—Seungmin, por favor, ábreme. —Hyunjin golpeaba la puerta del cubículo del baño con insistencia, esperando que el sonido cansara Seungmin y abriera la puerta de una vez.
—N-no Hyunjin, déjame solo. —la quebrada y baja voz de Seungmin era apenas audible para el mayor, pero gracias a que se encontraban solos en los servicios fue capaz de escucharlo— Soy un asco.
—No digas eso, sabes muy bien que no lo eres. —la impotencia recorría el cuerpo de Hyunjin, le hacía hervir la sangre— ¿No me habías prometido no volver a menospreciarte? Las promesas no se rompen, Seungminnie.
—No lo hacen, pero es que no puedo. —Kim se hacía pequeño contra la pared, queriendo desaparecer de ese lugar— Ellos hablan de nosotros sin saber, y no puedo soportarlo. No soy tan fuerte.
—Eres fuerte, y sí sientes que no lo eres, aquí estoy yo para apoyarte. —Hyunjin paró los golpes en la puerta para recargarse sobre ésta— No estás sólo en esto, bonito.
—No qui... no quiero arrastrarte a mis problemas. —un sollozo hizo eco— Te d-darás cuenta de que no lo soportarás y me dejarás. —el corazón de Hyunjin dolía con cada palabra— Mis sentimientos s-son tan confusos y cambiantes. Ni siquiera yo mismo puedo controlarlos. —apenas podía hablar con claridad— No entiendo cómo es que puedo pasar de estar totalmente feliz a estar con deseos de morir de un segundo a otro.
—Seungmin, no...
—No digas nada Hyunjin, te lo vuelvo a decir, soy un asco como persona. —Seungmin ocultó su cabeza entre sus brazos, lo estaba arruinando— No merezco nada del cariño que recibo.
—¡Mereces eso y más! ¿Por qué no puedes ver lo mucho que te amamos?, lo mucho que te amo. —por la cabeza de Hyunjin cruzó la idea de meterse al cubículo por el hueco que había entre la puerta y el suelo— Debes evitar qué comentarios estúpidos te hagan sentir justo como te sientes ahora. Porque en este estado no haces más que decir incoherencias.
—No son incoherencias, es la verdad. —Seungmin apretó sus brazos y enterró sus uñas en estos. Era uno de los primeros pasos antes de que la ansiedad lo atacara; lastimarse a sí mismo inconscientemente.
—¿Qué hay de verdad en lo que dices? Eres una persona maravillosa que no necesita de las opiniones de los demás para ser asombrosa. Tienes muchas cualidades que resaltan con facilidad, tienes muchos amigos que te quie... Seungmin, ¿estás bien?
El tono de Hyunjin fue asustado. La respiración de Seungmin se estaba volviendo más errática de lo que debería, e inhalaba con tanta fuerza que pareciera que lastimaría sus pulmones por el esfuerzo, lo que había comenzado como leves sollozos ahora era un llanto que demostraba dolor. Se escuchaba como si lo estuviese pasando realmente mal ahí dentro, lo que preocupó mucho a Hyunjin, porque nunca había visto que alguien se pusiera así de mal.
—Seungmin, esta vez tienes que abrirme en serio. Quiero ayudarte, te escuchas muy mal. —volvió a insistir con la puerta, y después de unos pocos segundos que se le hicieron eternos, con dificultad se escabulló por el hueco debajo de la puerta.
Seungmin estaba hecho bolita en la esquina, le recordó tanto a aquella vez que lo encontró escondido en una de las aulas con su hoodie puesto, pero esta vez parecía estar hiperventilando.
—Estoy acá, tranquilo, estoy contigo. —se arrodilló frente al menor y acarició con delicadeza sus cabellos— Mírame, por favor. —Seungmin negó con la cabeza de forma descontrolada— Por favor Seungmin, solo mírame.
Con temblores en todo su cuerpo, Seungmin levantó el rostro. Estaba rojo, empapado de lágrimas y sudor, con labios entreabiertos en busca de más aire y ojos semi abiertos llenos de lágrimas, su mirada estaba perdida y vacía, en su mejilla izquierda descansaba la reciente marca de una mano femenina. Hyunjin sintió como si le clavasen miles de agujas en su pecho, sus ojos buscaban sin éxito y con desesperación los de Seungmin, no sabía que hacer, era su primera vez lidiando con algo así.
—Vamos a respirar con lentitud, ¿sí? —el menor asintió— Uno... —Hyunjin inhaló y exhaló con fingida tranquilidad, intentando hacer que Seungmin le imitara— Dos... vamos Minnie, no lo estás intentando.
—L-lo hago, pe-pero... —con dificultad Seungmin habló con su rota voz.
Hyunjin necesitaba encontrar alguna manera rápida de hacer que Seungmin se calmara, pero ¿cómo?
Recordaba vagamente como en una clase extra de primeros auxilios que recibió años atrás habían mencionado algo sobre cubrir la boca, o la nariz... no lo recordaba. Pero llevó su mano a los temblorosos y fríos labios de Seungmin.
—Tranquilo, intenta concentrarte en regular tu respiración, ¿bien? —con su otra mano, acarició con cariño el brazo de Seungmin— No, bonito, no te lastimes así. —sin querer retiró su mano de la boca de Kim y llevó ambas a los brazos contrarios— No hagas eso. —los brazos de Seungmin dieron, pelea al querer quitarlos de la posición en la que estaban, pero finalmente logró hacer que apretaran sus hombros en lugar de enterrarse las uñas— Puedes apretar todo lo que quieras, pero intenta calmarte.
Seungmin intentaba mantener sus ojos fijos en los de Hyunjin, pero estos estaban llenos de lágrimas, y su cabeza estaba llena de tantas cosas en ese momento.
—Be... bes... bésame. —pidió con un hilo de voz, sintiendo como sus pulmones le exigían continuar inhalando aire con brusquedad.
—¿Qué? ¿Tan de repente? —el corazón de Hyunjin no podía más, tantas sensaciones juntas— ¿Estás seguro? No creo que sea el momento indicado para-
—Hazlo. —apretó los hombros de Hwang y con la poca fuerza que tenía lo jalo más cerca de su cuerpo.
No sabía si estaba bien hacer eso considerando la situación en la que el menor se encontraba, pero la forma en la que lo pedía sonaba tan necesitada.
Con cuidado, junto sus labios con los de Seungmin, sintiendo el salado sabor que estos tenían por las lágrimas. Los labios contrarios continuaban fríos, pero estaba seguro de que gracias al contacto se volverían cálidos.
Sentía el cuerpo de Seungmin temblar aún por la necesidad de aire, pero sabía qué tal vez sí era mejor que lo hiciera retener el aire a la fuerza. De vez en cuando separaba sus labios dejándolo tomar pequeñas bocanadas, pero no demasiadas como para que se volviera a descontrolar.
Sus labios danzaban con lentitud, intentando transmitir seguridad, amor, cariño y apoyo. Estuvieron tanto tiempo acariciando sus labios con los contrarios, que ni siquiera notaron cuando el timbre para el regreso a las clases sonó. Pero, aunque lo hubieran notado, lo habrían ignorado.
Porque solo podían ser ellos dos en este momento, demostrándose lo mucho que se querían a pesar de las dificultades, a pesar de las reacciones sobre exageradas de las demás personas.
Toda esta situación fue causada por una chica que actuó cegada por la ira. Una chica que no aceptaba verlos felices, chica que insulto, humilló y golpeó a Seungmin frente a muchas personas.
Hyunjin se lamentaba no haber llegado antes; lamentablemente llegó en el momento en el que la mano de la chica impactó contra la mejilla de Seungmin. No pudo hacer nada para evitarlo.
Se disculpó muchas veces con Seungmin, pero parecía que el menor no lo escuchaba mientras repetía que necesitaba estar solo. Le costó un poco dejar libre el baño por completo, pero lo logró. Importándole poco lo prohibido que estaba colocarle la llave a la puerta del sitio lo hizo, buscando así tener más privacidad con Kim y que éste le permitiera consolarlo. Pero todo se le fue de las manos.
Poco a poco Seungmin fue tranquilizándose, fue un proceso lento pero seguro. Cuando Hyunjin creyó prudente separar sus labios de los contrarios lo hizo, viendo el hermoso desastre que en este momento era Seungmin, porque no importaba la situación ni la apariencia, para él, Seungmin siempre sería la persona más hermosa de todas.
—¿Ya estás mejor? —acarició las mejillas de Kim, teniendo extremo cuidado con la izquierda— ¿Ya respiras bien?
—No del todo, pero... ah... mejor que a-antes. —los ojos del castaño seguían cerrados— Estoy tan cansado... quiero dormir.
—Claro que quieres hacerlo, has sido muy valiente. Levántate un poco. —Seungmin hizo caso y levantó su cuerpo, antes de sentir como Hyunjin lo sentaba en sus piernas y abrazaba con fuerza— Duerme un poco.
—Esto es... tan poco romántico y antihigiénico. —con una pequeña y cansada sonrisa Seungmin se quejó— Sentados en el piso de un cubículo del baño, con el inodoro a pocos centímetros de nosotros... menos mal me metí en el más grande.
—La próxima vez, corre hacia la biblioteca. —río, dejando un beso en la frente de Kim— No te lo tomes en serio, eh, espero que no haya una próxima vez.
—Yo también espero eso. —se acurrucó contra el pecho de Hyunjin e inhaló levemente su aroma, ya podía inhalar sin sentir que se ahogaba.
—¿De dónde sacaste que podía ayudarte a calmarte con un beso? —preguntó con curiosidad.
—Y-yo... lo vi por ahí...
—Oh, ¿en serio? —Seungmin asintió con nervios— ¿No es eso una excusa?
—Sentía la necesidad de sentir tus labios para tranquilizarme. —confesó— Debes pensar que soy un tonto. —un temblor en el cuerpo del menor alertó a Hwang.
—Tranquilo, no queremos que se vuelva a repetir lo anterior. —el más alto colocó su mejilla sobre la coronilla de Seungmin— Pienso que eres adorable, y que te amo mucho, nada puede cambiar eso.
—¿Ni mis repentinos cambios emocionales?
—No, ni eso. Porque eso es normal, es parte de la vida, todos tenemos sentimientos, todos los expresamos de maneras diferentes, y eso está bien, porque somos humanos.
—Oh, yo pensé que era un alíen.
—¿Te estas burlando de mí, Kim Seungmin?
—Tal vez. —y con una sonrisa somnolienta, Seungmin cayó dormido.
(Corregido: 2022.01.13)