Obsoleto - El Orden Natural D...

By True-Doragonkingu

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Harry Potter tuvo una infancia miserable por culpa de sus tíos y ahora esta roto, pero gracias a un simple mo... More

Cuerpo Encadenado, Mente Libre
Un Mundo Lleno de Oportunidades
La Justicia de Atenea
La Chica de Los Ojos Azules
El Precio de Lo Que Decidimos Ser
El Dúo de Oro
A Quién Más Odiamos
Los Deseos de Un Corazón Roto
Juntos, Siempre Y Hasta El Final
Desde las cenizas
El Peso de Nuestra Conciencia
La Voluntad Para Hacer Lo Correcto
Las Dos Caras de Selene
El Único Deseo Es Aprender
Psicología de Masas
(No) Estas Solo
(No) Podes Avanzar
Serás lo que debas ser
El Precio de Nuestras Decisiones
Daphne Greengrass
Tiempos de Odio - Parte I
Bases Para El Futuro
Somos Aquello que Vivimos
El Dolor de Un Pasado Todavía Presente
Una Historia Verdadera
El Poder de Amarte - Parte I
Heridas de Magia Negra
La Voz de La Razón
El Reflejo de Nuestro Corazón
Errores del Pasado
Una Dolorosa Verdad
El Poder de Amarte - Parte II
Tiempos de Odio - Parte II
El Llanto de la Serpiente
Un Nuevo Comienzo
Sueños, Pesadillas y Realidades
El Torneo de Los Tres Magos
Las Maldiciones Imperdonables
Fuerza de Voluntad
El Circulo Que Nunca Se Rompe
Vacíos Legales
Nada Es Verdad, Todo Está Permitido
El Cuarto Poder
Una Noche de Ensueño
Aquello Que Más Valoramos
El Preludio de La Locura
La Sombra
Bautismo de Fuego
El Ultimo Deseo - Parte I
Un Nuevo Año
El Caballo de Troya
La Santa Inquisición
Lucha de Poderes
El Ejército de Hogwarts
Una Muerte En La Familia
Unas Grises Navidades
La Sombra Que Nos Acecha
La Estrella Que Brilla En La Oscuridad
La Fuerza de Coerción
Compresión Empática
Transformaciones, Recuerdos y Secretos
Al Borde de La Desesperación
Carrera Contra El Tiempo
El Muchacho Que Odia...
El Muchacho Que Ama...
El Ultimo Deseo - Parte II
Nobles y Ancestrales Tradiciones
Las Alas de La Libertad
Las Nobles y Ancestrales Familias
La Mano Negra de La Muerte
Protegiendo Lo Que Es Nuestro
Lealtades y Pensamientos
Historias Pasadas - Parte I
Historias Pasadas - Parte II
El Valor de La Información
Historias Pasadas - Parte III
Argumentum Ad Consequentiam
Una Fría Navidad
Historias Pasadas - Parte IV
Una Segunda Resolución
Historias Pasadas - Parte V
Las Consecuencias del Pasado
El Principio del Fin
El Corazón de Luna
Preparaciones Para El Final
Cicatrices Que Continúan
Un Mundo Que Se Acaba
El Mensajero del Fin del Mundo
El Monstruo Que Gritó "Amor" En El Corazón Del Mundo
Cuando Algo Termina, Algo Comienza

Teoría del Gran Impacto

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By True-Doragonkingu

Disclaimer: Nada de Harry Potter es de mi propiedad, los personajes y todo lo relacionado a la historia canon que pueda aparecer, a excepción de lo creado y modificado por mi persona, pertenecen a J.K. Rowling.

Summary: Harry Potter, un muchacho consciente de la magia, con una gran inteligencia, pero roto por culpa del maltrato de sus parientes. Hasta que por azar del destino, su vida va a cambiar completamente y ya nada va a volver a ser igual.

El Orden Natural de Las Cosas.

Año II

Capítulo XIX

"Teoría del Gran Impacto"

~0~0~

—DIALOGO NORMAL—

—(PENSAMIENTO)—

—"PARSEL"—

~0~0~

Harry espera pacientemente fuera del castillo, la nieve caía lentamente dando a todo el lugar un ambiente extremadamente hermoso y grácil. A lo lejos, vio como unos carruajes tirados por un caballo negro y decrepito cada uno se asomaban por el bosque. Lentamente se fueron acercando y cuando estuvieron todos detenidos los alumnos, que retornaban de las micro vacaciones, comenzaban a entrar al castillo escapando del frio de diciembre.

Harry no muy lejos diviso a tres largas y rubias cabelleras, que de forma delicada, mientras reían, bajaban de uno de los carruajes y comenzaban a caminar. Rápidamente una de las cabelleras se alejo de las otras y de forma rápida fue corriendo a donde él estaba. Daphne cuando llego, rápidamente se abrazo a Harry y escondió su rostro en el cuello del muchacho. Harry le devolvió el abrazo.

—Yo también te extrañe. —dijo Harry divertido.

Dos semanas después de que los estudiantes habían vuelto y las cosas habían vuelto a una relativa normalidad, sin embargo los Hufflepuff seguían convencidos de que Harry era el heredero y se había delatado durante el club de duelo.

Harry y Daphne caminaban con dirección a la biblioteca de Hogwarts, habían quedado con Luna para estudiar después del último periodo. Mientras subían por las escaleras en el primer piso, escucharon por las escaleras un estallido de cólera que venía de la planta superior.

—Es Filch —dijo Daphne —, ¿Habrá habido otro ataque?

Rápidamente ambos subieron y se quedaron inmóviles mirando.

—... ahora tengo más trabajo. ¡Limpiar toda la noche, como si no tuviera otra cosa que hacer! No, esta es la gota que colmo el vaso, esto lo tiene que saber Dumbledore.

Se escucharon sus pasos fuertes que se iban escuchando mas suavemente mientras que Filch se alejaba en la distancia y al final escucharon un portazo en la lejanía.

Asomaron la cabeza por la esquina. Era evidente el disgusto, Filch había está cubriendo su habitual puesto de vigía; en donde habían petrificado a la Señora Norris, y había encontrado todo el pasillo cubierto de agua, está, parecía continuar saliendo por debajo de los baños de Myrtle La Llorona. Cuando los gritos de Filch habían parado, se podían escuchar con claridad los gemidos de Myrtle rebotando en los azulejos de los baños.

—¿Qué le habrá pasado? —preguntó Harry.

—No sé, vamos a ver y de paso te voy a mostrar como las chicas orinamos. —dijo con conteniendo la risa acordándose del chiste de Luna.

Harry se comenzó a reír mientras se tapaba la boca. Cuando dejaron de reírse entraron. Caminando lentamente sobre el agua, para evitarse mojar su ropa más de lo necesario, llegaron a la puerta que decía (No funciona) y, haciendo caso omiso al cartel abrieron.

Myrtle lloraba, si se podría decir, con más ganas y más fuerza que nunca. Parecía estar metida en su retrete habitual. Los baños estaban oscuros, gracias a que las velas se habían apagado con la enorme cantidad de agua que había en el suelo y las paredes.

—Hola, Myrtle, ¿Qué paso? —preguntó Harry de forma suave y dulce.

—¿Quién es? —preguntó Myrtle, con tristeza y haciendo ruidos en el agua y lo miro —. ¿Vienen a tirarme cosas?

—¿Por qué haría eso? —preguntó Harry acercándose al retrete.

—¡No sé! —gritó Myrtle saliendo del retrete salpicando todo nuevamente —. Estoy acá, intentando sobrellevar mis propios problemas, y todavía hay alguno que piensa que es divertido tirarme un libro...

—Pero si alguien te tira algo, no te puede doler —razonó Harry —, quiero decir, te atraviesa, ¿no? —Daphne le golpeo las costillas en forma de reproche.

Había metido la pata. Myrtle se sintió ofendida y grito:

—¡Vamos a tirarle libros a Myrtle, no puede sentirlo! ¡Diez puntos al que le da al estomago! ¡Cincuenta puntos al que le traspasan la cabeza! ¡Bien, ja, ja, ja, ja! ¡Qué juego tan divertido, bueno, para mí no lo es!

—Myrtle, ¿Quién te tiro un libro? —preguntó Daphne.

—No se... Estaba sentada en el sifón, pensando en la muerte, y me dio en la cabeza —dijo Myrtle, mirándolos —, está ahí, todo mojado.

Harry y Daphne miraron debajo de un lavado, donde señalaba Myrtle. Había un libro, no muy grande y delgado, que tenia las tapas desgastadas y de color negro.

Harry miro por un momento el libro y lo agarro.

—¿Pasa algo? —preguntó Daphne mirando la cara de Harry.

—No... no, solo se siente raro. Se siente igual, al caldero de Ginny Weasley, la vez que nos encontramos con Lockhart la primera vez.

Harry dio vuelta el libro y vio la fecha, era un libro con cincuenta años de antigüedad. Lo abrió intrigado.

—T.M. Ryddle. —leyó en voz alta.

—Yo sé quién es, está en la lista de honor de Slytherin, era prefecto, premio anual y gano el premio por Servicios Especiales al Colegio. —comentó Daphne.

—¿Lista de honor?

—Sí, es una lista con los estudiantes más destacables de toda la historia de Slytherin, como Merlin, Elizabeth Burke, el Profesor Snape o este Tom Ryddle. —respondió Daphne

Harry ojeo las paginas rápidamente, estaban todas completamente vacías

—No llego a escribir nada. —dijo Harry intrigado.

—Es raro, quien querría tirarlo.

Harry volvió a mirar las tapas del cuaderno y vio impreso el nombre de Quisco Vauxhall, Londres.

—Debía ser de familia muggle. Lo compro en el mundo muggle.

—Eso sería raro, un nacido muggle en Slytherin... —respondió Daphne.

Harry no dijo nada más y guardo el diario en el bolsillo de su túnica.

—Podría tener poderes ocultos. —dijo Luna agarrando corriendo sus cosas que estaban sobre la mesa de la biblioteca y mirándolo de cerca.

—Si los tiene, los oculta muy bien —dijo Daphne —, sin embargo Harry dice que tiene algo especial. —Luna levanto una ceja mirando a Harry.

—Por ser un arcanista tengo una sensibilidad mayor a la magia, si me concentro puedo sentir las firmas mágicas de todo lo que me rodea, el libro tiene algo raro, pero...

Harry ante la vista de sus amigas con un movimiento de mano hizo flotar el libro, extendió la mano y la dio vuelta. El libro comenzó a flotar en la palma de su mano. Cerró los ojos y se concentro. Ante la atónita vista de sus amigas, Harry comenzó a liberar magia y algo que nunca había pasado, ocurrió.

Entre la palma de la mano de Harry el libro, un punto verde apareció. Este punto comenzó a moverse dejando tras de sí una línea verde mientras formaba una circunferencia. El punto de luz verde siguió el perímetro de la circunferencia tres veces. Cuando termino de dar las tres vueltas el punto desapareció.

El perímetro de la circunferencia de aproximadamente 2 centímetros de diámetro brillo y se comenzó a mover revelando otros tres círculos que también se movían al mismo tiempo. Los tres círculos se alejaron entre si dejando 10 centímetros de distancia entre uno y otro, hasta detenerse, formando un triangulo imaginario. De cada una de las líneas de los círculos apareció un nuevo círculo externo paralelo; en cuanto las tres circunferencias fueron rodeadas dos pares de líneas paralelas salieron uniéndolos hasta forma un triangulo perfecto con los círculos dobles como puntas. De la mitad de los círculos aparecieron dos nuevos pares de líneas paralelas se unieron entre sí, formando un circulo interrumpido por las circunferencias originales.

Daphne y Luna miraban completamente sorprendidas lo que estaba pasando hasta que vieron como dentro de las tres circunferencias se formaron un hexagrama en cada una. Dentro de los hexagramas se formaron un triangulo en cada uno de esto dejando un vértice de espacio entre lado y lado de las figuras triangulares. Dentro de estas figuras triangulares aparecieron tres símbolos, Lambda, Pi y Omega. Escritos en runas comenzaron a aparecer sobre las líneas paralelas circulares más grandes.

—Ha-Harry, ¿Q-qué estás haciendo? —preguntó Daphne sorprendida.

Harry abrió los ojos y vio anonadado lo que había hecho. Movió su mano y se miro la palma y el sello desapareció.

—Supongo que tiene algo que ver con ser un arcanista. —dijo Luna pensativa mostrando el dibujo que había hecho del sello que Harry había generado.

—Yo... no sé qué es lo que hice, solo pensé en usar mi magia en el libro, pero no pude hacerle nada —Harry rápidamente agarro el libro que había caído en la mesa y lo abrió en la primera página. Saco su varita y apunto —. Aparecium. —Dijo.

—Tinta invisible no es por la forma. —comentó Daphne.

—¿Qué sabemos hasta ahora? —preguntó Luna mirando el libro.

—Sabemos que hace 50 años abrieron la cámara de los secretos y fue expulsada una persona. Tom Ryddle hace 50 años gano el premio por Servicios Especiales del Colegio. Puede ser que Tom Ryddle haya atrapado al heredero de Slytherin en ese momento. Si hizo esto, entonces debería saber dónde está la cámara, que es lo que hay dentro y como combatirlo.

—Este cuaderno tiene una firma mágica muy poderosa, demasiado para ser magia residual. Por eso existe la posibilidad que este cuaderno tenga algún secreto.

Luna no dijo nada solo se quedo pensativa. A pesar de lo que pudieran decir de ella, era una Ravenclaw y como tal su mente estaba funcionando a plena potencia, tenían las pistas y el camino, pero no como ordenarlo.

El sol había comenzado a brillar nuevamente sobre Hogwarts, los días pasaron tranquilamente y al no haber habido ataques desde el que hubo contra Justin y Nick Casi Decapitado, las personas parecían mucho más optimistas y relajadas, y a la Señora Pomfrey le encanto anunciar que las mandrágoras se estaban volviendo taciturnas y reservadas, lo que quería decir que rápidamente dejarían atrás la infancia.

Gilderoy Lockhart estaba convencido de que era él el que había puesto freno a los ataques. Harry escucho un día como Lockhart le decía a McGonagall mientras los Gryffindor caminaban hacia la clase de Transformaciones.

—No creo que volvamos a tener problemas, Minerva —dijo, guiñando un ojo y dándose golpecitos en la nariz con el dedo, con aire de experto —. Creo que esta vez la cámara se va a quedar bien cerrada. Los culpables se dieron cuenta de que en cualquier momento yo podría agarrarlos y fueron lo bastante inteligentes para detenerse ahora, antes de que los encontrara... Lo que ahora necesita el colegio es una inyección de moral, ¡Para barrer los malos recuerdos del trimestre anterior! No te digo nada mas, pero creo que se que es exactamente lo que los alumnos necesitan. —terminó volviendo a tocarse la nariz y se alejo con paso decidido.

Minerva respiro pesadamente y se dio cuenta como Harry lo miraba con lastima.

—Adentro, la clase esta por empezar. —dijo mirando a Harry.

—Tranquila profesora todo va a estar bien...

~0~0~

El 13 de febrero llego y Daphne y Harry tenían cosas muy importantes por hacer, el día anterior le habían dicho a Luna que comenzara a desayunar antes que ellos, porque se iban a retrasar un rato.

Luna estaba desayunando sola y tranquilamente alejada de todos en la mesa de Ravenclaw, hoy era un día especial, su cumpleaños, iba a ser su primer cumpleaños lejos de su padre, desde que Pandora Lovegood, una bruja nacida muggles; su madre, había muerto cuando tenía 9 años, solo pasaba las fiestas con su padre.

Harry y Daphne entraron en el salón. En las manos de Harry había un pastel de chocolate que decía Feliz Cumpleaños Luna. Caminaron, ante la atenta mirada de todos los estudiante y algunos maestros que los miraban intrigados, hasta donde estaba Luna. Ella cuando los vio abrió grande los ojos, Harry puso el pastel delante de Luna y ambos se sentaron a cada lado.

Harry con un chasquido de dedos prendió la vela que esta encima del pastel y los dos al mismo tiempo y sin que les importase que los demás miraran comenzaron a cantar el feliz cumpleaños.

—Feliz Cumpleaños Luna. —dijeron al mismo tiempo cuando terminaron y Luna había soplado la velita de cumpleaños.

Mientras que la abrazaba por cada lado, en la cara de Luna apareció una hermosa pero tímida sonrisa, sus mejillas se sonrojaron y sus orbes grises adquirieron un brillo de pura felicidad. Miro hacia abajo avergonzada por las muestras de cariño que expresaban sus dos mejores amigos. Daphne le dio un beso en la mejilla mientras que Harry la soltaba y con su varita cortaba tres pedazos de pastel y lo servía en tres platos mientras que al mismo tiempo preparaba té para tres.

—Toma Luna. Tu regalo. —dijo Daphne dándole un paquetito. Dentro había una media luna de plata que estaba unida con una cadena del mismo material que hace que formara una hermosa pulsera. Luna miraba asombrada su regalo.

—Este es de mi parte —hablo Harry llamando su atención. Harry le había le dio un cajita de madera dentro había un esfera dorada. Luna la saco y la miro atentamente, tenía su nombre grabado. De pronto extendió sus alas y comenzó a volar alrededor suyo —, es una snitch dorada, te va a seguir solamente a vos y a donde vayas.

—Gracias, a los dos. —dijo tímidamente sin perder la sonrisa ni el sonrojo que tenia.

Sin poder creer lo que estaba pasando. Esto era mejor que cualquier criatura mágica o creencia que tuviera, era sus amigos, suyos. Sus mejores amigos.

La idea que tenia Lockhart de una inyección de moral se hizo patente durante el desayuno del día 14 de febrero. Harry no había dormido mucho a causa del entrenamiento de quidditch de la noche anterior y cuando entro al Gran Comedor junto con Luna y Daphne. Pensó, por un momento, que se habían equivocado de puerta.

Las paredes estaban cubiertas de flores grandes de color rosa chillón. Y, todavía peor, el techo de color azul pálido caían papelitos en forma de corazones.

—¿Qué está pasando? —preguntó Harry, sentándose mientras sus amigas se sentaban también en la parte alejada de la mesa de Gryffindor. Daphne se acerco a él y le quito uno de los papelitos con forma de corazón del pelo.

—Supongo que esto debe ser por el día de los enamorados. —comentó Luna mientras miraba caer los papelitos.

—Creo que esto es un poco exagerado.

Lockhart, llevaba una túnica de un vivo color rosa que combinaba con toda la decoración y comenzó a reclamar silencio con las manos. Los profesores que tenia a ambos lados lo miraban completamente anonadados. Desde su lugar, Harry vio a Minerva que tenía un tic en la mejilla. Snape tenía el mismo aspecto que si se hubiera bebido un gran vaso de crecehuesos.

—¡Feliz día de San Valentín! —gritó Lockhart —. ¡Y quiero también dar las gracias a las cuarenta y seis personas que me enviaron tarjetas! Sí, me tome la libertad de preparar esta pequeña sorpresa para todos ustedes... ¡Y esto todavía no se termina!

Lockhart dio una palmada, y por la puerta del vestíbulo entraron una docena de enanos de aspecto horroroso. Pero no enanos así, tal cual; Lockhart les había puesto alas doradas, túnicas blancas y además llevaban arpas.

—¡Mis amorosos cupidos portadores de tarjetas! —sonrió Lockhart —. ¡Durante todo el día de hoy van a estar por el colegio ofreciendo felicitaciones de San Valentín! ¡Y la diversión todavía no acaba! Estoy seguro que mis colegas seguramente querrán compartir el espíritu de este día. ¿Por qué no le piden al profesor Snape que les enseñe a preparar un filtro de amor? ¡Aunque el profesor Filtwick, el muy pícaro, sabe más sobre encantamientos de ese tipo que ningún mago que haya conocido jamás!

El profesor Flitwick se tapó la cara con las manos mientras que el Profesor Snape parecía dispuesto a matar a la primera persona que se atreviera a pedirle un filtro.

Durante el horario del almuerzo, los tres alumnos estaban comiendo tranquilamente en la mesa de Gryffindor como siempre hasta que alguien los interrumpió.

—Tengo un mensaje musical para entregar a Harry Potter en persona. —dijo el duende rasgando el arpa de manera bastante violenta.

Harry, Daphne abrieron los ojos bien grandes, mientras que Luna miraba con su usual mirada soñadora al pequeño ser, los alumnos que estaban alrededor se quedaron completamente en silencio. Rápidamente el silencio se hizo atronador.

—¿Q-q-que? —respondió Harry.

—Bien, esta es tu canción de San Valentín:

Tenes los ojos verdes como un sapo en escabeche;

y el pelo negro como una pizarra cuando anochece.

Quisiera que fueras mío, porque es glorioso,

el héroe que venció al Señor Tenebroso.

Harry parpadeo un momento ignorando a todas las personas que se reían y alguno incluso hasta lloraban de la risa, en una parte no muy lejos de ahí una pelirroja miraba atenta a todos los movimientos y reacciones del heredero Potter.

—¿Quién te pidió que me cantaras esto? —preguntó calmado.

—Ginebra Weasley —respondió para después irse.

Luna miro a Daphne que miraba a Harry como si estuviera desesperada porque que su amigo dijera algo.

—Harry —dijo Luna llamando la atención del muchacho que estaba pensativo —, ¿Qué vas a hacer con la confesión?

—La voy a responder cuando la vea.

—¡¿Qué?! —dijo casi en un grito Daphne.

Harry la miro sin entender muy bien a qué era lo que le pasaba.

—Le voy a decir que me alaga que sea tan... expresiva en su canción, pero que me gusta otra chica y no puedo corresponder sus sentimientos. —terminó Harry, Daphne lo miro con los ojos abiertos.

—¿T-t-te gusta alguien? —preguntó sorprendida mientras que Luna negaba con la cabeza.

—Sí. —respondió sin mirar a nadie.

—¿Quién? —volvió a preguntar rápidamente.

—No te voy a decir.

—¿Por qué? —pregunto indignada.

—Porque no. —respondió de forma tajante.

Harry durante la tarde le explico a Ginny que le gustaba alguien más y que no podía corresponder sus sentimientos. Ella asintió tristemente y se fue llorando. Durante la clase de de encantamientos a Harry se le ocurrió un plan que lo puso en práctica mientras estaba en la cama. Agarro un tintero y con la pluma le tiro una gota de tinta en una de las hojas y la tinta desapareció como si hubiera sido absorbida por las hojas. Con una sonrisa escribió.

-Mi nombre es Harry Potter-

Las palabras brillaron un momento en la hoja y desaparecieron también sin dejar huella. Entonces algo ocurrió. Con la misma tinta que había escrito Harry aparecieron palabras que no había escrito.

-Hola, Harry Potter. Mi nombre es Tom Ryddle. ¿Cómo llego mi diario a tus manos? -

-Alguien intentó tirarlo por el retrete. -

-Menos mal que registre mis memorias en algo más duradero que la tinta. Siempre supe que iba a existir gente que no iba a querer que mi diario no fuera leído. -

-¿A qué te réferis? -

-Quiero decir que este diario es testimonio de que pasaron cosas horribles en Hogwarts y que fueron ocultadas. -

-Es donde estoy ahora. - escribió Harry -Y también están pasando cosas horribles. ¿Sabes algo sobre la Cámara de los Secretos? -

Rápidamente y sin esperar Ryddle comenzó a escribir, la letra se volvió menos clara, como si estuviera escribiendo muy rápido.

-¡Por supuesto! En mi época nos contaron que era solo una leyenda, que no existía. Pero eso era mentira. Cuando yo estaba en quinto, la cámara se abrió y el monstruo atacó a varios estudiantes y mató a una. Yo atrapé a la persona que había abierto la cámara, y lo expulsaron. Pero el Director Dippet, estaba incomodo que hubiera pasado tal cosa en Hogwarts, y me prohibió decir la verdad. Inventaron la historia que la chica habia muerto en un espantoso accidente. A mí me dieron un bonito trofeo y me recomendaron que mantuviera la boca cerrada. Pero yo sabía que iba a volver a ocurrir. El monstruo sobrevivió y el que pudo liberarlo no fue encarcelado. -

-Volvió a pasar y nadie sabe quién está detrás de todo el asunto. ¿Quién fue en esa ocasión? -

-Te lo puedo mostrar si queres, no necesitas leer mis palabras. Podes verlos dentro de mi memoria. Todo lo que ocurrió la noche que lo agarré. -

Las páginas del diario comenzaron a pasar rápidamente como si el viento las estuviera moviendo, hasta que se detuvo en una hoja y apareció un cuadrado que decía 13 de Junio. De pronto sintió como si todo se volviera negro y de pronto una luz lo cegó y varias formas algo borrosas aparecieron y comenzaron a tomar forma rápidamente.

Cuando todas las formas se definieron apareció en una oficina, era idéntica a la oficina de Dumbledore.

—(Esta debe ser la oficina del Director Dippet como dijo Ryddle) —pensó Harry al ver como un mago que estaba sentado en detrás del escritorio lo ignoraba.

—Entre. —dijo débilmente el mago que estaba en sentado cuando escucho el sonido de la puerta.

Un muchacho de unos dieciséis años entró. En el pecho brilla la insignia plateada de prefecto. Era mucho más alto que Harry y al igual que él, tenía el pelo negro.

—Ah, Ryddle. —dijo el director.

—¿Queria verme, Profesor? —preguntó Ryddle respetuosamente.

—Por favor sentate. —Indico con la mano el Director Dippet. —acabó de leer la carta que me enviaste.

—¡Ah! —exclamó Ryddle sentándose y agarrándose las manos fuertemente.

—Muchacho —dijo el anciano Director tratando de hablar con aire bondadoso —, me temo que no puedo permitirte quedarte en el colegio durante las vacaciones de verano. Supongo que querrás ir a casa para pasar las vacaciones...

—No —respondió rápidamente el estudiante —, preferiría quedarme en Hogwarts a regresar a ese..., a ese...

—Según creo, pasas las vacaciones en un orfanato muggle, ¿no? —preguntó Dippet con curiosidad.

—Sí, Señor. —respondió Ryddle con incomodidad.

—¿Tu familia era muggle?

—A medias, Señor —respondió Ryddle —, de padre muggle y madre bruja.

—¿Y ambos...?

—Mi madre murió cuando nací, Señor. En el orfanato me dijeron que vivió lo suficiente para ponerme nombre: Tom por mi padre, y Marvolo por mi abuelo.

Dippet chasqueo la lengua en seña de compasión.

—Tom, la cuestión es que se podría haber hecho la excepción con vos, pero en las actuales circunstancias...

—¿Se refiere a los ataques, Señor? —preguntó Ryddle.

Harry que había estado mirando toda la escena se acerca más a los dos individuos y escucho con más atención.

—Exactamente —respondió el director —, muchacho, tenes que darte cuenta de lo irresponsable que sería de mi parte si te permitiera quedarte en el castillo al terminar el ciclo lectivo. Especialmente después de la tragedia..., la muerte de esa pobre muchacha... Vas a estar mucho más seguro en el orfanato. Te diría más, el Ministerio de Magia se está planteando cerrar el colegio. No creo que vayamos a poder localizar al..., descubrir el origen de todos estos sucesos tan desagradables...

—Señor, si esa personas fuera capturada... Si todo terminara...

—¿Qué queres decir? —preguntó Dippet, soltando al gallo que tenía en las manos. Se acomodo mejor en el asiento —, ¿Ryddle sabes quién está detrás de las agresiones?

—No, Señor. —respondió Ryddle con rapidez.

Harry vio en los ojos de Ryddle algo que no cuadraba en la totalidad, ese no, había sido dudoso y hasta tenía un deje de mentira.

Dippet volvió a hundirse en el asiento y suspiro ligeramente decepcionado ante la respuesta.

—Ya podes irte Tom.

Tom Ryddle se levantó del asiento y salió de la habitación pisando fuerte, al mismo tiempo Harry comenzó a seguirlo.

Bajaron la escalera caracol que se movía sola, salieron por el pasillo, junto a la gárgola. Ryddle se paró en seco y Harry lo miro mientras hacía lo mismo. La cara del antiguo estudiante se veía concentrada mientras se mordía los labios y apareció un seño en la frente.

Luego, como si hubiera tomado una decisión rápida, salió rápidamente, Harry solo lo siguió en silencio. No vieron a nadie hasta que llegaron al vestíbulo, un mago bastante alto, con pelo negro ondulado de color castaño ligeramente rojizo, con una pronunciada barba, llamo a Ryddle desde las grandes escaleras de mármol.

—¿Qué haces paseando tan tarde, Tom?

Harry miro al mego concentrado, inconfundiblemente era Dumbledore, pero con cincuenta años menos.

—Tenía que ver al director, Señor. —respondió Ryddle.

—Bien, entonces anda rápido a la cama —dijo Dumbledore, mirando a Ryddle de forma penetrante. Harry conocía muy bien esa mirada, era la misma que le enviaba siempre —, es mejor no andar por los pasillos durante estos días, desde que... —Dumbledore suspiro —. Buenas noches Tom... —terminó para después irse a paso decidido.

Ryddle espero a que se fuera y comenzó a caminar con rapidez, tomo el camina de las escaleras de piedra que bajaban a las mazmorras, hasta que llegaron al mismo salón de donde el Profesor Snape les daba clases.

Tom apago una de las antorchas y espero en la oscuridad vigilando el pasillo. Cuando Harry comenzó a sentirse expectante y tenso, escucharon que algo se movía, alguien caminaba sigilosamente por el pasillo. Ambos comenzaron a seguir al extraño escondidos tras la sombras, cruzaron una puerta y lo siguieron.

Siguieron al desconocido durante cinco minutos, cuando de improviso Ryddle se detuvo. Harry escucho un chirrido agudo de una puerta y luego una persona con voz ronca y muy grave susurro.

—Vamos..., te voy a sacar de acá ahora..., a la caja...

Harry abrió grande los ojos, reconocía la voz

—Imposible... —dijo Harry.

Sin mediar palabra, Ryddle doblo la esquina. Harry lo siguió y pudo ver una silueta del desconocido, era muy grande y estaba en cuclillas delante de una puerta abierta, junto a una caja muy grande.

—Hola, Rubeus. —dijo Ryddle serio.

Hagrid se dio vuelta rápidamente cerrando la puerta.

—¿Qué haces acá, Tom? —preguntó asustado, Ryddle camino hacia donde estaba.

—Todo termino —respondió —, voy a tener que entregarte, Rubeus. Dicen que van a cerrar Hogwarts si los ataques no para.

—¿Qué vas a...?

—No creo que quisieras matar a nadie. Pero los monstruos no son buenas mascotas. Me imagino que lo dejaste salir para que tomara aire y...

—¡No, no mato a nadie! —interrumpió Hagrid. Se escucharon unos crujidos del otro lado de la puerta.

—Vamos, Rubeus —dijo Ryddle dando un par de pasos hacia la puerta —, los padres de la chica muerta vienen mañana. Lo menos que puede hacer Hogwarts es asegurarse que el monstruo que mató a su hija sea sacrificado...

—¡No fue él! —gritó Hagrid. Su voz era potente y se escuchaba en todos lados —. ¡No, seria incapaz! ¡Nunca!

—Movete. —dijo Ryddle de forma tajante y sacando su varita al mismo tiempo y hacia el hechizo Lumos.

La puerta se abrió de golpe. Por el hueco oscuro salió algo que sorprendió a Harry. Un cuerpo grande, peludo, casi al ras del suelo, y una cantidad grande de patas negras, varios ojos que brillaban en la oscuridad y pinzas afiladas como cuchillas...

Ryddle levanto la varita, pero fue demasiado tarde. El monstruo lo derribo mientras que escapaba y corrió hacia el pasillo, perdiéndose de la vista de todos. Ryddle se levantó rápidamente mientras buscaba su varita, cuando logro agarrarla Hagrid se lanzo sobre él, se la arrancó de las manos y la tiró lejos.

Todo comenzó a dar vueltas, hasta que la oscuridad se hizo completa. Harry sintió que se caía y aterrizo de golpe sobre su cama en el dormitorio de la torre de Gryffindor con el diario sobre su estomago.

Había algo que no tenía sentido, no podía ser Hagrid, algo en toda la historia de Ryddle no cerraba.

~0~0~

—Harry tiene razón, hay muchas lagunas en esa historia, si Hagrid abrió la Cámara de los Secretos hace cincuenta años, debería estar en Azkaban, sin embargo esta libre, debería hablar parsel pero nunca mostro es habilidad... —dijo Daphne pensativa después de haber escuchado la historia y las dudas de Harry.

—Si la araña es como la describiste, entonces es una acromantula. Joven, pero una acromantula al fin y al cabo y estas no petrifican. Además nos dijiste que escuchaste parsel, y eso indica que es una serpiente no una araña. Tom Ryddle no atrapo al culpable ni al monstruo. —concluyó Luna.

—Exacto, algo no está bien... —comentó Harry pensativo.

—Señor Potter, Señorita Greengrass —interrumpió McGonagall parada detrás de Luna y estando delante de ellos —, acá esta el formulario para las materias optativas del próximo año. Tienen una semana para entregarme su decisión.

—Gracias. —dijeron Harry y Daphne para después mirar la hoja.

—¿Qué vas a elegir? —preguntó Daphne.

—mmm, Runas Antiguas, Aritmancia y Cuidado de Criaturas Mágicas. ¿Vos? —respondió Harry para después preguntar mirando a su amiga.

—Jo, jo, jo —se rio burlonamente mientras se tapaba la boca —. Sos demasiado obvio, Potter. Pero si, también voy a elegir lo mismo, Estudios Muggle es la salida fácil, Estudios Mágicos no necesito y no creo ser buena para la Adivinación. —Luna se rio ante el comentario de Daphne y miro su amigo. Harry se levanto le dio un beso en la mejilla a Daphne y comenzó a caminar.

—Tengo entrenamiento. —dijo mientras se iba. A Daphne se le enrojecieron las mejillas y Luna la miro.

—Te gano en tu propio juego —comentó Luna viendo a su amiga para después tomar un poco mas de té —¿Le vas a decir cómo te sentís en algún momento? —preguntó de manera inquisitiva.

—¿A-a-a qué te réferis? —preguntó Daphne nerviosa. Luna suspiro pesadamente, sus amigos eran... densos.

—¿Cuándo le vas a decir que estas enamorada de él? —volvió a preguntar de entrecerrando los ojos mientras tomaba té. Daphne lo vio con los ojos abiertos, Luna era especial.

—Yo... no sé. Antes tengo que saber cómo se siente él. Y... después esta que dijo que le gustaba alguien. —respondió más tranquila.

—(Los dos son muy densos...). —pensó Luna con una sonrisa.

Harry había terminado finalmente su entrenamiento, a Gryffindor le tocaba jugar el siguiente partido de quidditch mañana contra Hufflepuff. Wood los había estado torturando con entrenamientos después de cenar, de forma que Harry no tenía tiempo para nada mas en las noches. Sin embargo, los entrenamientos iban cada vez mejor, y cuando terminaron el entrenamiento estaban seguros que iban a ganar la copa.

Pero su alegría duro poco. Al final de las escaleras que daban al dormitorio encontró a Neville Longbottom que miraba aterrizado.

—Harry... yo, yo no sé quien lo hizo. Lo encontré de esta forma...

Mirando a Harry horrorizado, Neville abrió la puerta. Todo lo que había en su baúl estaba todo tirado por todas partes. Su capa estaba tirada en el suelo. Habían levantado las sabanas de la cama, y habían sacado el cajón de la mesita y el contenido estaba todo tirado sobre el colchón.

Harry fue hacia la cama, pisando algunas páginas sueltas de Recorridos Con Los Trols y negó con la cabeza mientras se masajeaba el los costados del tabique y cruzaba el otro brazo sobre su torso.

Un momento después entro Ron, Dean y Seamus.

—¿A quién hiciste enojar esta vez, Potter? —preguntó Ron burlonamente mientras se reía, al ver todo el desorden.

Harry no le prestó atención, cerró los ojos, el diario no estaba, ya no lo podía sentir, es como si hubiera desaparecido. Chasqueo la lengua en un tono frustrante y camino hacia la puerta. Antes de salir chasqueo los dedos y todas las cosas mágicamente se comenzaron a ordenar ante la sorprendida vista de sus compañeros.

~0~0~

El día siguiente se presento con un son intenso y una brisa ligera y refrescante.

—¡Perfectas condiciones para jugar al quidditch! —dijo Wood emocionado a los de la mesa de Gryffindor —, ¡Harry, levanta el ánimo! —Le gritó viéndolo desayunar con sus úsales y extrañas amigas

Harry había estado mirando la mesa de Gryffindor, que estaba completamente repleta de gente, preguntándose quién era el que tenía el diario. Solo un Gryffindor podría haber entrado a robarlo. Daphne también estaba pensativa, alguien de Gryffindor no quería que las cosas se supieran.

Al salir del Gran Comedor con Daphne y Luna, comenzaron a caminar hacia el campo. No llegaron a salir del castillo cuando Harry escucho nuevamente la voz.

—"Matar esta vez... Déjame desgarrar...Despedazar"

Harry miro a sus amigas con nerviosismo.

—Harry ¿Estás bien? —preguntó Daphne preocupada.

—La voz —dijo Harry mirando hacia todos lados —. Acabo de escucharla de nuevo.

A Luna le brillaron los ojos. Miro la cara de preocupación de su amigo y después miro el suelo.

—Harry, tengo que ir a la biblioteca. Después nos vemos. —dijo corriendo hacia las escaleras.

—¿Q-qué? —Daphne y Harry vieron correr a su amiga.

—Pero ¿A que fue justo en este momento? —preguntó Daphne

Harry se quedo indeciso, mordiéndose el labio intentando escuchar nuevamente la voz, pero lo único que escucharon fue a los alumnos hablando fuertemente que caminaban hacia el estadio.

Los equipos saltaron al salieron al campo de juego en medio de los gritos del público. Oliver Wood despegó para hacer un vuelo de calentamiento alrededor de los postes, y la señora Hooch sacó las 4 pelotas.

Harry no había llegado a subirse a su escoba cuando escucho a la Profesora McGonagall hablar por un megáfono de color violeta.

—El partido hoy de ser suspendido. —gritó por el megáfono.

Hubo gritos y silbidos. Oliver Wood con una expresión completamente desolada, aterrizo y fue corriendo a donde estaba la profesora McGonagall.

—¡Pero Profesora! —gritó —, tenemos que jugar... la Copa... Gryffindor...

La profesora no le hizo casi y siguió gritando por el megáfono.

—Todos los estudiantes, tienen que volver a sus respectivas salas comunes, donde les informarán los jefes de sus casas. ¡Vayan lo más rápido que puedan!

Cuando termino bajó el megáfono y le hizo una seña a Harry para que se acerara.

—Tenes que venir conmigo...

Sin saber que pasaba, vio que Daphne se separaba de la muchedumbre descontenta y se unía a ellos corriendo mientras volvían al castillo. Para sorpresa de Harry, Minerva no se opuso.

—Sí, creo que lo mejor es que también vengas.

Cuando llegaron al castillo comenzaron a subir las escaleras, pero esta vez no fueron a ninguna oficina. Caminaron rápidamente y Harry reconoció las puertas de la enfermería.

—Esto puede ser un poco shockeante —dijo Minerva con un tono de voz amable abriendo las puertas de la enfermería —, hubo otro ataque... Uno doble.

Cuando entraron a Harry vio como la Señora Pomfrey atendía a una muchacha de quinto curso con el pelo largo rizado. Harry la reconoció, era una de las prefectas de Ravenclaw y en la otra cama, al lado, estaba...

—No... —dijo Harry en un susurro.

Daphne se topa la boca con la mano y camino lentamente a la camilla, comenzó a sollozar, Harry camino a donde estaba, ella se dio vuelta y lo abrazo con fuerza mientras lloraba en el pecho de su amiga.

—Las encontraron junto a la biblioteca —hablo Minerva —, supongo que no pueden explicarlo. Esto estaba en el suelo, junto a ellas. —dijo mostrando un espejo de mano redondo.

—Es el espejo que le regale a Luna en navidad. —respondió Harry lentamente.

Harry vio a Luna completamente inmóvil, con los ojos abiertos y vidriosos... por primera vez sintió una punzada en el corazón. Y la culpa lo invadió, por su culpa Luna se había enfrascado en tratar de resolver el misterio. Si Luna no lo hubiese seguido en tratar de resolver el misterio, tal vez ahora no estaría petrificada. Miro a Daphne como lloraba, en ese momento entendió que era lo que sentía, en ese momento se dio cuenta de la posición en la que estaba.

Se dio cuenta de los sentimientos que sentía por su mejor amiga y ahora por su culpa, a ella y a Luna las había expuesto a cosas que no se merecían. A Daphne la había expuesto al odio y las miradas de todos por su culpa, la había expuesto a un enfrentamiento con Voldemort y ahora Luna terminaba petrificada.

Harry se dio cuenta que cuando se resolviera esto... si no era capaz de protegerlas, entonces iba a tener que alejarlas de él, iba a tener romperles el corazón a las dos y hacer que lo odiasen. Era un precio aceptable por su seguridad... Estaba dispuesto a pagar el precio por Daphne... por que ahora sabía que estaba completamente enamorado de Daphne Greengrass.

El próximo capítulo esta titulado: "El Precio de Nuestras Decisiones"

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