Melanie
Ayudo a Cameron a quitarse la barba frente al espejo, me gusta hacer estos pequeños actos, más si estoy ansiosa desde que desperté.
Me siento con energías, no he tenido contracciones extrañas y eso me llena el pecho de dicha. Se que estoy bien, ya quiero comenzar a decorar la habitación donde dormirá mi pedazo de cielo y así como poner los adornos de navidad en casa.
El día de la ecografía del sexo de bebé ha llegado, unos dicen que es niña y otros niño, sea lo que sea, es lo más bello que me ha pasado en la vida, tambien ya están los chistes y cuentos, como su padre, por ejemplo, dijo que si es niña no tendrá novio y que su princesita sería solo para él, que ningún chico se le acercaría o les cortaría las bola.
Me alisto llena de ilusión, me siento hermosa, nunca he dudado de mi atractivo aunque con esto de las hormonas los cambios son regulares.
Monto todo un escenario para seguir grabando la vida de mi bebé, hoy toca ese bello momento.
Todavía los medios siguen a la expectativa del linaje Danielson Walker que está por nacer, no voy a decir nada y menos a exponer todo al foco, también porque no quiero salir de casa, no con la muerte pisándome los talones.
No me amargo la existencia pensando en personas que son mierdas, aprovechó el tiempo consintiéndome para evitar las estrías.
Pasan a instalar todo el equipo, Cameron se posiciona a mi lado con ojo crítico y protegiéndome de esa forma que solo él sabe hacer.
Tomados de la mano esperamos a la doctora que no tarda en subir dándole la bienvenida, nuestra habitación es muy completa y tiene dónde depositar mi expediente.
—¿Cómo te sientes, querida?
—Muy bien, comiendo mucho.
Reímos.
—Es normal. Según estuve leyendo tu expediente, has tenido algunas complicaciones.
—Está en lo correcto.
—¿Alguna alarma en los últimos días? —voy a contestar y Cameron se adelanta.
—De humor, muy seguido, ¿Es normal que sea tan gruñona? —pregunta, lo fusilo con la mirada, no tiene que estar exponiéndome.
Aprieto los labios, a eso me refiero.
—Disculpe a mi marido, doctora .
—Tranquila. Señor Danielson, es normal que su esposa experimente cambios hormonales durante su embarazo, que incluyen el temperamento, la autoestima y su apetito.
Drogo se mantiene en una esquina muy pendiente de los movimientos, intentamos sacarlo, pero no quiso, estamos aquí, no va a saltarle a nadie encima.
Estoy en una bata que me deja el abdomen descubierto, solo debo recostarme en la cama como me lo indica, el conocido gel frío no tarda en estar sobre mi vientre, y con el instrumental necesario busca en mi estómago hasta dar donde se encuentra.
—Aquí está.
La voz de la doctora, hace que ambos miremos al tiempo en la dirección del dedo de ella, donde una personita desnudita, a color, se puede ver la mata de cabello negro que adorna su cabecita, está despierto y mueves sus partes, lo siento perfectamente.
—Les pondré la imagen en más dimensión, pero por lo que veo se parecerá mucho a su padre.
Asentimos embobados y más Cameron, solo lo había visto dos muy pocas veces, y ahora lo estamos disfrutando sin miedo, miro los ojos de mi esposo que brillan sin perder ningún movimiento.
Buscando y buscando la doctora encuentra, se le hace algo complicado, porque bebé no deja de moverse y para Cameron se nota que es lo mejor que ha visto en su vida.
—Aquí está. Felicidades padres, tendrá un niño hermoso y fuerte.
La habitación se llena de nuestras risas, Cameron no tarda en besarme y abrazarme.
—Es el mejor regalo que me han dado en la vida —me llena la cara de besos —. Te amo más que nunca.
—Yo también —noto que tengo dos líneas de agua salada producto de la felicidad —. Drogo, ¿Escuchaste eso?
El aludido suelta un ladrido que aviva más los movimientos de mi hijo.
— ¿Está todo bien con mi hijo y mi mujer doctora?
—Está todo perfecto, ella está muy saludable y él también, la mancha desapareció y todo está en su lugar, según los cálculos pesa cinco libras y eso es bastante teniendo en cuenta que a partir del séptimo mes es donde toman más grosor.
Eso me llena de orgullo, lo estoy haciendo bien y a continuación escuchamos sus latidos fuerte y claro, mi papá aparece en la puerta y lo llamo para que venga, todavía estaba dormido cuánto estaban preparando todo.
Es un momento mágico, los seres que más amo están conmigo.
Nos imprime unas fotografías, se las muestro a mi papá que no evita el grito de felicidad apoyándose en sus muletas, él siempre quiso tener un hijo varón y ahora yo le estoy dando un nieto.
Nos dejan solos con la medica, para otros procesos y preguntas de rutina, yo tengo mucha vergüenza de preguntar sobre algo, sin embargo, Cameron me are e leerme la mente y se adelanta sin tapujos algunos.
—Doctora, ¿Mi esposa y yo podemos hacer el amor?
— ¡Cameron! ¡Qué vergüenza! —Me tapo la cara, es que no pudo haber buscado otro término, no sé.
Amo su sinceridad y lo directo que puede ser, pero no para sonrojarme delante de otras personas.
—Es una pregunta normal, si pueden, es recomendable el sexo para las embarazadas, la ayudará a que el parto sea más ligero.
Había escuchado de eso, si das a luz naturalmente, sirve de ayuda, nunca me he planteado una cesárea, no me simpatiza la idea de tener el estómago pendiendo de un hilo.
—Necesitaba confirmarlo. —Cameron toma mi mano, jugando con los dedos y debo editar esa parte en el vídeo sobre la vida de nuestro hijo.
Termina la consulta, despedimos a la doctora mientras yo no quepo de la ducha, estoy fuera de peligro, nuestro hijo está sano y confirmo que las madres tenemos un sexto sentido, siempre supe que era varón.
Mi mamá estaría tan feliz de compartir con ella, en esta etapa de mi vida es donde la extraño más, sería un apoyo que ninguna otra persona llenaría, así cuente con otras personas como Amalia, que enloquece al saber el sexo.
Ella tendrá otro nieto, es la segunda madre que me dejó la mía.
Nos conectamos en una video llamada, donde participan todos excepto Morgan, ella no quiere saber nada que no sea su desgracia y eso me duele mucho, Oliver explota el globo tras nosotros y las bocinas revientan con la algarabía que montan.
No dejan de hacer planes, de cuando vendrán y que le van a comprar, será un pequeño muy consentido.
Recibo un mensaje de texto por parte de Jake dándome las más sinceras felicitaciones, es corto y preciso, poco se le ve y según Cameron han puesto una distancia con la que se puede trabajar y solo se limita a hacer su trabajo.
Pienso cómo vestirme de una manera que me vea sexy, vamos, he subido mucho de peso y mis tallas de sostenes y otras cosas interiores han cambiado.
Termino frustrada sin hallar nada que me quede sexy para esa noche, quiero celebrar de una manera que extraño demasiado.
—Estás pensando demasiado y mortificándote por algo a lo que yo no le doy importancia —Cameron rueda los ojos detrás de mí.
Los mios viajan de inmediato a los cuadritos de su estómago, ocho tablas perfectamente marcadas, al pecho amplio y tonificado, así como los brazos marcados, esa manera tan única de que le caen los pantalones en la cintura.
Es algo digno de ver, es de esos hombres que crees que no existen y cuando los conoces llevan hasta la mente más sana a pensar morbosidades.
Suspiro y le doy una de esas sonrisas enamorada que solo guardo para él.
Hormonal le digo:
—Es difícil, me dan dolores de espalda, los pies ya se me están hinchando...
No deja seguir hablando, me estrecha contra su pecho, dándome pequeños besos en los labios.
—Estás preciosa.
—¿Siempre me vas a ver igual? A veces me siento horrible.
Suspira, profundizando el beso, yo lo aparto esperando mi respuesta.
—Mira —toma mi mano, para que palpe cómo se le va levantando un empalme —. Estás más hermosa y ciertas partes de tu cuerpo se han desarrollado mucho, todas las noches debo hacer acopio de mi autocontrol con esto.
La confesión me eleva el ego de la nada.
— ¿De veras?
Me levanta como si no pesara nada, sentándonos a ambos a la par en la cama.
—Solo tengo ojos para ti, Mel.
Me le subo encima y con seriedad sentencio:
—Óyeme bien, tu eres mío y de ninguna otra, soy capaz de dejar calva y sin dientes a la que se atreva a intentar acercarse a ti.
Se ríe a carcajadas conmigo, nos quedamos viendo hasta que al fin le damos rienda suelta a los besos subidos de tono.
Besarlo es una dimensión a otra galaxia, hace todo bien, me besa mientras estimula me femineidad con dedos expertos y no le hace falta nada para que mi sexo esté húmedo y ansioso.
Pasó mucho desde la última vez que lo hicimos, así que se toma el tiempo de darle atención a cada centímetro de mi piel.
Baja ahí, donde el calor de su boca me cubre por completo y lo siento tanto dentro como fuera con la lengua experta paseando entre mis pliegues, me pone a temblar entre besos y lamidas.
Tiro de su muñeca, no puede estar encima de mí, así que acomodo sobre él bajándole el elástico de los pantalones con el bóxer, hasta dejarlo desnudo y me permito explorarlo desde su boca hasta su cuello, cada parte de él.
Parece urgido y no le da muchas vueltas cuando busca encajar lentamente en mi interior al tiempo de que yo sufro espasmos por todo el cuerpo con la invasión lamiéndome los labios y mordiéndolos para no gemir de una manera que se entere toda la casa.
Hay invitados y debo ser un ejemplo.
—Joder, como te extrañe —la expresión de Cameron eleva la temperatura de mi cuerpo por los cielos, tiene el cabello pegado a los lados de la cara, sus ojos verdes están dilatados y respira por la sus labios rosados que me invitan a un beso profundo el cual no dudo en hacer.
Me muevo en círculos y deja caer la cabeza en la almohada, no solo es deseo carnal de estar unidos en cuerpo, es esa sensación donde con sus gestos y cada movimiento me hace entender que como yo ninguna.
Olvido lo indecisa que estaba y me concentro en nosotros, disfrutando de las estocadas deliciosas que nos ponen a gemir, así como esa conexión, esa sensación de fuego, de éxtasis y agonía cuando se acerca la liberación la cual me toma muy vulnerable.
Sosteniéndome mientras tiemblo en sus brazos, lo siento ser ágil, llegando y llenándome por completo.
Terminamos sudorosos, pegados, uno oliendo al otro y nos fundimos en un beso profundo donde atontados y con lentitud nos vamos acostando en la cama.
Noto la humedad entre mis piernas, está respirando como quien corrió un maratón, busca el pantalón de algodón que tenía a tientas y me limpia la entrepierna con suavidad besándome el abdomen.
—Sí que tenías mucho guardado —murmuro divertida.
—Es solo un poco de lo que me has hecho guardar. —me sigue el juego.
—Te prometo que no guardarás más si es por mí. Espero que estés preparado para el segundo round. —demando.
—Déjame recobrar fuerzas, mujer.
—Pues apúrate. —insisto.
Ambos reímos.
Para el fin de semana me sorprende con una fiesta sorpresa, Vicky y Laura no sé cómo se escaparon, pero llegan, esta última del brazo de Jake quien me da un fuerte abrazo que no esperaba, siempre ha sido cariñoso conmigo.
Cameron se pone a la defensiva, sin embargo, disfrutamos del ambiente y del montón de regalos para nuestro hijo, tienen que volver al día siguiente, sin embargo, Laura y yo aprovechamos para ponernos al día.
Ya ha estado con Jake, sus padres están de acuerdo en la relación, aunque una que otra vez ha mentido con que se va a casa de Vicky solo para pasar la noche con él.
Está súper enamorada, tienen sus diferencias, las cuales se arreglan, hay cosas que me ponen alerta como que ella no tiene que disculparse por lo que él hace.
Laura es una joya que privilegiado es Jake en ser su pareja, mi amiga jamás se había besado siquiera con un chico hasta que Jake llegó a su vida, ha sido su primer todo y ella se ve feliz, deseo con todo mi corazón que la valore y la respete, porque sino tendremos serios problemas.
Mi vida está siendo tranquila, amo los detalles, las marcas con las que trabajo o he trabajado me envían cada obsequio hermoso, esos días de los más en calma que me he podido imaginar, así que ideó mi navidad igual.
Bloqueo todo mal pensamiento y solo me concentro en mi bella familia despidiendo a mi padre que tiene que hacerle frente a sus negocios y promete volver para navidad y año nuevo.
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A mi me encantan estos capítulos tranquilos, que belleza. 💙💚
Feliz tarde, bellezas.