Capítulo 15 🌙

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Mi tobilloAngelic🌙🌙🌙

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Mi tobillo
Angelic
🌙🌙🌙

En cuanto salimos de la veterinaria recordé las palabras de la recepcionista con respecto a la tormenta de nieve, fuera estaba comenzando a sentirse demasiado frío afuera. No me sorprendería que mañana comenzara a nevar. En cuanto nos subimos al auto Demian puso la calefacción, sentía mi cuerpo helado y mis dedos estaban demasiado fríos. Duque estaba algo cansado, pero ahora su patita estaba totalmente sana por lo que se paró en mis piernas para ver por la ventana. Si ya hacia desastres con una pata enyesada ahora con sus cuatro patas sanas destrozara la casa.

Viajamos en un silencio un poco menos incómodo que el anterior viaje por lo menos ahora había música. Llegamos a casa más rápido el viaje fue más corto para ir que para venir a este lugar, cuando quise darme cuenta ya estábamos estacionando enfrente de nuestra casa. Nos bajamos del coche junto con Duque que ahora corría por el césped, sonreí por un instante hasta que unos aullidos en el bosque sonaron, rápidamente tomé el brazo de Demian apretándolo fuerte.

—Angelic no te harán nada están muy lejos —su tono fue cálido y amable era la primera vez en días que él me trataba bien. Mire un segundo al perro blanco que esperaba frente a la puerta de casa viéndonos con la cabeza ladeada.

—Tienes razón —solté su brazo sin dejar de ver al cachorro que continuaba observando la puerta esperando ansioso que le harbamos. Estaba segura que este animalito nos traerá muchos problemas con mamá ella ama sus muebles y dudo que Duque se quede quieto por al menos unos minutos es un cachorro.

—¿Que esperas para abrir? —me hablo Demian sacándome de mis pensamientos, gire mi rostro a verlo y sus cejas estaban unidas mostrando su confusión que me hizo reír un poco. Siempre se lo ve tan serio que ver una expresión diferente en su mirada me hace sentirlo más humano y menos como un robot.

—No quiero tener la culpa de que Duque destrocé algo en su primer día sin el yeso —corrí a la puerta el frió me hacía castañear los dientes, Duque corrió dentro de la casa en cuanto abrí la puerta y escuché sus ladridos buscando a mis padres.

Ellos no estaban por la casa obviamente se encontraban trabajando y por lo que había sabido lo harían hasta tarde, dejándome bajo el cargo de Demian. Pero sentí miedo de igual manera por que los lobos no dejaron de aullar, era como si la nieve los hubiera traído cerca de mi casa. A través de las ventanas podía verse la nieve comenzando a caer pintando rápidamente el suelo con su nieve y el frío dentro de la casa comenzó a sentirse. Subí a mi habitación por una manta siendo seguida por Duque y Demian se encerró en su cuarto a hacer quien sabe que como siempre. Baje junto al pequeño lobo que no paraba de correr de un lado a otro queriendo recuperar el tiempo perdido donde no se pudo mover bien. Acomode el sillón en la sala, prepare palomitas y algo de café para ver series policiales sobre casos de homicidios reales. Estuve en la sala hasta que la noche comenzó a llegar y me levanté para preparar más palomitas.

Los aullidos a la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora