Obsoleto - El Orden Natural D...

By True-Doragonkingu

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Harry Potter tuvo una infancia miserable por culpa de sus tíos y ahora esta roto, pero gracias a un simple mo... More

Cuerpo Encadenado, Mente Libre
Un Mundo Lleno de Oportunidades
La Justicia de Atenea
La Chica de Los Ojos Azules
El Precio de Lo Que Decidimos Ser
El Dúo de Oro
A Quién Más Odiamos
Los Deseos de Un Corazón Roto
Juntos, Siempre Y Hasta El Final
Desde las cenizas
El Peso de Nuestra Conciencia
La Voluntad Para Hacer Lo Correcto
Las Dos Caras de Selene
El Único Deseo Es Aprender
Psicología de Masas
(No) Estas Solo
(No) Podes Avanzar
Serás lo que debas ser
Teoría del Gran Impacto
El Precio de Nuestras Decisiones
Daphne Greengrass
Tiempos de Odio - Parte I
Bases Para El Futuro
Somos Aquello que Vivimos
El Dolor de Un Pasado Todavía Presente
Una Historia Verdadera
El Poder de Amarte - Parte I
Heridas de Magia Negra
La Voz de La Razón
El Reflejo de Nuestro Corazón
Errores del Pasado
Una Dolorosa Verdad
El Poder de Amarte - Parte II
Tiempos de Odio - Parte II
El Llanto de la Serpiente
Un Nuevo Comienzo
Sueños, Pesadillas y Realidades
El Torneo de Los Tres Magos
Las Maldiciones Imperdonables
Fuerza de Voluntad
El Circulo Que Nunca Se Rompe
Vacíos Legales
Nada Es Verdad, Todo Está Permitido
El Cuarto Poder
Una Noche de Ensueño
Aquello Que Más Valoramos
El Preludio de La Locura
La Sombra
Bautismo de Fuego
El Ultimo Deseo - Parte I
Un Nuevo Año
El Caballo de Troya
La Santa Inquisición
Lucha de Poderes
El Ejército de Hogwarts
Una Muerte En La Familia
Unas Grises Navidades
La Sombra Que Nos Acecha
La Estrella Que Brilla En La Oscuridad
La Fuerza de Coerción
Compresión Empática
Transformaciones, Recuerdos y Secretos
Al Borde de La Desesperación
Carrera Contra El Tiempo
El Muchacho Que Odia...
El Muchacho Que Ama...
El Ultimo Deseo - Parte II
Nobles y Ancestrales Tradiciones
Las Alas de La Libertad
Las Nobles y Ancestrales Familias
La Mano Negra de La Muerte
Protegiendo Lo Que Es Nuestro
Lealtades y Pensamientos
Historias Pasadas - Parte I
Historias Pasadas - Parte II
El Valor de La Información
Historias Pasadas - Parte III
Argumentum Ad Consequentiam
Una Fría Navidad
Historias Pasadas - Parte IV
Una Segunda Resolución
Las Consecuencias del Pasado
El Principio del Fin
El Corazón de Luna
Preparaciones Para El Final
Cicatrices Que Continúan
Un Mundo Que Se Acaba
El Mensajero del Fin del Mundo
El Monstruo Que Gritó "Amor" En El Corazón Del Mundo
Cuando Algo Termina, Algo Comienza

Historias Pasadas - Parte V

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By True-Doragonkingu

Disclaimer: Nada de Harry Potter es de mi propiedad, los personajes y todo lo relacionado a la historia canon que pueda aparecer, a excepción de lo creado y modificado por mi persona, pertenecen a J.K. Rowling.

Summary: Harry Potter, un muchacho consciente de la magia, con una gran inteligencia, pero roto por culpa del maltrato de sus parientes. Hasta que por azar del destino, su vida va a cambiar completamente y ya nada va a volver a ser igual.

El Orden Natural de Las Cosas.

Año VI

Capítulo LXXXII

"Historias Pasadas - Parte V"

~0~0~

—DIALOGO NORMAL—

—(PENSAMIENTO)—

—"PARSEL"—

~0~0~

Estimado Lord Harry Potter.

Ante el honor que su investidura presenta como Jefe de las Nobles y Ancestrales Casas de Las Familias Potter y Black me dirijo a usted con el fin de comunicarle que el pedido que le solicitó al Banco de Gringotts Internacional, sobre la revisión de cuentas y propiedades de la Familia Black fue realizado satisfactoriamente.

Cámara de Bellatrix Black de Lestrange: Status – Cerrado*

Cámara de Narcissa Black de Malfoy: Status – Abierta.

Cámara de Andrómeda Black de Tonks: Status – Abierto.

Cámara principal de la Noble y Ancestral Casa de La Familia Black: Status – Abierto.

Número 12 de Grimmauld Place: Revisado

*La cámara de la Señora Bellatrix Black de Lestrange, debido a la infracción del contrato que firmó la misma por la apertura de una cuenta en el Banco de Gringotts Internacional, queda formalmente cerrada y todos sus bienes materiales a excepción del infractor pasan a ser propiedad del Banco de Gringotts Internacional, reservándose el derecho de disponer de estos como considere correspondiente.

Los objetos considerados oscuros o malvados de la propiedad y cámara fueron destruidos a excepción de dos, los cuales requieren su debida atención a causa de su alta peligrosidad y la imposibilidad de destruirlos por parte de nuestros rompedores de maldiciones. Así mismo se le informa el fallecimiento del elfo domestico del Número 12 de Grimmauld Place debido a ataques a nuestro personal al momento de realizar la tarea por la cual nos contrató.

Sin tener más intenciones de querer seguir utilizando el valioso tiempo que su investidura representa.

Con nuestra mayor consideración, lo saluda respetuosamente.

Gringott IV.

Gerente General y Director del Banco de Gringotts Internacional.

.

Los pasillos estaban completamente vacíos. No quedaba ni un estudiante en el colegio, todos estaban afuera, sentados ya en el estadio de quidditch o caminando entusiasmados hacia él. Daphne, la mañana del primer sábado de marzo en su dormitorio, miró a Harry que estaba terminando de colocarse su uniforme de quidditch para el partido de Hufflepuff contra Gryffindor; esperaba que él, luego de que había leído la carta de Gringotts y una más de Draco Malfoy en donde informaba un nuevo intento paralelo para asesinar a Dumbledore, dijera algo, pero lo único que escuchó y vio salir de su esposo fue un pesado suspiro.

—¿No vas a decir nada, Cariño? —preguntó Daphne con seriedad guardando ambas cartas. Para luego ver a un Harry que parecía estar muy cansado.

—¿Qué podría decir? —preguntó Harry con pesadez —. Esta noche vamos a ver a Malfoy y destruir sea lo que sea que enviaron —se acomodó los guantes y miró fijamente a Daphne —, el Profesor Snape va a decir que Draco falló, todo va a seguir igual. Y en cuanto lo de Gringotts, cuando volvamos a casa lo vamos a resolver.

Daphne se paró, caminó hasta donde estaba Harry y le acarició suavemente la mejilla para luego abrazarlo apoyando su rostro en el pecho de él mientras cerraba los ojos. Harry aceptó el abrazo.

—¿Qué es lo que te preocupa? —preguntó Daphne con suavidad.

—Estoy cansado Daph —contestó Harry haciendo un poco más fuerte el abrazo y cerrando los ojos con cansancio y hasta un ligero grado de angustia —. Voldemort nos persigue, tenemos que estudiar para aprobar nuestras materias, tengo que deducir que es lo que hizo Grindelwald y quien es la Vieja Sangre actual, y mantener una especie de triple conspiración con Malfoy y el Profesor Snape. Y para hacer las cosas más complicadas tenemos que planificar como tomar Hogwarts en casó que luego de Dumbledore muera, Voldemort se envalentone y tome el Ministerio de Magia... si es que no lo hizo ya... A sí y me olvidaba, tener que seguir fingiendo que somos adolescentes teniendo una vida perfectamente normal. —agregó lo último con un tono sarcástico.

Harry bajó ligeramente la cabeza, apoyó su mejilla contra la frente de Daphne y suspiró de forma angustiante. Inhaló con lentitud, sonrió ligeramente y dijo.

—Es muy lindo el aroma del perfume.

—Gracias —contestó Daphne con una sonrisa —, es el que más te gusta...

Ninguno de los dos dijo nada más. El silenció reinó por un par de segundos más hasta que una suave brisa mezclada con ruido que generaban las copas de los arboles al moverse, rompió el trance que se había formado en ambos.

—Abandonemos todo, Daph... —susurró Harry con un tono angustiante —, abandonemos todo y vivamos una vida feliz... alejados de todo, del dolor, del odio, la violencia... solo nosotros dos y nadie más...

—Harry... —susurró Daphne mirando a Harry directamente a los angustiados ojos de su esposo.

—Estoy cansado —dijo Harry con tristeza mirando a los azulados ojos de Daphne—, siempre tengo que ser el héroe... Cada año nos lanzamos al peligro por propia voluntad, en primero fuimos a buscar la Piedra Filosofal porque nadie nos creía y éramos los únicos que lo sabían. En segundo rescatamos a Ginny porque no había otra opción, éramos los únicos que sabíamos la ubicación de la Cámara de Los Secretos. En tercero rescatamos Ron Weasley. En cuarto tuve hacer esas ridículas pruebas y pelear contra Voldemort. En quinto asaltamos el Ministerio para que no robaran la Profecía... no quiero ser un héroe ¿Acaso no sufrí lo bastante como para que la vida me siga obligando a tener que pelear para que cosas malas no pasen? No sé lo que soy, Daphne. Mataría a quien fuera necesario por tu vida —Harry miró hacia abajo con una mirada perdida —, si te hicieran algo, los buscaría a todos, a cada uno y los haría saber lo que es el verdadero infierno. No soy un héroe Daphne, pero pareciera como si la vida y el destino estuvieran empeñados en obligarme a que lo fuera; como si en el fondo la vida quisiera que fuera funcional a los intereses de todos. El Ministerio tiene a su salvador para mantener la paz, Dumbledore tiene al salvador para luchar contra Voldemort, todos tienen al héroe que los va a salvar, aquel que se tiene que sacrificar por el bien mayor... —Daphne miró preocupada a Harry y acariciándole la mejilla hizo que la mirara. Harry la miró fijamente y con una pequeña sonrisa triste continuó —. Tengo miedo Daphne... volver a verla a Lara, volver a sentir sus últimos momentos, sentir todo el sufrimiento y el dolor que estaba pasando.... Tengo miedo de lo que pueda llegar a pasar, Daphne —la mirada de Harry pasó a estar más angustiada que antes —, siento que algo malo va a pasar y no voy a ser capaz de detenerlo, como si Voldemort fuera solo el preludio para que dios viniera y tomara lo que le pertenece.

Harry tomó la mano de Daphne que acariciaba su mejilla, cerró los ojos, le besó la palma con cariño y volviéndola a mirar dijo.

—Por favor, mi amor, no quiero seguir teniendo que comportarme con Dumbledore como si nada me afectara y estuviera dispuesto a luchar, con el Profesor Snape y con Draco como si tuviera todo perfectamente planificado, con Voldemort como si fuera un poderoso mago..., como todos como si fuera el protagonista de una tragedia épica. Solo necesito que me lo pidas y abandonemos todo y a todos y escapemos para ser felices en cualquier lugar... el que sea Daphne...

—Yo... —dijo Daphne mirando fijamente a Harry —, te prometo que vamos a tener una vida tranquila, que cuando todo esto termine vamos a ser felices... y aunque abandonemos todo ahora y escapemos juntos a cualquier lugar, nunca vamos a estar tranquilos, porque no se van a detener hasta encontrarnos. Y cuando nos encuentren moriríamos sabiendo que traicionamos a todos... —Daphne, sin dejar de mirar a Harry le acarició las mejillas —. Sé que es difícil, que desde que sucedió lo del curso de Aparición no estas pudiendo dormir bien, que tu mirada está cansada y triste... y que vos más que nadie se ganó un alto en el camino, sé que esto suena egoísta, pero te pido un último esfuerzo, si Dumbledore tiene menos de un año de vida entonces eso significa que solo quedan pocos meses para que Voldemort comience un ataque a gran escala y tengamos que actuar para tener un futuro. Entiendo que estés cansado Harry, pero solo te pido que aguantes un poco más y luego, cuando todo esto termine, si estas cansando del mundo, podemos irnos al lugar que sea no importa dónde y vivir en paz.

Un suspiró pesado y agotado salió de los labios de Harry, cerró un momento los ojos, inhaló y exhaló abriendo los ojos mirando fijamente a Daphne que parecía rogarle que siguiera adelante.

—Hacelo por mí Harry, por nosotros... —susurró Daphne.

—Está bien, Daph —dijo Harry con más tranquilidad para luego sonreír divertido —. Pero cuando todo esto termine, vos vas a ser la que se encargue de estar en el Wizengamot haciendo del mundo un lugar mejor.

Daphne sonrió con dulzura y besó suavemente a Harry.

—Está bien, Harry...

—¿Dónde demonios estabas, Harry? —preguntó Ginny completamente enloquecida en los vestuarios del equipo de qudditch de Gryffindor.

—Perdón por el retraso —contestó Harry sereno mientras caminaba hacia la salida. Se detuvo en seco cuando vio que nadie lo seguía, se giró y los vio un momento —. Vamos, tenemos un partido que ganar.

En el equipo se miraron unos a otros por un momento y levantando los hombros con ignorancia sobre lo que estaba pasando con su capitán lo siguieron. Harry con su Saeta de Fuego en el hombro fue el primero en salir de los vestuarios y encontrarse con el campo lleno de estudiantes que gritaban, alentaban y abucheaban de todas las tribunas. Luego de saludar al capitán de Hufflepuff y tan pronto como la señora Hooch hizo sonar el silbato, dio una patada al suelo y se lanzó a lo alto del estadio.

—Y allá va Smith de Hufflepuff con la quaffle —informó una suave y aguda voz por los altavoces; Harry se giró y miró al comentarista para encontrarse con Luna relatando el partido. Con una sonrisa vio a también a Minerva a su lado con bastante nerviosismo por lo que se veía; ya que dejar hablar a Luna era esperar cualquier cosa —. Smith fue el comentarista en el último partido, pero se comportó como un idiota y ahora va a tener que demostrar su fuego interior. Aunque lo único que esperamos de él es que realmente arda en llamas, brille como un Mecap y que nos traiga paz a todos ya que...

—¡LOVEGOOD! —escuchó Harry que gritaba Minerva reprendiéndola.

—¡Oh, Smith acaba de perder la quaffle contra Ginny Weasley! —dijo Luna desde el altavoz mágico —. Es una lástima, creí que íbamos a verlo brillar como un cometa —Harry notó que Luna lo miraba y con una sonrisa traviesa agregó —. Y yo creo que Harry Potter debería concentrarse en el partido y dejar de ver a su hermosa, fantástica y fabulosa mejor amiga; no queremos que la serpiente con pelo rubio alisado que tenes por esposa se ponga celosa ¿No, Harry?

—¡LOVEGOOD!

Harry se miró hacia el cielo; algunas nubes, blancas y esponjosas flotaban bajo las descripciones de Luna. Se había sentido deprimido durante buena parte de las semanas, revivir una y otra vez los momentos de mayor sufrimiento de Lara lo habían golpeado más que otras veces, a tal punto que su propia voluntad había flaqueado y el deseo de abandonarlo todo para tener una vida feliz alejado de todo estaba muy presente en su cabeza.

—El héroe que fue obligado a ser héroe —susurró Harry al cielo. El gemido de Gaya resonó en el cielo rápidamente silenciado por los gritos de las tribunas —. No sé que es peor, si saber cuál es mi posición o el hecho que no puedo salir de ese papel. ¿No es paradójico Gaya? Aborrecido por todos, golpeado y ahora aclamado y pidiéndole a la misma persona que hace unos años odiaban que los salve... que se sacrifique por todos si es necesario —movió suavemente la escoba hacia abajo y comenzó a descender en picada. La velocidad rápidamente comenzó a ser aún mayor —. (¿Acaso no es paradójico Daph?, el héroe que no quiere ser héroe... el héroe que cree que en el fondo solo es una Caja de Pandora a punto de ser abierta.)

La Saeta de Fuego hizo rápidamente un derrape en cuanto Harry presionó las pedaleras y elevó la punta de la escoba hacia arriba. Con la misma velocidad que se había movido antes se puso al ras del suelo y aceleró con todo lo que la escoba podía dar; ya lo había detectado desde hacía un momento, y girando alrededor de uno de los postes del campo de Hufflepuff se encontró con la snitch que rápidamente salió disparada. Harry aceleró, giró hacia arriba, persiguió la esfera un poco más, giró hacia la derecha y cuando la snitch viró con un ángulo de 90 grados con dirección hacia el suelo, se lanzó en picada. Apretó las pedaleras de la escoba y levantó nuevamente la punta para derrapar con la cola casi rozando el césped y extendió la mano mientras las ramitas de la Saeta de Fuego peinaban de forma circular el campo y entonces en medio de todos los gritos, abucheos y exclamaciones el partido finalizó.

~0~0~

—¡Prefecto Potter! —gritó una voz aguda detrás de Harry que había llegado a los últimos escalones que daban al patio central antes del vestíbulo.

Harry sin saber muy bien lo que estaba pasando, se giró y vio a una niña de no más de 13 o 14 años con los colores distintivos de Slytherin bajar rápidamente los escalones con un pergamino en la mano. Cuando estaba en los últimos escalones trastabilló, se precipitó y por inercia empujó a Harry cayendo ambos. La niña había cerrado los ojos, y se había agarrado de lo primero que había encontrado; una sensación cálida y hasta podría decir agradable le recorría buena parte del cuerpo hasta que un carraspeo la hizo volver a la realidad. Abrió los ojos se encontró con dos orbes verde esmeralda que la miraban fijamente, volvió a escuchar un nuevo carraspeo y giró la cabeza y se encontró con Daphne mirándola con una mirada asesina.

—Te doy exactamente 5 segundos para salgas de encima de mi esposo, Leslie... —dijo Daphne con un tono gélido.

Leslie, alumna de segundo año de la casa de Slytherin abrió grande los ojos y miró nuevamente a Harry; un furioso sonrojo apareció en sus mejillas y vio la comprometedora posición en la que estaba y donde estaban sus manos. Mordiéndose el labio intentó conservar la sensación del pecho del Gryffindor bajo sus manos y con una lentitud evidente se puso de pie. Harry también se paró y con preocupación preguntó.

—¿Estas bien? ¿Te lastimaste?

—S-s-si, estoy bien —contestó Leslie rápidamente sin dejar su sonrojo —. Perdón Prefecto Potter. El Profesor Dumbledore me dio esto. —agregó entregándole un pequeño pergamino.

—Gracias. —contestó Harry con una dulce y amable sonrisa.

—¿Hay algo más que necesitemos saber, Leslie? —preguntó Daphne con un tono frio.

—N-no, Prefecta Potter. —contestó Leslie abriendo grande los ojos.

—Bien, me alegro. —dijo Daphne con el mismo tono.

Cuando Leslie se fue, Harry leyó rápidamente el pergamino y comenzó a escuchar a alguien que se reía. Levantó la cabeza y miró a Luna que se estaba riendo por la escena de Daphne.

—Oh, Daphy —dijo Luna enganchando su brazo con el de Daphne y comenzando a caminar ambas hacia el Gran Comedor —, es increíble que te pongas celosa de una de segundo.

—No me gusta que se pasen de listas —contestó Daphne con molestia —. Y mucho menos que toquen lo que es mío.

Una carcajada burlona salió de los labios de Luna.

Por la noche del lunes a la hora que estaba asignada en el pergamino que la alumna de Slytherin le había dado, Harry subió por la escalera caracol. Llamó a la puerta y una voz algo distorsionada que reconoció como la de Dumbledore dijo.

—Pasa.

—¡Aja! —exclamó una mujer cuando Harry entró —. ¡Así que este es el motivo de que me eches de tu oficina sin miramientos, Dumbledore!

—Mi querida Sybill —repuso Dumbledore con un ligero cansancio en sus palabras —, no se trata de echarte sin miramientos de ningún sitio, pero Harry tiene una cita, así que, francamente, creo que no hay más que hablar...

—Muy bien —dijo la Profesora, dolida —. Si te seguís resistiendo a desterrar a ese caballo usurpador... quizá yo encuentre un colegio donde se valoren más mis talentos...

Trelawney apartó con un empujón a Harry y desapareció por la escalera de caracol. Harry cerró la puerta y se sentó frente al escritorio de Dumbledore en donde volvía a estar el pensadero.

—La Profesora McGonagall me contó lo que sucedió el día del curso de Aparición —comentó Dumbledore mirando a Harry a los ojos —. ¿Hay algo que quieras cotarme?

La expresión neutra de Harry vaciló un momento y dijo.

—Aparté de que volví a revivir los últimos momentos de Lara, viajé a un prado y caí encima de rosas azules, y hay una diferencia de tiempo entre el hecho de aparecerse y estar en ese prado, no creo que haya mucho que comentar, Profesor. ¿Se acuerda que hablamos la vez pasada sobre la posibilidad de que Gellert Grindelwald hubiera hecho un Horrocrux con Voldemort el día que nació? —Dumbledore asintió —. Luna hace unas semanas planteó otra teoría, que sea lo que sea que hizo no es un Horrocrux.

Dumbledore levantó una ceja en respuesta como si no entendiera.

—Luna cree que lo hizo Grindelwald no fue un Horrocrux —dijo Harry con simpleza —. Sino algo parecido, algo que hubiera causado los mismos efectos físicos, pero que no hubieran conllevado arrancarse un fragmento de alma ya que por lo que ella interpreta, es que el día que usted le puso fin a la vida de Grindelwald debería haber visto el alma espectral escaparse del cuerpo y eso no sucedió ¿No?

—No, no ocurrió. —contestó Dumbledore pensativo.

—Por ende, sea lo que sea que hizo tiene que ser diferente... pero que es claro que algo de Grindelwald, de la Vieja Sangre habita en Voldemort, pero no en sus fragmentos de alma, sino en el alma principal —continuó Harry —. Según ella es la razón de porque yo veo fragmentos de vida en Voldemort y no en su Horrocrux como en el libro.

Dumbledore se tocó ligeramente la barba mientras pensaba mirando al techo, volvió a mirar a Harry y dijo.

—Una persona muy inteligente es la señorita Lovegood.

—La más inteligente que conozco, incluso más que usted y yo juntos.

—Entiendo, ¿Lograste realizar la tarea que te encargue? —preguntó Dumbledore con interés.

—Sí —contestó Harry colocando el frasquito con el recuerdo encima de la mesa para luego ver a Dumbledore completamente sorprendido —. Luego de que Daphne y yo lo encerramos moralmente al Profesor Slughorn logramos que nos vendiera el recuerdo.

—¿Vendiera?... —preguntó Dumbledore sorprendido.

—Si —afirmó Harry —. Luego de un falso discurso sobre lo arrepentido que estaba nos lo vendió por medio millón de galeones. Bueno, en realidad yo le ofrecí esa cantidad, parece ser que no se molestó porque no hizo una contra oferta.

—Entiendo, agradezco que hayas colocado una suma tan grande por algo tan pequeño —dijo Dumbledore mirando con hipnotismo la botellita —. Solo tengo curiosidad de algo, ¿Por qué le ofreciste 500.000 galeones? Podrías haber ofrecido muchísimo menos.

—Porque puse a Daphne como ejemplo —contestó Harry con seriedad —. La lógica era simple, si por la mujer que amaba estaba dispuesto a pagar la suma que fuera necesaria para liberarla del martirio que estaba pasando, iba a hacer lo mismo por aquello que nos iba a dar la respuesta para matar a Voldemort.

—Entiendo —dijo Dumbledore —. Como ambos ya sabemos, Voldemort asesinó a toda su familia paterna e inculpó de esto a Morfín Gaunt; llegó al séptimo año de escolarización con excelentes notas en todas las asignaturas que cursó. Sus compañeros de estudios trataban de decidir a qué profesión se dedicarían cuando salieran de Hogwarts, y casi todo el mundo, al igual que en tu caso y el de tu esposa que todos esperamos, esperaban cosas espectaculares de Tom Ryddle, había sido Prefecto, Delegado y ganador del Premio por Servicios Especiales y me consta que vario Profesores, entre ellos Horace Slughorn, le propusieron que entrara a trabajar en el Ministerio de Magia y se ofrecieron para conseguirles empleo y ponerlo en contacto con personas influyentes. Pero él rechazó todas esas ofertas y antes de que cualquier persona se diera cuenta, Tom Ryddle estaba trabajando para Borgin y Burkes.

Harry miró a Dumbledore con sorpresa.

—Si, causa sorpresa. Tom Ryddle antes de trabajar en algo tan deplorable como Borgin y Burkes hizo una sola solicitud —continuó Dumbledore con voz serena —. Quedarse en Hogwarts y trabajar como Profesor, como supondrás esto nunca ocurrió por recomendación mía al por entonces Director Dippet. Bien —dijo Dumbledore acomodándose en la silla —, Voldemort se fue a trabajar a Borgin y Burkes, y todos los Profesor que lo admiraban lamentaron que un joven tan brillante acabara trabajando en una tienda de poca monta. Sin embargo, no era un simple empleado. Al ser educado, atractivo e inteligente, pronto empezaron a asignarle ciertas tareas especiales. Como sabes, Harry, esa tienda se especializa en objetos con propiedades inusuales y poderosas. Bien, los dueños lo enviaban a convencer a la gente para que vendiese sus tesoros más preciados. Y ahora entremos para ver el recuerdo de una anciana elfa domestica que era parte de una bruja muy anciana y rica llamada Hepzibah Smith.

—Una de las Jefes de la Noble y Ancestral Casa de La Familia Smith. —comentó Harry entrando junto con Dumbledore en el pensadero.

Lo primero que vieron ambos hombres fue un salón ricamente decorado que por lo que Harry podía interpretar Daphne lo hubiera considerado horrendo por los sobrecargado que estaban las paredes y muebles con adornos. Aparecieron delante de una anciana muy excedida de peso que llevaba una elaborada peluca pelirroja y una túnica rosa brillante con muchos pliegues que se desparramaban a su alrededor.

—¡Deprisa, Hokey! —dijo Hepzibah apurando a la elfa mientras se aplicaba rubor en las mejillas —. ¡Dijo que vendría a las cuatro! ¡Sólo faltan dos minutos y siempre es extremadamente puntual!

La anciana en cuanto terminó guardó todo y miró a la elfina con apremio.

—¿Cómo estoy? —preguntó Hepzibah, y movió la cabeza para mirar su cara desde distintos ángulos.

—Preciosa, Señora. —dijo Hokey con voz chillona.

Un tintineo de una campanilla se escuchó en la sala y tanto Señora como elfina dieron un saltito sorprendidas.

—¡Rápido, rápido! ¡Ya llegó, Hokey! —exclamó Hepzibah, y la elfina se escabulló rápidamente de la habitación que estaba repleta de cosas.

No tardó mucho tiempo en que la elfina reapareciera con un joven alto que Harry claramente reconoció como Tom Ryddle. Estaba vestido con un sencillo traje negro, llevaba el pelo un poco más largo que lo que recordaba de los recuerdos y nuevamente tenía la piel pálida y las mejillas hundidas por haber creado un Horrocrux.

—Le tarje flores, Señora. —dijo Voldemort con voz quedada y creó un ramo de rosas de la nada.

—Aburrido —comentó Harry al aire —, es mejor plantarlas y esperar a que crezcan para regalarlas, la naturaleza puede hacer cosas mucho más refinadas que con magia. —agregó con molestia haciendo que Dumbledore riera por lo bajo.

—¡Oh!, Tom, no deberías haberte molestado. —repuso la anciana con voz chillona —. Me mimas demasiado, Tom. Pero por favor sentate, sentate. ¿Dónde está Hockey? Ah acá...

La elfina apareció con una bandeja de pastelitos que dejó al alcance de su ama.

—Por favor, Tom —ofreció Hepzibah —, sé que te encantan mis pasteles. Contame, ¿Cómo estás? Te veo pálido. En esa tienda te hacen trabajar demasiado, te lo dije cien veces... —Voldemort sonrió de forma forzada y Hepzibah puso una sonrisa tonta —. Y bien, ¿A que se debe tu visita esta vez? —preguntó pestañando con coquetería.

—El señor Burke quiere mejorar su oferta por esa armadura fabricada por duendes —contestó Voldemort —. Le ofrece quinientos galeones. Dice que es una suma más que razonable...

—¡Un momento, Tom! —repuso Hepzibah haciendo pucheros —. Sino voy a pensar que solo venís por mis joyas. ¡Oh, ya sé! ¡Voy a mostrarte una cosa que nunca se la mostré a nadie! ¿Sabes guardar un secreto, Tom? ¿Me prometes que no se lo vas a decir a nadie? Pero, Tom, seguramente vos lo vas a valorar más que nadie, por su historia y no por los galeones que podrías conseguir con él —Voldemort asintió sin cambiar la expresión de tu rostro, y Hepzibah soltó otra risita tonta —. Quiero enseñarle al Señor Ryddle nuestro tesoro más valioso... oh mejor traelos ambos —agregó mirando a la elfina.

—Aquí tiene, señora. —dijo la elfina chasqueando los dedos y haciendo aparecer dos cajas de piel en la mesa donde estaban los pasteles.

—Eso es —dijo Hepzibah con alegría y tomó las cajas y las puso sobre su regazo —. Me parece que esto te va a gustar, Tom... ¡Si mi familia supiera que te lo mostré...! Están deseando apropiársela.

La mujer levantó la tapa. Harry se acercó un poco y distinguió lo que parecía una pequeña copa de oro con dos asas finamente cinceladas.

—La Copa de Helga Hufflepuff. —susurró Voldemort al tomar la copa y examinar el grabado con forma de tejón.

—¿Nunca te dije que soy descendiente suya? Esta copa lleva años pasando de padres a hijos. Es hermosa ¿No? Además, dicen que posee poderes asombrosos, pero eso nunca lo comprobé porque siempre la tuve guardada acá, a salvo...

Hepzibah recuperó la copa, sostinado por Voldemort, y la devolvió con cuidado a su caja, esforzándose en colocarla en su posición original, de modo que no se percató en la sombra que cruzó el semblante del joven al quedarse sin el valioso recuerdo.

—A ver —prosiguió Hepzibah con alegría —. Burke sabe que lo tengo, desde luego. Se lo compré a él y creo que no me equivoco si dogo que le encantaría recuperarlo el día que yo me vaya...

Abrió la segunda cajita y Harry vio, con los ojos bien abiertos por la sorpresa, un voluminoso guardapelo de oro. Eta vez Voldemort tendió la mano antes de que lo invitaran a hacerlo, agarró el guardapelo, lo acercó a la luz y lo examinó con gran atención.

—La marca de Slytherin. —murmuró con hipnotismo mientras la luz arrancaba destellos a una ornamentada S.

—¡Exacto! —confirmó Hepzibah —. Me costó una fortuna, pero no podía dejar escapar semejante tesoro; Al parecer, Burke se lo compró a una sucia y asquerosa pobretona que seguramente lo había robado, aunque no tenía ni idea de su verdadero valor... Seguramente le pagó una miseria, pero ya lo ves... Es precioso...

Estiró el brazo para recuperar el guardapelo. Voldemort aunque Harry hubiera creído lo contrario dejó ir el guardapelo y la joya finalmente volvió a reposar en su caja.

—¿Estas bien, querido? —preguntó Hepzibah

—Sí, sí —contestó Voldemort con un hilo de voz —. Sí, estoy perfectamente...

—Pero me pareció... —repicó la mujer con un fugaz matiz de inquietud.

Ambos salieron del recuerdo y Dumbledore habló.

—Hepzibah Smith murió dos días después de esa breve escena —explicó Dumbledore —. El Ministerio condenó a Hokey por envenenamiento accidental del chocolate de su ama.

—¿Hockey al igul que Morfin confesó eso? —preguntó Harry sabiendo de antemano la respuesta.

—Recordaba haber puesto algo en el chocolate, pero no resultó ser azúcar, sino veneno mortal poco conocido. Y llegaron a la conclusión que la elfina al ser muy anciana y muy despistada... y cuando condenaron a Hokey, la Familia Smith ya sabía que faltaban dos de los más preciados tesoros de la anciana. Tardaron un tiempo en averiguarlo, pero antes de que comprobaran que la copa y el guardapelo habían desaparecido, el dependiente que trabajaba en Borgin y Burkes, aquel joven que la visitaba a menudo y la había conquistado con sus encantos, dejó su empleo y se marchó. Durante mucho tiempo nadie volvió a ver ni oír hablar de Tom Ryddle —comentó Dumbledore con una breve explicación —. Como te podrás dar cuenta Voldemort había matado y robado dos objetos invaluables, el guardapelo porque le pertenecía por derecho y la copa por mero capricho o tal vez, y pecando de romántico, por su amor a Hogwarts. Creo que Voldemort conservaba un profundo vínculo con el colegio y no pudo resistirse a un objeto con tan importante historia.

Harry se quitó los lentes y se masajeó el puente de la nariz.

—Déjeme adivinar... —dijo Harry con pesadez —. Voldemort hizo de la Copa de Hufflepuff y el Guardapelo de Slytherin Horrocruxes, ¿No? Y ahora tenemos que buscar dos objetos invaluables y destruirlos... —Harry levantó la cabeza y miró a Dumbledore no queriendo preguntar —. Dígame por favor que no encontró también la Diadema de Ravenclaw ¿No?

—No sé, Harry —contestó Dumbledore con serenidad —. Creo que lo mejor que podemos hacer es mirar el recuerdo del Profesor Slughorn y partir de ahí.

Harry suspiró y asintió. Dumbledore tomó la botellita que Harry había traído y la vertió en el pensadero y ambos entraron nuevamente en el recuerdo. Nuevamente una luz brillo con mucha intensidad cegando momentáneamente a Harry. Ambos se encontraban delante de un hombre que Harry reconoció de inmediato, el Profesor Horace Slughorn, pero mucho más joven con todo su cabello color rubio cenizo inundando su cabeza. Slughorn no estaba tan pasado de peso, aunque los botones dorados del chaleco con ricos bordados soportaban cierta tensión. Ambos vieron como media docena de adolescente rápidamente salían, pero uno que rápidamente reconoció como Tom Ryddle que era mucho más joven que la versión del diario se quedó parado no muy lejos de Slughorn.

—Oh, por Merlin, ¿Ya es tan tarde? —dijo Slughorn con un tono extrañado —. Va a ser mejor que te vayas Tom, no creo que quieras tener problemas. Date prisa, Tom. No conviene que te sorprendan levantado a estas horas porque, además, sos prefecto...

—Quería preguntarle una cosa, señor. —dijo Tom Ryddle con una voz calma.

—Pregunta lo que quieras, muchacho, pregunta...

—¿Sabe usted algo sobre los Horrocruxes, señor?

Slughorn miró a Voldemort fijamente.

—Es para un trabajo de Defensa Contra las Artes Oscuras, ¿No?

Sin embargo, por la expresión de Slughorn era muy evidente que sabía que esa expresión no tenía nada que ver con un trabajo escolar.

—No exactamente, Profesor —respondió Ryddle —. Encontré ese término mientras leía y no lo entendí del todo.

—Entiendo... Es que no creo que sea fácil encontrar en Hogwarts ningún libro que ofrezca detalles sobre los Horrocruxes, Tom. Es magia muy, pero muy oscura y peligrosa. —explicó Slughorn.

—Pero estoy seguro de que usted sabe todo lo que hay que saber de ellos, ¿Verdad, señor? Sin duda alguna, un mago como usted... Disculpe, si no puede contarme nada es evidente que... En fin, estaba convencido de que, si alguien podía hablarme de ellos, ése era usted, y por eso se me ocurrió preguntárselo.

Slughorn sonrió avergonzado ante tantos halagos y dijo.

—Bueno... —murmuró Slughorn jugueteando con sus dedos —, no va a pasar nada si te doy una idea general, desde luego. Sólo para que entiendas el significado de esa palabra. Horrocrux es la palabra que designa un objeto en el que una persona escondió un fragmento de su alma.

—Si, pero no acabo de entender el proceso, señor —insistió Ryddle; a pesar de que controlaba rigurosamente tanto Harry como Dumbledore se dieron cuenta de que estaba emocionado.

—Bueno, básicamente la idea radica en cortar pedazos de tu alma y encoderlos en un objeto externo a tu cuerpo. De este modo, aunque tu cuerpo sea atacado o destruido, no podés morir porque parte de tu alma sigue en este mundo, ilesa. Pero como es lógico, una existencia así... —el rostro de Slughorn se contrajo —... Pocos la desearían, Tom, muy pocos. Sería preferible la muerte.

Pero Ryddle no quedó satisfecho, su expresión era de avidez, ya no podía seguir ocultando sus ansias por conocer el proceso.

—¿Qué hay que hacer para arrancar un pedazo de alma? —preguntó Tom Ryddle con rapidez.

—Veras —dijo Slughorn, incómodo —, tener que tener en cuenta que el alma debe permanecer intacta y entera. Dividirla es una violación, es algo antinatural para nuestra conciencia.

—Si, pero ¿Cómo se hace? —preguntó con un ligero tono desesperado.

—Mediante un acto maligno. El acto maligno por excelencia es matar. Cuando uno mata, el alma se desgarra. El mago que pretende crear un Horrocrux aprovecha esa rotura momentánea y encierra la parte desgarrada...

—¿La encierra? Pero ¿Cómo?

—Hay un hechizo... ¡Pero no me preguntes cuál es porque no lo sé! —Sloghorn negó con la cabeza —¿Acaso tengo aspecto de haberlo intentado? ¿Te parezco un asesino?

—No, señor, por supuesto que no —dijo Ryddle con rapidez dándose cuenta lo que había hecho —. Lo siento, no era mi intención ofenderlo...

—No te preocupes Tom —contestó Slughorn —. Es natural sentir curiosidad acerca de las cosas. Los magos de cierta categoría siempre se sintieron atraídos por ese aspecto de la magia...

—Sí, señor —afirmó Ryddle con un tono suave —. Pero lo que no entiendo... Se lo pregunto sólo por curiosidad... No veo demasiada utilidad en utilizar un Horrocrux. ¿Sólo se puede dividir el alma una vez? ¿No sería mejor, no fortalecería más, dividir el alma en más partes? Por ejemplo, si el siete es el número mágico más poderos, ¿No convendría...?

—¡Por las barbas de Merlín, Tom! ¡Siete! ¿No es bastante grave matar a una persona? Además... Dividir el alma una vez ya resulta pernicioso, pero fragmentarla en siete partes... —Slughorn parecía muy preocupado y contemplaba a Ryddle como si nunca se hubiera fijado en él —. Claro que todo esto —masculló —, es puramente hipotético, ¿No? Puramente teórico...

—Por supuesto, señor. —dijo Ryddle con suavidad.

—Entiendo, de cualquier modo, Tom, no le digas a nadie que te lo conté. No quiero que se enteren que estuvimos hablando de esto. Este es un tema prohibido en Hogwarts. Dumbledore es muy estricto con este punto...

—No voy a decir una sola palabra, Profesor.

Ambos salieron del recuerdo, mientras que Dumbledore tenía una mirada de tranquilidad como si tuviera ahora una gran pieza de rompecabezas la de Harry era pensativa.

—Gracias Harry —dijo Dumbledore finalmente —. Hace mucho tiempo que esperaba conseguir este testimonio. Ahora confirma en la teoría en la que estuve trabajando sobre todo cuando destruí el anillo de los Gaunt y me demuestra que tengo razón y que efectivamente Voldemort dividió su alma en siete partes anillo. El diario, el anillo de los Gaunt, el Guardapelo de Slytherin, la Copa de Hufflepuff, un objeto de Ravenclaw, uno de Gryffindor y finalmente si mismo y en el caso que no hubiera encontrado un objeto de Gryffindor o Ravenclaw estoy seguro de que debe haber utilizado a Nagini como Horrocrux luego de haber matado aquel muggle...

—Pero son fragmentos, no divisiones iguales —dijo Harry interrumpiendo a Dumbledore —. Si algo aprendí con el tiempo es que los números mágicos buscan siempre la mayor estabilidad y no hay nada más estable que un circulo. Con un sello mágico circular de tres partes destruí su barrera como si fuera una simple hoja de papel, Director —Dumbledore miró fijamente a Harry pensando en las palabras del muchacho —. Y tal y como dijeron Slughorn y Luna son fragmentos iguales de un alma rota pero más grande y poderosa y estas partes no tienen el poder como la principal. Entonces si tuviéramos que graficar lo que está pasando y llevarlo al estado de mayor equilibrio quedaría el alma principal de Voldemort en el centro y la partes rodeándolo dentro en un círculo y eso darían 7 fragmentos. Lo que le daría, gracias al número, un increíble poder en el caso que sea así.

Dumbledore estaba por decir algo, pero Harry, continuando con su línea argumental, habló antes.

—Pero como dice la Profesora Vector, para que la magia numérica funcione las partes que lo componen tienen que estar activas y como sabemos, Voldemort hizo los Horrocruxes a destiempo. Primero creo el diario, luego seguramente el guardapelo y la copa, luego el anillo, algún objeto de Ravenclaw, estimo que puede ser la Diadema, o de Gryffindor y finalmente Nagini y creyéndose que los números mágicos funcionan de una forma errónea, él se tomó como la séptima pieza, creyendo que tenía seis —Harry hizo pausa un momento y mirando a Dumbledore a los ojos dijo —. Entonces eso quiere decir que en el fondo nunca tuvo 7 fragmentos, siempre estuvo condenado al número que le tocaba. Suponiendo que el libro, la copa, el guardapelo y un objeto de Ravenclaw o Gryffindor estuvieran en su poder eso nos daría cinco cuando estaba en su mayor apogeo, aumentó a seis cuando ocurrió lo de mis padres y luego cayó nuevamente a cinco cuando destruí el diario y volvió a aumentar a seis cuando creó a Nagini como Horrocrux y cayó nuevamente a cinco cuando la parte que estaba en mi interior fue destruida por la magia antigua de la Familia Potter. Luego usted destruyó el anillo y decayó a cuatro, un numero sustancialmente poderoso y que representa irónicamente a la Vieja Sangre.

Dumbledore pestañeó un par de veces y uno de los cuadros que estaba detrás de él exclamó.

—Ese si que es un excelente razonamiento de Aritmancia, Albus, este chico tiene futuro.

—Un razonamiento digno de Ravenclaw, Harry —dijo Dumbledore serenándose e inclinando la cabeza.

—Estar muchas horas con una Ravenclaw chiflada y con tendencias a la piromanía hace que tenga algo de su razonamiento —dijo Harry divertido para luego volver a estar serio —. Supongo que usted sigue buscándolos, ¿No?, esa es la razón de su ausencia la mayor parte del tiempo.

—Correcto. Llevo mucho tiempo buscándolos. Y es posible que esté a punto de encontrar otro. Hay indicios en un lugar que visitó Voldemort cuando era muy pequeño.

—Si lo encuentra, quiero ir. —dijo Harry mirando fijamente al Directo.

—Sí, creo que sí —respondió Dumbledore mirando a Harry a los ojos —. Supongo que es lo mejor. Creo que te ganaste el derecho de acompañarme...

Harry caminó por los silenciosos pasillos, aunque le había dicho su razonamiento sobre los Horrocruxes a Dumbledore había algo que había pensado que no le había informado y tenía que ver con el otro Harry. Ahora entendía porque evitó que asesinara dos veces; tal y como decía asesinar se rasgaba el alma, la conciencia y era equivalente a dañar una parte de uno mismo, en una persona normal con un núcleo de magia normal esto no importaría mucho ya al ser una cantidad moderada la que está dentro del cuerpo es fácilmente controlable. El problema radicaba que él no era una persona normal y con un núcleo de magia normal, y tal y como como aprendió antes el alma era en palabras simples, la conciencia y la voluntad de la persona; rasgar estos factores con un núcleo de mágico tan grande era equivalente a una sentencia de muerte. O al menos era lo que su cabeza estaba razonando en ese momento.

El próximo capítulo esta titulado: "Las Consecuencias del Pasado"

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