Accidental Love ( Adaptación Albalia)

Capítulo 42

Nat estaba sentada en el sofá, el colgante que le había dado a Alba para Navidad en sus manos. No había recibido noticias de Elena y la ejecutiva temió que la intervención de su hermana no tuviera efecto en Alba. Las lágrimas salían libremente, mojando sus manos con las saladas gotas. El sonido de la puerta corrediza abrirse atrajo su atención hacia la cocina. Cuando vio a Elena entrar a la sala de estar sola, el corazón de Nat se hundió. Abrió su boca para hablar pero no hubo nada para decir. Fuiste a por Alba y ella no volverá.

"¿Nat?"

"Todo está bien, Elena. Sé que hiciste lo posible." Miró fijamente el colgante. "¿Ella... dijo algo?"

"Dijo muchas cosas, pero quizás sería mejor si se lo preguntas tú misma." Fue entonces que la puerta corrediza se cerró, alertando a Nat que Elena no estaba sola.

"¿Está aquí?" Se levantó y rápidamente se limpió las huellas de las lágrimas en su cara. "¿Está ella aquí?" A toda velocidad pasó a su hermana y entró a la cocina sin esperar una respuesta.

Alba apenas tuvo tiempo para dejar a Queen en el piso antes de que se encontrara cogida en los fuertes brazos de Nat. El bastón chocó ruidosamente en el piso cuando la alta mujer la hizo girar dándole vueltas, abrazándola apretadamente. "Estás... aplastando... me."

"Oh, lo siento." Nat rápidamente dejó a su amante abajo y recuperó el bastón. "Es solo... bien..."

"Todo está bien," dijo Alba, estirando su brazo para tomar la mano más grande en la suya. Estaba sorprendida de ver una expresión tan demacrada en la cara de Nat. Se dio cuenta que la separación había sido justo tan dura para su amante como lo fue para ella. "Te extrañé también."

"Por favor no te vayas otra vez," Nat rogó. No había intentado sonar tan desesperada pero el pensamiento de no tener a la rubia en su vida era demasiado para soportar. "Haré cualquier cosa... solo no te marches."

"No puedo prometer eso," dijo Alba tristemente, apartándose y apoyando la mano contra la barra. "Tengo preguntas, Nat. Necesitamos hablar."

"Creo que esa es mi señal para irme," Elena se dirigió dentro de su posición en el arco entre la cocina y la sala de estar. "Hermana, saca la maleta de Alba de mi coche."

Los ojos de Nat nunca salieron de su amante. "Seguro... vuelvo enseguida, ¿Ok?"

"Estaré aquí," la joven mujer contestó suavemente, dando una tenue sonrisa. La ejecutiva renuente abrió la puerta corrediza y salió. Elena se acercó y puso su mano en el hombro de Alba. "¿Vas a estar bien?"

"Si," asintió, dando vuelta de frente a la pelirroja. "Gracias."

"Alba, sé que ella te lastimó pero que no olvides como fácilmente puedes lastimarla también. Sé benévola con mi hermana. Te ama mucho." Cuando Nat volvió, Elena se despidió y salió.

Una vez que estuvieron solas, un incómodo silencio cayó sobre las amantes. Estaban en la cocina perdidas en sus propios pensamientos y miedos. Queen se metió dentro del cuarto y distinguió libremente el negro de los pantalones de Nat. "¿Mrrow?" Se frotó contra su alta dueña y comenzó a ronronear.

"Hola bichito." Se agachó y recogió al feliz gato. "¿Cómo has estado? ¿Estuviste cuidando bien a mami?"

"Te extrañó, sabes," dijo, moviéndose un par de pasos más cerca. "Se la pasó llorando por ti y mirando a la puerta." Bajo la mirada al suelo. "Me lo pasé llorando también," agregó quedamente. Nat bajó a Queen y cerró la restante distancia entre ellas justo cuando los labios de Alba comenzaron a temblar. "Esto se sentía como alguna clase de horrible pesadilla de la que no podía despertar." Los brazos de Nat la rodearon justo cuando la mujer se derrumbó en lágrimas.