Capitulo Cinco: Primera Parte

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Suena la alarma con su sonido incesante y mi cuerpo se niega a abrir los ojos, pero mi mente vaga directo a mi último recuerdo feliz: Él.

¿Cómo es esto? No me entiendo, es uno de los momentos en que uno se pregunta si de verdad se conoce.

¿Realmente me gusta? ¿Estoy loca por él? Claramente si, es inexplicable como puedo gustar de alguien, si solamente he mantenido una conversación una sola vez, una, nada más. Es imposible que me mantenga al vilo, como un buen libro de misterio. No encuentro explicación a mis sentimientos.

Creo que necesitaré una conversación con Megan cuando esto empeore, si es que lo hace, o solo son simples emociones que me mantienen pensando todo el día.

¿Le gustaré?–Anna, como puedes pensar semejante desfachatez, es obvio que lo acabas de conocer, quizás ni le caes bien—me digo a mí misma.

Pero si me hablo de esa manera ayer, era porque le caí bien, creo.

Aunque, pensándolo bien—pongo la mano en mi barbilla, mentalmente—Seguro fue por compromiso. Sus pequeños me tiraron, era su deber hacer que me recupere, para no generar conflictos o golpear a los perros. Pero, jamás haría eso. Bueno. Tampoco me conocen bien, pero como le dije a él, se los digo a ustedes, amo a los animales, tanto, tanto, que deje de comer carne, soy vegetariana, desayuno, almuerzo, meriendo y ceno pura planta, estoy también en contra de la caza, he participado en muchas marchas.

Siempre en el anonimato, es decir, nadie sabe que soy la heredera de Hawkins Company, hasta esa reunión dentro de 29 días, piensan que mi nombre y apellido son muy comunes. Nada de otro mundo.

Mis padres, de todas formas, lo habrían querido así, se que no les gustaría exponerme, tampoco he ido a esas galas que iban ellos, siempre dijeron: "Tenemos una hermosa hija, pronto la verán". Pero eso nunca me paso, y me alegro, sé que me querían proteger, y mas como esta la sociedad actualmente. Secuestran y piden una suma exagerada de dinero por el rescate.

Les guardo mucho rencor, saben por qué, y están mas que enterados que tengo toda la razón del mundo en lo que pienso, pero estaba vez debo admitir que en ese momento me amaron, estoy segura de ello.

Divagando en mi pequeña cabeza, me olvide que hoy debía trabajar. Abrí los ojos lentamente, pestañeando varias veces para acostumbrar a la luz solar. Esta no estaba tan brillante como siempre, seguramente estaría nublado todo el día.

Miro la hora en mi celular: 7:19.

Carajo.

Era tarde.

Saque la chaqueta de ese hombre tan misterioso, y la deje colgada en el perchero.

Me levante lo más rápido que pude, me desnude en la habitación, fui corriendo a la ducha, abrí el agua fría, ya saben mi técnica.

Luego de mi baño express, tenía que decidir mi outfit, esta vez no me importaba mucho como se vería mi silueta, algo fácil de buscar.

Abrí las puertas el vestidor, mezcle prendas, pase miles de perchas, hasta que vi lo adecuado.

¿Qué les parece algo color rosa viejo?

Me encanta.

Una pollera tabla, de esas que son con pequeños relieves, larga hasta mis rodillas, una camisa mangas cortas, del mismo color, con un pequeño cinturón con perlas. Estaba perfecto.

Me lo puse, me mire al espejo y aun que creía que me quedaría espantoso ahí estaba, a mis ojos era un buen outfit para ir a trabajar.

Tome mi bolso blanco, con una cadena dorada y unos Loubutin del mismo color que mi ropa. Deje el par a mi lado, me los pondría cuando saliera de la habitación.

Legalmente MillonariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora