Obsoleto - El Orden Natural D...

By True-Doragonkingu

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Harry Potter tuvo una infancia miserable por culpa de sus tíos y ahora esta roto, pero gracias a un simple mo... More

Cuerpo Encadenado, Mente Libre
Un Mundo Lleno de Oportunidades
La Justicia de Atenea
La Chica de Los Ojos Azules
El Precio de Lo Que Decidimos Ser
El Dúo de Oro
A Quién Más Odiamos
Los Deseos de Un Corazón Roto
Juntos, Siempre Y Hasta El Final
Desde las cenizas
El Peso de Nuestra Conciencia
La Voluntad Para Hacer Lo Correcto
Las Dos Caras de Selene
El Único Deseo Es Aprender
Psicología de Masas
(No) Estas Solo
(No) Podes Avanzar
Serás lo que debas ser
Teoría del Gran Impacto
El Precio de Nuestras Decisiones
Daphne Greengrass
Tiempos de Odio - Parte I
Bases Para El Futuro
Somos Aquello que Vivimos
El Dolor de Un Pasado Todavía Presente
Una Historia Verdadera
El Poder de Amarte - Parte I
Heridas de Magia Negra
La Voz de La Razón
El Reflejo de Nuestro Corazón
Errores del Pasado
Una Dolorosa Verdad
El Poder de Amarte - Parte II
Tiempos de Odio - Parte II
El Llanto de la Serpiente
Un Nuevo Comienzo
Sueños, Pesadillas y Realidades
El Torneo de Los Tres Magos
Las Maldiciones Imperdonables
Fuerza de Voluntad
El Circulo Que Nunca Se Rompe
Vacíos Legales
Nada Es Verdad, Todo Está Permitido
El Cuarto Poder
Una Noche de Ensueño
Aquello Que Más Valoramos
El Preludio de La Locura
La Sombra
Bautismo de Fuego
El Ultimo Deseo - Parte I
Un Nuevo Año
El Caballo de Troya
La Santa Inquisición
Lucha de Poderes
El Ejército de Hogwarts
Una Muerte En La Familia
Unas Grises Navidades
La Sombra Que Nos Acecha
La Estrella Que Brilla En La Oscuridad
La Fuerza de Coerción
Compresión Empática
Transformaciones, Recuerdos y Secretos
Al Borde de La Desesperación
Carrera Contra El Tiempo
El Muchacho Que Odia...
El Muchacho Que Ama...
El Ultimo Deseo - Parte II
Nobles y Ancestrales Tradiciones
Las Alas de La Libertad
Las Nobles y Ancestrales Familias
La Mano Negra de La Muerte
Protegiendo Lo Que Es Nuestro
Lealtades y Pensamientos
Historias Pasadas - Parte I
Historias Pasadas - Parte II
El Valor de La Información
Historias Pasadas - Parte III
Argumentum Ad Consequentiam
Una Fría Navidad
Historias Pasadas - Parte IV
Una Segunda Resolución
Historias Pasadas - Parte V
Las Consecuencias del Pasado
El Principio del Fin
El Corazón de Luna
Preparaciones Para El Final
Un Mundo Que Se Acaba
El Mensajero del Fin del Mundo
El Monstruo Que Gritó "Amor" En El Corazón Del Mundo
Cuando Algo Termina, Algo Comienza

Cicatrices Que Continúan

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isclaimer: Nada de Harry Potter es de mi propiedad, los personajes y todo lo relacionado a la historia canon que pueda aparecer, a excepción de lo creado y modificado por mi persona, pertenecen a J.K. Rowling.

Summary: Harry Potter, un muchacho consciente de la magia, con una gran inteligencia, pero roto por culpa del maltrato de sus parientes. Hasta que por azar del destino, su vida va a cambiar completamente y ya nada va a volver a ser igual.

El Orden Natural de Las Cosas.

Año VII

Capítulo LXXXVII

"Cicatrices Que Continúan"

~0~0~

—DIALOGO NORMAL—

—(PENSAMIENTO)—

—"PARSEL"—

~0~0~

Con el ruido del mar golpeando la costa, el intenso aroma a salitre que inundaba sus fosas nasales y el profundo viento helado que golpeaba su grisácea piel, Voldemort, con sus ojos rojos y rasgados brillando en la noche se concentraron en un solo lugar, una pequeña casita que servía como puesto de avanzada del Ministerio de Magia para cuidar la gigantesca y poderosa estructura que era Azkaban, la misma que hacía unos años había asaltado. Los labios casi inexistentes del Señor Tenebroso se abrieron y en su lengua sintió con molestia el saldo gusto del salitre del frio mar; con suavidad y frialdad dijo.

—Matenlos...

La sonrisa sádica y divertida de la única mujer que se encontraba en el grupo apareció como vanguardia al caos; no tardó mucho, pero se adelantó a todos y apuntando con su varita a la pared y ventanas iluminadas de la casa, Bellatrix gritó.

—Bombarda Maxima.

La pared explotó en mil pedazos, todos los mortifagos que acompañaban al Señor Tenebroso que parecía mirar todo con aburrimiento comenzaron a avanzar lentamente mientras cientos de rayos verdes al grito de la Maldición Asesina salían de sus varitas mientras que, del otro lado, de los escombros, los gritos de desesperación y angustia no se hicieron esperar. El silencio, solo roto por el ruido de las olas rompiéndose contra la empedrada playa, se sembró en todo el lugar cuando todo los mortifagos dejaron de lanzar maldiciones ante el silente de los gritos. Nadie se movió salvo Voldemort que comenzó a caminar hacia donde estaba la casita. Lentamente y con aburrimiento pasó por encima de los escombros y los cadáveres en medio de la noche y entró en lo que quedaba de la casa. Se detuvo, miró un momento a ambos lados y con velocidad movió su brazo y mano que tenía la varita y un cuerpo salió disparado hacia donde estaba él. Voldemort se giró y tomó a lo que parecía ser un hombre del cuello y lo elevó en el aire con una fuerza que quien lo viera no jurarían que podría tener. Nagini seseó y el resto de los mortifagos comenzaron a adentrarse a donde se encontraba su Señor.

Voldemort miró al hombre a los llorosos y angustiados ojos del hombre; nadie dijo nada. Sin decir nada comenzó a apretar el cuello del hombre con sus largos dedos y estos comenzaron a asfixiarlo lentamente. El hombre intentó luchar, pero nada resultó Voldemort continuó estrangulándolo hasta que dijo.

—Vas a decirme como anular el hechizo climático, sé qué hora es y no debería ser de noche. Se que el Ministerio de Magia hizo algo luego de que me infiltré e hice volar parte de Azkaban... —el hombre no dijo nada, solo siguió llorando desconsolado. Y Voldemort volvió a abrir los labios y con odio dijo —. Muy bien, si así son las cosas...

El Señor Tenebroso soltó al hombre y lo hizo levitar sin poder dejar que este se moviera y con un movimiento de su varita un crack resonó en el lugar. Ambos fémures del hombre habían sido retorcidos y quebrados dejando ambas piernas al revés y este comenzó a gritar de forma completamente desesperada por el dolor. Voldemort volvió a abrir los labios y dijo.

—¿Cuál es la forma de anular el hechizo que produce la noche? Se que no nos va a dejar pasar a menos que lo anulen... ¡Ahora!

Los gritos del hombre fueron lo único que resonó en los oídos de Voldemort y con fastidio y un movimiento de varita las manos del hombre se extendieron hacia donde estaba y le miró las uñas sonriendo con perversión.

—Ya que no tenes la buena voluntad para decirme el contrahechizo... —Voldemort movió lentamente su varita y la uña del dedo pulgar del hombre comenzó a desprenderse mientras hacía que gritara con aun más fuerza que antes. La uña se desprendió completamente y el dedo comenzó a sangrar; sin inmutarse volvió a mirar al hombre a los ojos y dijo —. ¿Ahora estas dispuesto a decirme el contra hechizo para anular esta noche que no nos va a dejar desparecernos?

—N-no sé cuál es... —gimió el hombre llorando desconsoladamente.

—Mi Señor, si me deja a mi... Yo puedo hacerlo hablar con la Maldición Cruciatus. —exclamó Bellatrix a un costado de Voldemort.

Voldemort miró a la única mujer del grupo y con algo de aburrimiento dijo.

—No, Bella. Quiero que hablé... pero parece ser que no sabe nada.

Con un movimiento suave de sus pies desnudos, Voldemort ignoró al hombre que seguía levitando mientras que su dedo seguía sangrando. Se giró, miró al hombre fijamente a los ojos y con un nuevo movimiento de varita un crack resonó otra vez en la ficticia noche. La mano de Auror, todos sus huesos, habían sido brutalmente quebrados; el hombre grito nuevamente y Voldemort lo miró con aburrimiento y nuevamente habló.

—¿Cómo podemos ir hasta la isla?

—Co-con la barca... —gimió el Auror llorando.

Voldemort sonrió con lo que el hombre vio una macabra ternura y lentamente se acercó a donde estaba. Lo liberó del hechizo y este calló arrodillado levantó la cabeza y vio como apoyaba la punta de la varita en el hombro del Auror. Nadie escuchó nada, nadie dijo nada, pero todo vieron como el brazo del pobre y lastimado hombre explotaba mientras este salía volando hacia alguna dirección y comenzaba a sangrar profusamente. El hombre cayó acostado y en completo silencio por el shock y vio como el Señor Tenebroso lo apuntaba con la varita y decía.

—AVADA KEDRAVRA...

Un resplandor verde esmeralda salió de la punta de la varita de Voldemort y mató al instante al Auror que había sido brutalmente torturado. Caminó con cierta impaciencia hacia el exterior y en la costa se encontró con un pequeño puerto y a un costado, una barca lo suficientemente grande como para transportar a bastantes personas. Algunos mortifagos se adelantaron con varita en mano y buscaron Aurores que se hayan escondido del ataque. Bellatrix que corriendo se puso al lado del Señor Tenebroso miró extasiada y con odio la gigantes y triangular fortaleza que se extendía hacia el cielo, en medio de la pequeña isla que estaba a no muchas millas de distancia. En silencio y con pereza Voldemort se subió a la barca y cuando todos estaban dentro, con un movimiento de varita, esta comenzó a moverse.

Las olas del mar frío de los mares del norte, por donde alguna vez los antiguos vikingos viajaron para ir y volver al continente, golpeaban violentamente contra la barca que por extraño que pareciera no se movía y se encaminaba hacia una gigantesca fortaleza. Una fortaleza en donde los peores criminales de la Inglaterra Mágica eran encerrados. Los ojos rojos y rasgados vieron como la gigantesca edificación con forma de prisma triangular; la barca se comenzó a acercar aún más a la estructura y vieron que de un lado había un fino, pero extremadamente alto que se extendía al menos tres cuartas partes de la fortaleza hacía arriba y que solo tenía el tamaño para que la barca pasara. Entraron por oscuro y ennegrecido paso y vieron que dentro la estructura era hueca también formando un triángulo. En el centro en cada uno de los pisos, varios dementores custodiando a los presos.

Voldemort sintió como la barca dejaba de moverse y vio que más arriba había lo que parecía un puerto suspendido en el aire. Hizo un movimiento con su varita y el agua, como si estuviera formando un pilar que los elevaba, entró por el mismo lugar y comenzó a hacer que la barca ascendiera hasta dejarlos al mismo nivel que el pequeño puerto de madera negra. Los ojos rojizos de Voldemort vieron a un pequeño grupo de Aurores que se giraron para ver quiénes eran los recién llegados y con un destello dijo.

—Mátenlos a todos... que no quede nadie vivo.

Las ráfagas de Maldiciones Asesinas volaron por todos lados. Bellatrix que parecía la más extasiada y excitada por el caos cambió por hechizos de explosiones y rápidamente todas las estructuras cercanas comenzaron a colapsar; Voldemort mientras tanto, con su túnica gris, completamente descalzo y mientras los rayos verdes pasaban por encima suyo caminó con aburrimiento. Sin embargo, mientras algo lo hizo detenerse. Algo hizo que dejara de moverse, casi de forma autónoma extendió el brazo hacia arriba apuntando con su varita, pestañeó. Un poderoso y gigantesco rayo rojo surcó el espacio vacío que componía el triángulo interno de la fortaleza y ascendió por encima del techo de Azkaban hacia la falsa oscuridad.

Todos vieron un destello verde que se formó en el lugar donde Voldemort había lanzado su hechizo y este rápidamente comenzó a expandirse con violencia; algunos podrían jurar que habían visto un gran halo verde con cuatro sellos, pero todo fue tan rápido que no lograron a distinguir lo que era por entre las nubes. El destello se expandió y la oscuridad, siguiendo el mismo patrón circular de expansión desapareció dejando visible un día soleado y con algunas nubes blancas y esponjosas flotando al son del viento.

Los dementores que todavía quedaban y no habían abandonado su guardia con el nuevo ascenso del Señor Tenebroso, rápidamente volaron hacía el cielo y rápidamente desaparecieron. Voldemort caminó hacia las escaleras, que, debido a algunas maldiciones perdidas, estaba algo destrozada y comenzó a subirlas mientras que sin tener que dar la orden, sus mortifagos comenzaban a subir corriendo liberando a todos los presos. Continuó subiendo un par de minutos más hasta que se encontró con una celda con gruesos barrotes negros y en el interior, un hombre con una cabellera larga y rubia que sin lugar a duda se lo veía muy desmejorado que en tiempos pasados.

—Lucius... —dijo Voldemort con cierta diversión —. Es un placer volver a vernos, espero que este pequeño receso veraniego que tomaste en Azkaban por ser tan idiota al igual que Nott te haya servido para reflexionar —Malfoy no dijo ni una sola palabra, solo observó fijamente los ojos de Voldemort —. Ciertamente tengo que decir que estoy extremadamente decepcionado de la mayoría de ustedes. Cada uno me falló de distintas maneras y vivimos tiempos en donde no podemos escatimar hombres... Espero que no me vuelvas a fallar Lucius, deberías aprovechar ahora que estoy benevolente, sino tu familia va a pagar el precio y la familia Malfoy va a desaparecer... ¿Eh, Lucius? ¿Qué te parece?

—Si, mi Señor... —susurró Lucius con algo de recelo.

—Bien, bien —dijo Voldemort divertido y con un movimiento de varita arrancó los barrotes de la cela de Malfoy —. Ahora vamos, tenemos que tomar el poder de un gobierno.

Voldemort continuó caminando y llegó rápidamente al último piso, subió lo que parecían unas humedecidas escaleras y abrió una puerta de madera marrón con un anticuado picaporte de hierro fundido e inmediatamente sintió una fuerte ráfaga de viento. Cubriéndose con los largos dedos de sus manos los ojos, caminó con algo de esfuerzo ante el poder del viento que impactaba contra su túnica al estar a por lo menos 150 metros de altura. Llegó hasta uno de los extremos y miró los fríos mares del norte que se movían violentamente. Apuntó con su varita al cielo y, con júbilo y maldad, gritó.

—¡MORSMORDRE!

La Marca Tenebrosa apareció en el cielo con su reconocible forma de cráneo con una serpiente saliendo de su boca en un color verdusco fluorescente pero apenas distinguible por el cielo azul. Y con un POP, Voldemort, junto con Nagini que estaba enrollada en su cuerpo y que asomó su cabeza por la túnica para ver, desaparecieron ahora que era posible.

Los ojos rojos y rasgados del Señor Tenebroso miraron con un ligero asombro la escena que tenía delante. Parte del comedor destruido, como si hubiera sido arrancado por la mano de un gigante; Severus Snape tirado en el suelo inconsciente y Hindley, también inconsciente pero tirado a mitad de las escaleras. Los oídos del Señor Tenebroso escucharon las distintas apariciones detrás suyo y todos vieron con asombro la escena. Voldemort con cierta rapidez se acercó al que ahora era su mano derecha y con un movimiento de varita lo hizo despertar. Snape abrió los ojos y lo primero que vieron sus negros ojos fue la mirada interrogante del Señor Tenebroso.

—¿Qué fue lo que pasó, Severus? —preguntó Voldemort mientras Snape se levantaba.

—Perdón, mi Señor, le fallé. La Orden apareció de la nada y nos eliminaron rápidamente a Hindley y a mí, no pudimos hacer nada...

—¿Por qué vino la Orden hasta acá? y ¿Cómo es que pudieron aparecerse en la Mansión Malfoy si es que eso no se puede hacer menos que el Jefe entre el permiso?

—Usaron elfos, mi Señor —dijo Snape sentándose y tomándose el pecho luego del ataque de Harry —. Vinieron con Potter y se llevaron a Ollivander... Draco nos traicionó... él trabaja con Potter, se llevó por la fuerza a Narcissa y desapareció junto con él. Eso explica porque no me permitió que lo ayudara a reparar el Armario Evanescente... parece que lleva tiempo pasándole información de nosotros...

Un destello apareció en los ojos de Voldemort que claramente le hicieron resaltar el color rojo de estos y con rápido movimiento de varita mientras se giraba hizo que Lucius Malfoy como si fuera una maniquí sin voluntad, fuera atraído hasta su mano. Lo levantó en el aire mientras lo estrangulaba y dijo.

—Parece ser que tu familia no se cansa de deshonrarme, ¿Eh, Lucius? —lo tiró al suelo y sacó su varita mientras que Malfoy lo miraba con miedo —. ¿Por qué, Lucius?... —nadie dijo nada, el silencio reinó por todos lados —. ¡¿POR QUÉ?! ¡CRUCIOO!

~0~0~

Narcissa sintió como unos delgados brazos la rodeaban por los hombros y la hacían sentarse en lo que parecía un cómodo sofá. Levantó ligeramente la mirada y vio una hermosa e iluminada sala de estar brillaba con color delante suyo. Arriba una chimenea apagada, un gigantesco cuadro de una muchacha y un muchacho que no parecían tener más de 15 o 16 años que se abrazaban de perfil y sonreían. Rápidamente se dio cuenta de que el muchacho vestido con una túnica formal era Harry que abrazaba a Daphne vestida de blanco con un vestido de novia formal y que, a pesar de tener los ojos levemente hinchados, sonría sonrojada mientras abrazaba a su esposo recostando su rostro en el pecho del muchacho. Debajo de este gigantesco cuadro, algunos más pequeños que se movían de Harry, Daphne y Luna haciendo poses extrañas mientras se reían. No muy lejos, otro de Daphne, Astoria y Valery sonriendo y un último de Harry y Minerva.

—Él siempre los ayudó ¿No? —preguntó Narcissa al aire mientras seguía mirando el agradable ambiente.

—Si... —contestó Daphne con suavidad —. En tercer año, Harry salvó a Draco del ataque de un hipogrifo y se formó una deuda de vida. Él nos pasó información desde ese entonces, nos ayudó a no ir a ciegas...

—Ya veo... —susurró Narcissa —. Y ahora supongo que estoy en el mismo barco que todos ustedes. Espero que a Lucius no le suceda nada. —agregó con melancolía —miró a Daphne de arriba abajo, la forma en la que estaba vestida con un short y remera, sus rasgos faciales y dijo —. O lo tenes comiendo de la palma de tu mano o él te atiende muy bien...

—¿Perdón? —preguntó Daphne levantando la ceja con un leve deje de diversión.

—Si no supiera quien sos creería que sos una simple puta intentando seducir a Potter. Lo que me lleva a pensar que o sabes controlar a Potter, o él te atiende demasiado bien como para que estés tan relajada. No me malinterpretes, conocía la Mansión Greengrass y conocí a tu madre y aunque te pareces físicamente, ella no se veía igual que cómo te ves; parece como si hubieras querido desechar todo lo que te ataba a ser sangrepura.... Esta sala es muy..., brillante, cálida y agradable es todo lo contrario a lo que se esperaría de la casa de una Noble y Ancestral Familia

Daphne comenzó a reírse ante la vista de una Narcissa que parecía estar relajándose mucho más que antes.

—Mamá antes de casarme con Harry me dijo, los hombres sangrepura son tan aburridos, que suerte que Harry no es sangrepura —dijo Daphne con una sonrisa pervertida —. Me ahorré tener que vivir una experiencia realmente poco satisfactoria. —agregó divertida.

—Eso... es un simple dicho. —contestó Narcissa relajándose finalmente.

Harry junto con Draco y el resto de la Orden entraron a la sala y vieron a Daphne reír mientras que Narcissa contenía una pequeña sonrisa que aparecía en sus labios. Draco miró extrañado a su madre por no estar con esa mascara estoica que usualmente tenía, pero antes de preguntar Harry habló antes.

—¿Pasa algo mi amor? —preguntó Harry al ver riéndose junto con la mujer que no hacía mucho tiempo le había dicho que no estaba a la altura de ser una Señora de una Noble y Ancestral Casa.

—Nada, Cariño... es cosa de mujeres. —contestó Daphne con una sonrisa.

—¿Y ahora qué es lo que va a suceder? —preguntó Narcissa con un suave tono de resignación.

—Va a ser protegida, Señora Malfoy —contestó Harry —. Se lo prometí a Draco. Que es lo que va a pasar a ahora, bueno, creo que Remus Lupin es el más indicado de decirlo.

Remus asintió y Narcissa lo vio junto a su sobrina con ciertas reservas, al igual que a los otros miembros de la Orden del Fénix que estaban en Potter Place.

—Como nos informó Draco, Voldemort debe estar tomando en este momento Azkaban. Para cuando vuelva a la Mansión Malfoy se va a dar cuenta de nuestro asalto y va a acelerar sus planes y con la fuerza de los dementores, mortifagos recién salidos de Azkaban y Greyback nuevamente controlando a los hombres lobo, no va a ser posible detenerlo. Eso significa que, para esta noche, el Ministerio va a caer, ya enviamos una lechuza al Ministro pero dudo de que vaya a llegar. Seguramente Voldemort lo debe tener vigilado. Además de eso, en cuanto el Ministro caiga y sea remplazado por uno bajo el control de Voldemort tal y como Draco contó sobre la reunión de hoy, Severus va a ser nombrado como nuevo Director de Hogwarts y va a ser el encargado de armar las listas con los Profesores...

—¿Severus está con la Orden del Fénix? —preguntó Narcissa sin entender interrumpiendo a Remus.

—El Profesor Snape es un doble agente de la Orden del Fénix, siempre lo fue —dijo Harry con seriedad mirando a la señora Malfoy —. Sera la madre de Draco, señora Malfoy, pero eso no significa que confíe en usted. Puede estar en la casa, pero no puede salir de los terrenos, Dobby se va a encargar de lo que necesite, pero también la va a vigilar muy de cerca controlando sus movimientos, él también tiene permitido paralizarla si es necesario. Esta es mi casa y por ende el hogar de mi familia y quiero que sepa que no voy a permitir que nadie le haga daño a mi familia...

—Entendido, Lord Potter —dijo Narcissa con algo de tristeza —. Pero la traición de Draco va a ser lo suficientemente obvia como para que también pongan precio a mi cabeza. También mi familia es lo más importante para mí, solo espero que el que haya considerado de que al convencer y meter a Draco en todo esto puede hacer que maten a mi esposo.

—No lo van a hacer —dijo Harry rápidamente —. No lo van a hacer por la sencilla razón que necesitan la Mansión Malfoy y sin Lucius, los expulsaría automáticamente.

—Bueno —dijo Remus —, como iba diciendo, para el 1° de septiembre que es cuando los estudiantes vuelven al colegio, los profesores nuevos, que obviamente van a ser elegidos días antes, van a viajar con estos, por la sencilla razón de poder controlarlos. En ese momento es preciso atacar y eso los incluye a ustedes dos —agregó mirando a Narcissa y luego a Draco —. Necesitamos todas las varitas que podamos tener, luego de que se enteren lo que sucedió, Voldemort va a lanzar un ataque a gran escala contra el colegio, pero este va a estar preparado.

—¿Y cómo saben que el Señor Tenebroso no va a estar en Hogwarts? —cuestionó Narcissa a Remus.

—Muy simple, tía —dijo Tonks —. Voldemort tiene que mantenerse al margen para que no estalle la histeria publica, podrá controlar el gobierno, pero no a miles de magos histéricos. Sabe que si todos se revelasen contra él sería rápidamente superado en número al generar que la gente tomase la situación por si misma al ver que el gobierno no existe.

La cabeza de Harry giró cuando vio a Luna, Angela y Xenophilius entrar. Luna miró fijamente a Harry y con suavidad dijo.

—Quiere hablar con vos, Harry.

Harry asintió y comenzó a subir las escaleras, giró a la izquierda y al fondo, encontró la puerta en donde habían decidido alojar a Garrick Ollivander. Tocó suavemente la puerta y la abrió entrando y viendo a un desmejorado Ollivander que miraba por una ventana como si estuviera perdido, como si se sintiera culpable. Harry cerró la puerta tras de si y se acercó lentamente, Garry lo miró con tristeza y dijo.

—Perdón Harry... Yo no debería haberle..., pero Voldemort me obligó. Yo debí haber sido mucho más fuerte, pero solo soy un viejo, ya no estoy para pelear batallas...

—No entiendo, Garrick. —susurró Harry sentándose en el borde de la cama y mirando fijamente al triste hombre.

—Voldemort me obligó a decirle como poder igualar el poder de tu varita... él me torturó, me obligó a decirle quien había sido el último amo de la Varita de Sauco. La deducción era simple, si el Profesor Dumbledore había sido el que había derrotado a Grindelwald cuando era el Señor Tenebroso... entonces... —Gellert miró hacia abajo avergonzado y continuó —. Pero entonces llegó el Profesor Snape y trajo consigo la Varita de Sauco y...

Harry sonrió y apretó suavemente el delgado hombro del hombre que lo miró sin entender.

—No te preocupes Garrick, Voldemort no me va a poder hacer nada con esa varita... Yo soy su amo.

—Pero...

—Pero vos me lo dijiste Garrick, a lo largo de los años me lo dijiste. El pelo de cola de thestral es muy temperamental y cambiante en cuanto a lealtades se refiere, mi varita es la única que tiene un núcleo doble el cual no puede cambiar de lealtad. Y sería imposible que una varita mate a su amo... entonces, es simplemente imposible que Voldemort lo lograse, yo desarmé a Dumbledore cuando estaba enojado. Sabía que Snape estaba con Voldemort, él nos está ayudando como un espía, yo le di la Varita de Sauco para que se la lleve. Voldemort buscaba la forma de derrotar a un Arcanista, ¿No?

—Si...

—Ya veo... —susurró Harry con una sonrisa —. Pero no te preocupes, no importa lo que haga, no me va a vencer. Yo sé que puedo derrotarlo...

—No dudo de eso, Harry —respondió Ollivander con una sonrisa. Miró fijamente a Harry a los ojos y abriendo levemente la boca y relamiéndose los labios dijo —. Hay... hay algo que me gustaría contarte, no sé cómo puede ayudarte Harry, pero creo que puede serte de utilidad. Cuando estabas en tercer año viniste a verme y me hablaste sobre la Conjunción de Las Esferas... la supuesta unión de los tres Caos Primordiales. Pero como te dije es algo que se creía, no que fuera completamente cierto, tiempo después dediqué parte de mi tiempo a hacer investigaciones sobre mi familia; como sabrás hacemos varitas desde el 382 antes de Cristo, de la edad común de los muggles...

—La Conjunción de Las Esferas es la unión de la tierra y el cielo... de alguien llamado la Vieja Sangre y un Arcanista... Que los Caos Primordiales sean tres creo que es una ironía del hombre —interrumpió Harry —. La magia es una sola, no tiene forma, no tiene sentido, simplemente es. No es nada y al mismo tiempo lo es todo, es casi como si Prometeo hubiera bajado el fuego de los dioses y nos lo hubiera en forma de ascuas entregado a nosotros y a ellos. Salvo que a nosotros nos entregó tres ascuas y a ellos cuatro... hermosos, poderosos y eternos, pero sin importar que, cayeron ante el poder del hombre.

—¿Qué utilizábamos antes de las varitas, Harry? —preguntó Ollivander ignorando la interrupción de Harry haciendo que este quedara en completo silencio —. ¿Acaso lo sabes? —Harry no dijo nada y Ollivander lo interpretó como un no —. Es de suponer que no lo sepas, al fin y al cabo, el progreso hace olvidar a las personas; antes de que existieran las varitas, existían unos pequeños artículos mágicos que canalizaban la magia de una persona llamadas en polaco, więź, o para decirlo de forma simple un vínculo. Un pequeño medallón con una estrella de cinco puntas, representando todos los elementos originales de la naturaleza, agua, fuego, tierra, aire, y la nada. Por lo general eran medallones que le permitían a la gente en un principio poder controlar la magia, pero ahora la pregunta fundamental que deberíamos hacernos es ¿Cómo se inventaron estos objetos? Nadie tiene la respuesta, nadie lo sabe ni se molestan mucho en averiguar, pero el abuelo de Geraint Ollivander quien luego fundaría la tienda de varitas, escribió un pequeño diario... Él estudiaba objetos mágicos, las formas precursoras de las varitas modernas, y durante sus viajes por Europa, más precisamente Polonia, se encontró con una mujer llamada Francesca Metz, sin embargo, su verdadero nombre era Enid an Dol Blathanna o que, para ser más precisos significa Enid del Valle de Las Flores...

Harry abrió los ojos con completa sorpresa, se pasó y dio un par de pasos hacia atrás y con un susurro dijo.

—Lara... —se tomó la frente con una mano y caminó hacia la venta y miró hacia afuera.

Pero la voz de Ollivander volvió a retumbar en la habitación.

—Parece ser que conoces el lugar, y antes de que me preguntes esta información la encontré no mucho antes de que me secuestraran. Francesca le contó a mi antepasado que era un lugar muy especial, el lugar de la caída de los que era iguales a ellos, los que llamaste los otros. Otra cosa más que resulta interesante es no saber cómo apareció la humanidad.... Pero déjame continuar, ella dijo que los hombres aparecieron en el mundo, que llegaron habiendo destruido el suyo propio; que llegaron con magia. Sin embargo, cuando arribaron a este mundo, no podían controlarla con los métodos que habían traído del otro lado y ellos les enseñaron a controlarla...

—Y luego los hombres fueron más... —susurró Harry sin dejar de mirar hacia afuera.

—Exacto, claramente llegó la extinción. Pero de todo esto hay algo que me llama la atención, que es, que Francesca le menciona que los hombres utilizaron el poder del cielo para derrotarlos, algo parecido como desencadenar nubes negras y tormentas... algo que los muggle llamaban Dziki Gon, o Cacería Salvaje, la representación más básica de las tormentas, la supuesta punta de lanza del poder de los hombres.

—(El sacrificio de un Arcanista) —pensó Harry.

—Ella era la última —agregó Ollivander luego de un breve momento de silencio —. La última que tenía la respuesta a muchas de las preguntas fundamentales, al inicio. Parece ser que el dicho que toda gran civilización se alza hasta el punto más alto y luego cae abruptamente no es falso. Después de todo —dijo con un suspiro —, nosotros también estamos desapareciendo.

Harry giró la cabeza y miró a Ollivander y preguntó.

—¿Qué? ¿Nos estamos extinguiendo?

—Si, Harry —afirmó Ollivander con pena —. A veces la gente está cegada como para no verlo, pero me di cuenta de hace poco de las pequeñas pistas; las criaturas mágicas son cada vez menos, los nacimientos de gente mágico están en caída y la de los muggles en aumento. No es que quiera ser pesimista, pero antes éramos necesarios para el mundo, nos encargábamos de asuntos importantes, de erradicar las placas de este mundo, de luchar contra ghuls que se veían atraídos por cadáveres de los campos de batalla, de los dragones que atacaban castillos, de los djinns y el poder capturar sus poderes elementales, de los basiliscos y su poder sobre las serpientes, de las doncellas de la peste y sus habilidades para enfermar a la gente, de los grifos reales y su poder, de los malogrados que vagaban en busca de alguna embarazada para devorarla, demonios..., demonibestias... o kernun..., ahora la mayoría de estos están extintos o casi a punto de desaparecer. También nos encargábamos de obtener el conocimiento prohibido e inalcanzable para los muggles, y ahora, solo luchamos para adaptarnos a un mundo cambiante con nuestras viejas y anticuadas tradiciones. Un mundo que nos está superando, que está progresando más rápido que nosotros. Nos estamos enfrentamos a la extinción, al olvido y a desaparecer permanentemente y no estoy seguro de que vayamos a ganar la pelea a largo plazo. A veces los hijos de muggles que llegan a mi tienda me cuentan cosas fantásticas sobre su mundo y nosotros... es el mismo desde al menos los últimos mil años...

—¿Crees que vamos a desaparecer, Garrick? —preguntó Harry con un susurro.

—No lo sé. Lo único que tengo en claro es que algo va a suceder y ese algo, va a ser gigantesco... y nos va a probar como especie.

~0~0~

Voldemort sonrió con malicia y vio como Lucius Malfoy junto con Corban Yaxley entraban a una de las habitaciones más espaciosas de la Mansión Malfoy. Ambos se pararon a la misma distancia de Voldemort y se arrodillaron. Yaxley fue el primero en hablar.

—Mi Señor, Gawain Robards, Jefe de La Oficina de Aurores está bajo nuestro control y ya cambió la guardia de Aurores del Ministro. Va a tener tiempo si decide hacerle una visita; además de que Lucius y yo logramos reducir a Pius Thicknesse, ya está, al igual que Robards bajo la Maldicion Imperius... Cuando quiera, el ataque está listo, solo tiene que caer el Ministro de Magia y rápidamente vamos a poder remplazarlo por uno bajo nuestro poder.

—Mi Señor —susurró Lucius todavía rogando de que fuera donde fuera que su familia este, estuviera a salvo —, yo... ya está preparada una audiencia del Wizengamot para la elección de un nuevo Ministro, él que usted proponga... Solo tiene que ordenarlo y todas, o casi todas, van a presentarse y aunque la Noble y Ancestrales Familias no esté... tenemos los votos suficientes como para que sea todo dentro de la normativa y que no genere sospechas.

El Señor Tenebroso con un suave movimiento se paró y caminó lentamente hacia donde ambos hombres estaban agachados. Se paró delante de ellos y con un gesto con la mano los hizo parar.

—Me alegro de tu pericia, Yaxley, y Lucius... —dijo Voldemort con simpleza —, me alegró que me sigas siendo lea y no como el asqueroso de tu hijo, he de admitir que la ausencia de Narcissa hace que Bella parezca demasiado loca y hasta juraría que un hombre. Pero bueno, no podemos hacer mucho —siguió de largo y abrió las puerta que estaban delante suyo para ir al salón donde estaban todos los Mortifagos esperando —. Severus —llamó mirando a Snape —. Quiero que te prepares, pronto vas a ir a Hogwarts, mañana a más tardar vas a ser nombrado como nuevo Director de Hogwarts, espero que cumplas en tiempo y forma con los informes que me prometiste.

—Si, mi Señor. —contestó Snape con una leve reverencia.

—Bien, bien —dijo Voldemort divertido —. Creo que es momento de que le demos una visita al Ministro.

Voldemort desapareció con un POP y reapareció en lo que parecía en lo que parecía una pequeña casa en el medio de la nada. Sonrió al ver como guardia de Aurores que se encargaban de proteger al Ministro de Magia había desaparecido. Dio un par de pasos y junto con varios Mortifagos que lo seguían entraron en la propiedad. Se detuvo y apuntó con su varita al frente de la casa y con un movimiento de su brazo al costado, todo se desprendió dejando un gigantesco corte que permita ver perfectamente el interior de una no muy lujosa vivienda.

Rufus Scrimgeour se levantó acelerado al escuchar un ruido y un estruendo que hizo vibrar toda la casa. Tomó rápidamente su varita, abrió la puerta de su habitación, y en pijamas salió para encontrarse que todo el frente de su casa había sido violentamente arrancado. Sin embargo, no tardó mucho en ver que desde la oscuridad de la noche varios destellos azulado aparecían en su dirección. No tardó mucho en comenzar a desviar maldiciones mientras que a pesar de su cojera rápidamente caminaba hacia atrás. Un ruido de pasos se escuchó por las escaleras y vio como un Mortifago que él no reconoció aparecía con varita en alto y apuntó de lanzar una maldición. El Ministro se giró y rápidamente un rayo rojo salió de la punta de su varita y mandó a volar al Mortifago, sin embargo otro y otro aparecieron. Rápidamente y con todos los años que le habían dado ser Auror, fue eliminando un Mortifago tras otro, pero cuando creyó estar en el apogeo de la batalla, un rayo azul impactó contra un costado de su cuerpo y salió disparado contra una pared de la casa. La traspasó y rápidamente impactó con la pared que limitaba con el exterior. Aturdido y con un profundo dolor de cabeza mientras que la parte posterior de esta sangraba por el impacto, vio como la pared, al igual que el frente de su casa, era violentamente arrancada y dejaba ver al artífice detrás de todo.

Voldemort no dudó en arrancar dos fragmentos de una pared cercana y lanzarlos directamente contra el Ministro cuando éste intentó tomar su varita. Dos estacas de madera se clavaron en la unión entre el torso y los brazos traspasándolo y clavándose en la pared. Rufus gritó al sentir la madera penetrar su carne y nuevamente intentó atrapar su varita, pero no pudo. Al escuchar una psicótica risa no muy lejos de él, giró la cabeza en dirección de donde provenía el sonido y vio a Voldemort y a sus Mortifagos sonreír divertidos.

—Debo admitir, Ministro, que sin lugar a duda debió ser un gran Auror en su tiempo —dijo Voldemort acercándose al cuerpo del Ministro y mirando fijamente —. Sabemos que te reuniste con Potter, y que hiciste que un día el Ministerio de Magia quedara completamente vacío. ¿Dónde está Potter? ¿Y por qué vaciaste el Ministerio ese día?

Rufus Scrimgeour miró de forma desafiante a Voldemort y supo que Harry había tenido razón. Su mente divagó en todas las cosas que no hizo y en las que se había arrepentido de no hacer. Voldemort se agachó y lo miró con cierta impaciencia, pero entonces se sorprendió, al igual que los Mortifagos que tenía detrás, al sentir una sustancia húmeda por su rostro. El Ministro de Magia le había escupido, y lo miraba de forma desafiante. Rufus abrió los labios y dijo.

—Te voy a ver en el infierno, Voldemort. Te prometo que te voy a estar esperando ahí.

La expresión de Voldemort era de completa sorpresa, se paró sin dejar de mirar al Ministro y su rostro adoptó una expresión completamente desencajada y furiosa. Tomó su varita y con movimiento las piernas de Rufus se retorcieron haciendo que gritara. Volvió a hacer otro movimiento con su varita y esta vez fueron las manos las que crujieron dejando sus dedos en una posición completamente alejada de la anatómica.

—¡CRUCIO! —gritó Voldemort haciendo que el Ministro gritara con aun más fuerza —. ¡CRUCIO! ¡CRUCIO! ¡CRUCIO! ¡CRUCIOOOO! —agitado miró al Ministro que parecía no haber caído en la inconciencia y una ira asesina brotó de su cuerpo al ver que este lo miró fijamente todavía de forma desafiante y sonrió. Con un movimiento de varita hizo desaparecer las dos estacas de madera y con otro hizo levitar el cuerpo contra la pared. Miró su mano y con un nuevo movimiento hizo aparecer un puñal de plata en esta. Se giró para ver fijamente al Ministro y agregó —¡Nadie! —el puñal se clavó una vez en su cuerpo —, ¡Insulta! —sacó el puñal y volvió a clavarlo en el cuerpo del hombre — ¡A! —el proceso se repitió nuevamente —. ¡Lord! —y otra vez —. ¡VOLDEMORT!

En un completo ataque de ira Voldemort al son de la misma frase una y otra vez, apuñaló incontables veces el cuerpo ya muerto del Ministro de Magia hasta que en un momento pareció cansarse y se detuvo. Nadie dijo nada al ver tan grotesca escena, pero incluso hasta para Bellatrix Lestrange esto estaba fuera de su liga. Voldemort se giró y miró a sus seguidores con un odio que nunca nadie había visto.

—Quiero el Ministerio para mañana... —susurró Voldemort con odio para luego mirar a Malfoy —. Lucius, si el Ministerio no tiene un nuevo Ministro que este bajo mi control para mañana, te prometo que tu amada esposa Narcissa se va a convertir en mi puta personal, luego que todos la hayan violado las veces que seas necesario para que su mente quede completamente quebrada... lo mismo va a pasarle al traidor de tu hijo cuando lo encuentre.

—S-si... mi Señor. —dijo Lucius Malfoy girando todo su cuerpo y desapareciendo.

~0~0~

Harry abrió los ojos y lo primero que vio fue una larga cabellera rubia completamente desordenada que estaba a su lado. Sintió algo húmedo sobre su pecho y bajó levemente la cabeza para ver a su esposa durmiendo mientras babea en lo que, aunque no era la posición más sexy, sabía que eso significaba que Daphne estaba teniendo un sueño profundo y reparador. Sin hacer mucho movimiento, se soltó del agarre del desnudo cuerpo de ella y salió de la cama dejándola acostada. Con un leve movimiento hizo que toda la habitación se oscureciera y que Daphne pudiera seguir durmiendo, con un suave chasquido de dedos mientras iba al baño, se vistió con ropa más cómoda y cuando estuvo preparado salió de la habitación mirando una vez más a su esposa que seguía sin levantarse. Sonrió y cerró la puerta tras de si.

La tenue y constante desapareciendo del calor corporal de Harry se hizo notar en el cuerpo de Daphne. Lentamente abrió los ojos y haciendo algunos movimientos quedó sentada todavía somnolienta y haciendo movimiento de con los labios. Se quitó un mecho de pelo que se le había metido en la boca y pasando su mano por la cabeza intentó acomodar su largo cabello que sin importar que seguía completamente desordenado. Por entre las persianas de madera que tenía la venta vio como algunos rayos se filtraban. Miró a su costado y vio que la cama estaba vacía. Sin muchas ganas, Daphne se levantó y caminó lentamente mientras bostezaba al baño para comenzar a prepararse para el nuevo día.

Remus, que miraba fijamente a Harry en el comedor de Potter Place esperando su respuesta vio llegar a Daphne que lo primero que hizo fue acercarse al muchacho y besarlo suavemente para luego sentarse a su lado ante la atenta mirada de, Astoria, Angela, Luna, Tonks y Minerva.

—¿Mañana difícil? —preguntó Luna divertida.

Daphne la miró sonriente y mientras se apoyaba sobre el hombro de Harry contestó.

—No, por supuesto que no, es lindo tener a alguien que te deja dormir hasta tarde... ¿Cómo esta Ollivander?

—Bien —contestó Angela con una ligera seriedad —. Esta mejor que cuando llegó, pero su cuerpo todavía está débil. No va a poder hacer mucho esfuerzo por este tiempo.

—Buenos días a todos. —dijo una voz seria en el umbral del comedor.

—Buenos días Narcissa. —dijo Daphne al igual que todos con una leve sonrisa.

Todos se giraron salvo Harry y miraron fijamente a Narcissa, que junto con un silencioso Draco hacían su entrada y caminaban lentamente hasta la mesa principal. Draco fue el primero en sentarse, Narcissa se detuvo un momento al ver a Daphne vestida solo con una remera y un short de verano mientras estaba sentada con las piernas con las piernas en poción de loto y recostada sobre el hombro de Harry. Hizo una mueca como si reprobara ese comportamiento y también se sentó enfrente de Daphne. Ambas mujeres se miraron fijamente como si estuvieran desafiándose. Narcissa bufó internamente divertida por lo que estaba sucediendo y comenzó a desayunar cerrando los ojos y no prestando atención a Daphne que intensamente también se reía por su silencioso combate entre ambas y donde el orgullo de ambas como Señoras sangrepura luchaba por ver que era lo que estaba bien y que estaba mal.

—Entonces... —dijo Harry mirando a Remus —, supongo que ya no hay vuelta atrás. El Ministerio de Magia acaba de caer de forma silenciosa.

Todos miraron sorprendido a Harry y él detectó que quería saber lo que estaba pasando. Tomó El Profeta que estaba delante suyo y comenzó a leer.

.

Dimite Rufus Scrimgeour, Pius Thicknesse asume como nuevo Ministro de Magia.

Por Rita Skeeter.

Si a esta humilde reportera le hubiera preguntado ¿Qué hubiera pensado que no iba a suceder una mañana común y corriente? Sería la sorpresiva renuncia del antiguo Jefe de la Oficina de Aurores y Ministro de Magia Rufus Scrimgeour, pero sin que nadie lo supiera esta mañana llegó una carta firmada por él alegando su renuncia a las fallas de su administración para combatir al Señor Tenebroso; redadas, detenciones al azar, recomendaciones y un supuesto ataque a Azkaban que ocurrió en esta última semana, el cual no está confirmado, son lo que hubieron fragmentado el gobierno del reconocido Auror. Con un nuevo movimiento digno de elogio, el últimamente ausente Lucius Malfoy, como actual Jefe de la Casa Malfoy, mandó a llamar a una sesión extraordinaria ante este inesperado suceso. Sin la participación de ninguna de Las Nobles y Ancestrales Casas, salvo la Familia Smith, y solo con la presencia de las pequeñas familias dentro de lo que queda del circulo de los sagrados veintiocho y los representantes de la vox populi, se eligió al nuevo Ministro de Magia: Pius Thicknesse.

Pius Thicknesse, que fue el sucesor de Lady Bones en el cargo de Jefe del Departamento de Aplicación de la Ley Magica, luego de que esta desapareciera días después del ataque a Bones Place, dijo en conferencia de prensa: Como nuevo Ministro de Magia, me comprometo a restaurar este templo de la tolerancia a su antigua gloria. Por lo tanto, a partir de hoy, los empleados deben someterse a una exhaustiva evaluación. La paranoia de mi antecesor, Rufus Scrimgeour, fue lo que lo llevó a la ruina. Él debería haber actuado con mano dura ante la pequeña rebelión que se está gestando en esta honorable casa. Por lo tanto, les digo, no tienen nada que temer si no tienen nada que ocultar. Por otra parte, aquellos que vienen del Mundo Muggle, deben saber que las reglas, debido a la degradación que permitieron mis antecesores, van a ser más severas con el objetivo de mantener nuestras más antiguas y nobles tradiciones.

Duras, pero firmes palabras, a mi parecer del nuevo Ministro Magia que parece tener una política mucho más activa, por el momento es todo lo que se puede decir de la nueva administración mientras en estos momentos se está eligiendo al nuevo Director de Hogwarts y se están terminando de ultimar los últimos decretos de necesidad y urgencia que van a estar para el final del día.

.

—Supongo que eso responde a la pregunta que estuvo rondando en ustedes estos últimos siete días —dijo Harry con seriedad mirando tanto a Draco como a Narcissa que parecían aliviados —. Lucius Malfoy está bien y parece ser que sigue ayudando a Voldemort.

—¿Qué es lo que vamos a hacer? —preguntó Draco con cierta incomodidad.

—Por ahora nada, Draco —contestó Lupin —. Necesitamos saber cuáles van a ser lo nuevo decretos del Ministerio y actuar en consecuencia. Si Severus, como dijo, va a ser el nuevo Director de Hogwarts, entonces tenemos hasta el 1° de septiembre para prepararnos, tenemos que tomar el Colegio.

—¿Por qué? ¿Qué tiene de especial Hogwarts? —preguntó Angela sin entender.

—Hogwarts, querida —contestó Minerva mirando a Angela —, es una fortaleza muy bien preparada para resistir un asedio y el símbolo real del poder de Voldemort. Tomar el colegio donde él estudió, significa golpear su orgullo en lo más profundo de su ser. Y si queremos derrotarlo necesitamos una fuerza de choque que solo el castillo puede darnos y que él actué de forma precipitada y sin pensar demasiado las consecuencias.

—Espero que tengas un plan, Potter —dijo Narcissa con seriedad —. Si no, nos vas a condenar a todos por seguirte...

—Tenemos uno —corrigió Harry mirando a la mujer a los ojos —. Yo solo no puedo hacer todas las cosas.

El próximo capítulo esta titulado: "Un Mundo Que Se Acaba"

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