between photograps ☞ lrh [ Ex...

By isupposeiamawritter

17.7K 1K 652

love, let your music be mine. More

♪ Prologue
♪ One
♪ Two
¡AVISO!
♪ Three
♪ Four
♪ Six
♪ Seven
♪ Eight

♪ Five

1.2K 95 59
By isupposeiamawritter

-¿Brad?-Le llamé por su apodo tras descolgar el teléfono.

-Hola.- Respondió sereno a través de la línea.

-¿Cómo estás?

-Bien, bien supongo.

Tras aquella breve contestación, dejó escapar un suspiro.

-Me alegro...-Murmuré en voz baja, encogiéndome de hombros por inercia, sin a penas ser del todo consciente de ello.

-Quizás te eche de menos.-Reconoció de forma veloz, cortante, pero por más que su voz se repercutiese firme sobre el micro de su dispositivo, consideraba aquellas palabras una débil corriente de falacias hirientes.

-Brad...

-Sí, sé que fuí un idiota aquella noche que prometí llevarte a casa tras tu fiesta de despedida y...

-Basta, Brad, cállate.- Le ordené.

-Solo quería recordarte que te quiero.- Pronunció aquella confesión bajo un tono de voz quebrantado.

-Te dije que necesitaba un descanso, y así continúa siendo. -Le frené, alzando la voz de manera espontánea a la vez que mis dientes comenzaron a atrapar mi labio inferior.

-Darcy...

Cerré los ojos, la tensión comenzaba a brotar por todo mi cuerpo, subiendo desde mis pies hasta mis manos, cuales se habían cerrado en un puño.

-Darcy, solo dime

-Brad, no tengo nada que decir.

-¿Crees que, todo volverá a ser como antes?

Abandoné la conversación durante instantes, sustituyendo el silencio por mi presencia mientras que mis pulmones tomaban aire de forma entrecortada, pausada, nerviosa, como si respirar fuese una complicada misión.

-Yo...-Intervine de nuevo, realizando el amago de hallar una respuesta.

-¿S-sí...?

-Lo dudo Brad, lo dudo.

-Dar...

Pero procedí a colgar el teléfono antes de continuar conversando con él sobre aquel infortuno incidente que tuvo lugar días atrás, pues sabía que no lograríamos llegar a ningún lado con esto.

"Mon amour", aquel nombre volvió a resaltar sobre mi pantalla una vez que corté la llamada y contemplé su número archivado en mi lista de contactos.

Ay... me invade la melancolía cada vez que leo aquello y rebobino al momento en el que mis dedos teclearon ese apodo con el que denominé a ese estudiante de filología francesa a quien tanto amaba, pero por desgraciada, aquellas palabras ya no parecían cobrar sentido, es más, para ser honestos hasta me resultaban ya abominables. El sonido del teléfono me aferra a la condena, una severa condena que consiste en reproducir aquel tétrico recuerdo dónde, durante una cálida noche de verano días antes de que marchase, durante mi fiesta de despedida, divisé como sus labios comenzaron a unirse con los de otra mujer poco antes de que sus pies perdiesen el equilibrio y su cuerpo quedase desplomado en el suelo, víctima de la alta dosis de alcohol ingerida.

No cabe duda que aquella resultó ser para mí una complicada despedida, una tremenda injuria hacia mi persona. Tanto era el daño me causó que realmente comencé a dudar si él y yo continuábamos siendo algo... algo más que un desastre.

Sabía que debía de centrarme en el designio de dejar el pasado atrás, pero al mismo tiempo, era el recuerdo de este el que continuaba acechándome.

Salí del ascensor, mi mirada continuaba vagando por la alfombra que cubría el pasillo mientras que mis pies iniciaban rumbo de vuelta a la habitación que me habían asignado tiempo atrás.

Pero de forma inesperada, al torcer la esquina del mismo, sentí el impacto de mi nariz contra el pecho de un hombre desconocido, quién recorría una ruta cuyo sentido era contrario al mío. Maldije, por lo bajo, conduciendo mis una de mis manos a mí tabique nasal, lugar donde comenzaba a resurgir un leve dolor.

Es lo que conlleva estar absorto en tus propios pensamientos.

-Hey, perdón, ¿Estás bien?- escuché preguntar a una voz masculina.

Alcé la mirada y alcancé ver frente a mí a un joven de piel bronceada, cuyos cabellos eran negros azabache. Este vestía de una cazadora, una camiseta blanca y unos jeans negros, y cargaba a sus espaldas un instrumentos musical, el cual, debido a hallarse protegido por una funda de tela negra, no pude distinguir si se trataba de un bajo o una guitarra eléctrica.

Sus pupilas se teñían de un color café que adquiría una tonalidad oscura, por lo que el resalte de un leve brillo en estos lograba hacerse más evidente.

Sus facciones me resultaban atractivas a la par que excéntricas, pues no habituaba a encontrarme con hombres de piel aceitunada.

-Sí, descuida...-Respondí, por más que mi aclaración fue audible de forma algo difusa, pues la localización de mis manos le aportaba un extraño efecto a la acústica.

-¿Segura de...?- volvió a preguntar, torciendo sus labios en una mueca.

-Sí, tranquilo, eh... Veo que andas con algo de prisa, por lo que no me gustaría interrumpirte... -me sinceré, apartando lentamente mi mano posada sobre mi nariz.

-No, no, que va, tengo que marcharme a las seis...

¿A las seis? vaya, justo al igual que yo.

Raro es que no deduje que formaba parte de la banda cuando le vi llevando consigo el instrumento musical.

-¿Trabajas con Hemmings?-sonreí, contemplando como sus cejas comenzaban a arquearse dado a la sorpresa.

-Por desgracia.-Bromeó el moreno, causando que comience a reír.

-Vaya, con que no soy la única que piensa eso...

-Para nada, hay una larga lista negra a sus espaldas.- Confesó.

Y así, casi de manera espontánea, proclamamos el silencio entre nosotros, víctimas de aquella sensación de incomodidad producida por el hecho de verse frente a un desconocido mediante una situación inesperada con quién casualmente resultas tener algo en común. Miles de preguntas atravesaban mi mente, haciendo rotar mis pensamientos en un extendido tornado de ideas que me persuadían con la idea de comenzar a indagar o quizás descubrir sobre su persona. Pero, por el contrario, mis labios se mantuvieron estáticos; labio superior sobre inferior en expresión formal, tranquila, reteniendo todo aquello que pensaba decir y que no liberaba por vergüenza, o quizás por miedo a verme envuelta en otra situación que recurra a la similitud como la que mantuve con el rubio tiempo atrás. Aunque he de apreciar desde mi actual perspectiva que Calum no mostraba para nada aquella talante arisca y prepotente que caracterizaba a Luke, es más, me atrevía a decir que este primer me había resultado apacible, para nada me sentí intimidada.

-Por cierto, soy Calum, el bajista. -se presentó el chico de rasgos aborígenes acentuados para poder así romper el hielo.

-Encantada, soy Darcy, la nueva fotógrafa.- Respondí, permitiendo que mi rostro comience a impregnarse de una expresión que manifestaba dulzura.

-Bonito nombre, y es todo un placer.-Reconoció en un caballeroso gesto, achinando sus ojos de modo que los hoyuelos lograban remarcarse bajo estos.

Poseía una sonrisa adorable.

-Esto... ¿Nos vemos abajo?-Propuso tras acomodar los tirantes de la funda oscura que recubría su instrumento.

-Sí, sí, por supuesto.- Reconocí despacio.

-Hasta luego pues.- Se despidió, dedicándome su última sonrisa antes de que sus pies comenzasen a desplazarse en dirección al ascensor.

-Chao...-Imité su gesto, y alcé la palma de una de mis manos, sacudiendo los dedos de derecha a izquierda como modo de despedida.

Giré mi cabeza en su dirección, persiguiéndole con la mirada, quizás por inercia, hasta que su figura desapareció de mi campo de visión en el momento en el que torció otra de las esquinas que constituía este luengo y vasto pasillo de hotel

Hecho esto, continué mi camino, aunque no antes sin encerrar mi labio inferior entre la mordedura de mis dientes, aún absorta en todos los sucesos que se habían ocasionado en mi presencia, desde Luke y aquella insolencia mediante la cual sus manos heridas tomaban la iniciativa de esconderse bajo mi camisa, trazando suaves y atrevidas caricias que despertaban en mí una voluptuosa atracción sexual, cual se ocultaba bajo mi pudor y como este a su vez era combinado con mi dificultad de abandonar mi orgullo a la vez que mi dignidad.

Por otro lado estaba Calum, con quién choqué de forma accidental, logrando, sin forzar mi mayor intento, embriagar mis fosas nasales del aroma a perfume masculino que emanaba su cuello, cuyas gotas resbalaron de este hasta plasmar su aroma en el cuello de su camisa. No pude remediar pasar desapercibida de su sonrisa, y de aquellos rasgos tan inusuales que construían su rostro; su nariz achatada y voluminosa, sus labios rosados y carnosos, sus misteriosos ojos marrones... Y a todo ello le sumas la educación que manifestaba el moreno, sumado a aquel inocente cumplido que realizó una vez que supo mi nombre.

Y quién diría que todos aquellos inclinados por vocación a las artes musicales lograrían verse tan atractivos por naturaleza, como si hubiesen extirpado los refinados cánones de belleza de los antiguos griegos, aquellos quienes perseguían con desespero el equilibrio plasmado bajo rostros simétricos y cuerpos trabajados, o más bien, es como si los hubiesen robado y se hubiesen sumergido en ellos con sumo vigor y esfuerzo.

///////////////////////////////////////////////////////////

¡Holaaa!

Escribo esto porque tengo muchísimas cosas que decir.

1. Soy un desastre y siento mucho no haber contado con el tiempo suficiente para actualizar la historia, soy una escritora de kk.

2. ¡HEMOS LLEGADO A LOS 480 LEÍDOS Y 100 VOTOS! Sí, digo esto porque sin vuestra ayuda, nada de esto sería posible.

3. ¡Se avecina una nueva novela cuyos primeros capítulos serán publicados a lo largo del mes de diciembre! Así que estad atentos.

Y nada más que añadir, gracias, os quiero mil, y que sepáis que mis mensajes directos están siempre abiertos.

Continue Reading

You'll Also Like

356K 35.8K 92
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
109K 6.4K 26
𝐒┊𝐒 𝐂 𝐑 𝐄 𝐀 𝐌★ 𝐋 𝐀 𝐑 𝐀 no entendía el por que le temian tanto a su compañero de universidad 𝐓 𝐎 𝐌, el tenía actitudes raras pero no lo...
185K 13.1K 85
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
753K 90.5K 117
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...