Capítulo Dos

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Preferí apartar mis pensamientos con respecto a ese sujeto con muy malos modales y centrarme en lo importante, el lunes comenzaba mi gran día y aun no tenía nada listo, ni ropa, ni calzado, ni siquiera sabía como maquillarme, no era muy amante de lo que eso respecta. Pero debía dar una buena impresión y no ir con piyama o ropa holgada como todo el mundo me caracteriza o me conoce.

Quizás debería cambiar ese hábito, desde ese día iba empezaba a darme a conocer. Nunca me intereso mucho la atención de nadie, prefería estar en compañía de una buena amistad, cómoda y feliz, solo eso necesitaba. Esto, definitivamente cambiaba rotundamente mi vida. Y no, no era algo que me emocionara, el momento había llegado y no podía hacer nada para detenerlo. Ya no podía echarme atrás.

Y aunque quisiera, todo estaba perfectamente expresado en el documento entre las partes, es decir, mi abuelo, mi abogado y yo.

Lisa me había invitado a su fiesta de bienvenida, en realidad ella no me había invitado sino sus padres, ella volvía de Dubái (si, así de lujosa es su vida) de asistir a unas reuniones, se marchó por 3 meses, Erick y Jenna hacían una "pequeña velada en su honor".

--¿A que me refiero con pequeña? Pues, algo como fuegos artificiales, una gran cena y muchos invitados, típico de la familia Harrison. Aunque pensándolo bien, no creo que hagan la gran cosa, mañana es lunes, día laboral.

Seguro pensarán ¿Y quién carajos es Lisa? Mi mejor amiga universitaria. Ella se recibió de abogada unos días antes que yo, y por esa pequeña fracción de tiempo, se cree superior. Estoy muy orgullosa de ella, la gran Lisa Harrison, abogada honradamente.

Ella se hará cargo de los problemas legales que podría llegar a tener Mi-ahora-Empresa, sé qué hará un gran trabajo, es muy lista.

Por estar divagando, me choque con un poste de luz, si, cabeza con cabeza, me dolió bastante, espero no me salga un gran bulto en el medio de la frente, porque la que llamaría la atención en vez de Lisa seria yo, y realmente sería espantoso.

Ya pasé, por el gran parque donde se paseaban los perritos y otras mascotas, no esos nada más, es decir, gatos, lagartijas(si, lagartijas) y demás.

De pronto el señor mal educado invadió mi mente, un hombre de 28-30 años aproximadamente, robusto, bastante alto y muy serio. A que se deberá que no quiera ni siquiera saludarme o un gracias simplemente. Debe ser una persona bastante solitaria y tímida, se nota a simple vista, pero si trata con tanto cariño a esos amigos perrunos, debe ser una gran persona en su interior, ¿o no?

No se que hago, tratando de indagar su personalidad ni como es él. Doy la vuelta y me dirijo al apartamento, unas tres calles adentro y una a la derecha y llegué a mi hogar.

Subí el ascensor al décimo-tercer piso, un pent-house, no se que hacía una chica como yo en un lugar demasiado enorme. Tenía espacio más que suficiente para hacer lo que se me antojara, sin embargo, ahí estaba, algunos lugares con habitaciones sin nada en su interior. Creo que debería contratar un servicio de limpieza, ya que pasaré todo el tiempo o casi, fuera de casa y nadie limpiará esto, alguien de confianza y amigable para hablar con ella o él.

Ese ha sido unos de mis grandes anhelos, contratar un servicio y que éste se quede, siempre estoy sola aquí, necesito una acompañante.

Tomé las llaves que guardaba en mi bolsillo, la inserte en la puerta y la gire dos veces, abrí, entre y cerré detrás de mí.

Playlist: Ashes- Celine Dion

Había veces en que miraba el techo de mi habitación, con la mirada perdida y pensaba si mis "padres" en realidad me amaron, tanto como yo a ellos, al parecer no era tan indispensable en su vida porque, así como yo llegue a su vida, ellos, se fueron por cuenta propia, dejándome sola, en la inmensa oscuridad del dolor. Cuando vi a mamá colgada del techo, con esa cuerda gruesa que rodeaba su cuello, ya rojizo, tenia una mirada no feliz, pero en paz, y eso a veces me reconforta, pensando que ese último minuto de su vida, iba a estar con el hombre que la había hecho feliz por tanto tiempo.

Legalmente MillonariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora