Accidental Love ( Adaptación...

By HannahMtop

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Antes de nada. Esta es la adaptación Albalia de @Loloch15. Alba Reche. Cajera y viviendo en condiciones prec... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
NUEVA ADAPTACIÓN

Capítulo 5

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By HannahMtop


 El jeep subía sobre la avenida de Madison justo cuando una ligera nevada comenzó a caer. Natalia recordó su promesa de traer el Trivial Pursuit pero las oscurecidas nubes y lo tarde que era hicieron que decidiera no ir al centro comercial a comprarlo, prefiriendo llegar al hospital antes de que se hiciera demasiado tarde.

Caminó a través de la puerta abierta de la habitación de Alba solo para encontrar la cama vacía, un enfermero cambiaba las sábanas. "¿Dónde está la Srta. Reche?"

"Rayos X. La traerán de regreso en algunos minutos," el corpulento hombre respondió, metiendo la última esquina dentro. Fue a la silla que estaba en la esquina y se sentó para esperar el regreso de la mujer.

Quince minutos pasaron antes de que Alba volviese nuevamente al cuarto. La primera cosa que Natalia notó eran las frescas lágrimas que bajaban por la cara de la lesionada mujer. Los dos celadores tenían tanto cuidado como podían con su paciente pero Alba gritó de dolor cuando la cambiaron de la camilla de nuevo a su cama.

"Hey, ¿cómo te sientes?" preguntó la joven mujer suavemente, tirando de la dura silla de plástico más cerca a la cama.

Alba forzó una sonrisa en su cara para la mujer de cabello oscuro. Después de una larga noche de estar en agonía y de una aún más agotadora mañana de tener doctores y residentes que entraban para moverla y pincharla, la mirada de la mujer que hacía su recuperación posible fue completamente bienvenida. "Tomaron nuevas radiografías de mis piernas para asegurarse de que todo este ya colocándose correctamente." Su cara traicionó su dolor cuando se movió y frotó su cadera. "Me están dando algo para adelgazar mi sangre. El doctor Barnes está preocupado por la coagulación."

"¿Él dijo algo sobre cómo estás evolucionando? Quiero decir, no está previendo ningún problema a largo plazo, ¿verdad?" Natalia estiró su brazo y ayudó a acomodar una de las almohadas detrás de la cabeza de la rubia mujer.

"Ella me dijo que no sabremos nada hasta dentro de unas semanas ," Alba contestó.

"¿Ella? Bien, ¿qué piensas de ella? ¿Te pareció competente? Si no te gusta, Alba, solo déjamelo saber. Te traeré otro doctor." Las palabras salieron rápidamente y Natalia estaba justo tan sorprendida como Alba. "Quiero decir, si no estas contenta con la forma en que te está tratando, tienes el derecho de pedir otro doctor." Esperaba que su explicación no sonara tan pobre para Alba como lo hizo para si misma.

"No, ella está bien, de verdad. Quiero decir, no puede ayudarme me duele. Me ha dicho que esta dándome la dosis de calmantes mas alta que puede darme ."

"Si necesitas más..."

"No. Se que ellos no tienen nada mas fuerte para el dolor. Es solo que duele tanto todo el tiempo. Incluso cuando estoy durmiendo, me muevo y el dolor es tan fuerte que me despierta." Bajó la mirada desanimada en sus fracturadas piernas y tobillos. "Parece que el dolor nunca terminará," dijo con tristeza.

"Alba, esto puede no parecer así ahora, pero mejorarás. Esto solo tomará tiempo." Natalia intentó mantener su voz lo más calmada posible. "Queen es absolutamente un personaje," dijo, esperando que el cambio de tema pudiera ayudar a sacar de la mente de Alba sus lesiones.

"Ella es la mejor cosa que jamás me sucedió," dijo honestamente. "Siempre que la necesito, ella esta justo ahí. Todo lo que pide siempre es comida y atención."

"Y estoy segura que le das un montón de ambos," Natalia contestó.

"Bien, el amor y atención puedo darle siempre." Los ojos marrones adquirieron una mirada triste. "La comida no es siempre tan fácil." Levantó la mirada a las esculpidas facciones de su generosa benefactora. "Estoy segura que ella es muy feliz con usted."

"Alba, no te voy a quitar a Queen, créeme. Únicamente la estoy cuidando mientras que estás aquí. Una vez que estés de nuevo sobre tus pies, te la traeré, lo prometo."

"No se lo que voy a hacer," dijo suavemente, soltando unas lágrimas, tanto por el persistente dolor y del miedo de perder a su querida mascota nublaban sus ojos. "No puedo ocuparme de mí misma mucho menos de ella. No tengo ni casa"

"En esa casa no podría ni vivir una rata. Cuando salgas de aquí..."

"Cuando salga de aquí no podré caminar, no tengo dinero, y ni tendré un sitio para vivir," Alba dijo. "Usted debió haberme dejado allí en la calle."

"¡NO!" Natalia se levantó y se inclinó hasta que estuvo solo a pulgadas de la cara de Alba y miraba profundamente los ojos marrones. "Escúchame. Tú vas a caminar otra vez y no tienes que preocúparte de encontrar un lugar para vivir. Alba, no voy a dejar que te rindas así que no vas a tirar la toalla. Sé que eres una superviviente. 

"¿Qué se supone que haré cuando me den el alta? Ya han pasado cinco días. Tinet habrá cambiado seguramente las cerraduras ya. Él me advirtió que nunca me atrasara con la renta."

"Ese gordo abusón no se molestará en cambiar las cerraduras."

"Él me echó, ¿no es así?..."

"Sí," Natalia admitió. "Pero yo no te habría permitido continuar viviendo allí de todos modos. No es espacio para que un ser humano viva ahí e indudablemente no tu. Cuando te den de alta de aquí probablemente te enviarán a un centro de rehabilitación hasta que puedas caminar otra vez. Después de eso me aseguraré que consigas un lugar decente para vivir." Respiró hondo antes de continuar. "Alba, ambas sabemos que necesitas ayuda y que deseo ayudarte. Sé que has estado ocupándote de ti misma durante mucho tiempo pero ahora mismo necesitas a alguien más que cuide por ti. Por favor déjame ser ese alguien."

El cuarto quedó silencioso durante un minuto Alba bajó la mirada en su regazo, mordiendo su labio inferior. "No he tenido que depender de nadie y menos que se ocupe de mí durante mucho tiempo. Supongo que no tengo mucha elección ahora." Su cara traicionó su sensación de fracaso y la desesperación de su situación. "Esto es difícil para mí. Prefiero pasar privaciones que recibir caridad."

A Natalia le pareció increíble creer que fuera tan difícil para Alba aceptar la ayuda que le era ofrecida cuando las alternativas eran tan claras, pero cuando hizo una pausa para considerar la historia que la chequera decía, tuvo el sentido perfecto. Había una profundidad en el carácter de la joven mujer que ella no habría creído que todavía existiera en la edad moderna donde tanta gente parecía más que lista a aceptar cualquier cosa que el estado o el gobierno ofreciera, si ellos lo merecían o no. "No pienses en esto como caridad, Alba. No."

"¿Cómo te parece a ti?" Preguntó con curiosidad. Antes de que Natalia pudiera contestar, otra explosión de intenso dolor se disparó a través de la joven mujer, causando que su cara se arrugara con agonía. "Oh Dios, esto duele," silbó. "Esto duele tanto." Las lágrimas comenzaron a desbordarse por su cara y la rubia se toco las extremidades escayoladas. "Haz que esto pare, por favor haz que este dolor pare," suplicó.

Incapaz de eliminar el dolor, Natalia hizo la única cosa que se le ocurrió. Se sentó en el borde de la cama y le dio a Alba un abrazo, sin preocuparle que las lágrimas empaparan su blusa de seda. No importaba. Nada importaba excepto intentar ayudar a que la increíblemente valiente joven mujer lograra atravesar esto. "Está bien, Alba. Te tengo," murmuró en el dorado cabello mientras que su mano suavemente frotaba arriba y abajo la desnuda espalda expuesta por la bata del hospital.

"Esto duele... esto no parará de doler... oh Dios, por favor haz que pare, haz que pare duele tanto," Alba sollozaba, su agarre alrededor del cuello de Natalia se intensificó. Los fuertes brazos le envolvieron alrededor ofreciendo consuelo, algo que casi nunca había sido ofrecido a la joven mujer antes, y Alba lo aceptó agradecida.

"Lo siento, Alba, lo siento tanto," Natalia susurró una y otra vez, sintiendo que sus propias emociones amenazaban salir vaciándose por el dolor de la joven mujer, dolor causado por sus acciones en esa fatídica noche. "Todo va a estar bien. Shhh... está bien, ahora todo estará bien." Continuó haciendo tranquilizadores ruidos y sostuvo a Alba mientras los sollozos continuaron. Afortunadamente la enfermera llegó pocos minutos más tarde y puso a la lesionada mujer una inyección que la llevó a un inquieto sueño. Natalia permaneció por bastante rato, mirando a Alba dormir y deseando que hubiera algo, cualquier cosa que pudiera hacer para quitar el dolor que le había causado a la rubia platino.

*****

Alba despertó varias horas más tarde encontrándose sola. Presionó el botón de llamada para la enfermera.

"¿Qué necesita, querida?" La mujer de piel oscura dijo cuando entró.

"Nada realmente," Alba contestó, avergonzada sobre haber presionado el botón solo para ver otra cara. Habían pasado cuatro días desde que ingresó y la únicas personas que siempre veía era personal del hospital y a Eilan.

"Bien, me alegra que usted esté despierta," la enfermera dijo. "Es hora de comprobar sus signos vitales."

"¿Usted sabe hace cuánto tiempo la Srta. Lacunza se fue?" La mujer rubia preguntó justo antes que el termómetro encontrara su camino a su boca.

"¿Sería su amiga la que estuvo aquí temprano?" Alba asintió. "Se fue justo después de que yo continuara con mis deberes así que diría que fue más o menos una hora. Le dejó una nota."

Eso fue entonces lo que vio Alba el papel color crema doblado por la mitad colocado en la bandeja de la cama. Quiso alcanzarlo pero su brazo no era suficientemente largo. La enfermera se lo dio antes de envolver el puño negro de la presión arterial alrededor de su antebrazo. Alba dejó la nota sobre su pecho hasta que la enfermera terminara, prefiriendo leerlo en privado. Gimió cuando el puño se apretó más y más alrededor de su pequeño brazo. Cuando ella pensó que no podría estar posiblemente más apretado oyó el silbido del aire que era liberado. "Bien. Su presión es buena y su temperatura es normal. A este ritmo usted estará fuera de aquí en un santiamén." La enfermera quitó el apretado puño de velcro e hizo una anotación en la tabla. "Su cena estará aquí pronto y regresaré más tarde para revisarla."

"Gracias." Alba sonrió, le habían dado comida sólida el día anterior y su apetito había vuelto más fuerte que nunca.

Una vez que la enfermera salió Alba tomó la nota y la desdobló. Allí en el papel membretado Lacunza estaba una nota de Natalia.

Alba,

Tuve que volver a la oficina para ocuparme de algunas cosas. Estaré de regreso con tiempo para Pasapalabra. Intenta descansar y no tengas miedo de pedir más medicamento si los necesitas. Deja espacio después de la cena. Espero que te guste la comida china.

Nat

Los dedos de la joven mujer se deslizaron sobre la textura del papel. Mientras que su propia caligrafía era pequeña y ordenada, la de Natalia estaba llena de florituras y estilo. Sonrió en el comentario sobre dejar espacio después de la cena. Cuando llegara la comida, Alba sabía que podría siempre comer todo delante de ella y después algo más. Presionó el control remoto de la televisión, una vez más silenciosamente agradecida de su benefactora, y observó que estaban pasando las noticias locales. Eso significaba que faltaba menos de una hora para que Natalia volviera. Alba tomó el peine de plástico de la mesa y lo pasó a través de su dorado cabello, intentando mirarse un poco más presentable a su nueva amiga.

"Mi amiga," dijo en voz alta, sonriendo en el pensamiento. Pensó sobre la manera en que había llorado tan duro antes y lo bien que se sintió ser sostenida por Natalia. En sus brazos, se sentía segura, cuidada, confortada. De manera extraña, Alba se encontró deseando esa sensación otra vez, ser sostenida en esos fuertes brazos, para oler la ligera fragancia de perfume en el bronceado cuello de la alta mujer, para sentir la compasión y la ternura dentro de su tacto y voz. Alba todavía no entendía por qué Natalia  la había elegido para ser su amiga pero estaba agradecida que lo hiciera.

La rueda de la fortuna estaba sobre la mitad cuando Natalia entró en el cuarto, con un bolso pequeño de comida que olía deliciosamente en una mano y el siempre presente maletín en la otra. "Hola allí."

"Hola," la joven mujer contestó, alegremente olfateando el aire cuando Natalia dejó el bolso en la bandeja de la cama y, después de dejar su cazadora de piel en el respaldo de la silla y el maletín en el piso, tomó su acostumbrado asiento junto a la cama. "Olores maravillosos."

"¿Guardaste espacio? Traje camarón chow mein y costillas asadas a la parilla sin hueso," Nat decía mientras sacaba las cajas blancas de la bolsa junto con dos juegos de utensilios de plástico.

"Cuando hay comida, siempre tengo espacio," Alba contestó, tomando el tenedor de plástico que le era ofrecido. Sus piernas palpitaban pero el dolor de alguna manera parecía estar disminuyendo por la presencia de su nueva amiga.

"No me dieron ningún tazón o plato así que tendremos que compartir," Natalia dijo cuando abrió las cajas para revelar el vapor de la comida caliente. "No sabía lo que te gustaba pero imaginé que no podría equivocarme con las costillas."

"Nunca he probado camarón chow mein pero sí, las costillas no durarán mucho." Su tenedor estaba dirigiéndose ya para la caja.

"Oh, tienes que probarlo. Es realmente bueno." Retiró un tenedor de chow mein y lo puso dentro de su boca, atrayendo el aire adentro al mismo tiempo para probar y contrarrestar la ardiente temperatura caliente de la comida. Alba estaba encargándose de las costillas de cerdo, empujaba varios pequeños trozos de carne en su boca y tarareaba con deleite.

"Oh, esto está taaann rico," murmuró alrededor del bocado de cerdo. "Gracias."

"De nada. Incluso hemos conseguido las galletas de la fortuna para el postre." Puesto que a Alba no se le ocurrió nada para hablar con el alimento en su boca, Natalia se relajó e hizo lo mismo. "No he tenido tiempo para parar en alguna parte para cenar así que pensé elegir algo y traerlo aquí."

"Oh, me alegra que lo hicieras. Esto es delicioso," Alba dijo. "Gracias." Cogió la caja de chow mein cerca de su boca y"Oh, esto está bueno."

"Te lo dije," Natalia sonrió, contenta que su elección fuera tan bien recibida. "¿Así que dime descansaste bien? Siento haberme ido pero tenía algunos asuntos de los que ocuparme en la oficina."

"¿Está todo bien? Estarme ayudando no está causando ningún problema, ¿verdad?" Alba preguntó con preocupación, no deseando hacer algo que agregara estrés a su nueva amiga.

"No Alba, mis problemas son con una de las divisiones." Dejó su tenedor y dio un educado eructo. "Oh, está bueno. Había olvidado lo sabrosa que es la comida china." La música del tema musical para Pasapalabra comenzó en la televisión seguida por el anfitrión que presentaba a los concursantes. "Tu no me contestaste. ¿Tuviste un buen descanso?"

"Sí, dormí muy bien, gracias." Miró a los ojos marrones de la empresaria. "Gracias por permanecer hasta que me quedé dormida."

La enfermera regresó interrumpiendo su picnic. Dio una mirada en las dos cajas vacías y las miradas culpables en las caras de las mujeres y frunció el ceño. "Usted realmente no debe traer comida al hospital," regañó. "Srta. Reche, usted tiene una dieta especial, ¿no es así?"

"No. Lo siento. Le pedí que ella trajera esto," Alba dijo, intentando tomar la culpa.

"En el futuro usted realmente debe apegarse a la comida que servimos. Nuestros nutricionistas trabajan duramente para diseñar un menú..."

"Ese es Abraham Lincoln," Alba dejó escapar, su atención en el programa y no en la conferencia que ella estaba recibiendo.

"Nop, fue Johnson."

"No. Él no tomó la oficina en febrero, él la tomó en abril." El anfitrión confirmó que la respuesta de Alba era correcta con las fechas en que ocurrió la sucesión presidencial. La enfermera miró a las dos mujeres concentradas en la televisión y cejó en su intento de explicar por qué la comida china no era tan buena para un paciente como la comida del hospital. Salió del cuarto sabiendo de lleno adonde iba a ir en su descanso a cenar.

Justo cuando el tema musical estaba finalizando el aviso vino en los altavoces que la hora de visita había acabado. "Supongo que es mi señal para irme," Natalia dijo renuente. "Te veré mañana." Se levantó y tomó su chaqueta. "Oh, casi me olvido." Metió la mano en el bolsillo y sacó una tarjeta de visita y una pluma. "Déjame darte mi número en caso de que quieras llamar o si quisieras que te trajera algo." Escribió su número de teléfono privado abajo al reverso de la tarjeta y la dejó en la bandeja de la cama después recogió las cajas vacías de la comida y la bolsa. "De verdad, si deseas o necesitas algo, solo dame una llamada. Estoy normalmente levantada hasta las once." Alisó una arruga imaginaria en la manta antes de ponerse su cazadora. "Descansa bien, Alba. Te veré mañana."

"No quiero impedir tu trabajo."

"Confía en mi, yo mucho prefiero estar aquí que allí. Estaré por aquí después del desayuno. Recuerda lo que dije. Llámame siempre que desees, incluso si es solo para hablar." Solo para estar segura, Natalia empujó el teléfono un poco más cerca en la mesa lateral.

"Gracias. Buenas noches, Natalia."

"Hey, llámame Nat. Todos mis amigos lo hacen," dijo con una sonrisa.

"Nat. Buenas noches, conduce con cuidado." Alba no notó la mirada que destelló a través de la cara de la mujer más mayor antes de ser cubierto con una fingida sonrisa.

"Buenas noches, Alba."  

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