𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐙𝐀 ─𝐂𝐀𝐑𝐋 𝐆𝐑𝐈𝐌𝐄𝐒 ①

14

Desconocer.

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Carl Grimes

Prepare mi sombrero encima de mi cabeza, observando cómo Judith dormía plácidamente en los brazos de Natasha en ese cómodo sofá en donde Abraham peleó por dormir en la noche anterior. Quien ganó esta pelea fue Natasha, ya que se levantó al amanecer a hacer un gran desayuno junto a Carol y ahora se encontraba tomando una siesta, acompañada de mi hermana. No había visto a papá, desde que se levantó decidió ir a revisar ciertas cosas en la comunidad y es que la mayoría de los adultos fueron buscados rápido para un trabajo. Sin embargo a Camila, Aliana y a mi, nos ofrecieron ir a una pequeña casa en donde daban clases, iríamos con otros adolescentes pero los tres cómodamente dijimos que no. Aunque ayer en la tarde, papá nos había presentado a Jessie Anderson, una de las residentes de Alexandria quien tenía dos hijos varones; solo uno de mi edad, y iría a conocerlo más tarde. Subí las escaleras hacia la segunda planta, ya que está casa en la que me estaba quedando, seria donde residiríamos, Michonne, papá, Judith y yo. Los demás aún estaban buscando dónde establecerse.

Maggie y Glenn habían optado cerca de nosotros, la casa quedaba dos más a la izquierda; pero estaban cerca. Con ellos residirían Natasha y Aliana, mientras que los demás aún estarían quedándose aquí en lo que Deanna veía en donde establecerlos. Las mochilas de todos estaban disparejas por varias partes de esta casa, así que me encontraba pisando ropa interior de mujeres y las camisas desgastadas de Daryl, además de que eran apestosas. Me dirigí a la habitación que sería mi habitación, dejando así mi sombrero encima de la cómoda cama que aún no había estrenado. Preferiría dejar mi sombrero aquí, al menos en el día de hoy mientras que decidía explorar la casa. Las puertas de abajo sonaron, así que supe que alguien estaba en la casa, decidí salir fuera de mi habitación para así caminar por el pasillo hasta poder bajar por las escaleras a la primera planta de la casa.

—¿Y los demás?—la voz de Aliana se dirigió a mi, mientras que ella llevaba una coleta alta, su pelo estaba recogido. Ella no portaba nada, ni siquiera una arma o una navaja, nos habían prohibido todo.

—No lo sé, crearon grupos con algunos residentes de la comunidad, están disparejos. Abraham iría con Rosita a buscar una casa, se establecerían con Eugene y Tara en ella.—le respondí yo a ella, a lo que asintió y fuimos ambos saliendo por la puerta de la casa, con cuidado para que Natasha no se despertara.

—La mayoría tiene trabajo, ¿que se supone que hagamos nosotros?—me pregunto ella, bajando las escalerillas del balcón, tocando el cemento de la calle. La observé.

—Noah, Glenn, Tara y Eugene trabajarán con Aiden, el hijo de Deanna y con Nicholas, fue el residente que nos abrió los portones. Se encargarán de traer suministros, mientras que Abraham y Rosita estarán encargados de hacer las vigilancias, disparejos, no tendrán los mismos horarios. Sasha también estará trabajando en esa área, aunque Deanna aún no está el cien por ciento segura.—dije, mientras que ella me escuchaba con atención mientras que caminábamos juntos por las calles de la comunidad.—Los demás aún no tienen algún tipo de trabajo, ni siquiera papá.—comente.

—¿Puedo hacerte una pregunta?—ella se detuvo, quedando frente a mi, mientras que sus ojos verdosos me observaban y podía ser testigo de cómo sus pecas se veían naturalmente en su limpio rostro.

—Creo que ya la estás haciendo.—hable, algo cortante y con timidez, creo que la timidez nunca se iría de mi. Ella sonrió, y bajo la cabeza. Mientras que espere su pregunta.

—Vamos, no seas tonto.—sonrió—¿Como es posible que pases más tiempo conmigo y no con Camila?—fue una buena pregunta y daba lo que fuera por tener las palabras adecuadas para contestarla, pero era yo, así que no sabía cómo responder a esa pregunta. Era difícil.

—¿Carl?—gire mi vista, viendo aquella cabellera rubia amarrada, era Jessie. Ella nos sonrió amablemente y se acercó a nosotros.—¿Dando un paseo por aquí?—pregunto, Aliana a su lado sonrió, ella era más amable que yo.

—Si, solo buscábamos a alguno de los nuestros.—respondió ella, con una sonrisa en su rostro, mientras que me quede observándola.

—Ron está arriba, creo que podrían venir conmigo, claro si no les molesta.—dijo ella, no tardamos en asentir, fue cortesía de nuestra parte aunque aún eso no se me hacía cómodo, dije que si por amabilidad.

Aliana pasó delante de mi, para así seguir a Jessie Anderson, con quien mantenía una conversación. Me mantuve atrás, observando en cómo Aliana se veía más llena de libertad. Se veía más sociable, más sonriente y como a cada uno de los del grupo ya podían hablar con ella con comodidad. Su largo cabello castaño azabache, ya que era un castaño oscuro, estaba larguísimo y se veía hermoso ese lacio. No sabía porque podría verla de esa forma y a Camila no, era una confusión que tenía en mi mente y una atracción que me hacía sentir por esta chica. Tenerla cerca simplemente me ponía nervioso, pero podía hablarle de lo que fuera como si la conociera de años. Observe cómo estábamos frente a la casa de Jessie y su familia. Ella abrió la puerta de su hogar, invitándome a mi y a Aliana entrar, quien no tardo en guardar silencio al escuchar voces masculinas y gritos de emoción. Observe la casa, era de dos plantas como la mayoría, aunque con una decoración diferente, claro está. En la casa habían juguetes tirados en el suelo, incluso cómics, me quedé observando cada una de esas historietas sin estar presente a lo que Jessie nos decía, aunque sabía que Aliana estaba prestándole toda la atención.

—En seguida vuelvo, lamentó el alboroto es así todos los días, suele estar pegado con sus amigos en esa porquería de video juego.—Aliana y yo nos miramos ante las palabras de Jessie, mientras que vimos como ella recogía la ropa sucia y no tardó en subir por las escaleras.

—Vaya, video juegos, que lujo.—dijo Aliana a mi lado, se veía algo tiesa y me daba algo de burla verla de esa forma. Se veía muy respetuosa.

—Tranquila, ella no piensa que somos animales por el hecho de que estuvimos allá afuera más tiempo que ellos.—le susurré, mientras que negó sonriente y aún escuchábamos los gritos de emociones en la parte de arriba, siendo silenciados.

—¿Por qué no los invitaste a subir mamá?—una voz masculina se escuchó en la casa, algo más afinada y pude ver cómo Jessie bajo con otro chico, pareciendo de mi edad, este nos observo a ambos con una sonrisa aunque mi tono de cortante, se activo.

—Ron, ellos son Aliana y Carl, son los nuevos integrantes de la comunidad. Carl es el hijo de Rick Grimes y Aliana de la pareja que estuvo aquí ayer, Maggie y Glenn si no me equivoco.—observe cómo Aliana abrió los ojos como platos, pero no dijo nada, aunque si pudo haber sido una confusión.

—Bueno chicos, vengan, les presentaré a los demás.—hablo este, bastante amigable, mientras que Aliana se colocó detrás de mí y Jessie nos asintió para que fuéramos.—Créeme es fantástico ver a más de nuestra edad aquí, la mayoría sin niños pequeños como mi hermano, son patéticos, créeme.—dijo, subiendo las escaleras y hablando con rapidez, mientras que Aliana subía a nuestro ritmo.—Esa es la habitación de mi hermano menor, se llama Sam, aunque no está aquí debe estar jugando en la escuelita o algo parecido.—pasamos por una habitación, se veía bastante infantil con muchos juguetes; Aliana y yo nos quedamos observando a Ron quien nos guiaba a su habitación.—Bien, Aliana y Carl, ellos son Mickey y Enid, suelen pasar sus tardes aquí. Chicos, ellos son los nuevos.

Dirigí mi mirada a la habitación, bastante amplia y cómoda como en la qué dormiría en mi nuevo hogar, aunque no tenía una televisión y mucho menos esa cantidad de videojuegos que Ron tenía en la suya. En su cama estaban acostados dos adolescentes más, un varón y una hembra. A la chica de cabello castaño y largo, se me quedó observando, la había visto antes. Si, cuando llegamos aquí la vi en una casa abandonada, sola y observándonos, aunque no cruzamos ni una mirada ya que luego no la había visto. Esta y Aliana cruzaron miradas cortantes de las que pude ser presente, se vio una chispa de incomodidad aquí, aunque el otro chico pareció más amigable, sería una tarde larga y un poco incómoda en lo que Aliana y yo, nos acoplábamos a esto.

• • •

Observe mi alrededor, con un silencio inmenso luego de una tarde incómoda con chicos desconocidos. Aliana había partido de mi lado, se había ido a buscar a Maggie, tenían cosas pendientes para poder instalarse en la otra casa mañana. Aunque preferí estar mi tiempo solo, ya que estoy matándome en buscar a papá y aún así era la hora en la que no podía encontrarlo. Me levante de la acera, sacudiendo mi pileta de cuadros, un conjunto de color gris, amarillo y blanco. Dejando esto atrás, me quede observando cómo la extraña desconocida, llamada Enid, parecía estar saltando el muro. Quede impresionado, solo yo estaba alrededor y estaba observando esto. Teníamos prohibido salir, los adultos si debían salir debían dar una buena explicación, aunque ella estaba saltando el muro sin permiso de nadie y sin que nadie la viera. Vi cómo saltó al otro lado, estaba afuera y ahora entendía el porqué el día en que llegue cruce con ella afuera de los muros, estaba escapada. Me sentí lleno de curiosidad en querer saber las razones del porqué ella salía, e incluso me sentí protector.

Quise olvidarlo y continuar a mi casa, para verificar a Judith, pero la curiosidad me mataba y es que esta comunidad como todas, tenía sus secretos. No veía a nadie a mi alrededor, así que copiando los pasos que ella hizo, la seguí. Se me hizo difícil escalar el muro, aunque seguí cada uno de sus pasos, preferí seguir los instintos. Escalé el muro y con cuidado, observe en cómo nadie estaba presente para señalar que me había escapado. Brinque, y caí al otro lado, con firmeza para no lastimar mis tobillos y simplemente observe el bosque, y como no veía rastro de ella. Aunque si la observe a lo lejos, no quería que fuera capaz de ver que el nuevo la estaría siguiendo. Camine con cuidado entre las hojas secas del bosque, mirando a varios lados y sintiéndome tonto al darme cuenta que había perdido la cabellera castaña oscura de Enid. Si papá era capaz de saber que estuve aquí afuera no creo que fuera su agrado, así que continué el paso explorando el bosque, llenándome de pensamientos para reflexionar. Empecé a caminar entre las casas abandonadas para buscar manera de entrar a Alexandria, aunque me llevara un regaño, aunque ver a mi figura paternal estar allí y sentir los gruñidos de caminantes hacia qué este día, no fuera de suerte.

Mi mano obtuvo con rapidez mi navaja, observando así como papá, con su rostro limpio y sin acostumbrarme, ya que estaba acostumbrado a ver su barba; me observo. Evadí sus ojos azulados mirarme confuso y sabía la pregunta que se hacía. No tarde en observar a los caminantes, gruñendo y cómo se acercaban a nosotros. Me quede esperando el primer movimiento y que fuera de papá, así mismo fue, observe cómo se inclinó para que con su mano izquierda, cogiera el hombro del caminante y su mano derecha dónde estaba su cuchillo; incrustó en el cráneo del caminante aquel filoso metal. Me encargué entonces en darle una patada al caminante en su rodilla, haciendo que cayera de lado y aproveché en incrustarle mi navaja. Escuchando ese asqueroso sonido que hizo mi navaja cuando salió de ese cráneo, mientras que este paso, me lo había aprendido de Aliana. Papá a mi lado me observo, mientras que hizo un rostro de asustado al sentir aquel caminante agarrar su tobillo. Este se alejó del caminante, el cual estaba en el suelo y estancado por los materiales que estaban encima de él. Cogió un tubo de metal, dispuesto a enterrarlo en el cráneo del caminante, pero lo detuve.

—Déjame hacerlo.—le dije, mientras que este me pasó el tubo, así que obtuve fuerza y se lo enterré al caminante, matándolo de una vez por todas.—Papá.—lo llame, viendo cómo sacudía su navaja llena de sangre y buscaba algo para limpiarla. Este me observo, algo confuso.

—¿Qué haces afuera?—me pregunto, con algo de seriedad.—Se supone que estés adentro, Carl.—me dijo, no me regañaba, no se oía molesto.

—Solo quería dar un paseo, estuve encerrado en la casa de los Anderson, con el hijo de Jessie y sus amigos, Aliana estuvo conmigo pero luego me quede solo.—respondí.–
Quería pensar, pensar en muchas cosas.—comente, mientras que papá me pasó un pañuelo para que me limpiara las manos.

—¿En cosas o en alguien?—me pregunto, observándome y acercándose a mi. Mientras que me quede en silencio.—Vamos, eres mi hijo, te conozco.—me dijo, llevando su mano a mi hombro.

—No se lo que quiero, papá.—dije, mirando a la nada y evadiendo su mirada.—¿Que se supone que haga?—le pregunte, no debía decirle de que se trataba, Rick Grimes era sabio, sabía demasiado. Me miró, llevando su mano a su rostro y quitando su sudor, mientras que me aguanto la camisa, insinuándome caminar con él a los portones de la comunidad.

—Si él sentimiento por ella es fuerte, más que una atracción, haz lo que tengas que hacer, pero tienes a alguien más en tu vida y puede salir lastimada. Debes de resolver algo primero, para empezar a armar el otro rompecabezas, así es esto Carl.—dijo, mientras que hizo un silbido y con algo de rapidez, el portón fue abierto.

Muchos gritos se escuchaban, e incluso murmullos. Papá y yo observamos con los ojos abiertos como plato el escenario que había aquí. Empecé a correr junto a papá, observando cómo Daryl estaba golpeando con una gran brusquedad a Nicholas, la gente observaba, pues veíamos también cómo Aliana estaba siendo agarrada por Tara. Mientras que Aiden y ella se gritaban cosas, Deanna intentaba de interferir pero no habían resultados, no quería entrometerse. Quede algo confuso, incluso papá, quien con ayuda de Glenn intento de separar a Daryl de Aiden. Aunque los gritos y las palabras de Aliana seguían dirigiéndose a Aiden, esta también se veía con inmadurez contestándole. Me detuve delante de Tara y Noah, quienes agarraban a Aliana. Mientras que está al verme se veía agitada y a la vez, calmada, me quede aguantando su brazo para que no interfiriera y no obtuviera un buen golpe. Mientras que papá estaba intentando de aguantar a Daryl, incluso Maggie quería entrometerse para que Glenn se saliera de ese círculo de pelea.

—¡Aiden, basta!—le gritaba Deanna, mientras que su otro hijo varón, Spencer, se asomó para ver qué sucedía y ayudar.—¡Basta!—gritaba ella, acercándose, pero Maggie, viendo esto; interfirió, y la intentó alejar.

—¡Ey, ey!—la voz de Natasha se escuchó entre los gritos de los demás, está con rapidez corrió hacia papá, ayudándolo con Daryl y todos siendo testigos como una mujer pude calmar a nuestro amigo agitado.—Cálmate, se acabo.—le pidió Natasha, alejándolo con la ayuda de papá y viéndonos confusos ante la situación; yo estaba ajeno, había llegado tarde.

—¡Dije que se acabo, Aiden, se acabo!—gritaba Deanna, llena de furia mientras que observaba la escena avergonzada.

• • •

—¿Entonces Rick y Michonne ahora serán alguaciles?—se burlaba Abraham y Glenn del nuevo puesto de papá y Michonne, es que realmente era algo cómico.

—Defiéndete Rick, hasta tu hijo se burla de ti.—mire a Natasha fulminante por su comentario, mientras que ella me lanzó una almohada de su cómodo sofá. Papá me observo y sonrió, mientras que reía.—Sigue burlándote, sigue.—dijo ella, sonriéndome, la ignore.

—Necesitamos estar alertas, hay cosas aquí extrañas. Necesito que todos estén alertas, nada de peleas, nada de conflictos, actuemos normales.—hablo papá, captando la atención de todos, mientras que a mi lado, Camila estaba llena de seriedad; no habíamos hablado en todo el día, y realmente no me afectaba que fuera así.—Tenemos que acoplarnos a sus reglas, nos gusto o no.—dijo papá, observando a Daryl, quien se mantenía serio mirando a la nada.

—Necesitamos armas, lo sabes Rick.—interfirió Carol, deteniéndose aún lado de él y observándolo.—No podemos estar así, no conocemos a estas personas aún.—papá asintió, llevándose su mano a su rostro y respirando hondo.

—Descansen, mañana será otro día, pensaremos en algo mañana. Debemos esperar a que pasen los días, a penas hemos llegado.—dijo papá, mientras que algunos empezaron a irse, otros a terminar de asearse o comer alguna tontería.

—¿Dormirás ahora?—me pregunto Camila, ella estaba seria, observe cómo Natasha se levantó del sofá, dirigiéndose afuera al igual que papá y algunos más. Negué.

—Recuéstate con Judith, iré afuera un rato, se que estás cansada.—le dije, ella asintió algo entristecida y realmente me dio pena, ella bajo la mirada y asintió, acomodándose aún lado de mi hermana que dormía plácidamente y a a su lado, estaba Michonne, dormida.

—Es ilógico, créeme que lo es.—la voz de Aliana se escuchó afuera, cerré la puerta con cuidado y observe la poca iluminación de la comunidad mientras que veía presente en el balcón a Glenn, Maggie, Noah, Natasha y Noah, junto a Tara y Abraham.

—¿Por qué lo es?—pregunto Abraham burlón, este solía molestarla, ella estaba sentada en la falda de Maggie, quien le acariciaba el cabello y sonreía ante la escena. El ambiente se veía bien, se veía cómodo...

—No discutiré contigo, siempre quieres ganar.—hablo está molesta, solo hacia un puchero, se veía tierna y Abraham tan solo se encogió de hombros y hizo una mueca de burla.

—Oye, no te burles de mi hermana, yo si puedo explicarte porque es ilógico.—dijo Natasha, sentándose en la baranda del balcón, mientras que Aliana y yo, cruzamos miradas.

—Vamos, adelante.—Abraham habló, mientras que Natasha y Aliana se miraron, riéndose ambas, sin saber respuesta alguna.—Mejor dejemos el tema aquí, yo me iré a descansar, no quiero perder tiempo con babosas.—comentó Abraham, mientras que Natasha se hizo la ofendida.

—Yo me iré a caminar, la brisa está fresca.—dijo Tara, despidiéndose de Abraham y Glenn con un choque de puños.—Noah, Natasha ¿vienen?—le pregunto Tara a ambos, quienes asintieron y no tardaron en seguirla.

—¡Cuidado, Rick los puede encarcelar por toque de queda!—río Abraham, fue cómico, no tarde en reírme también, mientras que me senté aún lado de Glenn, observando cómo los cuatros escuchábamos el canto de Abraham, mientras que los verdosos ojos de Aliana y los míos, se cruzaban.

—Deanna hará una fiesta de bienvenida para nosotros mañana.—comentó Maggie, observándonos.—¿Querrán ir?—ella se dirigió a Aliana y a mi, no supe que decir, así que me quede callado y Aliana igual. Maggie se levantó, a lo que Aliana se levantó de su falda, observándola a ella y a Glenn.—¿Se quedarán aquí?—Aliana asintió, a lo que también asentí; aún no quería dormir.

—No se acuesten tarde chicos, no queremos que Rick se moleste.—me sonrió Glenn, estrechándome su mano y luego acariciando el cabello de Aliana, entrando con Maggie a la casa, dejándonos a ambos solos.

—Una fiesta, vaya... —susurro ella, sentándose a mi lado y observándome. Me quede mirando al cielo estrellado, era mi vista favorita y también, tenía buena compañía.

—Creo que no nos vendría mal.—dije, observando cómo ella sonrió, mirando el cielo estrellado.—Es como si estuviéramos empezando de cero, aunque es extraño, estábamos acostumbrados al peligro y ahora, es como si estos muros nos dieran seguridad.—dije.

—No nos darán seguridad para siempre, siempre el peligro nos atacará.—dijo, bajando la cabeza mientras que su detantura se dejó ver.—Nunca me respondiste la pregunta que te hice hoy.—nos quedamos observándonos, sin decir más, nos quedamos en silencio observando el cielo estrellado y tan solo sentí el roce de su mano, cerca de la mía.