---¿Leo?
Frente a nosotros apareció otro de ellos pero lo más sorprende de todo fue que junto a el se encontraba Sabrina, la pobre temblaba del miedo casi tanto como yo.
---¿Te diviertes?
El tal Leo sonrió con sorna, se quitó su máscara y se colocó detrás de mi.
---Estaba a punto de hacerlo hasta que nos interrumpiste ¿No es así preciosa?
Sentí su repugnante lengua en mi oído y me estremeci.
¡Qué asco!
---¡Responde maldita perra!
Pegué un brinco tras su grito.
---Si..así fue.
Tragué saliva y miré al tipo frente a mi, el tampoco llevaba su máscara puesta.
¿Acaso no les importaba exponer su identidad ante nosotras?
No porque los muertos no pueden reconocer a sus asesinos.
---Que tal si mejor nos divertimos los 4, así podemos intercambiar.
Sabrina y yo nos miramos con lástima la una a la otra.
Leo guardó silencio por un par de segundos, los que para mi fueron eternos.
---De acuerdo.
¡Dorian ayúdame!
¡Mamá, no quiero vivir esto por favor!
Mi mente se desconectó de mi cuerpo para cuando nos obligaron a adentrarnos en el interior de los baños.
---Desnudencen.
Sabrina empezó a sollozar y yo empecé a quitarme la ropa. Tal vez si hacía lo que me pedían yo saldría viva de ahí.
¿Pero para que vivir después de una violación?
¿Valía la pena seguir viviendo después de eso?
De todas formas mi vida era una completa mierda.
---No haré esto.
Hablé firmemente.
Todos me miraron incrédulos incluida Sabrina.
---¿Qué has dicho?
Preguntó mi verdugo ladeando su pistola muy cerca de mi pero yo ya no le temia.
Me armé de valor y lo encare.
---¡Qué no haré esto maldito hijo de puta! ¿Me escuchaste? ¡Jodete!
Mi respuesta lo enojó por completo, tanto, que podía notar como las venas de su cuello brotaban.
---Estas muerta niña.
Se abalanzó sobre mi y empezó a atacarme.
---¡¿Oye tu a dónde vas?!
En el suelo aquél sujeto me abofeteo y empezó a rasgar mi ropa para luego duramente abrir mis piernas mientras yo forcejeaba con el. No se la dejaría tan fácil.
----¡Vuelve aquí!
Sabrina salió corriendo y el otro sujeto fue tras de ella.
Continúe forcejeando con Leo hasta que se escuchó una leve detonación.
---¡Maldición!
Mi atacante se alejó de mi y salió corriendo en búsqueda de su cómplice.
Como pude me las apañe para ponerme de pie, estaba demasiado agotada.
Caminé lentamente hasta salir de los baños pero al hacerlo me encontré con una escena horrible. Sabrina yacía en un enorme charco de sangre, su cuerpo parecía convulsionar levemente.
---¡Noooo! ¿Qué le hicieron?
Corrí hasta donde se encontraba y la tomé entre mis brazos.
---Soo..Sofía, tengo frío...
Observé un gran agujero en su pecho.
---¿Por qué coño le disparaste?
---La muy perra no me obedeció.
Ella agonizaba y lo hacía entre mis brazos.
---¿Voy a morir...?
Respiré profundamente sin saber que responderle.
---P..piensa en algo lindo e imagina que estas ahí.
Una sonrisa apretada salió de mi.
---No me dejes...no me dejes sola.
De su pecho la sangre salía a chorros. Sus oídos, nariz y boca también sangraban.
---¡Llamen a una ambulancia, por favor!
Les grité a los maleantes, estos ni siquiera se inmutaron.
---Aquí estoy, no te dejaré...
Su mirada fija al techo perdía su brillo mientras parecía asfixiarse. No sabía que hacer en ese momento más que estar ahí con ella apretando su pecho.
---Mucho drama.
Se carcajearon.
---Ahora solo faltas tu muñequita.
Leo me tomó por el mentón con tanta fuerza que me hizo poner de pie de golpe, el cuerpo de Sabrina se escurrio de entre mis brazos, cerré los ojos cuando sentí su aliento muy cerca de mi.
---¡¿Pero que cojones hacen?!
Apareció alguien de repente.
---Solo nos divertiamos un poco Jean.
Habló el otro agresor.
---¡Suelta a la chica ahora!
Abrí los ojos al sentir que Leo me soltó de su agarre.
---Nos ha visto la cara Jean, debemos matarla.
Busqué con mi mirada a Sabrina notando rápidamente que ella ya no respiraba, estaba pálida y sus ojos aún estaban abiertos.
---Ella debe ser liberada.
Voltee a verlos, no podía creer lo que había acabado de escuchar.
---¿Qué?
Escupió Leo eufórico.
---Sabe demasiado, de ninguna manera.
¿Sería posible que Dorian hubiese pagado mi rescate?
Una luz de esperanza se albergó en mi.
---Sino lo hacemos seremos nosotros los muertos.
Aseveró el líder con evidente preocupación en su rostro.
---¿De que hablas?
Jean susurró algo que no pude escuchar con claridad
---¡Joder! ¡La mafia rusa!
Fue lo último que escuché antes de desvanecerme.
(...)
---¡Hey! ¡Despiertate niña!
Alguien me tenía agarrada por los hombros, estaba muy mareada.
El sonido de llantas de varios vehículos me alertaron sacandome de mi ensoñación, la persona que me había estado sosteniendo me soltó y yo caí de rodillas al suelo.
¿Dónde estaba?
Sentí que dos sujetos me tomaron por los brazos haciendo que me pusiera de pie.
¡Otra vez no!
---¡Sueltenme malditos!
Me subieron a la fuerza a un auto y éste arrancó a toda prisa.
---Soy yo, todo esta bien ahora, tranquila.
Esa voz ronca era inconfundible.
---Volviste...
Solloce.
---Te dije que volvería por ti.
Era Kozac, nunca me había sentido tan feliz de verlo como hasta ese momento.
Sin esperar mas tiempo me abrazó y yo a él.
---Dime que no lastimaron por favor.
Una lágrima salió de mi ojo izquierdo.
Me separó de su abrazó para luego escanearme minuciosamente, traté de taparme con mi blusa cuando miró mi pecho casi descubierto, el pareció notar mi incómodad y enseguida desvío su mirada.
---¡Oh Dios! ¡Estas sangrando!
Gritó alarmado.
---No es mi sangre.
Afirmé con tono serio. Mi respuesta pareció calmarlo un poco.
Nuevamente me sentí mareada y todo se oscureció a mi alrededor.
Narra Dorian
Eran las 8 pm y mientras cenaba con los padres de Renata mi móvil sonó.
---Si me disculpan un momento.
Me levanté de la mesa para contestar la llamada, era Andrés.
---A: Hola Dorian, debes volver lo más pronto posible.
---D: ¿Qué sucede?
---A: No lo se muy bien pero se trata de Sofía.
Aquéllo no era para sorprenderse.
---D: ¿Y ahora que hizo?
Esa mocosa me tenía harto.
---A: Parece que sucedió algo malo en el internado.
Guardé silencio un par de segundos tratando de procesar la información.
---D: De acuerdo, mantenme informado si sabes algo.
Cerré la llamada y muy nervioso le marqué a Wanda pero está no contestó.
Le marqué a Pablo y a Sofía pero en ambos casos las líneas me enviaban al buzón.
¿Qué carajos pasaba?
Narra Rhett
Sofía ahora reposaba en una de las habitaciones de mi casa, la cuál estaba totalmente resguardada. Más de diez guardaespaldas la custodiaban.
Velaba su sueño, temía que fuera a desaparecer en cualquier momento.
---Rhett...
Abrió sus ojos y la escuché llamarme.
---Aquí estoy princesa, el doctor esta por llegar, bebe un poco de agua. Debes estar hambrienta también¿No es así?
Ella afirmó con su cabeza y yo le extendí una charola con comida, agua y frutas.
---Gracias.
Sonrió y aquello para mi fue lo mejor del mundo.
---¿Pagaste mi rescate?
Me cuestionó mientras comía.
---No pienses en eso ahora.
Había pagado el triple de lo que pedían por ella.
---No sabes lo agradecida que estoy contigo de verdad.
Me levanté de la silla y me senté junto a ella en la cama.
---Nunca te hubiese dejado ahí, me importas demasiado Sofía.
Tomé su rostro entre mis manos y besé su mejilla.
En realidad ella me había rescatado a mi.
Narra Sofía
Terminé de comer y lo primero en lo que pensé fue en mi aspecto.
Mi blusa estaba entreabierta, rota y con manchas de sangre seca, mi cabello era un caos total, realmente no deseaba mirarme al espejo.
---Necesito tomar un baño.
Kozac se puso de pie y me extendió lo que parecía ser un vestido y ropa interior.
---Claro guapa, te traje esto.
Lo miré confundida y el rasco su nuca.
---Toda esa ropa es de mi madre, espero te queden.
Parecía nervioso.
---Muchas gracias.
Tomé la ropa y me puse de pie.
---Te dejaré sola para que puedas ducharte y cambiarte¿Vale?
Aún temblaba, no quería estar sola.
---No te vayas...
Lo agarré del brazo.
---Es decir...podrías esperarme afuera del baño, no tardaré.
Una cálida sonrisa se dibujó en su rostro.
---Claro princesa, aquí estaré.
Le devolví la sonrisa.
---Bien.
Me dirigí hacia el baño cuando lo escuché llamarme.
---Sof...
Su mirada se posó un par de segundos sobre mi blusa entreabierta para luego volver a mirarme a los ojos, rápidamente me cubrí y aparte mi mirada de el.
---Dime la verdad aquellos tipos...ellos ¿Te tocaron?
Su voz siempre había sido firme y ronca pero al preguntarme aquello ésta pareció quebrarse.
---No pero estuvieron a punto.
Los recuerdos de lo sucedido volvieron a invadir mi mente nuevamente.
---Iré a bañarme.
Respondí y sin voltear a verlo me encaminé con mucha rapidez hasta el baño.
Quité los destrozos de mi ropa y me metí a la regadera, era delicioso sentir el agua caer sobre mi cuerpo, empezaba a sentir que era yo, había sobrevivido.
¡Yo, Sofía Sanders estaba viva!
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