Los aullidos a la Luna

By DannyBaladon

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Angelic una joven de dieciséis años que vive con su madre, padrastro y un hermanastro irritante. Cree que en... More

Prólogo 🌙
Capítulo 1 🌙
Capítulo 2🌙
Capítulo 3 🌙
Capítulo 4 🌙
Capítulo 5🌙
Capítulo 6🌙
Capítulo 7🌙
Capítulo 8🌙
Capítulo 9🌙
Capítulo 10🌙
Capítulo 11🌙
Capítulo 12🌙
Capítulo 13🌙
Capítulo 15 🌙
Capítulo 16 🌙
Capítulo 17🌙
Capítulo 18 🌙
Capítulo 19 🌙
Capítulo 20🌙
Capítulo 21🌙
Capítulo 22🌙
Capítulo 23 🌙
Capítulo 24🌙
Capítulo 25 🌙
Capítulo 26 🌙
Capítulo 27 🌙
Capítulo 28 🌙
Capítulo 29 🌙
Capítulo 30🌙
Capítulo 31🌙
Capítulo 32🌙
Capítulo 33 🌙
Capítulo 34🌙
Capítulo 35🌙
Capítulo 36🌙
Epílogo 🌙 Parte I
Epílogo 🌙 Parte II
🌙Saga "Criaturas Bestiales"🌙
Saga "Hijos de dioses"

Capítulo 14🌙

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By DannyBaladon

Nieve
Angelic
🌙🌙🌙

Caminaba por los pasillos del instituto algo distraída, Demian el día de hoy no me había seguido como si fuera mi propia sombra como lo hizo toda la semana pasada. Después de todo por fin logre que me diera algo más de espacio, pero de igual manera me sentía observada y sabía que ese era mi hermanastro. Trate de ignorar el hecho de sentirme observada daba igual ya era hora de irnos por lo cual camine al estacionamiento, pero Demian no estaba allí. No tenía tiempo para esperar estaba algo cansada por lo que decidí caminar a casa llegaría más rápido de ese modo.

Estaba saliendo del estacionamiento cuando escucho como alguien grita mi nombre por encima del ruido de los autos al encenderse. Me detuve parar girar lento viendo en todas las direcciones en busca del dueño del grito. Hasta que encontré a un chico rubio corriendo en mi dirección mirándome con sus cautivantes ojos color ámbar que con la luz del sol brillaban. Carter freno al llegar a mi viéndome con una sonrisa encantadora en su linda cara y con una mano en la correa de su mochila. Tenía puesto un tapado gris, una camisa negra y un jean azul oscuro con unas botas militares negras. Sonreí al verlo parado frente a mí, este chico estaba buscando que mi hermano lo maté y gracias al cielo él no se encontraba aquí o de lo contrario esta vez no solo terminaría con un labio roto.

—Hola Angelic —el rubio se acercó tanto a mí que mi cuerpo se tensó por completo estando bajo sus atentos ojos color miel. Sus cálidos labios besaron mi mejilla dejándome consternada por su actitud, pero una corriente eléctrica me recorrió por entera.

—H... hola Carter —logre articular con dificultad aun sintiendo que mi cuerpo estaba desconcertado con su beso, sentí mis mejillas arder enseguida. Dios me sentía tan estúpida fue solo un beso en la mejilla no es como si me hubiera besado en los labios.

—¿Te iras sola? —pregunto al ver que no venía Demian como loco a golpearlo porque me beso la mejilla. Con una sonrisa de lado me miro a los ojos acomodando la correa de su mochila, se veía tan relajado y despreocupado así.

—Si, Demian no está de seguro no vendrá en un buen rato —señale el auto vacío de mi hermano. Ya se le estaba volviendo algo habitual el desaparecer y olvidarse que tiene una hermana sin auto y permiso para conducir.

—¿Puedo acompañarte? no me gustaría que vallas sola cosas malas les pueden pasar a los ángeles que andan sin protección —una sonrisa traviesa se formó en sus labios al ver mi expresión de asombro. No entendía a que se refería con eso de que cosas malas me puedan pasar, en este pueblo nunca pasa nada y dudo que comenzaran a pasar ahora.

—Si está bien —me encogí de hombros después de todo tener algo de compañía camino a casa no me vendría para nada mal. Girando en mis talones comencé a andar sintiendo los pasos de Carter atrás mío hasta que quedo a mi lado.

Caminamos en silencio uno al lado del otro, pero no era un silencio incómodo para nada. Estaba cómoda alado de Carter me sentía protegida, no tenía miedo de caminar sola con él, era la misma sensación que tenía cuando estaba con Demian, pero un poco diferente. Me sentía observada pero no como cuando estaba en el instituto, esa sensación de que alguien está analizándote me puso en alerta. Levante mi mirada encontrándome con la de Carter me estaba mirando con sus hermosos ojos que comenzaban a gustarme. Una idea loca paso por mi cabeza sonreí, para luego tomar su mochila de improviso y salir corriendo con ella en la mano.

El rubio tardo unos minutos en reaccionar, hasta que se echó a correr detrás de mí. Las risas inundaron esas frías y silenciosas calles, mientras nosotros nos divertíamos corriendo las personas nos miraban raro. Siendo un adolescente en un pueblo tan pequeño hacer cosas estúpidas era lo único que hacía pasable la estancia en este lugar al que nadie recordaba cuando decidían vacacionar lejos.

Unas manos me tomaron de la cintura luego de eso unos brazos me rodearon apretándome con fuerza y tirando de mi cuerpo hacia atrás es golpeado contra un torso duro. Sus risas me inundaron, tenía una risa tan linda o solo es el hecho de escucharlo tan cerca y su fragancia a colonia y el aroma propio de su piel que me embriagaron. Nuestras respiraciones agitadas nos hicieron quedarnos parados, Carter aun no me soltaba me tenía aferrada entre sus fuertes brazos. Apoyé mi cabeza en su hombro para descansar un segundo había corrido demasiado, abrí mis ojos y pude ver que él me estaba mirando. El corazón me retumbaba en el pecho, pero no sabía si era por lo que corrí o por la mirada de Carter. Me deshice del agarre de sus manos en mi cintura y me aleje de él dándole su mochila sonriendo, tomo su mochila con la cabeza gacha riéndose.

Nos miramos a los ojos y en su mirada vi una chispa aparecer en ellos, pero no todo puede ser felicidad y alegría. Detrás de Carter estaban saliendo de una tienda Ashley y Nicolás. Mi sonrisa se borró de repente, Carter miró hacia atrás y pudo ver lo mismo que yo. Sólo que esta vez no me dejó mirando la escena. Tomo mi mano y comenzó a caminar conmigo yo solo me deje llevar a donde sea que él me esté llevando. Agradecía internamente que no dijera nada no tenía ánimos para hablar en estos momentos, las risas que había antes desaparecieron. En minutos ya nos habíamos alejado de la pareja y estábamos entrando a una plaza que quedaba relativamente cerca de mi casa. Nos sentamos juntos en una banca que estaba libre cerda de un tobogán de niños que por estas horas ya estaba con algunos niños. Apoyando mi cabeza en el hombro del rubio cerré los ojos intentando no pensar en nada.

—Gracias —susurro, pero sé que el me escucho y quería que así fuera. Por más que pasara el tiempo lo de Nicolás me seguía doliendo como si fuera el primer día, ni siquiera sabía que sentía ahora por el supongo que estoy intentando superar esto, aunque me cueste demasiado.

—No me agradezcas —tomo mi mano apretándola un poco y se sintió la calidad de sus dedos sobre mi piel. Un nudo en mi estomago se formó y los nervios me recorrieron por entero.

—¿Por qué me ayudas tanto? —jugué con su mano abriendo mis ojos para ver sus dedos junto a los míos.

—Eres especial, quisiera conocerte mejor si me dejas claro —sentí su mirada penetrante sobre mí, una mirada que se sentía cargada de emociones. Lo mire reteniendo un suspiro y las ganas que tenia de bajar la mirada a sus labios, algo tenía Carter que me llamaba, pero no sabía que era.

—Yo te dejo, pero no sé si Demian te dejara estar cerca de mí —me levante de la banca para continuar caminado necesitaba alejar estas emociones abrumadoras que el rubio despertaba en mí.

—No le tengo miedo —respondió parándose a mi lado comenzando a andar conmigo con una sonrisa en su rostro.

Le devolví el gesto para luego mirar al frente, una corriente fría me golpea y abrasé mis brazos el invierno ya estaba aquí pero aún no había nevado. Carter se quitó su saco gris y me lo puso encima, estaba caliente por su contacto físico. Me aferre al abrigo sintiendo un poco menos de frío, caminamos hasta mi casa él me dejo en la puerta donde le devolví el saco. Su gesto caballeroso solo me estaba confundiendo aún más y temía por su seguridad si Demian se esteraba de esto lo matara.

—Gracias por acompañarme a casa —apoyando mis manos sobre sus hombros me estiré un poco para besar su mejilla, me di vuelta y abrí la puerta para entrar rápido a la casa. Me recosté contra la puerta tocando mis labios con mi mano y no me sentía extraña ahora que no estaba cerca de Carter.

No tardó mucho en aparecer Demian entrando como loco a mi habitación y soltó todo el aire cuando me vio sentada en la cama. Detrás suyo entro Duque ya su patita no le dolía en lo más mínimo, hoy se cumplían dos semanas de haberle puesto el yeso de...

—¡Que irresponsables! —grite saltando de la cama para tomar mi abrigo y cargue a Duque en mis brazos —Vamos Demian debemos sacarle el yeso al pequeño monstruo —como si un clic en la cabeza de Demian se despertara salió conmigo y el monstruo hacia el auto.

No hablamos en todo el camino de viaje, en cambio Duque estaba viajando en mis piernas intentaba mirar por la ventana. Decidida a romper el hielo mire a Demian aclarando mi garganta.

—¿Qué te paso que no me trajiste hoy a casa? —vi como su mandíbula se tensó, sus manos se apretaron en el volante del auto. Sin dejar de mirar al frente el freno delante de un semáforo.

—Tuve un problema es todo, lo siento —me hablo tan frió que no quise decirle más nada. Duque ladro al ver a otros perros pasando por la calle intento moverse, pero el yeso en su patita le impedía saltar o moverse con normalidad.

Estacionamos en frente de la veterinaria y baje con el animal envuelto en una manta. El sonido de la puerta del piloto cerrase seguido de la tranca de seguridad me hicieron girarme. Demian no me miraba continúo caminando adentro de la veterinaria como si nada. Le seguí, me sentía como una niña pequeña a la cual regañan sus padres y camina detrás de ellos avergonzada. Duque en cambio se movía mucho ya quería que lo dejara en el suelo, no sé cómo hará el doctor para que se quede quieto. Entramos en la veterinaria donde para mi sorpresa no estaba Nicolás sino una chica atendiendo en recepción.

—Hola buenas tardes ¿en qué puedo ayudarlos? —hablo la chica con voz amable en cuanto nos vio entrar. El pircing en su nariz fue lo primero que llamo mi atención era un septum plateado con una pequeña piedra rosa. Maquillaje rojo resaltando sus ojos azules y sus labios tenían un color oscuro que no logre distinguir, su pelo castaño estaba recogido en una coleta y llevaba un uniforme que era como el de una enfermera en color blanco.

—Venimos a sacarle el yeso a nuestro cachorro —hablo Demian sacando el carnet de Duque y entregándoselo a la joven.

—Oh si claro permíteme esto —tomo el carnet y tecleando en el ordenador se lo devolvió a Demian. Desapareció por la habitación donde se habían llevado la primera vez a Duque. Al cabo de cinco minutos ella apareció para tomar a Duque y se lo llevo por la misma habitación de donde recientemente había salido. Sentí el vacío en mis brazos cuando ella me saco a Duque ciertamente él se había ganado mi cariño en tan poco tiempo.

Mire a Demian y se hallaba mirando unos collares para perro. Camine hacia él a paso lento no quería que me rechazara o me hablara mal otra vez. Toque su hombro suavemente y él se giró de inmediato mirándome a los ojos. Lo rodé con mis brazos hundiendo mi cara en su pecho cerré los ojos dejándome fundir por el olor de su perfume. Él me rodeo la cintura con sus manos y me acerco más a su cuerpo. No había ningunos brazos que me den más seguridad que los de Demian en ellos siempre me siento protegida desde que era una niña. Recuerdo los días de tormenta cuando sonaban los truenos y relámpagos fuera corría a la habitación de Demian para dormir ahí. Aunque nos peleábamos él siempre me dejaba dormir a su lado cuando tenía miedo. Me abrasaba y en sus brazos me dormía sintiendo que nada malo me podría pasar.

—Se avecina una tormenta de nieve —la voz de la chica nos hizo separarnos. Cuando me giré para verla vi que estaba hablando por teléfono.

🌙🌙🌙
#FelízDomingoAullador

Hola mis licántropos 💙 ¿Cómo están? Últimamente tengo mucha inspiración para esta novela me siento algo motivada por eso tantos capítulos en esta semana. Se vienen unos capítulos muy salseantes. Voten y comenten #TeamDemian o #TeamCarter ¿Cuál Team les gusta más? Recuerden que los amo muchísimo mis lobos.

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