Tendido sobre la cama, TaeHyung no hace más que escuchar cada recuerdo de JungKook, cada detalle que entrega y al verlo ahí, con la cabeza apoyada sobre su vientre, enreda los dedos sobre esos oscuros cabellos y juega mientras escucha con atención, absorto en lo que relata el menor, sorprendido a la vez de cómo JungKook es capaz de hablar con soltura de lo que hizo junto a JiMin y a Joy.
— Yo sabía que iba a perder el control —dice JungKook, con los ojos cerrados para disfrutar de ese subir y bajar producto de la respiración de TaeHyung— y sabía que JiMin hyung también lo perdería una vez que estuviésemos a solas, un tanto borrachos. Por eso esperé a estar un poco mareado, porque de lo contrario no me hubiese atrevido a hacerlo.
— Quieres decir que... ¿habías pensado con anterioridad en... tener algo con Jiminnie?
— No lo sé..., digamos que esa vez en que conversamos, cuando dijiste que estabas enamorado de un compañero, quizá pensé en si realmente podría estar con un hombre y cuando pensé en eso, sólo vi a JiMin hyung, sólo lo vi a él como una posibilidad para intentarlo.
— Y luego de lo que pasó anoche... ¿cómo te sientes?
Sin darse cuenta, TaeHyung suelta un suspiro tras su propia pregunta y siente que se sonroja, pues en medio de sus palabras, es inevitable pensar en YoonGi y en cómo su estómago se contrae en un delicioso cosquilleo al recordar su noche, su noche llena de respiraciones entrecortadas y gemidos.
— ...pero siento que no fue justo para Joy.
— ¿Cómo? —percatándose de que no ha prestado atención, TaeHyung cuestiona al mismo tiempo en que deja de jugar con el pelo del menor.
— Eso... —suspira JungKook— Que Joy sirvió de excusa para que yo pudiese besar a JiMin hyung porque en verdad... yo sabía que si jugábamos a los desafíos ella me desafiaría a besar a JiMin hyung, siempre lo ha hecho, siempre dice eso para ganar y bueno, esta vez falló, esta vez me vio aceptar el desafío, pero... no sé —se sienta JungKook y observa a TaeHyung a los ojos—, ahora no sé si Joy nos dejó a solas en la habitación porque se sintió incómoda o porque la herí.
— ¿Tú le gustas?
JungKook asiente y luego añade:
— Joy me lo ha confesado un par de veces.
— Le rompiste el corazón, niño malo —trata de molestarlo, al ver que JungKook baja la mirada un tanto entristecido.
Por ello, a modo de castigo y para que JungKook no caiga en la culpa, las cosquillas no se hacen esperar, tanto que JungKook corre por la habitación y termina por revertir la situación a su favor hasta el punto en que TaeHyung tiene que rogar para que se detenga, atacado de risa y a la vez consciente de que su teléfono celular no deja de sonar, abandonado sobre la mesita de noche.
— ¡Mi teléfono, mi teléfono! —repite mientras se arrastra entre risas.
— Te salvó la llamada, hyung —lo molesta JungKook al dejarlo libre.
— ¿Sí? —sobándose las costillas, TaeHyung contesta sin saber de quién se trata, momento en que JungKook aprovecha la interrupción para ir por su propio teléfono celular con tal de tomar el valor para escribirle a JiMin.
Para su sorpresa, una vez que contesta, TaeHyung escucha la voz de su padre, quien sin preguntar cómo está, sólo indaga en si continúa enfadado y luego confiesa que se siente avergonzado por lo ocurrido días atrás. Incluso, no se queja de que TaeHyung no haya respondido a ninguna de sus llamadas, sino que le pide que regrese al departamento, que ahí es donde debe estar, junto a su madre, no en la casa de un desconocido, no en el hogar de alguien que tarde o temprano podría verlo como una molestia. Por lo tanto, es ahí cuando TaeHyung responde que ha aprendido a vivir con eso, con el hecho de ser considerado una molestia, como dice él.
— No me malinterpretes, hijo, no digo que seas una molestia, es tan sólo que me preocupo de ti, de no saber en dónde estás... ¿Por qué no vienes un par de días a mi casa? Así podrías conocer a mi futura esposa.
— Ya la conozco.
— Pero nunca han compartido más que un simple saludo.
— Se viene el examen nacional, no tengo tiempo para quedarme en su casa —dice en su intento de buscar otra excusa.
— Tienes razón..., el examen nacional... ¿Te estás preparando bien?
— Hago lo que puedo.
— Entonces con mayor razón debes volver al departamento de tu madre.
— De todos modos, pretendía volver esta noche.
— No sabes lo feliz que me haces al escuchar eso.
Pero lo que el padre de TaeHyung no sabe, es que ese afán por regresar podría estar acompañado de nuevas distracciones, debido a que el castaño sabe que, si sigue su intuición, en aquel departamento tarde o temprano podría estar junto a YoonGi sin peligros, sin miedo a ser descubiertos por alguien más. Ese departamento es seguro, siempre será seguro estar ahí, sobre todo cuando su madre continúa con la manía de llegar tarde o de pasar noches afuera, ya sea en casa de YoonGi o de fiesta, según cree el menor. Pero no, ya no, las fiestas quedaron a un lado hace algún tiempo y ahora, que YoonGi sale de su habitación y se encuentra con que ambas mujeres permanecen absortas en el drama que ven por televisión, YoonGi asume que la visita de la mamá de TaeHyung cada día se prolonga por más tiempo, cada día parece ser una huésped más, una que ayuda a colocar las inyecciones de morfina, una que vela por el sueño de su madre y una que la acompaña cuando puede, lo más que puede y entonces, YoonGi continúa defendiéndola, continúa diciendo que no es justo que TaeHyung no vea lo que su madre ha hecho por su familia, el cómo sigue estando ahí, llenando de distracciones su hogar, llenando de risas y locuras, de un cariño incondicional que no todos ven, que no todos lograrían comprender.
— ¿En verdad no está molestando? A lo mejor tu mamá desea descansar —insiste TaeHyung, ahora hablando por teléfono con YoonGi.
— Tu mamá está bien aquí, Tae. Además, dice que no te quiere molestar, que sabe que sigues molesto con ella y que por eso pretende regresar tarde al departamento.
— Huyendo de mí no logrará que se me pase el enfado.
Tras ello, YoonGi sonríe y lo molesta con que está siendo demasiado rencoroso. Luego, cambia de forma abrupta la conversación y pregunta si ha pensado en lo que hicieron, si quisiera estar con él otra vez y sentir cada caricia, cada beso que sin pudor alguno los hizo gemir la noche anterior. Sin embargo, sonrojado a más no poder, TaeHyung no responde y sólo se lleva la mano al pecho, como si tuviese miedo de que su corazón escape ante su rápido latir.
— Tomaré tu silencio como un "lo voy a pensar" —sonríe YoonGi y corta la comunicación, feliz de algún modo, feliz en medio de la tristeza que implica saber que en la habitación contigua su mamá pronto se verá enfrentada a otra inyección de morfina.
~ ~
Al enfrentar el nuevo día, lo primero que hace JiMin es llevar a HoSeok y a TaeHyung a las escaleras de emergencia del colegio y ahí, asegurándose de que son sólo ellos los que permanecen en aquel lugar, JiMin relata lo ocurrido con JungKook, pues el día anterior aseguró que era mejor contarlo todo en persona.
— Se los aseguro, él aceptó el desafío y me besó.
— Di la verdad —lo molesta HoSeok—, fuiste tú el que se abalanzó sobre él.
— No, no, no, fue él, ¡puedo jurarlo!
— A ver..., júralo por tus piernas.
— ¡Lo juro!
Sólo entonces, HoSeok cambia su expresión risueña a una más seria y observa a JiMin con detenimiento.
— Incluso cuando Joy nos dejó solos, JungKook me volvió a besar y... bueno...
— ¿Hicieron algo más? —interviene TaeHyung y se recrimina por no haber indagado lo suficiente cuando JungKook le estaba contando su versión de los hechos.
— No, o sea, yo me estaba aprovechando y en un intento por tocar ese cuerpazo que tiene..., pues se apartó y dijo que volviéramos al lugar donde estaban todos...
— Te dejó con las ganas.
— No sabes cuánto, Hobi.
— ¿Y... luego de eso han hablado? —pregunta TaeHyung— Ayer te fuiste antes del desayuno...
— Me fui porque Joy me miraba con cara de asesina... Aiiich, ¡estoy seguro de que ella está enamorada de MI hombre! ¡MÍO, MÍO, MÍO!
JiMin se pasea de brazos cruzados de extremo a extremo en uno de los peldaños de la escalera, por lo que HoSeok no tarda en molestarlo y en decir que no puede ser dueño de JungKook, no por lo menos si no lo ha podido manosear como es debido. En cambio, TaeHyung repite su pregunta, pues se lamenta de no haber sido capaz de preguntar qué es lo que realmente pretende JungKook de ahora en adelante.
— Sólo me dijo que teníamos que conversar —responde JiMin una vez que logra ignorar las burlas de HoSeok y pronto se pierde en sus fantasías—. Tal vez me confesará que me ama —dice ilusionado.
— Deberías tomar esto con calma...
— ¿Por qué, Tae? —lo asalta JiMin— ¿JungKook te ha dicho algo?
— No, es decir, él..., no... no es gay.
— Besar a JiMin lo hace más que gay —interviene HoSeok.
— Quizá sólo está experimentando.
— Que experimente todo lo que quiera conmigo —sonríe JiMin ante las palabras de TaeHyung.
— Ve con calma, Jiminnie, no me gustaría que salieras lastimado de todo esto.
— Tranquilo, Tae, tranquilo. Sabes que lo mío con JungKook es...
— ¿Calentura? —dice HoSeok y pronto suelta a reír con ganas al ver cómo JiMin rueda los ojos.
Es cuestión de tiempo para que el más bajo de los tres lance su arremetida, no obstante, se mantiene en silencio al escuchar que la puerta que da a la escalera se cierra con estrépito, como si alguien hubiese entrado y soltado la puerta a su suerte. En cierto sentido, puede que los tres intuyan de quién o quiénes se trata, por lo que esperan expectantes y a la vez un tanto temerosos, pues los botes de un balón de básquetbol retumban casi de forma amenazante, haciendo eco en aquel húmedo lugar.
— ... pero si el sábado lo pasamos bien —se escucha la voz de BaekHyun.
— Lo hubiésemos pasado mejor si mi viejo nos hubiera dejado ir a molestar a esos idiotas a Sinchon...
Y es entonces, al levantar la mirada, cuando Suho cae en la cuenta de que no están solos en la escalera de emergencia. Por el contrario, es precisamente a los que pretendía fastidiar a quienes se encuentra.
— Vayamos a clases —exclama TaeHyung justo cuando el timbre del colegio anuncia que es hora de comenzar el día.
Así, decidido a no sentirse intimidado por la burlesca sonrisa de Suho, TaeHyung baja las escaleras con calma, seguido de cerca por JiMin y HoSeok.
— ¿Lo pasaron bien el sábado? —interponiéndose en su camino, cuestiona Suho.
TaeHyung está pronto a responder, mas los botes del balón retoman su ritmo, cada vez más cerca hasta el punto en que el causante de aquel ruido aparece y pronto lanza el balón por sobre la cabeza de Suho, para que éste caiga justo en las manos de TaeHyung.
— Eeeeich, casi me golpeas, YoonGi —quitándole el balón a TaeHyung, se queja Suho y se lo lanza de vuelta al de pálida piel.
— No fue mi intención —sonríe de lado y observa al castaño por sólo un instante, casi un segundo en que TaeHyung siente cómo su corazón da un vuelco al recordar lo que hicieron en casa de JungKook.
— Vayamos a clases —es lo que dice BaekHyun, pues lo que menos quiere es que Suho moleste a TaeHyung, quien fue el que lo acompañó cuando estuvo mal.
Suho no responde, tan sólo observa a TaeHyung, JiMin y HoSeok y, de algún modo, siente que no es divertido, que ya no es divertido molestarlos, que incluso es mejor fastidiar a ChanYeol y, con aquel pensamiento, voltea para seguir su camino.
— Ya no son divertidos —exclama al salir al pasillo y pronto se entretiene en pensar de qué modo molestará a ChanYeol.
Por su parte, BaekHyun sonríe ante el hecho de que Suho le haya hecho caso y no disimula su felicidad al ir junto a él, feliz de poder comenzar el día sin problemas. Más atrás, JiMin y HoSeok les agradecen a todos los dioses que conocen el haber salido ilesos de tal encuentro y, por ello, no caen en la cuenta de que TaeHyung se queda rezagado, caminando a paso lento y volteando a ratos apenas siente que el balón golpea su espalda.
— Basta —susurra por enésima vez y YoonGi tan sólo sonríe y recoge el balón, para luego volver a dar unos cuantos pasos y lanzárselo, pues la molestia de TaeHyung, el cómo frunce el ceño y lo regaña, lo divierte de sobremanera. Sin embargo, la paciencia del castaño acaba y, volteando en el momento justo para atrapar el balón entre sus manos, termina por lanzarlo hacia el patio.
YoonGi se queda pasmado en su lugar y no sabe si ir tras el balón o tras TaeHyung, quien corre sonriendo por los pasillos, donde incluso adelanta a Suho y a BaekHyun y, sin disimular su alegría, saca los cuadernos para comenzar con la clase de matemática, dispuesto a asumir las consecuencias, dispuesto a juguetear con YoonGi sin que nadie se dé por enterado.