Capítulo 29

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Elena tenía agarrado a Damion y Joan estaba sosteniendo a Alvaro mientras los dos chicos se lanzaban insultos el uno al otro. "Tú hiciste trampa."

"¡No hice!"

"¡Si que hiciste!"

"¡No hice!"

"¡Suficiente!" La voz de Nat retumbó sobre las ruidosas protestas. "Me da igual quién hizo trampa o de quién era el turno. Si ustedes dos no pueden jugar agradablemente yo voy a apagar eso." La amenaza no había detenido a los dos hermanos de discutir una y otra vez.

"Pero él comenzó esto."

"¡Damion!" Ambos padres gritaron.

"Nat." Alba se apoyó sobre sus muletas. "Tú madre está en el teléfono." Cuando la alta mujer pasaba, le habló en una voz más baja. "Ella parece que ha estado llorando." Eso hizo a la mujer de cabello oscuro vacilar por un segundo antes de tomar el teléfono. Un padre llorando nunca significa algo bueno.

"¿Mamá? Ma... Mamá... Mamá, para de llorar. No puedo entenderte." Silenciosamente indicó para que Alba llamara a Elena. "Ok, dímelo otra vez, lentamente." La pelirroja entró en la cocina justo cuando Nat intentaba unir las piezas que su histérica madre le estaba diciendo. "¿Están seguros? mamá ok, está bien, tranquila... ¿qué dice él?" Se volteó de espaldas a la otra mujer y se apoyó contra la plataforma. "Mamá, escúchame cuidadosamente, dijo seguro que ese es Santi?" En la mención del nombre de su hermano, la mano de Elena fue a su boca.

"¿Pasa algo?"

"¿Quién te llamó?" Nat preguntó cuando alejaba a su hermana. Tenía bastante para intentar entender lo que Carmen estaba diciéndole. "No, Elena está aquí. Pasaremos y te recogeremos, sí mamá, estaremos allí en quince minutos, no. No llames a nadie más. Si necesitan ser llamados, lo haré más tarde. No, no llames un taxi. Estaremos justo a allí. Sí, lo prometo... adiós." Presionó el botón de apagado y dejó el teléfono abajo en la barra.

"¿Nat?" Elena dio un paso adelante. "¿Le pasó algo a Santi?" No hubo respuesta. "¿Nat?"

"Santi..." De espaldas a ellas, se agarró del borde de la barra. "Él estaba yendo hacía el este en el carril del oeste de la autopista."

"Oh mi dios," Alba susurró. Nat se empujó a si misma para situarse y hacerles frente.

"Alba, necesito que vigiles a los niños hasta que volvamos. Estoy segura que solo comerán pizzas y jugarán vídeojuegos."

"Por supuesto," la joven contestó. "Cualquier cosa. Sabes eso."

"Traeré a Joan y nuestras chaquetas," Elena con voz temblorosa. Salió del cuarto para ir por su marido. Alba cojeó hacía su alta compañera. Por varios segundos, ninguna habló. Finalmente Nat rompió el silencio.

"No sé que tan tarde estaremos. Intenta meterlos a la cama a las diez. Hay suficientes habitaciones para que escojan."

"Me ocuparé de eso," Alba prometió. Levantó su mano y acunó la mejilla de la mujer más mayor. "Te amo."

Los ojos de Alba brillaron y sonrió. "¿Cómo sabes qué decir?" Tiró de su amor acercándola y la besó en la cabeza. "Te amo también, Alba. No mates a los niños ni juegues ningún juego que implique que te amarren, ¿Ok?"

"Creo que puedo manejarlos. Tienes cosas más importantes de que preocuparte." Sintió a Nat dar un paso atrás y se dio cuenta que Joan y Elena habían entrado al cuarto.

"Te llamaré tan pronto como sepa algo."

"No pueden tener nada de cafeína o azúcar después de las siete. Pablo tiene que estar en cama a las ocho y los otros niños pueden permanecer levantados hasta las diez." Elena dijo mientras buscaba en su bolso. "No puedo encontrar las llaves. Joan, ¿dónde están las llaves?" Su labio inferior temblaba y sus manos comenzaron a temblar.

Accidental Love ( Adaptación Albalia)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz