trece

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Joanne despertó con una sensación extraña en el pecho

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Joanne despertó con una sensación extraña en el pecho. Quizá era por el fuerte ruido que sonaba afuera, no sabía muy bien. Se levantó de la cama y se quedó parada delante de un aparato que había sobre la mesita de noche.

-¿Qué es esto? -preguntó confundida y caminó hacia la ventana-. ¡El mundo real! -gritó histérica.

Tenía vagos recuerdos en su cabeza de otro mundo del que venía, pero casi nada. Entro esos pensamientos débiles se encontraba la silueta de un hombre besándola, pero no podía recordar su nombre ni su rostro. Era en vano forzar su mente.

Salió de la habitación y se quedó parada en su lugar al ver elementos que eran totalmente desconocidos para ella. Por ejemplo el cuadrado negro que colgaba la pared y tenía botones a los costados, o la caja con botones y puerta que había en la cocina. Todo era completamente nuevo para ella.

-Buenos días Joanne -dijo su madre entrando a la sala.

-¡Mamá! -exclamó emocionada y corrió a abrazarla. Por alguna razón sentía que no la había visto por mucho tiempo.

Su madre frunció el ceño a la vez que le devolvía el abrazo.

-¿Qué sucede cariño? -preguntó extrañada.

-No te veía hace mucho -respondió cuando se separaron.

-Nos vimos ayer -entrecerró los ojos.

Joanne asintió sin dejar de sentir que no la había visto por mucho tiempo.

-Oye, ¿qué son esas cosas? -señaló los aparatos de la casa.

-Un televisor y un microondas -respondió-. Comienzas a asustarme cariño, ¿te sientes bien? -preguntó.

-S-si -respondió y volvió a la habitación.

Lo que Joanne no sabía era que a ella sola le quedaron algunos recuerdos del reino mágico, al resto de su familia se le había borrado la memoria por completo.

Momentos después se encontraba caminando un poco desorientada por el pequeño pueblo donde vivía. La gente estaba como si nada, pero ella no podía dejar de sentir que algo malo había sucedido. Tampoco podía dejar de observar los autos, no sabía que existían ni como eran.

Ingresó a una pequeña cafetería y se sentó en la barra esperando a ser atendida.

-Hola bonita -dijo alguien desde atrás haciéndola asustar. Se volteó encontrándose con un chico joven, parecía tener su edad-. ¿Te sientes bien? -pasó una mano frente a su rostro-. Nick aquí llamando a Joanne.

-Lo siento, hoy me encuentro un poco descompuesta -mintió-. No podía recordar quien era él.

-No te preocupes -se sentó a su lado y acomodó su cabello oscuro-. ¿Ya has ordenado? -preguntó.

-No -negó con su cabeza-. Lo siento por mi pregunta pero, ¿qué somos nosotros? -preguntó y Nick la miró con el ceño fruncido.

-Somos mejores amigos Joanne, ahora mismo nos encontramos en Maine, tienes veinticinco años y trabajas en una biblioteca por la mañana y en una tienda de antiguedades por la tarde.

Specter ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora