro el mayor antes de saborear los labios de su novio.— Cuídate.
— Tu también, Junnie.
— No te preocupes, Hyung, yo cuidare bien de el.— La pareja pego un salto del susto cuando YangYang apareció junto a ellos.
— Manos alejadas del sur de mi novio, alemán, te tendré vigilado.— Advirtió, pero el menor solo soltó una risa burlona y se abrazo a Wong, sacándole la lengua.
Hyuck se acercó a JaeNo tímidamente y le tendió el buzo que ya había lavado y que había mantenido contra su pecho toda la noche.
— Gracias por todo, Jen.— El mayor lo atrajo a sus brazo y lo encerró entre ellos.— Me salvaste cuando mas lo necesitaba, me ayudaste como nadie supo hacerlo.— Las palabras de DongHyuck lo hicieron tan feliz que olvidaba que no lo vería por un tiempo.
— Y volvería a hacerlo las veces que sea necesario.— Prometió aspirando el aroma a chocolate que desprendía el cabello del más chico.
— Aquí tienes tu hoodie.— Pero antes de que se lo pudiera entregar el azabache negó.
— Quédatelo, lucía mejor en ti.— HaeChan se sonrojo por sus palabras.
JiSung abrazo a ChenLe con todas sus fuerzas cuando lo tuvo enfrente. Y el mayor lloro en sus brazos, pero no por que iba a alejarse de el… Si no por que su hermano mayor, quien siempre los cuido, iba a irse lejos.
— Ya, Kun dijo que volverían pronto.— Intento consolarlo dándole caricias en su espalda.
— Lo sé.
— ¿Y por qué lloras?
— Te diré luego…— El de cabello anaranjado comprendió.— Nos vemos en unos días, Sung, cuida a JeongIn por mi.
— También cuídate, no te consigas ningún otro amigo mientras no puedo vigilarte.
— No seas celoso.— Lo regaño el peliverde.
El más alto soltó una risita y antes de dejarlo ir, se atrevió a besar la comisura de sus labios, sintiendo por poco sus suaves belfos rosados.
TaeIl miro desde lejos como JaeHyun perseguía a Johnny dentro del auto ¿Iba a irse sin despedirse?
— JaeHyunnie.— DoYoung llamó a su hermanito y le señalo con la cabeza al universitario.— ¿No quieres despedirte?
El rubio le dio una rápida ojeada a YoungHo, pero este solo lo miro con molestia.
— Jae… Por favor no hagas lo mismo que ayer.— Susurró el pelirrojo al ver como su chico aún no venía hacia el.— Por favor, bebé.
— Perdón, Johnny hyung.— Y tras disculparse con su hermano mayor, el chico pálido corrió hacia su Hyung lanzándose a sus brazos.
TaeIl recibió a su pequeño grandote con una sonrisa y le dio vueltas en el aire cuando lo tuvo agarramos de la cintura.
Estaba feliz por que JaeHyun se la había jugado por el.
— Nos vemos pronto, Hyung.— YoonOh puso sus manos sobre las mejillas del más bajo y las acarició.— Te traeré un regalo.
— Hasta pronto, bebé, mándale saludos a tu padre.— Jae asintió y unió rápidamente sus labios con los del pelirrojo antes de correr y subirse al carro seguido de sus otros hermanos.
DoYoung y TaeYong se miraron a los ojos y sonrieron. Esa fue su despedida.
Nana suspiro con tristeza cuando no vio a RenJun por ningún lado, seguramente su repentina confesion lo había asustado.
El pelirrosa fingió una sonrisa cuando HaeChan lo abrazo por el hombro antes de entrar al vehículo. Cerró la puerta lentamente, tratando de ver si un poco de tiempo era lo que necesitaba el castaño para llegar.
No fue así. La puerta se cerró y el auto que conducía el japonés arrancó.
RenJun bajo las escaleras corriendo lo más rápido que podía y salió de la casa volando persiguiendo el auto azul.
— ¡Nana! ¡Nana!.— Pero el vehículo seguía alejándose. Si tan solo hubiera encontrado su cuaderno un momento antes.
— ¡O detienes el auto o me tiró por la ventana!.— El grito lo sorprendió, pero se tranquilizó al ver como el carro frenaba y de este se bajaba el pelirrosa corriendo hacia el.— Ren…
— Nana...— El mayor estiró el cuaderno hacia JaeMin.— Es mi cuaderno de dibujo, quiero que lo tengas.— Jung acepto el regalo mientras acomodaba su cabello detrás de su oreja.
— Gracias, Ren, nos vemos pronto.
— Nos veremos pronto.— La sonrisa del más alto lleno su pecho de una calidez que nunca olvidaría… Por fin tuvo lo que siempre soñó, una sonrisa de JaeMin, para el.
Cuando JaeMin regreso al carro junto a los demás y se subió, RenJun grito algo que quería decirle hace tiempo.
— ¡También me gustas!.
Pero un camión que pasaba por ahí sumado a la distancia que había entre ellos provocó que el menor no pudiera entender sus palabras.
— ¿Qué dijo?
— Que le gustan las trufas.— Respondió ChenLe.
— Creí que había dicho que obedezcas a Yuta.— Dijo el conductor.
— En realidad dijo que era puta.— Murmuró HaeChan.
Todos en el carro rieron y JaeMin observó el cuaderno entre sus manos con temor.
— ¿Por qué no lo estás revisando?.— Pregunto el de mechas coloridas.
— No quiero saber quién es su musa.— Contesto algo triste, realmente no quería saber quién era el o la que inspiraba a su crush a hacer su arte.
— Entonces yo lo haré.— Hyuck le arrebató el cuaderno y lo abrió, sonriendo con los ojos llorosos.— Creo que necesitas ver esto.— DongHyuck dejo el libro abierto en la primer página, un dibujo de JaeMin hecho con acuarelas donde resaltaba su color rosado pastel y sus labios rojizos.
Anonado, Nana acarició la obra delineando su rostro.
— Soy… Soy yo.
Él era el arte de RenJun.
[Público hoy por que no creo que mañana pueda hacerlo
El vlive de HaeChan me puso soft, Iba a hacer que pase algo super dramático y horrible pero ver a mi solecito me bajo los humos y me saco las ganas.
LO EXTRAÑE TANTO LA PUTA MADRE, NO VUELVAS A IRTE NI AL BAÑO, DONGHYUCK.
Quiero que se reúna pronto con los dreams, por que ya tuve MarkHyuck y ahora quiero mis otras drogas.
No creo que publique mañana, pero el domingo seguro que si.
Amo a DongHyuck, bai.]