Capítulo veintiuno: Piezas encontradas (Parte I)

240K 28K 13.8K
                                    


Capítulo veintiuno: Piezas encontradas.(Parte I)

Valerie.



Muerdo mi labio como si de alguna forma ese gesto pudiese contener todo lo que estoy sintiendo cuando me adentro a este territorio tan privado de Edmun.

Al igual que en su sala, las paredes tienen una base de pintura blanca, pero en ella hay muchos bocetos y parece que el lugar es lo suficiente amplio para que quedé mucho por rellenar. El techo cuenta con unas pocas pinturas, pero son tan intensas y maravillosas que estiro mi mano como si pudiese tocarlo. Como si todo ese arte estuviese al alcance de mis manos.

Estos bocetos son muy intensos y privados, porque nunca los he visto en lienzos siendo exhibidos. De igual manera, hay algunos lienzos dejados en algunos lugares de la amplia habitación y todo parece un desastre de pinturas, carboncillos, lápices, hojas y lienzos. Es un desastre increíble, uno que te cuenta una historia. Que te da un indicio de cuánto significa el arte para Edmun, su arte.

— ¿Es aquí donde creas tus obras?

—Las personales —responde caminando hasta detenerse unos pocos pasos por delante de mí y observando alrededor—. La mayoría de las pinturas que se venden o son exhibidas, las realizo en el jardín o el salón más pequeño que tengo en el otro ala de la casa —Se encoge de hombros—. Solo unas pocas salen de aquí.

— ¿Por qué?

—Porque lo que hago aquí es demasiado...

— ¿Tú? —completo y asiente con lentitud.

—Algunos sangran demasiado secretos o son muy difíciles de exponer, me gusta conservar algunos trozos de mi alma para mí. No soy de compartirme con el mundo, soy egoísta y algunas veces solo lo mantengo todo como mío, receloso de que cualquiera pueda ver más de lo que deseo.

—Pero yo puedo verte, Edmun —Camino hacia él, no despega su mirada de mí—. ¿No te asusta?

—Sí, pero también me intriga.

— ¿El qué? —Me detengo frente a él. Tiene la capacidad de hacer que mi respiración se acelere con una mirada.

Su mano toma la mía y su pulgar acaricia mis nudillos, hay tanta intensidad en esos ojos grises.

—Que logras ver más de lo que quiero, incluso cuando no sabías que era mi mierda, tú lograbas entenderla. Entenderme, contactar con todo mi caos tormentoso.

—Creí que el pintor austriaco tenía un alma que conectaba con la mía —Me sonrojo, los dedos de la mano que no acarician la mía, alzan mi barbilla para que lo mire.

— ¿Y ahora?

—Ahora creo que tienes un alma hecha pedazos, que se encuentra asustada de encontrar sus partes para unirlas —Hago una pausa, mis dedos se deslizan entre los suyos, entrelazándolos. Le sonrío—. Creo que nos complementamos.

»Y no te asustes, ésta no soy yo buscando una relación —De acuerdo, admito que esa idea me parce atractiva, pero supongo que esto es una intensa aventura—. Soy yo diciéndote que me gustan los pedazos dispersos de tu alma.

— ¿No buscas una relación, Valerie? —Sus dedos acarician mi mejilla—. Entonces, ¿Qué es lo que quieres?

Es una pregunta llena de tanto. Sí, admito que este hombre me desarma, que cuando pienso en él no se trata solo de lujuria. A menudo pienso en su personalidad, sus gestos, su inteligencia y manera de llevar la vida. Cuando él tiene esos gestos de acariciarme con cuidado, me hace desear que fuese más.

El Secreto de su Arte (#3 Saga InfoNews)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora