El Secreto de su Arte (#3 Sag...

By darlis_steff

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Valerie Evans - la famosa presentadora del programa de televisión de talla mundial InfoNews - es descrita co... More

El Secreto de su Arte
De los secretos...
Prólogo
Capítulo Uno: Antigua pecadora
Capítulo Dos: Fuera de zona de confort
Capítulo tres: Es lo que tú seas que quiera
Capítulo cuatro: Voluntarioso
Capítulo Cinco: Garabatos
Capítulo seis: Libre, valiente y enérgica
Capítulo siete: inexistente amistad, abundante pasión
Capítulo ocho: Un domingo diferente.
Capítulo nueve: la obra de arte de Valerie
Capítulo Diez: Cuestionar es de humanos
Capítulo once: Un extraño escenario
Capítulo Doce: noche de chicas...Y chicos
Capítulo trece: ¿Quién es Edmun Matters?
Capítulo catorce: Moritz significa hermano
Capítulo quince: Reencuentro (Parte I)
Capítulo Quince: Reencuentro (Parte II)
Capítulo Dieciséis: Vencer una pesadilla
Capítulo Diecisiete: Celebrar las diferencias.
Capítulo dieciocho: Pequeñas similitudes
Capítulo Diecinueve: Verdades a medias.
Capítulo Veinte: Cautivante
Capítulo Veintiuno: Piezas encontradas (Parte II)
Capítulo veintidós: Entre familia
Capítulo Veintitrés: La familia InfoNews
Capítulo Veinticuatro: La fiesta del año
Capítulo Veinticinco: El salvaje y la gata
Capítulo Veintiséis: Caótico, inesperado y austriaco
Capítulo Veintisiete: Familia Schwarzenberg.
Capítulo Veintiocho: Los días por Austria
Capítulo Veintinueve: Sucesos de una boda (Parte I)
Capítulo Veintinueve: Sucesos de una boda. (Parte II)
Capítulo Treinta: Austria. Tiroteos. Heridos. Muertos. Crimen organizado...
Capítulo Treinta y uno: Arte e imprudencia
Capítulo Treinta y Dos: Lo siento, pero... (Parte I)
Capítulo Treinta y Dos: Lo siento, pero... (Parte II)
Capítulo Treinta y tres: Un pasado que duele (Parte I)
Capítulo Treinta y tres: Un pasado que duele (Parte II)
Capítulo Treinta y Cuatro: Decisión importante
Capítulo Treinta y Cinco: Dejarse caer.
Capítulo Treinta y Seis: Lucas
Capítulo Treinta y Siete: Familia InfoNews
Capítulo Treinta y Ocho: Caja misteriosa
Capítulo Treinta y Nueve: La familia
Capítulo Cuarenta: Con su cuerpo, sus palabras y su corazón
Capítulo Cuarenta y Uno: ¿Qué gano yo?
Capítulo Cuarenta y Dos: Denise.
Capítulo Cuarenta y Tres: El principio del final(PARTE I)
Capítulo Cuarenta y tres: El principio del Final(PARTE II)
Capítulo Cuarenta y Cuatro: Un demonio llamado Luhanne.
Capítulo cuarenta y cinco: A salvo
Capítulo Cuarenta y Seis: Alexa Blacke
Capítulo cuarenta y siete: Pensamientos
Capítulo Cuarenta y ocho: Sucesos inesperados
Capítulo cuarenta y nueve: Un Lord y una Duquesa
Capítulo Cincuenta: Colores
Capítulo cincuenta y uno: El Secreto de su Arte (Final)
Edmun
Epílogo
Cartas
El Motivo de su Arte

Capítulo veintiuno: Piezas encontradas (Parte I)

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By darlis_steff


Capítulo veintiuno: Piezas encontradas.(Parte I)

Valerie.



Muerdo mi labio como si de alguna forma ese gesto pudiese contener todo lo que estoy sintiendo cuando me adentro a este territorio tan privado de Edmun.

Al igual que en su sala, las paredes tienen una base de pintura blanca, pero en ella hay muchos bocetos y parece que el lugar es lo suficiente amplio para que quedé mucho por rellenar. El techo cuenta con unas pocas pinturas, pero son tan intensas y maravillosas que estiro mi mano como si pudiese tocarlo. Como si todo ese arte estuviese al alcance de mis manos.

Estos bocetos son muy intensos y privados, porque nunca los he visto en lienzos siendo exhibidos. De igual manera, hay algunos lienzos dejados en algunos lugares de la amplia habitación y todo parece un desastre de pinturas, carboncillos, lápices, hojas y lienzos. Es un desastre increíble, uno que te cuenta una historia. Que te da un indicio de cuánto significa el arte para Edmun, su arte.

— ¿Es aquí donde creas tus obras?

—Las personales —responde caminando hasta detenerse unos pocos pasos por delante de mí y observando alrededor—. La mayoría de las pinturas que se venden o son exhibidas, las realizo en el jardín o el salón más pequeño que tengo en el otro ala de la casa —Se encoge de hombros—. Solo unas pocas salen de aquí.

— ¿Por qué?

—Porque lo que hago aquí es demasiado...

— ¿Tú? —completo y asiente con lentitud.

—Algunos sangran demasiado secretos o son muy difíciles de exponer, me gusta conservar algunos trozos de mi alma para mí. No soy de compartirme con el mundo, soy egoísta y algunas veces solo lo mantengo todo como mío, receloso de que cualquiera pueda ver más de lo que deseo.

—Pero yo puedo verte, Edmun —Camino hacia él, no despega su mirada de mí—. ¿No te asusta?

—Sí, pero también me intriga.

— ¿El qué? —Me detengo frente a él. Tiene la capacidad de hacer que mi respiración se acelere con una mirada.

Su mano toma la mía y su pulgar acaricia mis nudillos, hay tanta intensidad en esos ojos grises.

—Que logras ver más de lo que quiero, incluso cuando no sabías que era mi mierda, tú lograbas entenderla. Entenderme, contactar con todo mi caos tormentoso.

—Creí que el pintor austriaco tenía un alma que conectaba con la mía —Me sonrojo, los dedos de la mano que no acarician la mía, alzan mi barbilla para que lo mire.

— ¿Y ahora?

—Ahora creo que tienes un alma hecha pedazos, que se encuentra asustada de encontrar sus partes para unirlas —Hago una pausa, mis dedos se deslizan entre los suyos, entrelazándolos. Le sonrío—. Creo que nos complementamos.

»Y no te asustes, ésta no soy yo buscando una relación —De acuerdo, admito que esa idea me parce atractiva, pero supongo que esto es una intensa aventura—. Soy yo diciéndote que me gustan los pedazos dispersos de tu alma.

— ¿No buscas una relación, Valerie? —Sus dedos acarician mi mejilla—. Entonces, ¿Qué es lo que quieres?

Es una pregunta llena de tanto. Sí, admito que este hombre me desarma, que cuando pienso en él no se trata solo de lujuria. A menudo pienso en su personalidad, sus gestos, su inteligencia y manera de llevar la vida. Cuando él tiene esos gestos de acariciarme con cuidado, me hace desear que fuese más.

Sí, me dije que quiero acostarme con él, que estoy en pro de la aventura casual, pero si él me ofreciese más que eso, no lo rechazaría. Porque lo veo más que un medio con el cual conseguir satisfacción sexual, lo veo como una persona con muchos matices que me cautiva y se mezcla con mis propios colores.

—Quiero que si estás conmigo...En lo que esto sea, no estés con otras mujeres. Quiero que si es solo lujuria, me lo hagas saber. Y si esto tiene una fecha para perecer, dímela.

La mano que mantiene entrelazado sus dedos con los míos, se libera para ir a mi rostro, ahora ambas lo sostienen con un delicado agarre en mis mejillas.

—Esta habitación es un poco como mi interior. Alex y Matt lo han visto, confío en ellos y Dietmar ahora porque vive conmigo —Hace una pausa significativa—. Y ahora lo has visto tú.

»Tengo experiencia, niña buena. He tenido sexo en aventuras de noches o solo una y ninguna de ellas vieron esto. ¿Qué te dice eso? ¿Crees que eso grita aventura?

En mi interpretación eso podría gritar muchas cosas, pero no quiero ilusionarme. Lo hice en el pasado y no resultó muy bien. Él necesita ser exacto en sus palabras, en lo que quiere, lo que espera.

—Quiero saber qué crees tú que grita eso —susurro.

No me responde con palabras.

Él lame sus labios y luego cubre los míos con ellos. Es la primera vez que Edmun me besa con tanta delicadeza, lentitud e incluso me atrevería a decir que ternura. Hay una leve caricia de sus dedos contra mi mejilla. Mis manos van a su abdomen y tomo en puños la tela de su camisa. Dejo que me bese de una manera que eriza los vellos de mi cuerpo y me hace desear más. Es lento como si quisiera poco a poco ir rompiendo mis barreras, derretirme y hacerme fundir en él.

Cuando se aleja, deja besos húmedos en la esquina derecha de mi boca y luego siento su lengua barrer sobre mi labio inferior, dejo escapar una respiración temblorosa. Mis manos liberan su camisa y se deslizan hasta su cuello, me pongo de puntillas y lo obligo a doblarse lo suficiente para que sus ojos estén a la misma altura de los míos.

—Quiero verte —susurro.

Eso parece desconcertarlo porque su ceño se frunce, apuesto que en un futuro tendrá líneas de expresión, siempre está haciendo eso. Luego una de sus cejas se enarca.

—No quisiera decir lo obvio, pero me estás viendo.

—Quiero verte pintar —aclaro.

Sus ojos se abren más de lo habitual durante unos cortos segundos antes de que ponga esa molesta expresión indescifrable en su rostro. Libera mi rostro y retrocede un poco tenso, no me doy por vencida y afianzo un agarre en su camisa, tirando para llamar su atención, se voltea a verme.

—Por favor, me gustas como eres. También me gusta esta faceta de ti y me sentiría honrada si me dejaras ver un poco más.

— ¿Qué tan dispuesta estás a ello?

—Mucho —respondo de inmediato.

Debería darme cuenta que esa es una declaración peligrosa, pero ya es demasiado tarde.

Lleva su mano a la mía y quita mi agarre, luego se acerca a mí. Parece que una sonrisa coquetea en su boca y sus ojos brillan. Su brazo se estira y su dedo dibuja sobre el primero botón de mi vestido. De acuerdo, eso ha sido inesperado.

—Yo pinto, tú modelas —sentencia.

—Espera... ¿Qué? —golpeo su mano alejándola, ahora la sonrisa es un poco más evidente en su rostro.

—Escuchaste bien, niña buena. Para pintar necesito inspiración, tú me inspiras mucho en este momento —Estira de nuevo sus dedos hacia el botón de mi vestido—. Además, dijiste que estás muy dispuesta.

—No soy una modelo.

—Uhm...

Su mirada viaja desde mis pies a mi cabeza y luego hace el recorrido de regreso. Trago cuando esos ojos ardiendo llegan una vez más a mi rostro.

— ¿Qué? —Casi susurro.

—Para mí luces perfecta para ser pintada. Esa mirada seductora, pero con su toque de inocencia y curiosidad. Esos labios carmín con un toque cereza conteniendo sonrisas secretas y atrayentes para ser devorados. ¿Y tus curvas? Sí, estoy deseoso de descubrir eso —Deshace el primer botón—. Pero lo más hermoso y desafiante de pintar en una modelo como tú, es todo ese brillo propio que emana de ti. Porque brillas tanto...Niña buena.

—No estoy acostumbrada a esto, no puedo quedarme tranquila mientras me dibujas o pintas, yo...

—Tranquila, empezaremos suave —promete deshaciendo otros tres botones.

Cuando deshace el botón por encima de mi ombligo y mi sujetador de seda, así como parte de mi torso queda a la vista, parece complacido. Sus dedos acarician mi clavícula y yo muerdo mi labio inferior. Se inclina y me da un beso rápido.

—Ahora vuelvo. No te muevas.

Asiento y lo veo ir hacia una de las esquinas donde se encuentra un armario, de el saca lo que luce como una sábana acolchada. No habla, mira a su alrededor y luego la deja en uno de los laterales, en donde hay unos pocos bocetos de colores en la pared. Se gira hacia mí.

—Sé que no puedes manejar una sesión de pintura o dibujo completo ahora, pero podemos empezar con lo básico.

— ¿A qué te refieres con comenzar? ¿Esperas que sea más de una vez?

No me responde, en lugar de eso toma mis manos y me hace caminar hacia la sabana, me señala que me agache y cuando lo hago me pide que me arrodille. Sus manos separan mis muslos dejando una pequeña brecha entre ellos y siento su aliento contra la piel de mi torso. Deja un beso por debajo de la franja de tela de mi sujetador y luego sus manos están en mis costados.

—Voy a tomar fotografías, luego las usaré para pintarte. De esa manera no tendrás que posar por horas esta primera vez —Debe ver las alamas en mis ojos—. No voy a publicar las fotos, ni siquiera tengo alguna red social.

»Vi que hiciste una campaña para una línea de lencería hace un tiempo, aquí estarás más cubierta. No te verás vulgar, Valerie. Te verás de la forma en la que yo lo hago y no venderé esas pinturas, serán nuestras. Lo prometo.

Sus palabras son significativas. Nuestras, me gusta cómo suena eso y el hecho de que por primera vez me haga una promesa sobre la que suena muy serio.

— ¿Pasaste tiempo en internet buscando esa campaña, cierto? —intento bromear y sonríe.

—Me declararé culpable. Te mirabas inalcanzable con un buen toque de perfección. Me gustaron.

—A mí también.

Estuve tensa y nerviosa al principio, pero la lencería que dejaron para mí, ni siquiera mostraba tanto como la de mis amigas, pero eran tan sensuales que en aquel momento llegué a pensar que mi cuerpo no le haría la suficiente justicia, pero eso fue antes de que me viera en un espejo y me enamorara de lo que veía, lo poderosa que lucía y me sentí tan sexy, tan deseada que cuando salí a ser fotografiada poco a poco me fui relajando y cuando vi los resultados, estuve orgullosa de ello.

—Está bien, voy a hacerlo, Edmun. Pero no haré fotos desnudas.

—De acuerdo... —Su sonrisa se hace ladeada—. Pero, qué te parece en un futuro, cuando estés familiarizada con ser pintada sin necesidad de guiarme con una fotografía, cuando puedas posar por horas ¿Dejarme pintarte desnuda?

Lo miro durante cortos segundos y luego rio.

—Sí, no veo eso sucediendo —Le informo.

—Me reservo mi derecho a la esperanza y a asumir el reto.

Sus manos ascienden y bajan las mangas de mi vestido hasta dejarlas agrupada entorno a mis codos. Su boca baja y deja un beso en mi hombro, justo al lado de la tira de mi sujetador. Sus dedos se pierden en mi cabello y luego me besa. Esta vez no hay lentitud. Es apasionado, avaricioso y candente. Cuando se aleja, estoy sin aliento y su índice se pasea por la curva de mis labios.

—Estás preciosa, luces como el deseo si tuviese un rostro —Su nariz acaricia mi mejilla, suspiro—. Eres la mejor obra en la que he posado mis ojos.

—No necesitas decir palabras bonitas, ya acepté que me pintaras.

—No me gusta jugar con las palabras. Hablo poco, pero cuando lo hago, digo todo lo que creo. No olvides eso, niña buena.

Me da otro suave beso antes de alzarse. De nuevo camina hacia el armario, esta vez vuelve con una cámara en sus manos. Mientras la enciende y parece ocupado configurándola, mis nervios me hacen ver hacia el techo y observar los pocos bocetos que permanecen ahí. Uno en particular se trata de un paisaje hermoso de montañas sobre una larga extensión de agua azul, pequeñas casas se encuentran instaladas en ellas. Luce como un paraíso y tal vez, es un lugar al que anhela conocer, visitar o...Volver.

Bajo la vista hacia una de las esquina, el dibujo es pequeño. Parece un jardín, una manta de bebé azul cielo destaca contra el pasto. Conociendo lo que hasta ahora me ha dejado saber Edmun, puede lucir simple a la vista, pero debe tener algún significado.

— ¿Lista?

—Esto me pone un poco nerviosa.

El hecho de que me mire hace que las puntas de mis pechos se hagan evidente contra la delicada tela de mi sujetador, tal vez debí optar más por el algodón, ese me hubiese protegido más de la evidencia de las reacciones de mi cuerpo.

Soy esta mujer de rodillas separadas, vestido abierto hasta su ombligo, mangas en los codos, cabello despeinado, medias pantys negras acompañadas de unos zapatos de tacones que no me he quitado. Apuesto que sus dedos hicieron un desastre en mi cabello, que mis labios tiene evidencia de sus besos y mi mirada ¡Cielos! Seguramente lo miro de una manera nada inocente porque lo deseo tanto.

— ¿Qué te haría sentir más a gusto? —pregunta con paciencia.

— ¿Puedes responder más preguntas para mí? —Admito que me aprovecho y creo que puede notarlo—. Para distraerme, claro.

—La distracción —Parece meditarlo, luego asiente—. Está bien. Ahora, relájate. Solo somos tú y yo.

—Y una cámara —agrego. Él ríe por lo bajo tomándome por sorpresa.

—Haz de cuenta que somos un trío.

—Eso no es tranquilizador.

Apunta con su cámara, desde una pequeña distancia de mí, y captura una foto en donde seguro luzco tan tensa como me siento.

—Vamos, niña buena. Haz tus preguntas y déjame capturar tu belleza.

No empiezo con tacto. Mi pregunta viene con fuerza.

— ¿Piensas en Gesine?

Se paraliza y alza la vista de la cámara para observarme, mira hacia la pared antes de volver su vista a mí.

—Sí, a veces —La respuesta escuece—. A veces me preguntaba qué hubiese pasado si ella hubiese aceptado venir conmigo. Si de verdad la amaba, si de verdad me amó. Preguntas como esas en ocasiones rondan mi mente o al menos, antes, lo hacían.

— ¿Piensas en qué fue de ella?

—Sé lo que sucedió —Se encoge de hombros y se agacha para tomar una foto, lamo mis labios—. Su familia y la mía son cercanas. Además, es la prometida de mi hermano Niklas.

— ¿El que te atacó? —Estoy sorprendida y desconcertada.

—Sí y el que nació después de mí —Apunta la cámara—. Relájate, Valerie.

Respiro hondo y poco a poco lo hago. Quiero verme en las fotos y posterior a ello en sus pinturas, de la manera en la que me hace sentir, en la manera en la que he aprendido a verme: poderosa, exitosa y apasionada. Así que supongo que eso me alienta a sacar las mangas de mis codos y dejar que el vestido se arremoline entorno a mis caderas.

Edmun exhala con lentitud y se dedica a observarme. Ladeo mi cabeza a un lado para que mi cabello caiga, entrelazo mis manos y las dejo en medio de mis piernas. Edmun lame sus labios y luego muerde el inferior antes de hacer uso de la cámara y capturarlo.

Vuelvo de nuevo a la conversación. Su ex se casará con su hermano.

— ¿Qué opina tu familia de que ella se case con tu hermano? Estuvo comprometida contigo.

—No sé con certeza qué tanto celebran, pero Anton y Luhanne deben de estar felices, son buenas noticias para los negocios familiares. Sé que Niklas está feliz.

— ¿Eso dice Dietmar?

—No, eso dijo él cuando me llamó un par de veces para dejarme en claro que ella era suya. Supongo que tiene la falsa creencia de que peleamos por un juguete. Excepto que yo no pelo por ella, no tengo interés en hacerlo.

»Obtendrá lo que quería, un hombre que cumpla todos sus caprichos, una vida que su familia apruebe y técnicamente el sucesor de la familia Schwarzenberg, al yo haber desertado. Triunfó.

Me pregunto si el hermano de Edmun siente que triunfó, en realidad quisiera saber cómo se siente sobre todo esto. Pareciera que entre esos dos hay mucho más que la enemistad por el amor de una chica.

Edmun se arrodilla y le sonrío, su comisura derecha se estira un poco mientras me fotografía.

— ¿Piensas mucho en tu exesposo? —pregunta.

—No de manera romántica —respondo con honestidad—. Antes me torturaba mucho pensando en qué pude haber hecho mal o fallar, pero conversamos hace poco tiempo y eso me ayudó a cerrar ese capítulo de mi vida.

»Pienso en Jocker, pero no con añoranza o deseo. He avanzado y de hecho me pone feliz bien cómo marcha su vida. Sé que él también es feliz por mí.

—Es un buen tipo en su trabajo, suelo olvidar a veces su nombre por eso no lo identificaba de inmediato cuando me diste su nombre, pero su trabajo y artículos son impecables.

— ¿Has leído mucho de él?

—Leí algo en particular en lo que fue muy certero —Pero no me dice qué fue y eso me deja con incertidumbre, sin embargo tiene esa mirada que me hace saber que no me dirá más al respecto.

— ¿No extrañas Austria? —pregunto, hace una pausa.

Por un instante hay una mueca de dolor en su rostro, luego sacude su cabeza.

—Extraño a mi madre, extraño los hermosos paisajes y a veces me gustaría hablar en las lenguas maternas con las que crecí —Me mira—, pero hay otras cosas de esa vida que no extraño. Malos recuerdos.

»Fui un niño que muchas veces debió ser adulto y a veces solo fui un daño colateral. No quiero seguir el legado de mi familia y no quiero ser parte de ellos. Si para conseguir una vida diferente debo alejarme de muchas cosas que anhelo, adelante, puedo hacerlo.

—Pero aquí estás solo.

—No, no lo estoy —Se acerca y me da un suave empujón para que me deje caer sobre mi espalda.





¡Hey! ¿Quién iba a pensar que ahora, en este momento, sacar verdades de Edmun iba a ser más sencillo? Milagros que logra Valerie.

El hada señala a mi amiga, comadre, prima política, venenosa Agus. Bueno, ti amu mucho, no hay necesidad de decir mucho cuando sabes lo valiosa que eres en mi vida. Gracias por todo, por siempre estar ahí. Siempre cuenta conmigo.

Redes: Instagram: DarlisStefany / Facebook: Darlis Stefany /Saga Infonews de Darlis Stefany /Grupo de facebook: Stefflovers-Darlis Stefany /Twitter: Darlis_steff (adelantos, firmas, microrelatos, etc se enteran por esos medios).

Espero les guste.

Un beso.

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