A lo lejos en mi inconsciencia escucho un sonido, mis oídos tratan de agudizarse para escuchar en profundidad, un timbre lejano que quiere sacarme de mi actual realidad, en la que aún no quiero estar.
La alarma suena con su música incesante y chillona: Son las 6:30.
--Es muy temprano para comenzar a prepararme—Pienso.
Abro los ojos y la poca luz que se filtra por las cortinas blancas quema mis ojos, vuelvo a cerrarlos.
No quiero levantarme, no quiero empezar a trabajar, no quiero salir de la cama.
Este es el momento en que me pregunto, si en verdad debería ir.
Siempre ha marchado bien sin mí, ninguna queja. A menos que no me hayan informado. No se si mi abuelo quiera seguir.
Pero no, Anna, debes asumir tus responsabilidades, aunque no tengas ganas y te destroce el corazón los recuerdos.
Debía llenarme de fortaleza como siempre lo hice, y hasta el momento, tenía una vida tranquila. Y así seguirá.
Aunque pensándolo bien, ya ni siquiera he empezado, y ya me invitaron a una "reunión". Se que será de las fiestas con más personas adineradas, una buena cena, un bar con bebidas que jamás habre probado y mucha música.
Sinceramente no me importaba nada de eso, quisiera hacerlo a mi manera. Pero no todo sale como uno se lo espera, ¿No?
Volví a abrir los ojos, esta vez preparada para la luz que se colaba por mi ventana.
Parpadee un par de veces para acostumbrarme al brillo. Me incorpore en la cama, tenia una remera blanca, y un pantalón de jean corto. Me restregué los ojos y tomé mi teléfono mientras bostezaba.
Mire la hora: 7:05.
Entraba a las 8hs.
Comencé a buscar mis pantuflas desesperada, no las encontraba. Camine por toda la habitación, esta constaba de 3 paredes blancas y un bordo oscuro, la del respaldar de mi cama. Con unos stickers de flores blancas. El piso de madera flotante estaba frio.
Busque en el vestidor y nada, cada cantidad de ropa que no uso, de zapatos, carteras y mil cosas. Se que las compre para cuando este momento llegara, y aquí esta.
Me di por vencida en tratar de encontrarlas, de todas formas iba a darme una ducha, tome el cargador y enchufe el celular.
Sali corriendo hasta el baño, me desnude en el camino. Abrí el agua fría, de esa forma no tenia tiempo de pensar y de bañarme rápido.
Todo el que me conoce cuestiona ese habito mío y se preguntan porque no me despierto un poco antes, pero es que no puedo.
Mi vida es corrida para todos lados, tarde acá y allá.
Me levanto temprano, llego tarde.
Me levanto tarde, llego tarde.
Me levanto con 3hs de anticipación, llego tarde.
Mi vida así es, un gran problema.
Sali del baño, busqué el secador y comencé a soplarme el cabello con tal aparato.
Al cabo de 10 minutos estaba lista para elegir que carajos me iba a poner. Esto es lo más difícil.
Elegir no verme tan provocativa, ni tampoco tan casual, un poco de elegancia y formalismo. Busque entre tantos vestidos.
¿Mencione que me fascinan los vestidos? ¿No? Bueno, ya lo saben.
Encontré el perfecto outfit para hoy: Un vestido azul, perfectamente hecho para mí, encaje en cuerpo entero, que realzaba mis pechos y hacia mi cintura más pequeña y mi cadera más ancha. Estaba feliz con él. Me daba el toque de formalidad y elegancia que buscaba.
Me mire en el espejo y no podía creer lo linda que me veía, y no es por ser agrandada pero después de mucho tiempo me sentía bien con mi cuerpo y se veía hermoso. Lloro. Pero de felicidad.
¿Nunca les ha pasado? Es decir, sentirse bien con uno mismo. ¿Que no dejan de mirar el espejo y de como su cara con una sonrisa enorme se ve reflejada?
Después de mucho tiempo me toco a mí, sentirme bien, sentirme atractiva.
Creo que vestirme de tal manera me hacia feliz, así que lo iba a empezar a implementar.
Ahora faltaba los zapatos, peinado y maquillaje para que mi outfit estuviera listo.
Opte por lo normal, unos Loubutin negros taco aguja, brillantes.
Ahora falta el maquillaje y el peinado.
Verifico mi celular para ver la hora.
7:22
Bien vamos bien.
Mi cabello era un desastre, lo planche a unos lados para que no se notase el frizz en él, y al cabo de dos minutos. Pero no me gusto, así que opte por hacer unas pequeñas ondas.
Maquillaje, ¿qué color queda con un azul?
Pensé y pensé y nada, cualquiera quedaría horrible. Así que comencé a poner base en todo mi rostro, para continuar con un poco de corrector de ojeras, contornee mi cara, para que se vea mas sofisticada y elegante, y un poco de iluminador. Delineé mis ojos y puse rímel a mis pestañas.
Casi lista, entre todos los labiales, opte por el nude. Se había vuelto mi compañero últimamente.
Lista, al fin.
Desenchufé el cargador de mi celular y me puse al tanto, ya saben redes sociales y demás. Registrar mis síntomas como cada mañana en el calendario de la regla, que todas las mujeres tenemos.
7:37
Estaba lista y con tiempo.
—No se que hacer si ir por un café a la cafetería de la vuelta o cuando ya este allí tomar algo—Pienso debutativa.
No quiero estropear mi presencia para la presentación asique, decido desayunar después, aun que digamos, el desayuno no es mi momento favorito del dia. Puedo estar sin desayunar. Generalmente me gusta cuando me sirven el desayuno, no me gusta hacermelo yo misma. Si, lo se, sueno bastante floja.
Llaves, listo.
Casa sin ladrones, listo.
Creo que necesito adoptar una mascota o unas cuantas, para hacerme compañía.
Conozco el lugar indicado para conocer un amigo.
Pero será mas tarde, ahora a trabajar.
Lo admito, estoy emocionada y aterrorizada, no me gusta que me vean como la bruja, tampoco tener tanta responsabilidad, siento que me volveré loca allí.
Necesito dejar de estresarme, ni siquiera he empezado todavía.
Me doy el ultimo vistazo en el espejo y salgo con una gran sonrisa al cambio de mi vida.
Cierro con llave detrás de mí. Espero el ascensor y este llega rápido.
Me subo y en un santiamén estoy en plata baja.
Lista para sacar del parqueo a mi lindo Mercedes Benz Gla.
Playlist: Unsteady- X Ambassadors
Me subo, dejo mis cosas en el asiento del copiloto y paso por el parque con la esperanza de verlo. Y si, efectivamente esta allí, dándoles agua a los lindos perritos después de –Al parecer—jugar a perseguir la pelotita de tenis con la que se marcho sin decir nada ese día que lo ayude. Aun sigo un poco resentida, creo. Pero de este día no se me escapa ese. Escucho algo de musica y me hundo en los instrumentos y la voz del cantante.
Tomo diferentes calles hasta estar en la puerta del edificio que reza en plateado: Hawkins Company.
Mi destino ha llegado.
Estoy nerviosa, ansiosa, emocionada, triste, la bipolaridad me ha atacado en el peor momento.
Bajo del coche, un amable señor me abre la puerta. Por lo visto, vio mi debilidad.
—Gracias
—Un placer, señorita.
Llego hasta recepción, y le pregunto a la secretaria donde se encuentra mi abuelo.
—Hola, buen día, señorita. ¿Podría decirme donde se encuentra el señor Richard Hawkins? —Pregunto amablemente, ella sigue con su computadora.
Aclaro mi garganta para que me preste atención, me mira con sus ojos verdes, enarcando una ceja y mirándome de arriba a abajo. Me sorprende su comportamiento.
—El señor se encuentra en el tercer piso, por hacer una presentación. Si tiene una cita con el debe reservarla con anticipación y por favor, no le haga perder el tiempo. —Tiene una sonrisa de autosuficiencia y malvada.
¿Estaba buscando una pelea?
Tranquilízate, Anna. Respira, tu serás dueña de esto y cuando te vea en la oficina principal de directora de la compañia, se le caerán todas sus palabras. Me imagino que también estará para la presentación, así que quiero ver su cara y celebrar mi triunfo.
Acabo de llegar aquí y ya hay negatividad en el aire. Por lo menos el señor fue amable conmigo, eso es bueno.
Pero esta bien, contestare bien porque soy mejor persona, aunque quiera cantarle las mil y una.
—Muchas gracias, señorita.
No recuerdo donde se encontraba el ascensor, así que deambulo por ahí hasta que encuentro uno.
Corro a alcanzarlo porque sino tendré que esperar otro.
Pero este se cierra en mi cara y las personas dentro del ascensor se rieron antes de que cerrara. Que malas personas.
Pase vergüenza y quería que la tierra me tragara. Estaba colorada, lo sentía en mi cara. Pero el rojo y el azul no son una linda combinación. Así que me tranquilice.
Verifique la hora en el reloj que tenía en la muñeca.
7:58
—Ya ascensor, ven, por favor—rogué internamente.
Se siente el "Tin" del ascensor, y se abre, entro como desesperada.
Se para en el piso uno, en el piso dos, ¿Algo más?
Llegue, corrí como pude hasta el lugar donde estaban reunidos y choque a un chico en el camino.Le tire todo el papeleo que llevaba encima, el se agacho y yo hice lo mismo, le ayude a recoger lo que había echo. Qué vergüenza.
--Disculpa—sonreí avergonzada. El solo asintió y se marcho. Me levante y fui hasta mi objetivo.
Recuerda el rojo y el azul no combinan.
Mi abuelo me vio de reojo por la puerta, y ahí estaba la secretaria que me había tratado mal. Sonreí con malicia.
—Bien, todos callados, acaba de llegar la señorita a la que le ocupe el lugar durante muchos años. Ella es Anna Hawkins, heredera de la empresa millonaria de Hawkins Company.
Hago mi entrada triunfal, y todos me miran expectantes, ¿pensaron que sería más joven o más vieja?
--¿Por qué no aplauden, chicos?—Pregunta mi abuelo tiernamente.— Están delante de su nueva jefa.
Jefa, que termino raro y lindo.
Todos comenzaron a aplaudir, obviamente por compromiso. No por mi, sino por mi abuelo, un hombre que se ha hecho respetar pero eso no le quita la amabilidad, se notaba que aquí lo querían mucho y yo venia a quitarle su lugar después de tantos años de dedicación a Hawkins Company.
Doy una media sonrisa, no me siento bien por mi abuelo y me siento un poco incomoda.
Entra la recepcionista que muy maleducadamente me indico como llegar hasta aquí. Queda sorprendida por mi presencia en tal reunión. Seguramente pensará que seré una más del montón y ella tendrá un puesto más alto.
Trae dos lattes medianos en sus respectivas cajas.
Me mira de reojo, tratando de menospreciarme.
—Aquí tiene los dos lattes, señor Hawkins—Los deja en la mesilla del costado—¿Ya llego la nueva dueña? Estoy emocionada por conocerla. —Pronuncia nerviosa y entusiasmada.
—Muchas gracias por traerlos hasta aquí, querida. —Dice mi abuelo a lo que ella asiente con tanta dulzura, se nota que le ha tomado cariño—Ven Annie.
Me llama con su brazo y lo posa por sobre mis hombros, me da un dulce beso en la mejilla. Como amo a mi abuelo.
—Ella es mi nieta, su jefa y dueña de todo este imperio, a partir de este instante—Dice mi abuelo feliz de la vida. Dándonos una sonrisa a ambas.
Ella aclara su garganta, observándome, tragando todas sus—antes—palabras dichas y yo no puedo evitar sonreír, pero no de la mejor manera, sino con una sonrisa que ella me daría, una sonrisa de autosuficiencia, una sonrisa de poder.
—Aquí estoy, nena, tu nueva jefa. —Pienso.
—Un gusto, Srta Hawkins—dice y me extiende su mano, en forma de saludo.
Mi abuelo nos mira contento.
—Igualmente—digo, sarcásticamente obvio. Y correspondo su saludo.
La presentación estaba hecha, mi abuelo les dijo a todos que volviesen a sus respectivos puestos, que cualquier orden que llegue de mi parte, deben acatarla.
Me llevó a conocer el edificio, como hace mucho tiempo mis padres lo hicieron.
—Y bien, ¿Qué te parece, cariño? —Pregunta, abriendo la puerta de lo que será mi nueva oficina. La habían decorado para mí, tres paredes blancas, y una beige, al igual que mi cuarto. El estilo era el mismo y casi los mismos colores.Tenia dos ventanas que tenían una vista impresionante a la ciudad de Seattle.
Un escritorio grande, donde habían conglomerado de hojas, y un cuadro donde salíamos mi abuelo y yo, abrazados.
—Para que me recuerdes—Dice él, observando como miraba el cuadro.
Un reloj de forma cuadrada colgado en la pared, se sentía el tic toc. Mas allá había un sillón de cuerina beige con patas de madera clara, para tres cuerpos, calculo.
Estaba feliz con el resultado de la decoración, me sentía bien con ella.
—Perfecta—dije, y me acerqué a abrazarlo. Hace mucho no lo hacía, casi no teníamos tiempo de vernos. La universidad y su trabajo nos consumía. Ya estábamos más libres, así que podríamos vernos más seguido. Dejo de abrazarlo y aclaro mi garganta. —Debo comentarte algo. —digo tomando el latte que se encuentra en el escritorio. Bebo un sorbo y prosigo. —En la fiesta de Lis, me encontré con Paulo Green, debes saber quién es...—no alcanzo a terminar la frase.
—Claro, el socio mayoritario de Rich. —dice entusiasmado—Ya me imagino para que te hablo—dice tomando de su vaso desechable.
—Si, exactamente, me dijo que me invita a la fiesta anual y bueno, yo mucha emoción, no tengo—Digo encogiéndome de hombros, dirigiéndome a la ventana.
Mi abuelo, me mira con sus ojos desorbitados.
—¿Cómo que no tienes ganas de ir? Vas a perder una gran oportunidad, Annie. En este momento, ya estas al mando de esto—Dice señalando todo el edificio—Debes tomar más responsabilidades, no importa si no te gusta—a lo que yo solo asiento, mientras miro el cielo por la ventana.
—Lo sé, tienes razón, que tonta.—respondo.
El se acerca a mí.
—Hazlo por mí, y ahora por tu empresa, ¿Sabes que impacto tiene esa fiesta? Conocerás mucha gente, quizás quieran invertir, o en su defecto ser socios, que tampoco tiene nada de malo. —Lo dice de una forma tan compasiva, como diciendo:"—Annie, no arruines la empresa."
Claro que no, abuelo. Estarás orgulloso de mi.
—Está bien, Abue. Lo haré lo mejor que pueda, gracias por todo esto. —digo mirando toda la oficina.
—No hay de que, mi niña, cualquier duda, me hablas y te pongo al tanto—Me da un beso en la frente—Adiós, Annie.
—Adiós, abuelo—Murmullo, sentándome en el sillón.
Esto recién comienza.
La mañana pasa rápido, me han dado unos contratos, algunos problemas de recursos humanos de los cuales he salido rápido, algunas quejas que he resuelto hábilmente. Estaba hecha toda una empresaria.
Miro la hora de mi reloj: 13:13
Como se pasa el tiempo cuando uno está ocupado, ¿no?
Decidí retirarme a almorzar, tenia el lapso de una hora.
Para no atrasar trabajo, compré una ensalada y jugo natural de naranja y me puse con mi laptop, a revisar algunos correos restantes.
Recibí en mi oficina, algunos empleados, quería que se sintieran cómodos, asique quería que me contaran como funcionaba bien esto a tal hora, si algo salía de control o simplemente que días era mas tranquilo que otros. Lo normal.
El día transcurrió lo mas rápido posible.
16.35.
Mi trabajo aquí había terminado.
El señor de mantenimiento cerraba todo y él venia más temprano al siguiente día a abrir.
Me despedí amablemente de todos.
Baje al estacionamiento y saque a mi bebe.
El tráfico estaba tranquilo, eso era lo bueno del lunes. Ah, pero el día viernes, se vuelven todos locos.
Pase nuevamente por el parque, y ahí estaba nuestro señor misterioso. Otra vez solo. Me pregunto que pasara por su cabeza, que invadirá sus pensamientos.
¿Familia?
¿Amor?
Estaba decidida, esta vez no se me iba a escapar, debía hablar con el y entender su mala actitud conmigo.
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Holaaa, se que dije que lo publicaría mañana, pero no me aguante.
¿Que les pareció? ¿Ya odian a alguien? Necesito saberlo, jaja.
Este capitulo fue escrito en muchas partes, mi fin de semana no estuvo tranquilo, es por eso que no pude publicarlo en tiempo y forma. Pero prometo que este fin de semana si lo haré.
Espero que les haya gustado, necesito saber que opinan de Annie en su entrada a la empresa, vuelvo a preguntar. ¿Odian a la recepcionista? Porque yo si.
¿Que opinan de la decisión de ir y hablar con nuestro hombre tan enigmático?
Estoy muy emocionada por saber que opinan.
Les cuento, una amiga esta publicando su historia en wattpad, me gustaría que se pasaran y le dieran una oportunidad así como me la dieron a mi.
Spoiler: Romance a mas no poder.
Su perfil: RocitoDmCastro300899
Mil besos, gracias por leer. No se olviden de votar, y comentar que me encanta.