Joanne llegó al medio del bosque llena de furia. No sabía donde estaba, pero tampoco le importaba. Quería estar lejos de todos. Había confiado en Justin sólo para que él le hiciera una estupida broma, o más bien dolorosa. Él más que nadie sabía cuanto extrañaba a sus padres.
Se sentó sobre una gran piedra y agarró una hoja que se había caído de un árbol. Presionó sus manos con enojo y cuando las abrió se sorprendió de ver que la hoja ahora era ceniza.
—Ojalá fueras el espectro —dijo y dejó caer la ceniza sobre el césped.
Se levantó y comenzó a lanzarle magia al agua solo para ver las formas que se hacían.
—No dejerías jugar con la naturaleza —dijo alguien detrás de ella.
Por reflejó lanzó magia a esa persona en defensa haciendo que esta chocara contra un árbol.
—¡Lo siento! —exclamó Joanne corriendo hacia él—. ¿Te encuentras bien? —preguntó.
—Si —respondió el chico haciendo una mueca de dolor y se levantó—. Casi me matas —la apuntó.
—No creo que matar, pero quebrar algo seguramente si —sonrió tímidamente—. Lo siento mucho.
—Está bien —puso sus ojos en blanco.
—Soy Joanne —tendió su mano para que el chico la estrechara.
—Soy Ishtar —respondió tomando su mano—. Tienes bonito nombre intento de asesina.
—Tienes nombre chico casi quebrado —sonrió y soltó su mano.
—¿Que tipo de criatura eres? —preguntó sentándose sobre una roca.
—Soy humana, no soy una criatura ni nada por el estilo —respondió Joanne.
—Pensé que te transformabas en algo —respondió.
—¿Tú que criatura eres? —preguntó Joanne.
—¿Por qué piensas que soy una criatura mágica? —preguntó Ishtar riendo.
—Por la luz que brilla en tu bolsa —respondió Joanne señalando la bolsa donde salía una luz fuerte color celeste.
—Me has descubierto —rió—. Soy ayudante de las hadas, y eso es polvo mágico —respondió.
—¿En serio? —preguntó sorprendida—. Eso es magnífico.
—Lo sé —respondió—. He notado que no eres de por aquí, ¿qué haces sola?
—Estoy huyendo de una persona que no quiero ver —se encogió de hombros.
—¿Problemas de pareja? —preguntó elevando una ceja.
Jaonne rió ante su curiosidad y negó con su cabeza.
—Se puede decir que el espectro me tiene capturada —respondió—. No intento escapar porque sé que me encontrará, pero ahora estoy enojada con él y no quiero verlo —puso sus ojos en blanco.
—Oh, ¿por qué dices que te tiene capturada con tanta naturalidad? —preguntó Ishtar con sorpresa.
—Porque ya me acostumbré, estoy resignada a que me libere —respondió.
—Claro, estar con el espectro debe ser complicado —sonrió también poniendo sus ojos en blanco.
Estuvieron un rato largo hablando sobre diversos temas, Joanne no sabía bien cuanto tiempo había pasado, pero se le pasó volando. Se dio cuenta cuando notó que el sol comenzaba a descender. Es que habalar con Ishtar se le hizo divertido, además de que al fin hablaba con alguien que no fuera la familia de Justin.
—Joanne —dijo alguien a sus espaldas provocando que se tensara.
Se volteó encontrándose con Justin. Tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido.
—¿Costó la búsqueda? —preguntó Joanne elevando una ceja.
Ishtar se puso nervioso al verlo. Cualquier persona le tenía miedo al espectro, pero las hadas aún más.
—Ya te había encontrado pero no vine porque sabía que no querías verme. Ahora ya ha pasado mucho tiempo y supongo que se te ha pasado el enojo —respondió.
—Pues estás equivocado con lo último. Aún no quiero verte —respondió Joanne.
—Que lástima, vendrás conmigo igual —dijo Justin—. Saluda a tu amigo porque nos vamos.
Joanne puso los ojos en blanco y miró a Ishtar.
—Te dije que es un monstruo cuando quiere. Fue un gusto conocerte —susurró Joanne.
—Igualmente Joanne —respondió Ishtar. Tomó algo de su bolso y se lo entregó discretamente—. Cuando frotes esa piedra apareceré donde sea que estés si quieres —dijo.
—¡Gracias! —exclamó—. Si logró que me deje o no me descubra lo haré —sonrió.
—Ya lo descubrí Joanne —dijo Justin detrás de ella.
Joanne gruñó. Había olvidado que sabía todo lo que pensabas.
—Me alegro por ti —dijo molesta—. Adiós —saludó a Ishtar.
—Adiós Joanne —saludó.
Joanne volvió al lado de Justin y rápidamente hizo que se transportaran al castillo donde la llevó por primera vez.
—¿Qué hacemos aquí? —preguntó mirándolo.
—Es momento de que dejes de distraerte y comiences a entrenar bien. Aquí podremos hacerlo sin distracciones.
—Que divertido —Joanne puso los ojos en blanco.
—Te parezca divertido o no lo haremos igual —respondió Justin.
Sin dejar que Joanne responda otra vez tomó un libro que había sobre la mesa donde había entrenamientos para principiantes.
—Comenzaremos con la puntería primero —dijo Justin.
—¿Y cómo quieres que haga eso? —preguntó Joanne.
—Yo me moveré por todo el lugar y tú tienes que intentar darme con una bola de fuego.
—¿Y si te quemo? —preguntó.
—No lo harás querida —respondió Justin.
Minutos después Justin hizo que Joanne comenzara con la práctica. Comenzó a moverse rápidamente por todo el lugar mientras Joanne lanzaba bolas de fuego. Se encontraba frustrada porque no logró darle ni una sola vez. Sentía que ella no era en realidad la elegida, no tenía la capacidad necesaria.
—Vamos Joanne, pon esfuerzo —dijo Justin parándose delante de ella—. Recuerda que te mentí con que verías a tu familia, hice que eligieras personas para quitarles el corazón, te tengo encerrada cuando podrías estar siendo libre como antes. Recuerda algo.
Joanne tomó una profunda respiración al oír eso. Justin volvió a moverse por todo el lugar al mismo tiempo que Joanne juntaba sus manos. En ellas comenzaba a formarse una gran magia. Gritó molesta y la lanzó hacia Justin.
—¡Bien! —chilló emocionada y comenzó a saltar al ver que Justin estaba pegado contra la pared. Este hizo una mueca de dolor cuando se levantó—. Tú querías que me inspirara con mi odio hacia ti —se encogió de hombros.
—Si que me odias —bufó y se acercó a ella.
—Hasta que te das cuenta —respondió Joanne.
Justin frunció el ceño.
—¿Ahora que haremos? —preguntó Joanne.
—Descansaremos —respondió Justin y comenzó a alejarse.
—Pero ya estoy lista para hacerlo bien —Joanne se quejó.
—Bien, quédate lista un rato más —dijo y desapareció dejándola sola.
Joanne gruñó, pero luego sonrió cuando pensó en que Justin se puso así porque notó el odio que le tiene. No le importaba en lo absoluto que le doliera. Ella se encontraba dolida por como le había mentido y no le reprochó nada. Ahora se encontraban a mano.
{...}
Joanne subió las grandes escaleras que tenía el palacio. Nunca tuvo la oportunidad de recorrerlo y tampoco sabía si podía hacerlo, pero el espectro no estaba allí como para decirle algo. Cuando llegó comenzó a caminar por los largos pasillos llenos de pinturas llamativas. Se paró delante de un cuadro con la cara de Justin. Él tenía una mirada profunda que le daría miedo a cualquier persona, pero a Joanne le provocaba sólo querer saber que escondían esos ojos. Negó con su cabeza y siguió caminando por el pasillo.
—Oh —dijo al encontrar una gran puerta.
Colocó su mano sobre la manija e intentó abrir la puerta. Pero esta se negaba a abrir, parecía que no se abría hacía mucho tiempo. Empujó con más fuerza y al fin al puerta cedió, pero hizo un ruido ensordecedor mientras abría.
—Maldita sea —cerró sus ojos al mismo tiempo que se paralizaba.
Se apoyó sobre una pared con los ojos cerrados esperando que Justin llegara, pero eso no sucedió. Se adentró más al lugar hasta toparse con una escalera. Tomó una antorcha que había sobre una pared y comenzó a subir los grandes escalones. Cuando llegó a la cima se topó con una gran habitación iluminada por velas. No parecía abandonada, estaba muy limpia.
Se sorprendió al ver tantas cajas de madera incrustadas sobre una pared. No sabía que era eso, pero sentía que era malo. Se acercó y luego de dejar la antorcha apoyada tomó una de las cajas. Abrió la tapa y soltó un grito al ver lo que contenía en su interior. Dejó caer la caja al piso cuando sus manos comenzaron a temblar.
—¿¡Qué haces aquí!? —preguntó el espectro apareciendo en el lugar. Lucía enojado.
—¿¡Por qué tienes ese corazón en una caja!? —chilló Joanne.
—Porque quiero y puedo —respondió Justin mientras tomaba el corazón que brillaba en el piso. Lo guardó en la caja y lo colocó en su lugar—. Si te molesta te jodes por meterte donde no te llaman —la señaló.
—¿A cuantas personas has matado? —preguntó Joanne alejándose de él.
—A todos los que merecían la muerte —dijo, pero eso no respondía su pregunta.
—No me cansaré de decirte que eres un monstruo.
-Yo no me cansaré de decirte que no me importa, pero sin embargo, los dueños de estos corazones no están muertos, por eso es que brillan. Si los mato se hacen cenizas. A estas personas solo las manejo como quiero o es un castigo —sonrió y colocó la caja en su lugar—. Ahora sal de aquí, no quiero verte nuevamente en este lugar.
Joanne no respondió y bajó corriendo las escaleras para alejarse de él. Llegó al gran salón y se quedó parada frente al ventanal, no tenía lugar donde ir. Aún no se acostumbraba a ver eso y dudaba hacerlo. Sacarle el corazón a una persona era algo horrible para ella.
—Ya podemos seguir con nuestro entrenamiento —dijo Justin apareciendo detrás de ella.
—Nuevamente no estoy lista —respondió Joanne duramente.
—Tienes cinco minutos para volver a estarlo.
Con un simple movimiento de manos que hizo Justin se transportaron hacia el salón donde anteriormente estaban entrenando. Joanne bufó mientras se alejaba de Justin.
—Lo haremos fácil. Yo te pondré elementos sobre una mesa y tú tienes que transportarlos hacia ti —dijo Justin.
—Oh si, muy fácil —respondió Joanne com sarcasmo.
Justin la ignoró e hizo aparecer cinco elementos sobre la mesa. Un libro, una pluma, una rosa, una taza de porcelana y un cuchillo. El último era el más peligroso.
—¿Y cómo se supone que los atraeré hacia mi? —preguntó Joanne.
Justin caminó hacia ella y se pasó en su misma posición.
—Tienes que mirar fijamente el objeto que tu quieres y pensar en lo que quieres de él hasta que venga hacia ti. Lo guiarás con la mirada —respondió el espectro e hizo que la pluma se transportara hacia él.
—Lo haces ver tan fácil.
—Es fácil Joanne. Sólo échale ganas —dijo y volvió a poner la pluma en su lugar.
Joanne asintió y miró fijamente el libro. Pensó en que quería que fuera hacia ella, pocos segundos después comenzó a elevarse y moverse. En el momento en que Joanne sonrió toda la concentración se fue haciendo que el libro cayera al suelo.
—Maldición —se quejó.
—Ahora ve por la pluma, lo estabas haciendo bien —alentó Justin.
Joanne miró la pluma con la misma intensidad que había mirado el libro y está comenzó a moverse. Pero esta vez no perdió la concentración, siguió mirándola hasta que la tuvo en sus manos.
—¡Si! —exclamó mirando la pluma con orgullo y sorpresa.
Era grandioso poder hacer eso, pero aún le quedaba mucho que descubrir sobre su magia, de donde provenía era lo principal.
—Lo has hecho bien, cuando tengas más práctica lo harás muy fácilmente sin tener que estar mirándolo tanto. Tan sólo con el pensamiento lo harás.
—¿Puedo intentarlo? —preguntó.
En estos momentos había olvidado el enojo con Justin simplemente porque estaba emocionada con lo nuevo que estaba aprendiendo.
—Si tú quieres —Justin sonrió.
Joanne relajó su mente y cerró sus ojos. Comenzó a pensar en la rosa que estaba sobre la mesa y que la quería tener ahora mismo sin moverse. Justin sonrió al ver que la rosa se estaba moviendo, sin dudas lo estaba haciendo muy bien.
—Abre tus ojos —susurró en su oído.
Joanne tragó grueso cuando se estremeció por el acto de Justin. Su respiración cerca de su cuello había logrado que su piel se erizara. Negó con su cabeza borrando eso de su mente y abrió los ojos encontrando la rosa delante de ella.
—¡Bien! —exclamó feliz y tomó la rosa entre sus manos.
—Felicidades Joanne —dijo Justin.
—Gracias —respondió.
Dejó la rosa a un lado y miró la taza de porcelana. La miró por varios segundos, pero en ningún momento se levantó. Bufó y volvió a intentarlo, pero sucedió lo mismo. Cerró sus ojos para intentar que se moviera con el pensamiento.
—Lo estás logrando —dijo Justin mirándola fijamente.
Joanne abrió sus ojos para ver la taza, pero se arrepintió al ver que está cayó sobre la mesa. No se rompió porque ni siquiera se había levantado tanto.
—Rayos —mordió su labio inferior.
—Descansa un poco y en unos minutos seguirás —dijo Justin.
Se acercó a una ventana y luego de abrirla lanzó un hechizo sobre todo el gran jardín.
—Puedes ir al jardín si quieres, he lanzado una barrera protectora, así que no podrás escapar.
—Bien —respondió Joanne y salió rápidamente. Necesitaba nuevamente sentir el aire libre.
Una vez sólo, Justin caminó hacia la taza de porcelana y la tomó en sus manos. Sólo se había rajado un poco, un mínimo golpe más y se haría pedazos. Se transportó hasta quedar en su habitación. Caminó entre los grandes muebles de oro y su cama hasta quedar frente a un mueble con una pequeña puerta de cristal.
Miró la taza en sus manos y le dio un beso antes de guardarla dentro de ese mueble donde él ponía las cosas que le importaban.
{...}
Hola amores, ¿cómo están? Espero que bien. Nuevamente he tardado muchísimo para actualizar. Pero estuvieron cerrando el trimestre y estuve a full entregando cosas, lo siento mucho.
Preguntas:
1) ¿Para qué piensan que apareció Ishtar?
2) ¿Creen que el espectro se puso celoso ante su presencia?
3) ¿Por qué creen que Justin guardó la taza que rompió Joanne?
4) ¿Les gustó el capítulo?
Espero que les guste el capítulo, si es así dejen sus votos y comentarios📌💖
Nos leemos en el próximo capítulo, las amo mucho, natt💙