Obsoleto - El Orden Natural D...

بواسطة True-Doragonkingu

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Harry Potter tuvo una infancia miserable por culpa de sus tíos y ahora esta roto, pero gracias a un simple mo... المزيد

Cuerpo Encadenado, Mente Libre
Un Mundo Lleno de Oportunidades
La Justicia de Atenea
La Chica de Los Ojos Azules
El Precio de Lo Que Decidimos Ser
El Dúo de Oro
A Quién Más Odiamos
Los Deseos de Un Corazón Roto
Juntos, Siempre Y Hasta El Final
Desde las cenizas
El Peso de Nuestra Conciencia
La Voluntad Para Hacer Lo Correcto
Las Dos Caras de Selene
El Único Deseo Es Aprender
Psicología de Masas
(No) Estas Solo
(No) Podes Avanzar
Serás lo que debas ser
Teoría del Gran Impacto
El Precio de Nuestras Decisiones
Tiempos de Odio - Parte I
Bases Para El Futuro
Somos Aquello que Vivimos
El Dolor de Un Pasado Todavía Presente
Una Historia Verdadera
El Poder de Amarte - Parte I
Heridas de Magia Negra
La Voz de La Razón
El Reflejo de Nuestro Corazón
Errores del Pasado
Una Dolorosa Verdad
El Poder de Amarte - Parte II
Tiempos de Odio - Parte II
El Llanto de la Serpiente
Un Nuevo Comienzo
Sueños, Pesadillas y Realidades
El Torneo de Los Tres Magos
Las Maldiciones Imperdonables
Fuerza de Voluntad
El Circulo Que Nunca Se Rompe
Vacíos Legales
Nada Es Verdad, Todo Está Permitido
El Cuarto Poder
Una Noche de Ensueño
Aquello Que Más Valoramos
El Preludio de La Locura
La Sombra
Bautismo de Fuego
El Ultimo Deseo - Parte I
Un Nuevo Año
El Caballo de Troya
La Santa Inquisición
Lucha de Poderes
El Ejército de Hogwarts
Una Muerte En La Familia
Unas Grises Navidades
La Sombra Que Nos Acecha
La Estrella Que Brilla En La Oscuridad
La Fuerza de Coerción
Compresión Empática
Transformaciones, Recuerdos y Secretos
Al Borde de La Desesperación
Carrera Contra El Tiempo
El Muchacho Que Odia...
El Muchacho Que Ama...
El Ultimo Deseo - Parte II
Nobles y Ancestrales Tradiciones
Las Alas de La Libertad
Las Nobles y Ancestrales Familias
La Mano Negra de La Muerte
Protegiendo Lo Que Es Nuestro
Lealtades y Pensamientos
Historias Pasadas - Parte I
Historias Pasadas - Parte II
El Valor de La Información
Historias Pasadas - Parte III
Argumentum Ad Consequentiam
Una Fría Navidad
Historias Pasadas - Parte IV
Una Segunda Resolución
Historias Pasadas - Parte V
Las Consecuencias del Pasado
El Principio del Fin
El Corazón de Luna
Preparaciones Para El Final
Cicatrices Que Continúan
Un Mundo Que Se Acaba
El Mensajero del Fin del Mundo
El Monstruo Que Gritó "Amor" En El Corazón Del Mundo
Cuando Algo Termina, Algo Comienza

Daphne Greengrass

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بواسطة True-Doragonkingu

Disclaimer: Nada de Harry Potter es de mi propiedad, los personajes y todo lo relacionado a la historia canon que pueda aparecer, a excepción de lo creado y modificado por mi persona, pertenecen a J.K. Rowling.

Summary: Harry Potter, un muchacho consciente de la magia, con una gran inteligencia, pero roto por culpa del maltrato de sus parientes. Hasta que por azar del destino, su vida va a cambiar completamente y ya nada va a volver a ser igual.

El Orden Natural de Las Cosas.

Año II

Capítulo XXI

"Daphne Greengrass"

~0~0~

—DIALOGO NORMAL—

—(PENSAMIENTO)—

—"PARSEL"—

~0~0~

Los gritos resonaban por toda la casa, la lustrada madera de la aquella, no muy antigua mansión, permitía que todos los sonidos rebotaran rápidamente en todas direcciones. El golpe había sido fuerte, lo suficiente como para poder tirarla y hacer que cayera sentada. Su mejilla ardía notablemente junto con pequeñas punzadas en la zona del impacto mientras que lentamente se iba coloreando la forma de una mano bien definida.

Una pequeña niña salió corriendo por la puerta trasera de la casa, mientras que su madre comenzaba una fuerte discusión con su padre ante la violencia de su accionar. Corrió rápido y sin llorar. Fue hasta su lugar preferido en el mundo, el único lugar en donde conseguía verdadera paz en los terrenos de aquella mansión.

El lago que estaba en el patio, siempre había sido un lugar de calma. Siempre había disfrutado ver como las cristalinas aguas reflejaban perfectamente el cielo azul, idéntico al azulado color de sus ojos. Sentada en la orilla abrazándose a sus piernas, comenzó a respirar agitadamente tratando de contener las lágrimas. No le iba a dar el lujo de llorar. Ella era fuerte y no iba a permitir concederle el lujo de verla sometida.

Una suave brisa veraniega soplo grácilmente, como si hermosas y pequeñas ninfas soplaran de forma casi susurrante. La calidez del viento golpeo suavemente contra la colorada e hinchada mejilla de la pequeña niña de 8 años, su pelo largo y dorado siguió con un suave movimiento el son de la casi consolante brisa de esa tarde de verano.

A pesar de lo mucho que lo intento, unas grandes y gruesas lágrimas comenzaron a correr por su suave y delicada piel, desencadenando un sollozo que empaño la visión de aquellos azulados ojos. Con una de sus pequeñas manos se tocó el lugar donde su padre la había abofeteado, sin lugar a duda ardía y mucho. Las razones habían de la agresión habían sido extremadamente simples, según el concepto su padre, no entender cuál era su posición y cuál era su función en la sociedad donde viva, en donde las absurdas ideas de una niña de 8 años no tenían cabida, en donde la libertad no existía.

Durante sus primeros años de vida, siempre vio a su padre como un hombre amoroso y sonriente para con ella. A pesar de las miradas molestas y muchas veces de desprecio que tenía con su madre, a ella, su hija, él siempre la había tratado bien y de forma afectuosa e hizo creer desde siempre que Cyril Greengrass, era el hombre más perfecto del mundo.

Su padre, en sus ingenuos e infantes ojos, siempre había parecido un hombre fuerte, inteligente y bueno. Ella lo amaba y quería con locura, hasta el punto de decir que en un futuro quería casarse con un hombre como su padre, sin embargo, con el correr del tiempo, la imagen que tenia de ese hombre fue cambiando drásticamente.

Al principio fueron pequeños insultos e insinuaciones de lo que era, una mujer, algo que, en la sociedad purista, era tratado como de segunda, un objeto con funciones y nada más; un boleto, con el cual muchas veces, tenía la función para ascender socialmente una familia, una vagina, para satisfacer los deseos carnales de los hombres, un útero para engendrar hijos, y por qué no, muchas veces para ser tratadas como simple basura.

Daphne Greengrass era una mujer, una niña, pero era alguien que en un futuro iba a ser comprada al mejor postor para luego casarse con ella y permitirle a la familia Greengrass ascender en las escalas sociales. Al menos, ese era el concepto que le inculcaba todo el tiempo su padre a su intento fallido de hijo.

Aquella niña de 8 años que lloraba profusamente, había salido corriendo de su casa en busca del consuelo que le otorgaba la soledad del lago. Pero, aquel simple consuelo nunca llego, en cambio, nació un coraje y una determinación de contradecir a su padre. Una determinación que la iba a llevar lejos de las maquinaciones de su progenitor. Esa pequeña niña de 8 años odiaba a su padre y en el futuro, no iba a permitir que dominara su vida, iba a seguir la vida que ella quisiera, iba a casarse con quien ella quisiera y esa persona iba a ser diferente al horrible hombre que se hacía llamar su padre.

Cuando Daphne Greengrass conoció a Harry Potter, todo su mundo dio un giro de 180 grados haciendo que cambiara completamente. Un serio, pero divertido chico, algo flacucho, pero con unos hermosos y profundos ojos verdes lo iba a cambiar todo. Era la persona más inusual del mundo, completamente diferente a lo que ella había supuesto que era el heredero de una de las 10 Grandes, Nobles y Ancestrales Familias, completamente diferente a lo que había esperado del niño que vivió, aquel que desterró, cuando era solo un bebe, al Señor Tenebroso a las tinieblas de la muerte.

Harry Potter le presento la proposición más irracional del mundo, cualquier cosa podría haberle preguntado o pedido, menos lo que ese joven y extraño mago hablante parsel le había ofrecido. Ella nunca había confiado en nadie más que en su herma y su madre, el resto eran completamente impensable el solo concepto de entregarles confianza. Sin embargo, ese extraño chico, le prometió lealtad eterna, en las buenas y en las malas, lo único que pedía a cambio era que fuera reciproco, aunque tuvieran que romper todas las tradiciones, estereotipos y hasta el mismísimo orden natural de las cosas. Harry Potter era raro.

Sin embargo, a pesar de todo, acepto y en ese momento todo se cubrió de color, y una forma completamente delirante y hermosa de ver el mundo, nació. Harry era completamente diferente a lo que su padre, cualquier sangre pura o incluso que sus todos sus compañeros eran.

Harry Potter, bajo sus azulados ojos, era perfecto. Era completamente diferente a lo que era la imagen de su padre. En donde su padre era rubio, Harry tenía el pelo completamente negro; a diferencia de la mirada fría y glacial que aquel hombre tenía, los miopes ojos de Harry siempre la miraban de forma cálida y amorosa, sin ninguna malicia ni segunda intención; Su padre tenía una casi albina piel blanca, Harry tenía la piel ligeramente bronceada gracias a las largas horas de jugar quidditch y eso a ella, le fascinaba. Harry, su Harry, era todo lo contrario a todas las figuras paternas y estereotipos de hombre que conocía. Donde los otros eran altaneros y orgullosos, su amigo era honorable y valiente. Mientras los demás sonreían de forma irritante y presuntuosa, Harry lo hacía con una sonrisa dulce y amorosa. Una sonrisa que era solo para ella. A lo largo de su vida entendió que a los demás no les importaba verla en el suelo, sino, que no arruinara su nombre ni su reputación, en cambio Harry iba a correr a su lado y a ayudarla sin importar las consecuencias. Él era todo lo que ella quería, era todo lo que ella amaba...

~0~0~

Las palabras de Harry todavía resonaban en su cabeza y mientras lo veía caminar con dirección a la salida, las lágrimas comenzaron a formarse en sus azulados ojos. Cuando vio como la puerta se cerró, un dolor profundo comenzó a sentirse en su pecho, pero se negaba a creer lo que pasaba, se negaba a creer que la persona que la hacía suspirar, que la hacía levantarse todas las mañanas, la abandonara de esa forma.

Daphne sabia como era Harry, él nunca la iba a abandonar de esa forma de un día para el otro, se negaba a creer que la persona que amaba fuera todo lo contrario a lo que ella siempre creyó. No, ella sabía cómo era él. Él no le iba a hacer todo esto sin ninguna razón que lo superara. Ella estaba segura que era eso. Sin embargo, dolía, dolía mucho lo que él estaba haciendo.

La misma determinación que apareció cuando tenía 8 años volvió y ante la anonadad vista de Minerva McGonagall que estaba completamente inmóvil y sorprendida. Daphne Greengrass comenzó a destaparse a pesar de lo que golpeada y lastimada que estaba. Con gran esfuerzo puso un pie en el frio suelo de piedra que tenía la enfermería, apoyando su peso sobre la planta, movió la otra pierna y se puso de pie con algo de esfuerzo. Las pociones no habían terminado de hacer efecto aún. Su determinación era mucho más grande que su dolor, no le iba a permitir a Harry que se fuera de esa forma, no le iba a permitir que la dejara de esta forma.

Con toda su fuerza de voluntad, Daphne, agarrándose y sintiendo un fuerte dolor en los músculos intercostales, comenzó a caminar hacia la puerta. Cuando llego a su objetivo abrió lentamente y salió ante la vista y de la inmóvil Minerva McGonagall.

Todo el lugar estaba oscuro, la brisa de verano golpeo la golpeada cara de Daphne, sin embargo, no le importo el dolor. Su vista se posó al frente y con un brillo de determinación y coraje en sus ojos grito con toda la fuerza que pudo.

—¡NO TE VOY A PERMITIR QUE ME HAGAS ESTO HARRY POTTER! —gritó mientras continuaba llorando —. ¡NO DESPUES DE TODA LAS COSAS QUE PASAMOS!

Harry caminaba lentamente, había tocado fondo, nunca se había sentido tan miserable en su vida, el mundo era injusto con él. Parecía empecinado en no permitirle nunca disfrutar ni tener nada. Tenía padres y estos morían, tenía amigos y tenía que dejarlos para que no murieran por su culpa. Las palabras de Tom Ryddle todavía resonaban en su mente y lo torturaban lentamente.

—(...Te prometo que te voy a quitar todo lo que amas, todo lo que verdaderamente te importa te lo voy a arrebatar y cuando... no te quede nada, me vas a suplicar que te mate...) —pensó Harry con amargura —. Pero ya no tengo nada, ya no va poder, cuando venga no va a usar nada en contra mío... Están más seguras así... —dijo casi en un susurro.

Voldemort iba a volver, lo iba a seguir intentando, lo había intentado dos veces y no se iba a rendir... y cuando llegara el momento iba a tener que enfrentarlo con todo lo que tuviera. Sin embargo, un grito resonante, que retumbo por todo el pasillo, lo sacó de sus pensamientos. Harry se dio vuelta y la vio, Daphne sollozaba fuertemente mientras lo miraba con los ojos fijos en los suyos. Harry completamente sorprendido, se giró y abrió grande los ojos ante lo que tenía enfrente.

—¡No te lo voy a permitir Harry, no te voy a dejar que me hagas esto! —volvió a gritar, pero ahora mucho más bajo —. No te voy a dejar que me corras a un lado, no después de todas las cosas que pasamos juntos...

Harry no pudo decir absolutamente nada, se quedó completamente estático y sin saber qué hacer. Daphne comenzó a caminar lentamente mientras se agarraba las costillas con una mano. Sus lágrimas caían violentamente, pero sus ojos no se separaban de su objetivo, no se separaban de los ojos de la persona que amaba. Solo le faltaban un par de metros, pero sus piernas trastabillaros, se preparó para la caída, pero esta nunca llego. Harry la había agarrado antes de que se cayera, Se rio hacia a adentro de la ironía, no importaba cuando ella intentara alejar, él la iba a seguir protegiendo.

Daphne se agarró lo más fuerte que pudo del cuerpo de Harry, no lo iba a dejar ir, no le iba permitir que la dejara de esta forma, no sin una explicación.

—Daphne... deberías estar descansando en la enfermería... —dijo Harry en forma susurrante.

—¿Por qué?... ¿Por qué me haces esto? —preguntó Daphne llorando.

—Daphne...

—Explícame por favor —dijo Daphne en tono de súplica —. No te voy a dejar ir si no me explicas porque estás haciendo todo esto, me lo debes, después de todo lo que pasamos... Después de todas las cosas que pasamos juntos no me dejes de esta forma... Por favor Harry. —volvió a hablar de forma suplicante.

Harry no dijo nada, sintió como el agarre de Daphne era más fuerte, lo estaba abrazando, había apoyado su mejilla en su hombro y comenzó a sentir las lágrimas mojarlo.

—Harry... Por favor. —dijo Daphne sollozando con amargura y tristeza.

Harry suspiro profundamente y abrazo a Daphne. Ella sintió como la rodeaba a los brazos y relajo su agarre que tenía. Harry sintió como los brazos de Daphne se habían relajado movió su cabeza hasta que su boca quedara en su oreja y en un susurro dijo.

—Porque te amo.

El tiempo se detuvo con esas sencillas palabras. Daphne abrió grande los ojos, sus lágrimas se habían detenido y su boca se abrió ligeramente, sentía los labios secos y su cuerpo comenzó a temblar ligeramente

—Si yo dejo que te quedes conmigo... Que sigas a mi lado, te voy a seguir poniendo en peligro... Y..., no quiero, ni te mereces que te ponga en un peligro innecesario... Voldemort va a intentar volver, intento volver con el diario, lo va a volver a intentar... y si se llega a enterar que estoy enamorado de vos... te va a poner al principio de la lista y te va a lastimar, solo para lastimarme... En la cámara dijo que se iba a vengar por lo que paso cuando era un bebe... y que me iban a quitar todo lo que más amo... Y no quiero perderte... —dijo Harry con la voz entrecortada —. Po-por eso no puedo dejarte que te quedes al lado mío.

Daphne se alejó un poco y lo miro, los tristes ojos de su amigo, con un mirada dulce y amable. Con una sonrisa puso una mano en la mejilla de Harry y lo acaricio suavemente.

—Yo también te amo Harry... somos un equipo, somos el Dúo de Oro ¿Te acordas?... lo podemos resolver juntos, no te voy dejar que te sacrifiques solo Harry... yo te voy a proteger, te voy cubrir la espalda... como hacemos siempre. —dijo sonriéndole y comenzando a llorar lentamente.

El labio inferior de Harry comenzó a temblar lentamente, se mordió intentando controlar sus emociones, pero las lágrimas comenzaron a salir sin control. En silencio y ante la vista de Daphne, Harry lloro amargamente por todas sus penas, lloro por haber perdido todo, lloro por tener miedo a perder lo poco que tenía, lloro por todo el dolo que tenía, lloro por lo injusta que había sido su vida. Harry lloro como nunca lo había hecho. Ella lo abrazo de forma reconfortante y descanso su adolorido rostro en el hombro de Harry.

El tiempo paso, segundo, minutos, horas, el tiempo no se movía para ambos. Cuando Harry dejo de llorar, Daphne lo volvió a mirar a los ojos y a acariciar reconfortantemente la mejilla mientras le sonreía. En silencio y sin romper el contacto visual con Harry, Daphne bajo la mano de la mejilla de su amigo y lentamente ambas manos fueron hasta los hombros del chico. Lentamente lo rodeo con los brazos por el cuello y comenzó a romper la distancia entre ambos rostros. Harry sin dejar de abrazarla también se comenzó a acercarse, lentamente sus labios fueron reduciendo la distancia.

Todo se movía en cámara lenta, ambos podían sentir la respiración del otro sobre sus labios, Daphne se relamió los labios y lentamente fue cerrando los a medida que la distancia se iba acercando a cero. Harry rompió los últimos centímetros que quedaban.

De forma simple ambos se besaron sin hacer ningún movimiento, lentamente Harry entrelazó los labios de ambos y comenzaron a besarse de forma lenta y amorosa. A pesar de que ambos eran algo torpes e inexpertos, las sensaciones florecieron como un millar de flores en primavera, Daphne sin romper el amoroso y gustoso beso llevo una de sus manos a la nuca de Harry y comenzó, suavemente a acariciar el desordenado y negro pelo de de su amigo, mientras sentía como los mechones de este pasaban a través de sus dedos. Harry lentamente la acerco más a su cuerpo rompiendo la distancia a medida que el beso se iba haciendo todavía más profundo y dulce. El aire se hizo reclamar y ambos se separaron sin dejar de mirarse, Daphne se relamió ligeramente los labios y sonrió tontamente. Harry también sonrió de igual forma y la volvió a besar, pero esta vez mucho más suavemente.

El viento, en la inmensidad de esa noche de mediados de junio, había sido testigo, de forma susurrante y hasta cómplice de la declaración de amor de ambos.

~0~0~

Harry lentamente la ayudo a caminar a Daphne con dirección nuevamente a la enfermería, a lo lejos, en la puerta, Minerva McGonagall los miraba con una sonrisa, no dijo nada, pero había sido testigo del amor de sus estudiantes.

—Bueno... parecer ser que las cosas se solucionaron, ¿No es así Señorita Greengrass? —preguntó Minerva de forma cómplice guiñándole el ojo y dejando a ambos pasar. Daphne asintió con una sonrisa y con ayuda de Harry se volvió a recostar en la camilla —. Señor Potter creo lo mejor es que vaya a bañarse, en la cama tiene uno de sus piyamas.

—Si Minnie. —respondió con una sonrisa.

—Después va a poder hablar tranquilamente con Daphne de bueno... lo que quieran hablar... —volvió a hablar divertida. Ambos se sonrojaron fuertemente y sonrieron. Harry se dio vuelta, agarro su ropa de noche y comenzó a caminar hasta la puerta, cuando estaba por irse, miro hacia a atrás y su vista se conectó con la de Daphne, ambo sonrieron tontamente.

Cuando Harry se fue Minerva volvió a mirar y con una sonrisa cómplice miro a su alumna que no decía nada, pero tenía una sonrisa boba y una cara de total satisfacción. Daphne miraba al techo y suspiraba mientras miraba al techo y cada tanto reía tontamente. Su primer beso había sido con la persona que quería, de forma mágica y fue mejor de lo que había podido imaginar.

—Parece ser que Harry besa muy bien... —dijo McGonagall divertida, Daphne la miro con los ojos completamente abiertos, sus mejillas se tiñeron todavía más de un rojo sangre.

—Mmm... es que... mmm...

—No hace falta que lo digas, lo veo en tu cara —respondió Minerva divertida a los balbuceos de Daphne —. Estuvo a punto de caerse, ¿No? —Daphne se puso seria.

—Sí —respondió Daphne —. Voldemort lo amenazo con lastimarme en un futuro para hacerle daño... —dijo sin dejar de ver a la profesora.

—Prometeme que lo vas a cuidar, sé que lo suyo no debería ser más que un simple enamoramiento, pero creo que ambos tienen sentimientos más profundos de lo que parece, sentimientos que no es normal ver en dos personas de 12 años casi 13. Harry es una buena persona, sacrifico y sufrió mucho, no lo dejes solo. —respondió Minerva en voz baja.

—Te lo prometo, yo lo amo, no lo voy a dejar. —Minerva sonrió y se acercó a Daphne y la abrazo suavemente.

—Gracias... —dijo la vieja mujer al odio de su alumna.

Harry volvió completamente limpio, con su piyama puesto y una sonrisa radiante en la cara. Minerva se había ido hacía ya un rato. Se acercó a la cama en la que Daphne estaba acostada y ambos se miraron fijamente. Los dos se sonrieron. Las pociones finalmente habían comenzado a tener efecto y habían hecho que Daphne recuperara algo de color y redujera ligeramente la hinchazón en la cara.

Daphne lo miraba expectante, Harry se sentó en el borde de la cama, al lado de ella. Sonrió cuando en las mejillas del chico, finamente alumbradas por la luz de la luna, se tiñeron ligeramente.

—Daph. —llamó Harry, Daphne lo miro fijamente.

—¿Si, Harry? —pregunto con dulzura y suavidad.

—¿Te gustaría ser mi novia? —preguntó Harry en voz baja.

—Si... si quiero. —respondió Daphne con una sonrisa en la cara, lentamente Harry se inclinó y la beso nuevamente.

—Te amo Daphne. —dijo rompiendo el beso.

—Ya también te amo. —respondió Daphne con una sonrisa. Pero esta se borró de inmediato de la cara —. Oh no, ¿Te imaginas como se van a poner todos cuando se enteren que una Slytherin y un Gryffindor son novios? Eso sin lugar a duda va a ser una bomba. —Harry comenzó a reírse.

—Van a tener que acostumbrarse, porque no le voy a dejar a nadie que te aleje de mí.

—Te tomo la palabra. —dijo Daphne divertida.

~0~0~

Harry abrió lentamente los ojos, sentía como el aire rozaba ligeramente su cara. Lo primero que vio fue un cielo perfectamente azul, giro la cabeza a la derecha y vio una flor amarilla, la giro a la izquierda y había otra flor amarilla. Se sentó, estaba en el prado de sus sueños, sobre el campo de tulipanes amarillos. Suspiro hondo y sonrió. Esta vez no había tormenta, no era de noche, sus manos no estaban envueltas en sangre. Solo estaba él, las flores idénticas al pelo de su novia y el cielo azul... idéntico a los ojos de ella... siempre había sido ella.

Harry se dejó caer y cerró los ojos con una sonrisa en los labios. Por primera vez estaba en paz.

Cuando se despertó lo primero que vio fue el techo de la enfermería, había sido una noche larga la de ayer, pero muy gratificante, giro la cabeza y vio a Daphne que estaba sentada al lado suyo mirándolo fijamente. Sus mejillas estaban coloreadas y tenía una diminuta sonrisa en sus labios, idéntica si estuviera haciendo una travesura.

—Hola. —dijo Daphne de forma sencilla sin dejar de mirarlo.

—Hola, ¿no deberías estar acostada después de que un basilisco te golpeara?

—Sí, pero te ves muy lindo cuando dormís. —respondió sonriendo, Harry miro hacia el otro lado mientras un sonrojo comenzaba a aparecer. Daphne rápidamente fue al otro lado de la cama y lo vio sonrojado —. Te sonrojaste. —dijo divertida. Harry volvió a mirar para el otro lado.

—No.

—Sí, si lo hiciste —dijo volviendo a ir al otro lado de la cama —, no te preocupes, te ves lindo cuando te sonrojas. —volvió a decir acercándose y dándole un beso.

—¿Qué hora es?

—Las diez de la mañana.

—¿Queres ir a desayunar? —preguntó sentándose en la cama —. Hay que mostrarnos al mundo, seguro que mucho se lamentan de que no me mato el basilisco. —Daphne se rio ante la idea de cómo reaccionarían todos por el hecho de que ahora era novios, pero poco importaba.

Todos estaban en el gran comedor, los murmullos eran resonantes, pero cuando las dos grandes puertas de la entrada se abrieron y el Dúo de Oro entro con sus manos juntas y sus dedos entrelazados, el silencio se hizo atronador. Minerva McGonagall miro con una sonrisa a sus alumnos, ambos en silencio caminaron hasta la parte de adelante de la mesa de Gryffindor, se sentaron como lo habían hecho siempre y entre risas y charlas comenzaron a desayunar.

—Bien supongo que es hora de hacer algunos anuncios —comenzó a hablar Minerva McGonagall —. Esta noche, va a estar terminada la poción de mandrágoras y quienes estaban petrificados, van a volver a la normalidad, por eso vamos a celebrar un banquete en honor a ellos. A demás se va a premiar con el Premio por Servicios Especiales al Colegio a Harry Potter y a Daphne Greengrass por haber resuelto todo este infortunio.

Harry y Daphne habían estado presentes en varios banquetes de Hogwarts, pero en ninguno como este. Todos iban en piyama, y la celebración duró toda la noche. Harry sonrió cuando una Luna en un camisón rosado con mariposas violetas entro dando saltitos entro en el gran comedor. En cuanto los vio salió corriendo como un misil a donde estaban sus amigos saltando en encima de ambos con un gran abrazo.

—Lo consiguieron. —dijo con una gran sonrisa para después soltar el abrazo.

—Sí, pero vos lo habías resuelto antes. —dijo Harry, Luna sonrió divertida.

—Potter... Harry, nos queremos disculpar. —dijo Justin junto con una comitiva de Hufflepuff, al costado estaba Ernie Macmillan que miraba triste. Harry suspiro, Daphne le agarro la mano.

—Está bien... están todos perdonados. —respondió Harry derrotado tendiéndoles la mano. Cuando los Hufflepuff se fueron Daphne se puso de puntitas de pie y le dio un beso en la mejilla. Luna miro con una ceja alzada esta escena.

—Creo que me perdí de algo... —Daphne soltó a Harry y tirando del brazo a Luna se la llevo otro lugar. Harry solo pudo escuchar grititos y saltos de ambas mujeres. Comenzó a caminar fue interceptados por dos brazos que lo rodearon por lo hombros.

—Harry, Harry, Harry, en agradecimiento... —lo dieron vuelta y ahí estaban todos los Weasley incluido Ronald —. ...Te condecoramos como Weasley honorario y tenes un descuento en nuestra tienda de artilugios. —terminaron los gemelos. Harry respondió con una sonrisa.

—Quiero anunciar que, como obsequio para los estudiantes, vamos a prescindir de los exámenes finales. Y además que Gilderoy Lockhart no va a volver a enseñar el próximo año debido su fuga de Hogwarts en momentos de crisis.

Todos los alumnos y hasta algunos maestros gritaron alegremente.

Los últimos días del trimestre fueron tranquilos, las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras se suspendieron y Lucius Malfoy había sido expulsado del consejo escolar. Draco ya no iba jactándose de la posición de su padre como si fuera el dueño del colegio. Por el contrario, parecía resentido y todo el tiempo se iba quejando por los pasillos.

Cuando salieron del expreso de Hogwarts Luna los arrastro de la mano a ambos hasta donde estaba su padre.

—Papá, te quiero presentar a Harry Potter y Daphne Greengrass. Mis mejores amigos. —dijo con una dulce sonrisa. Xenophilius Lovegood le tendió la mano alegre a ambos.

—Oh es un verdadero placer conocerlo. Luna me hablo mucho de ustedes, les agradezco infinitamente que cuiden a mi hija y que sean sus amigos.

—El placer es nuestro Señor Lovegood. —dijo Daphne.

—Oh por favor solo Xeno. —respondió alegremente.

—Déjenme presentarles a mi mamá y mi hermana. —comentó Daphne al ver a Valery.

La joven Slytherin los guio y cuando vio a su hija agarrada de la mano de Harry levanto la ceja con una media sonrisa de complicidad.

—Creo que tu hermana tiene algunas cosas que explicarme. —dijo divertida a Astoria mientras esta se reía.

—Mamá, ellas es Luna Lovegood y su padre Xenophilius Lovegood. —dijo presentándolos.

—Es un placer conocer. —respondió cortésmente. Luna y su padre sonrieron.

—Papá creo que lo mejor va a ser que nos vayamos, creo que Daphne tiene algunas cosas que explicar —comentó divertida arrastrando a su padre que miraba confundido —. Les voy a escribir durante el verano. —dijo en la lejanía.

—Bueno... creo que tienen algo que contarme. —dijo mientras veía como su hija se sonrojaba.

—Harry y yo estamos saliendo... —respondió en voz baja.

—¿Qué?, no escuche bien. —preguntó Valery con una sonrisa burlona.

—Que Harry y yo somos novios. —dijo claramente totalmente colorada. Harry se comenzó a reír al igual que Valery y Astoria.

—Los felicito a ambos. —comentó alegremente, guiñándole un ojo a Harry.

Harry miro el gran reloj que estaba en uno de los pilares del andén 9 y 3/4, ya era hora de volver a la casa de sus tíos. Suspiro algo abatido.

—Tengo que irme, pero podemos vernos en el verano. —dijo Harry mirando a Daphne. Ella asintió con una sonrisa.

Harry saludo a Astoria con un beso en la mejilla, después a Valery. Cuando llego el turno de Daphne, sonrió, le puso una mano en la mejilla y le dio un dulce y suave beso. Se alejó ligeramente y la volvió a dar un beso, pero mucho más rápido.

Harry se alejó lentamente hasta desaparecer. Daphne había quedo completamente atontada y con una sonrisa tonta en los labios. Valery se rio de la expresión de su hija y comenzó a caminar hacia la red flu que había en el andén seguida por una atontada Daphne y una Astoria que se ría a todo pulmón de su hermana.

Fin de La Segunda Parte.

El próximo capítulo esta titulado: " Tiempos de Odio - Parte I"

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