Disclaimer: Nada de Harry Potter es de mi propiedad, los personajes y todo lo relacionado a la historia canon que pueda aparecer, a excepción de lo creado y modificado por mi persona, pertenecen a J.K. Rowling.
Summary: Harry Potter, un muchacho consciente de la magia, con una gran inteligencia, pero roto por culpa del maltrato de sus parientes. Hasta que por azar del destino, su vida va a cambiar completamente y ya nada va a volver a ser igual.
El Orden Natural de Las Cosas.
Año II
Capítulo XVI
"(No) Estas Solo"
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—DIALOGO NORMAL—
—(PENSAMIENTO)—
—"PARSEL"—
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Miedo, el miedo es una emoción caracterizada por sensaciones desagradables que son generadas por la sensación de peligro, real o imaginario. Al final todas las acciones realizadas por personas que perjudiquen a otras son perfectamente explicables a través del miedo. Cuando los muggles mataban magos y brujas lo hacían por miedo a lo diferente, cuando los muggles mataban otros muggles lo hacían por miedo a perder la supremacía, cuando los sangre puras son tan radicales con aquello descendientes de muggles lo hacen por miedo al cambio. El miedo puede generar en el corazón de las personas violencia desmedida que al final solo trae sufrimiento y dolor para aquel que es, o piensa diferente.
Daphne Greengrass, Harry Potter y Luna Lovegood caminaban rápidamente por los inundados escalones del primer piso siguiendo al Director Dumbledore, detrás de ellos, la Profesora Minerva McGonagall y el Profesor Severus Snape.
Cuando llegaron a la oscura oficina de Lockhart, hubo un gran revuelo con todos los autorretratos del extravagante profesor se escondieron mientras llevaban ruleros puestos en la cabeza, el de carne y hueso rápidamente encendió las velas de su mesa y se corrió rápidamente dando paso al director.
Ante la vista de los tres estudiantes, Dumbledore dejo a la Señor Norris en el pulido escritorio y comenzó a examinarla, pronuncio un hechizo inaudible, la toco con la varita, y después la toco con los dedos. Minerva miraba inclinada al igual que Dubledore a la gata, Severus estaba detrás de ellos con una expresión peculiar, como si intentara no reírse, mientras tanto Lockhart daba vueltas entre todos haciendo sugerencias.
—Se puede concluir que fue un hechizo lo que produjo la muerte..., quizá la Tortura Metamórfica. Vi muchas veces sus efectos, es una pena que no me encontraba en el lugar, porque conozco el contrahechizo que la habría salvado.
El llanto, casi convulsivo, de Filch acompañaban los comentarios de Lockhar. El celador se desplomo sobre la mesa con la cara cubierta por sus manos sin voluntad para ver a la Señora Norris. A pesar de lo desagradable que podía llegar a ser Filch, Harry sabía lo que era perder a alguien querido. No sería raro que fuera expulsado, todas las pruebas están en contra de él y en menor medida de sus amigas.
—... Me acuerdo que paso algo pareció en Uagadugú —dijo Lockhart —, muchos ataques repetidos y con el mismo modo. La historia completa está en mi autobiografía. Les di a los pobladores varios amuletos que detuvieron el peligro.
Dumbledore pronuncio nuevamente un hechizo inaudible y golpeo a la gata con su varita una vez más. No pasó nada.
—No está muerta, Argus. —dijo lentamente.
Lockhart interrumpió su relato con sorpresa y miro al director.
—¿Co-como que no está muerta? —preguntó Filch mientras lloraba y por el rabillo de los dedos miraba a la Señora Norris —. ¿Po-por qué está rígida?
—La petrificaron, Argus. —respondió Dumbledore con la misma lentitud.
—Ya me parecía... —comentó Lockhart.
—Pero no podría decirte como... —volvió a hablar pero con precaución.
—¡Preguntale a él! —gritó un Filch sollozo mirando a Harry.
—Ningún estudiante de segundo año podría haber hecho un hechizo como este —dijo Dumbledore con calma —. Es magia negra muy avanzada.
—¡Él lo hizo! —saltó Filch gritando.
—¡No toque a la Señora Norris!, ¡No tengo ninguna razón para lastimarla! —replicó Harry casi gritando y parándose mientras respirando agitadamente.
La magia de Harry comenzó a ondear con fuerza por todo el lugar haciendo el ambiente mucho más pesado. Esta se hizo visible, como si fuesen pequeñas lenguas de fuego verde brillante que se desprendían de la túnica y a medida que se alejaban del cuerpo estas se deshacían. Daphne agarro la mano de Harry, se dio vuelta y ella lo miro preocupada. Harry respiro hondo y se tranquilizo.
—Tranquilo Harry. —dijo suavemente Daphne con una sonrisa.
Harry se volvió a sentar y Snape hablo.
—Si me permite hablar Señor Director, creo que Potter, Greengrass y Lovegood estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado —dijo suavemente. Con un leve deje de desprecio continuo —, sin embargo, tenemos una serie de circunstancias que no están resueltas, ¿Por qué estaban en el pasillo del piso superior? y ¿Por qué no estaban en la fiesta?
Harry estaba por decir algo pero Daphne comenzó a hablar. Lentamente y con todos los detalles posibles explico toda la situación y donde habían estado.
—...Hay un centenar de fantasmas que nos vieron en la fiesta. —dijo Daphne cuando termino el relato.
—¿Por qué no fueron a la fiesta después? —preguntó Snape. Los ojos negros del profesor brillaban con la luz de las velas —. ¿Por qué subieron al piso superior?
—Po-porque... —trató de hablar Daphne temerosa.
—Porque escuche una voz. —contestó rápidamente Harry.
—¿Una voz? —preguntó Snape con la ceja alzada.
—Argus, vamos a devolver a tu gata a tu normalidad, en cuanto las mandrágoras de la Profesor Sprout maduren se va a poder hacer una poción despetrificadora rápidamente. Ya podes retirarte.
—Sí, gracias Director. —respondió tomando cuidadosamente a la Señora Norris, sin antes enviarle una mirada de odio a Harry.
Cuando Filch se fue Dumbledore fijamente a Harry, él le devolvió la mirada con la misma intensidad.
—Señor Potter, creo que estaba hablando de una voz que escucho.
—Cuando íbamos con dirección al Gran Comedor, escuche una voz que hablaba de matar a alguien, seguimos la voz hasta el primer piso y ahí fue cuando encontramos a la Señora Norris.
—¿Volviste a escuchar la voz después?
—No.
—¿Hay algún otro dato que nos puedas dar?
—Sí, era de una serpiente, porque hablo en parsel.
—Entiendo, inocentes hasta que se demuestre lo contrario. ¿Minerva de qué color era originalmente?
—Verde traslucido, Albus. —respondió seriamente.
—Entiendo... ahora cambio a un verde más intenso y concentrado. Creo que, al final, tenías razón, Minerva —dijo apoyando los codos en el escritorio, para después apoyar la parte externa de la mandíbula en sus dedos —. Deberíamos hacer el hechizo para comprobar, su magia estuvo muy volátil últimamente, creo que es hora.
—Albus, no, todavía es muy chico, déjalo vivir su vida. —replicó Minerva molesta.
—Es algo que tiene que decidir él.
—No, me niego, soy su tutora y no autorizo a hacer esto. —volvió a interferir molesta.
—¿Hacer qué? —preguntó Harry confundido.
—Señor Potter, nunca te preguntaste porque podes hacer hechizos sin varita a tan corta edad, cuando hay magos en toda su vida que no logran tal hazaña, nunca te preguntaste porque podes sentir la magia a un nivel que los demás no pueden, no te preguntaste como un chico de 11 años logro salvar la vida de su serpiente convirtiéndola en un fénix azul. Demasiados logros para un chico que casi no tenía conocimiento de magia, ¿Por qué pensas que pasaron estas cosas?, ¿Suerte?, no. ¿Fuerza de voluntad?, tal vez, no lo niego, seguramente algo de eso hubo.
—Albus, todavía no está listo, aparte no estamos seguros.
—Minerva... las señales son claras, la única forma de saberlo es viendo su núcleo.
—¿Le pasa algo malo a Harry? —preguntó Daphne preocupada.
—No, Señorita Greengrass no le pasa nada, es solo que... es difícil de explicar. —respondió Minerva con una sonrisa forzosa.
—¿Qué cosa? —preguntó esta vez Luna.
McGonagall suspiro, camino a donde estaba Harry que la miraba expectante le puso la mano en la mejilla y le sonrió.
—Está bien, pero lo voy a hacer solo yo Albus. —dijo mirando al directo.
—Está bien, espero tu respuesta, Severus podrías llevar a la Señorita Greengrass a su habitación.
—Si director.
—Gideroy podrías hacer lo mismo con la Señorita Lovegood.
—Por su puesto.
Harry las vio partir, sus ojos se cruzaron con los de Daphne por última vez y después ella desapareció tras la puerta.
—Harry, acompáñame a mi oficina. —caminaron todo el trayecto en silencio, ninguno de los dos se atrevía a decir nada.
Cuando entraron Minerva cerro con magia la puerta e hizo que Harry se sentara en una silla, ella se puso a su altura y lo miro.
—¿Listo?
—Sí, sea lo que sea.
Minerva se puso derecha, saco su varita y lo apunto a la frente, el cerro los ojos y la profesora con palabras inentendibles lanzo un destello y cuando esto término. Abrió los ojos de nuevo, la cara de Minerva era de sorpresa cuando sus ojos se cruzaron ella le sonrió con ternura. A partir de ahora iba a tener mucho trabajo.
—¿Minnie? —preguntó Harry mirando a su sorprendida profesora. Minerva suspiro.
—Sos un arcanista. —respondió Minerva con tranquilidad
—¿Arcanista? —volvió a preguntar de forma interrogante.
—Como sabras, existen magos y brujas, estos usan la magia de su núcleo mágico para poder realizar hechizos. En promedio todos los magos tienen la misma capacidad mágica, algunos se destacan por encima del resto como grande magos y se los llama hechiceros, Albus Dumbledore es un hechicero por ejemplo. Sin embargo hay a veces aparece un mago o bruja que tiene capacidades mucho mayores a los de un mago poderoso, estos se los llama arcanistas, comparado con los demás taumaturgos tienen una comparación de un gato y un león en capacidad y poder mágico. ¿Me seguís?
—Sí. —dijo en respuesta.
—Bien. Los arcanistas tienen un talento natural por la magia, el problema es que este poder mágico muy grande e inestable, muchos posible arcanistas y otros que existieron sucumbieron a la locura o se destruyeron a sí mismos —Minerva lo miro seriamente —. Harry, esto es serio, ahora que sabemos que sos un arcanista, tenes que aprender a controlar tu propio poder, sino este te va a destruir y puede llegar a lastimar a quienes amas. Todavía se está desarrollando, y sé que podes aprender a controlarlo, esta prueba era algo que quería evitar hasta que fueras mayor, pero... bueno.
Harry no dijo nada, bajo la cabeza y miro sus manos con, después miro a Minerva a los ojos, ella esperaba ver la reacción de su protegido.
En la mirada de Harry había algo que le dijo a Minerva que él, ya sabía lo que le había contado, él sabía lo que era, sin embargo nunca lo dijo, no se lo dijo a nadie, era un secreto. Un secreto que enterró profundamente en su corazón, en lo más recóndito de su memoria, porque, en la mirada de ese chico de 12 años, había algo que le decía que seguramente lo había descubierto hacia ya mucho tiempo y de una forma, que, seguramente, fue extremadamente dolorosa para recordar.
—¿Por donde tengo que empezar? —preguntó mirándola seriamente.
—Harry, un arcanista no tiene principio ni final, esa es la cualidad que los distingue, no están limitados por las barreras que limitan a los magos tradicionales. Yo solo te puedo ayudar con los hechizos, pero... tus habilidades solo las podes descubrir vos, creo que lo mejor que podes hacer es aprender. Aprender a controlar tu propio poder para no ser un peligro ni para vos ni para los que te rodean —Minerva suspiro cansadamente y miro al muchacho que estaba pensativo —. Harry. —Llamó la atención de su alumno suavemente Minerva.
—¿Si Minnie? —dijo mirándola a los ojos.
—¿Qué es la magia? —preguntó con una sonrisa.
—Todo... —respondió con una sonrisa y sin dejar de mirarla a los ojos.
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Minerva McGonagall bajo al Gran Comedor, se la notaba pensativa, miro la mesa de su casa cuando entro, en la parte más cercana a la de los profesores vio al mismo dúo de siempre junto con su nueva amiga de Ravenclaw. Los tres reían mientras charlaban animadamente a pesar de las contantes miradas de temor y desprecio que recibían de los demás estudiantes. A pesar de todo, ellos, estaban en su propio mundo.
Les sonrió a los tres mientras caminaba y fue hasta la mesa de profesores Albus la miraba expectante por la nuevas noticias.
—Buenos días Minerva.
—Bueno días a todos —se sentó en su lugar, los hechos que habían ocurrido la noche pasada ya era de conocimiento de todos los profesores que solo esperaban con ansias la respuesta de Minerva. Ella solo suspiro y dijo —. Arcanista.
El silencio fue asolador, el hechizo de lectura de núcleo mágico no tenía error. Dumbledore miro en donde estaba Harry mientras reía con sus amigas y se quedo pensativo.
—Sin lugar a duda tiene un gran futuro por delante. —dijo un emocionado Flitwick.
—En Slytherin todos piensan que vos sos el heredero —comentó Daphne —. El principal motivo es tu capacidad de hablar parsel. Salazar Slytherin podía hablar también, todos usan ese motivo como la principal evidencia, aunque sea errónea la suposición.
—En Ravenclaw hicieron la misma deducción —agregó Luna con simpleza.
—Por desgracia en este momento soy lo peor que existe en el mundo para toda mi casa, los muy idiotas en cegados y Weasley no hace más que avivar el fuego. La pregunta es quien es el heredero y porque escuche una serpiente cuando ocurrió el ataque. ¿Qué sabemos hasta ahora? —preguntó Harry poniéndose serio.
—La cámara secreta según la leyenda es una sala escondida en algún lugar de Hogwarts que guarda una bestia que solo podía controlar el mismísimo Salazar Slytherin, esta se creó supuestamente con el objetivo de eliminar a todos los sangre sucia que hubiese en el colegio. Al menos ese es el relato de la leyenda. —comentó Daphne pensativa.
—Podemos deducir también que la bestia es una serpiente, si es una bestia que solo Salazar Slytherin podía controlar y el al igual que Harry, era hablantes parsel, entonces por descarte tiene que ser este animal o dentro de la familia. También, en el caso que se verdad, tiene que ser una serpiente con la capacidad de petrificar. —dijo Luna mirando a Daphne mientras comía una tostada con mermelada.
—Harry, Harry. —se escucho decir desde lejos.
—Hola Astoria, ¿Qué pasa?
—¿Es cierto que sos el heredero de Slytherin y vas a eliminar a todos los nacidos muggles? —preguntó Astoria consternada junto a una amiga que lo miraba como si fuera la cosa más maravillosa del mundo. Harry levanto una ceja con cara de fastidio, mientras que Daphne se echaba a reír.
—No Astoria no soy el heredero de Slytherin, ¿Tengo cara de ser un asesino? —preguntó Harry con ironía. Mientras Daphne se seguía riendo.
—No. —respondió.
—Bueno, eso resuelve el misterio...
Astoria algo indecisa se fue a su mesa y continuaron desayunando.
—No, puedo creer que mi hermana por un momento se creyó que eras el heredero... —dijo Daphne riéndose a carcajadas.
—Ni se te ocurra mencionarlo, no es divertido que me uses para tu materia de chistes... —contestó Harry molesto.
—Bueno, bueno, bueno, tranquilo, no creo que seas el heredero de Slytherin, sos demasiado buena persona para serlo —dijo riéndose —. Además sos demasiado lindo para ser un asesino de nacidos muggles... —en cuanto dijo esto se hizo un silencio atronador, Minerva había estado escuchando la extraña charla de sus estudiantes, se quedo completamente rígida y con los ojos abiertos miro las expresiones de todos.
Harry abrió grande los ojos, su boca se abrió ligeramente y su expresión paso a ser una de sorpresa absoluta. Luna se tapo con la boca tapando una risita que se empezaba a formar, mientras que Daphne se quedo en completo silencio, su cara cambio a un color rojo intenso, idéntico al pelo de los Weasley y se tapo la boca con una mano. Harry cerro la boca y la volvió a abrir.
—Gra-gracias para mí también sos muy linda. —dijo Harry en voz baja, pero perfectamente audible hasta para McGonagall, mirándola a los ojos con las mejillas ligeramente teñidas de rojo. Se paro y se dio vuelta para irse a clase de encantamientos.
Después de que se fue Harry, Luna miro a Daphne que todo el color rojo se le había concentrado en las mejillas y un sonrisa tonta apareció en su cara. Todavía atontada con el comentario de Harry, se levanto y se fue a clase ella también, siguiendo el mismo camino que su amigo.
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Cuando las clases terminaron, los tres estaban reunidos nuevamente en donde había sido el ataque, los ánimos en el dúo de oro se habían calmado y ahora estaban más tranquilos. Luna se puso a mirar nuevamente la inscripción mientras Daphne miraba por ahí y Harry comenzaba a ver las paredes en busca de alguna pista.
—Chicos, miren. —dijo señalando la ventana que tenía una vidrio roto y una gran cantidad de arañas todas en fila saliendo por el agujero que tenía el cristal.
—Tienen miedo, están huyendo de algo. —comentó Luna con simpleza mirando el caminar de las arañas.
—¿Podríamos considerarlo una nueva pista? —preguntó Harry.
—Sí y no, pero hay que tenerlo en cuenta. —dijo Daphne mirando a las arañas. Harry se volvió al lugar donde estaba las letras pintadas miro el suelo.
—Chicas, ¿no estaba mojado el piso cuando llegamos? —preguntó Harry.
—Si, Myrtle lo inundo seguramente durante la fiesta de Sir Nicolas después de que Peeves la molesto. —respondió Daphne.
—Deberíamos ir a preguntarle. —dijo Luna con su habitual tono soñador.
Los tres subieron al piso de arriba y llegaron al segundo piso.
—Espero acá. —dijo Harry poniéndose a un costado de la puerta del baño.
—Harry, es el baño de Myrtle nadie va a pasar por acá. —comentó Daphne divertida ante el accionar de Harry.
—Está bien, está bien.
Luna abrió la puerta y paso adentro, seguido por Daphne y por ultimo Harry. El baño era el lugar más triste y deprimente del castillo, en la parte principal había lavados de pierda con varias canillas que tenía un espejo delante de cada una de estas, todo puestos formando un heptágono. A la derecha del baño, había en hileras en ambos lados de las paredes, cubículos de madera con retretes en cada una de estos. Todas las puertas estaba ralladas y rotas; y una, colgaba solo de la bisagra de arriba.
Luna pidió silencio con el dedo y fue hasta uno de los cubículos que había y toco.
—Hola Myrtle, ¿como estas? —preguntó suavemente, haciendo que Myrtle saliera.
—Este es el baño de chicas —dijo con recelo mirando a Harry —, y Harry no es una chica.
—No, pero quería mostrarle lo lindo que es este baño —volvió a hablar suavemente —, Myrtle por casualidad ayer por la noche ¿viste algo raro cerca del baño? —preguntó Luna mirándola a los ojos.
—No me fije —dijo con dolor —, me dolió tanto lo que dijo Peeves, que vine de nuevo al baño e intente suicidarme. Luego, claro, me acorde que estoy..., que estoy...
—¿Muerta? —completó Harry. Myrtle comenzó a sollozar y se lanzo a uno de los retretes, salpicándolos y desapareció de la vista. Luna no dijo nada y se dio vuelta con dirección a la salida. Cuando Harry estaba cerrando la puerta Harry escucho un grito.
—¡¿Que están haciendo acá?! —preguntó Percy mirándolos a los tres —, ese es el baño de chicas. —dijo mirando a Harry.
—Oh, le estábamos mostrando a Harry como orinamos las chicas. —respondió Luna con tono despistado.
Harry y Daphne tuvieron que reprimir con toda su fuerza de voluntad la fuerte risa que estaba a punto de salir.
—¡¿QUÉ?! —gritó Percy consternado —. Váyanse todos ahora mismo al comedor que está por comenzar la cena, no quiero volver a verlos por aca. —dijo visiblemente molesto.
Los tres bajaron las escaleras y mientras bajaban Harry y Daphne comenzaron a reírse audiblemente.
—Lu-Luna... sos la mejor. —dijo Daphne riéndose. Los entraron al comer mientras se reían ignorando las miradas de todos.
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Harry se despertó temprano era un día nublado de sábado, se quedo un rato pensando en el partido de quidditch que tenia hoy. El padre de Draco Malfoy había comprado Nimbus 2001 a todo el equipo de quidditch de Slytherin, lo que cual lo hacía oponentes extremadamente difíciles de vencer. Las escobas de los demás equipos eran claramente inferiores, el único que tenía algo comparable era él, con su Nimbus 2000. Nunca había tenido tantas ganas de ganar como esta vez. No se quería imaginar la cara de Wood si llegaban a perder. Después de un rato dando vueltas en la cama, bajo al Gran Comedor a desayunar junto con Daphne y Luna. No muy lejos estaba el resto del equipo de Gryffindor que desayunaban en completo y perfecto silencio.
—Los de Slytherin tendrán mejores escobas que nosotros, eso no se puede negar —comenzó cuando estaban en los vestuarios —. Pero nosotros tenemos mejores jugadores sobre las escobas. Entramos más que ellos y volamos bajo todas las circunstancias climatológicas —Los gemelos Weasley comenzaron a reírse —, y vamos a hacer que se arrepientan del día en que dejaron que esa pequeña rata de Malfoy se comprara un puesto en el equipo.
Con respiración agitada por la emoción, Wood miro fijamente a Harry mientras lo agarraba de los hombros.
—Hoy todos dependemos de vos, Harry, demostrarles que un buscador tiene que tener algo más que un padre rico. Tenes que agarrar la snitch antes que Malfoy, o morir en el intento, porque hoy tenemos que ganar.
—Así que no te sientas presionado Harry. —dijo George guiñándole el ojo.
—No lo molestes George. —replicó molesta Angelina.
—Bueno, bueno... —respondió riéndose.
—No le hagas caso Harry, confiamos en vos. —lo miro Angelina con una sonrisa. Harry le sonrió también.
Cuando salieron al campo, fueron recibidos con gran estruendo; eran sobre todo los gritos de Hufflepuff y Ravenclaw, cuyos miembros y seguidores, con algo de molestia antigua, querían ver derrotado al equipo de Slytherin, sin embargo los de Slytherin no se quedaba atrás y abucheaban y silbaban. La señora Hooch, que era la profesora de quidditch, hizo que Flint y Wood se dieran la mano, y los dos contrincantes aprovecharon para lanzarse miradas de muerte y apretar bastante más de lo necesario la mano.
—Cuando sueñe el silbato —dijo la Señora Hooch —. Tres..., dos..., uno..., ¡Ahora!
Animados por el bramido de la multitud que los alentaba, los catorce jugadores subieron hacia el cielo nublado. Harry ascendió más que ninguno de los otros y cerró los ojos. Comenzó a concentrarse en todas las firmas mágicas que había.
—¿Todo bien por ahí, Potter? —le grito Malfoy, cayendo en picada por debajo de él para mostrar la velocidad de su escoba.
Harry no tuvo tiempo de nada, sintió un objeto que se acercaba, abrió los ojos y vio una bludger negra y pesada que casi le golpea la cabeza.
—Por poco, ¡Harry!, ¡¿Estás bien?! —grito George, pasando al lado suyo como un rayo, con el bate en mano, listo para devolver la bludger contra Slytherin.
Harry vio como George daba un fuerte golpe a la bludger mandándola contra Adrian Pucey, pero este cambio de dirección en medio del aire y fue directamente contra Harry.
Harry bajo rápidamente para evitarla, George logró golpearla más fuerte, esta vez contra Malfoy, pero una vez más, la insistente bludger giro rápidamente como si fuera un bumerán y se encamino como una bala contra la cabeza de Harry.
Harry aumento la velocidad y salió con toda potencia hacia el otro extremo del campo. Escucho que la bludger zumbaba como loca al lado suyo.
—(¿Qué le pasa?.) —pensó Harry sin perderla de vista.
Las bludger nunca seguían a un solo jugador de esa forma, su misión era derribar a todos lo que pudieran...
Rápidamente, Harry voló hacia Fred Weasley que lo esperaba enfrente suyo a lo lejos. Cuando llego Harry se agacho y Fred golpeo la bludger con todas sus fuerzas.
—¡Ya está! —gritó Fred con una sonrisa, pero rápidamente se le borro del rostro cuando la bludger volvió a moverse en dirección hacia Harry como si fuese un imán. La bludger volvió a perseguir a Harry y se vio obligado a irse a toda velocidad del lugar.
El tiempo no ayudo en nada y comenzó a llover. Harry notaba las gruesas gotas que impactaban contra la cara, y contra los cristales de los lentes, no sabía que estaba pasando con los demás jugadores hasta que escucho la voz de Lee Jordan, que decía.
—Slytherin en cabeza por seis a cero.
La superioridad de las escobas de Slytherin era clara y mientras, la bludger enloquecida hacia todo lo que podía para derribar a Harry. Fred y George se acercaban tanto a él como podían, uno a cada lado. Harry no podía ver nada más que sus brazos y le resultaba imposible buscar la snitch.
—Alguien está manipulando la bludger. —dijo en un gruñido Fred, golpeando la pelota una vez más con todas sus fuerzas, en un intento para alejarla de Harry.
—Hay que parar el juego. —esta vez dijo George, haciéndole señas a Wood y al mismo tiempo tratando de evitar que la bludger golpeara a Harry.
Wood capto el mensaje. La Señora Hooch hizo sonar el silbato, Harry, Fred y George bajaron al campo, sin embargo, la bludger seguía intentando golpear a Harry.
—¿Qué pasa? —preguntó Wood, cuando todo el equipo se reunió mientras Slytherin abucheaba —, nos están haciendo puré. Fred, George, ¿Dónde diablos estaban cuando la bludger arruino la marca a Angelina?
—Estábamos ocho metros por encima de ella, Olliver, para evitar que la bludger siguiera intentando matar a Harry —dijo George molesto —. Alguien la hechizó, no deja en paz a Harry, no fue contra nadie más en todo el partido. Los de Slytherin tiene que haberle hecho algo.
—Pero las bludger estuvieron guardadas desde nuestro último entrenamiento en la oficina de la Señora Hooch y esa vez no pasaba nada... —dijo Wood con consternación.
—Escúchenme todos —dijo Harry mirándolos mientras que la Señora Hooch se acercaba —. Si los dos están todo el tiempo volando al lado mío no tengo forma de agarrar la snitch. Vuelvan con el resto del equipo y protéjanlo, yo me puedo encargar de la bludger. —terminó Harry con una sonrisa.
—Harry, no seas tonto —replicó Fred —, te va a matar.
—No se preocupen, si puedo soportar a los acosadores, las miradas de odio del 95% de la escuela y los intentos de bromas... —dijo mirándolos a los gemelos de forma acusatoria —. Una bludger no es problema, tengo una forma de saber donde está en todo momento.
—Oliver, Harry está completamente loco —se quejó Alicia Spinnet molesta —. No podes dejarlo hacer esta locura.
—¡Si paramos el partido ahora, lo perdemos! —replico Harry —. ¡Y no voy a permitir que perdamos contra Slytherin solo por una bludger hechizada! ¡Oliver, por favor, confía en mí, puedo solo!
—Esto es culpa tuya —dijo George molesto mirando a Wood —, ¡Agarra la snitch o morí en el intento! —volvió a decir de forma irónica —. Que estupidez.
La señora Hooch se acercó al equipo de Gryffindor y los vio.
—¿Listos para seguir? —preguntó Hooch mirando a Wood.
Wood miro la expresión de Harry que era casi suplicante, pero en sus ojos había una completa decisión de poder hacerlo.
—Sí, Señor Hooch —dijo firme —. Fred y George ya escucharon a Harry, dejen que se enfrente solo a la bludger.
La lluvia comenzó a caer con más fuerza. Al toque del silbato de la señora Hooch, Harry dio una patada contra el suelo y salió disparado al aire. Enseguida sintió la Bludger moverse contra él. Rápidamente ascendió y comenzó a girar dando vueltas, en zigzag, en espiral, de todas formas, sin embargo la pelota no lo dejaba de seguir en ningún momento.
Un zumbido a su derecha le aviso que la bludger estaba justo por golpearlo y voló hacia arriba esquivándola.
—¿Qué pasa Potter, preparando el ballet para cuando bailes con Greengrass y Lunática? —Le grito Malfoy en burla.
Harry lo miro por un momento y vio la snitch justo a centímetros de su oreja pero él estaba tan distraído en reírse que no se dio cuenta de esta. Harry salió disparado contra Malfoy con la bludger detrás. Malfoy se asusto, Harry paso por el costado y cerro la mano sobre la snitch, dio un medio giro, pero justo cuando estaba por terminar la vuelta la bludger impacto contra su antebrazo derecho.
CRACK
Fue lo único que se escucho, Harry aturdido por el golpe quedo dado vuelta de su escoba solo colgado por las piernas. Malfoy pensando que lo había intentado atacar lo miraba asustado. Harry comenzó a volar más rápido volviéndose a subir y salió en picada contra el suelo con la bludger detrás de él, rápidamente se puso al ras del suelo y se dejo caer.
La escoba y Harry se deslizaron por el humedecido pasto del campo de juego y cuando finalmente se quedó quieto miro su mano derecha, dentro estaba la snitch, se escuchó el silbato, el partido había terminado.
Harry se había partido el radio y el cubito en dos partes, se sentó en el campo, no tardo mucho en ver como todo el equipo iba hasta donde estaba, no muy lejos Daphne corría a donde él estaba, McGonagall y Luna estaban bastante atrás pero también estaban al trote. Cuando Daphne llego se tiro encima de Harry abrazándolo con fuerza.
—Auch, auch, auch, Daph, tengo el antebrazo roto. —dijo Harry
—Perdón, perdón. —se disculpo Daphne soltándolo ligeramente, mirándolo con una sonrisa, puso una mano en la mejilla y el tiempo para ambos se detuvo.
Se quedaron mirando a los ojos como si estuvieran completamente hipnotizados por el otro, lentamente se fueron acercando. Pero en medio del momento...
—¡CUIDADO! —gritó Harry mientras agarraba a Daphne de la nuca y la atraía contra su pecho, y se tiraba hacia atrás, justo cuando pasaba la bludger por encima de ellos, en un intento de protegerla. Daphne rápidamente se paro, saco su varita y apunto.
—¡REDUCTO! —gritó Daphne delante de Harry.
Un rayo azul golpeo a la bludger y esta exploto convirtiéndose en polvo. Luna y McGonagall miraron impresionadas a Daphne mientras que el resto del equipo se acercaba a Harry.
—Muévanse... —Lockhart rápidamente se abrió paso y sin preguntar, saco su varita y apunto al brazo de Harry.
Harry sintió que algo desaparecía. Daphne se dio vuelta y abrió bien gran de los ojos. Harry ya no tenía dolor, bueno para ser más precisos, no sentía nada, su antebrazo no era la excepción.
—¡Ah! —dijo Lockhart —. Sí, bueno, a veces pasa esto. Pero el caso es que los huesos ya no están rotos. Eso es lo que importa. Así que ahora Harry, creo que deberías ir a la enfermería. Señorita Greengrass, Señorita Lovegood, ¿Pueden ayudarlo? La Señora Pomfrey podrá..., esto... arreglarlo.
Harry cuando se puso de pie se sintió raro, como si fuera asimétrico, miro donde estaba la manga de su túnica y vio que había un guante de color carne, intento mover los dedos pero no hubo caso.
Lockhart no le había arreglado los huesos... se lo había quitado.
El próximo capítulo esta titulado: "(No) Podes Avanzar"