Obsoleto - El Orden Natural D...

By True-Doragonkingu

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Harry Potter tuvo una infancia miserable por culpa de sus tíos y ahora esta roto, pero gracias a un simple mo... More

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Un Mundo Lleno de Oportunidades
La Justicia de Atenea
La Chica de Los Ojos Azules
El Precio de Lo Que Decidimos Ser
El Dúo de Oro
Los Deseos de Un Corazón Roto
Juntos, Siempre Y Hasta El Final
Desde las cenizas
El Peso de Nuestra Conciencia
La Voluntad Para Hacer Lo Correcto
Las Dos Caras de Selene
El Único Deseo Es Aprender
Psicología de Masas
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Teoría del Gran Impacto
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Tiempos de Odio - Parte I
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Somos Aquello que Vivimos
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La Voz de La Razón
El Reflejo de Nuestro Corazón
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Una Dolorosa Verdad
El Poder de Amarte - Parte II
Tiempos de Odio - Parte II
El Llanto de la Serpiente
Un Nuevo Comienzo
Sueños, Pesadillas y Realidades
El Torneo de Los Tres Magos
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Fuerza de Voluntad
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Nada Es Verdad, Todo Está Permitido
El Cuarto Poder
Una Noche de Ensueño
Aquello Que Más Valoramos
El Preludio de La Locura
La Sombra
Bautismo de Fuego
El Ultimo Deseo - Parte I
Un Nuevo Año
El Caballo de Troya
La Santa Inquisición
Lucha de Poderes
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Una Muerte En La Familia
Unas Grises Navidades
La Sombra Que Nos Acecha
La Estrella Que Brilla En La Oscuridad
La Fuerza de Coerción
Compresión Empática
Transformaciones, Recuerdos y Secretos
Al Borde de La Desesperación
Carrera Contra El Tiempo
El Muchacho Que Odia...
El Muchacho Que Ama...
El Ultimo Deseo - Parte II
Nobles y Ancestrales Tradiciones
Las Alas de La Libertad
Las Nobles y Ancestrales Familias
La Mano Negra de La Muerte
Protegiendo Lo Que Es Nuestro
Lealtades y Pensamientos
Historias Pasadas - Parte I
Historias Pasadas - Parte II
El Valor de La Información
Historias Pasadas - Parte III
Argumentum Ad Consequentiam
Una Fría Navidad
Historias Pasadas - Parte IV
Una Segunda Resolución
Historias Pasadas - Parte V
Las Consecuencias del Pasado
El Principio del Fin
El Corazón de Luna
Preparaciones Para El Final
Cicatrices Que Continúan
Un Mundo Que Se Acaba
El Mensajero del Fin del Mundo
El Monstruo Que Gritó "Amor" En El Corazón Del Mundo
Cuando Algo Termina, Algo Comienza

A Quién Más Odiamos

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By True-Doragonkingu

Disclaimer: Nada de Harry Potter es de mi propiedad, los personajes y todo lo relacionado a la historia canon que pueda aparecer, a excepción de lo creado y modificado por mi persona, pertenecen a J.K. Rowling.

Summary: Harry Potter, un muchacho consciente de la magia, con una gran inteligencia, pero roto por culpa del maltrato de sus parientes. Hasta que por azar del destino, su vida va a cambiar completamente y ya nada va a volver a ser igual.

El Orden Natural de Las Cosas.

Año I

Capítulo VII

"A Quién Más Odiamos"

~0~0~

—DIALOGO NORMAL—

—(PENSAMIENTO)—

—"PARSEL"—

~0~0~

El piso de la cocina estaba frio, siempre lo estaba, esas baldosas color crema era casi viejas amigas para Harry, el sentirlas otra vez tocando sus manos producía una sensación de desasosiego. Cada vez que las yemas de sus dedos las tocaban, sabía que era para recibir otra de los rutinarios castigos que alguien de la familia le imponía o simplemente, para humillarlo con las mas mundanas tareas en un intento por generar en él un estado de completa servidumbre y sumisión.

Abrió los ojos, sentía un palpitar y un ligero pinchazo en el hemisferio izquierdo de su cabeza, sin lugar a duda había sido un golpe fuerte el que recibió. Estaba tirado en el suelo frio, sin pensar en el dolor, comenzó a levantarse sin decir nada y sin quejarse, cuando estuvo finalmente de pie, sintió la sangre brotar de su ceja izquierda, era cálida, miró hacia abajo y vio caer un par de gotas en su remera. No lloró, simplemente no le iba a dar ese lujo. Volvió a mirar hacia donde estaba su agresor y lo miro directamente a los ojos con una mirada vacía.

—Y que ni se te ocurra volver a intentar algo, no quiero que vuelvan a pasar cosas extrañas en esta casa ni en ningún lado —dijo molesto—. ¡¿Me escuchaste anormal de mierda?! —gritó completamente furioso, levantando el puño en forma de amenaza con golpearlo nuevamente.

—Si tío Vernon, perdón, no va a volver a pasar. —respondió monótonamente en un tono monocorde sin soltarle la mirada.

—Bien me gusta que sepas donde está tu lugar —dijo complacido—. Ahora anda a lavarte la cara antes de que ensucies el piso que tu tía con tanto esfuerzo limpio.

—Si tío Vernon. —volvió a responder monótonamente.

Camino sin decir nada y sin mostrar ninguna emoción hacia el baño, cuando llego, solamente cerró la puerta tras de sí y se miró al espejo, la sangre había parado de brotar, pero su cara, al igual que parte de su ropa, estaba manchada con ese rojo metalizado. La zona estaba comenzando a tomar un color ligeramente morado y tenía una ligera hinchazón. Se desvistió quedándose solo en ropa interior y se miró en el espejo de cuerpo entero que había detrás de él.

Se tocó ligeramente la cara, específicamente donde tenía cortado e hizo una mueca de dolor. Tenía algunos moretones en la zona baja del abdomen del lado derecho y otro en su antebrazo, Dudley se los había hecho con su amigo Pierce dos días antes en un juego que ellos llamaban, cazar al anormal, a ellos parecían divertirles, dudar de la humanidad de la gente que lo rodaba era algo que sin lugar a duda era completamente válido.

Cerró los ojos y respiro profundamente, abrió la canilla del lavado y comenzó a limpiarse la herida, para luego desinfectarla, limpio todos los lugares donde la sangre había llegado, cuando termino, cerro la llave del agua y abrió la de la ducha que estaba a su costado. Se volvió a mirar al espejo para sentir que algo caía de su cara, estaba llorando, en silencio se sentó sin dejarse de mirar al espejo, se abrazó a sus piernas en posición fetal, en tres días iba a ser su noveno cumpleaños y escondió su cara entre sus piernas. Solo dejo su mente fluir.

Odio era lo único que sentía en ese momento, odiaba a todos, odiaba a sus tíos por sus injusticias, odiaba a su primo por sus golpes, odiaba a sus compañeros de escuela porque lo excluían sin razón, odiaba sus maestros por dejarse influenciar por sus familiares, odiaba a sus padres por haberlo abandonado, pero, había alguien que odiaba por sobre todas las personas, lo despreciaba con toda su fuerza y ese era, el mismo, se odiaba por sentir dolor, se odiaba por ser odiado, se odiaba por lo injusta que era su vida.

Muchas veces se había planteado el suicidio como una solución para terminar tanto dolor, para terminar con todo, ponerle fin a tanto dolor, pero no podía, su mente le decía, que, si lo hacía, quienes lo odiaban entonces habían ganado y él, se perdería en el vacío de la muerte y el silencio del olvido. Se había opuesto a sus tíos aprendiendo todo lo que podía, no les iba a dar el lujo de terminar su vida y que ellos pudieran ser felices. No se los iba a permitir, no se lo iba a permitir a nadie.

Levanto la cabeza y se miró fijamente en el espejo, algo cambio, ya no se escuchaba la lluvia de la ducha caer. Miró hacia el agua que debería estar cayendo y lo vio, está no caía, estaba quieta, suspendida en el aire como si el tiempo se hubiese detenido, miro por todo el lugar, había distintos objetos flotando en el aire. Se puso de pie y estirando la mano tocó las gotas que estaban suspendidas, estaban vivas, todo estaba vivo, cerró los ojos y lo sintió, una extraña fuerza estaba en todos los objetos y en mayor medida en los seres vivos que estaban fuera de la casa y a su alrededor.

Se miró las manos, había algo en todos lados, él podía sentir ese algo, él tenía ese algo, tenía el control de ese algo. Cerró los ojos y respirando profundamente el agua de la ducha comenzó a caer nuevamente al igual que todo lo que flotaba. Una sonrisa apareció en su lastimado rostro.

~0~0~

La luz, de una mañana fría de noviembre, golpeo directamente contra sus parpados sacándolo de su sueño, más bien, de sus recuerdos. Su cuerpo se movió llevándose sus manos a la cara tratando de aliviar el ligero dolor de cabeza que tenía, Gaya se movió en su pecho, estiro su cuerpo y lo miro con sus ojos amarillos.

—"¿Estás bien Harry?, estas llorando." —preguntó la serpiente preocupada.

—"Si Gaya, solo fue un mal sueño." —respondió con una sonrisa.

Gaya no dijo nada, solo se arrastró por su pecho y se envolvió en su cuello tratando de consolarlo. El invierno estaba comenzando, los días fríos pronto se iban a hacer recurrentes.

Mientras se duchaba, trataba de relajarse bajo el agua caliente, le estaba siendo muy difícil mantener su semblante calmo, suspiró cerrando la canilla de agua, se secó y se puso su uniforme de jugador de Quidditch. Respiró hondamente y miro con una sonrisa a Gaya que estaba enrollada sobre su cama.

—"¿Te queres quedar con Daphne o en la habitación? —preguntó Harry con un sonrisa.

—"Daphne." —respondió la serpiente con simplicidad.

Harry estiro su mano y la serpiente comenzó a enrollarse en su muñeca, era más pesada y larga que antes, el solo sonrió ambos habían crecido en este último tiempo.

Daphne lo esperaba como siempre en la entrada del Gran Comedor, cuando lo vio, solo le dedico una sonrisa.

—Bonito traje. —dijo divertida.

—Gracias —respondió algo avergonzado.

La sonrisa de la chica se borró cuando lo vio a los rojos y algo hinchados ojos de su amigo y una mirada de preocupación se hizo presente.

—Harry, ¿Estas bien?, ¿Estuviste llorando? —preguntó preocupada.

—Eh, sí, estoy bien, solo tuve un mal sueño —dijo con una mirada melancólica.

Ambos entraron al gran comedor en silencio y sin decir nada se sentaron en su habitual lugar.

—¿Queres hablar de tu sueño? —preguntó Daphne mirándolo a los ojos —. Tal vez, hace que te sientas mejor. —dijo con una sonrisa para luego servirse un poco de té con tostadas.

Harry se mordió el labio inferior y miro su té.

—Fue un recuerdo de cuando tenía 8 años. Mi tío me había castigado porque pasaron cosas que no deberían haber pasado, por haber hecho magia accidental.

—Pero la magia accidental no se puede controlar ¿no le explicaste eso a tu tío?

—Yo en ese momento no sabía lo que era la magia y a mis tíos no les interesa que lo supiera y mucho menos que tuviera brotes de magia accidental, para ellos era un fenómeno, un anormal, un monstruo. —dijo frio, apoyando su codo sobre la mesa, para después recostar su cabeza en su mano y mirar con la vista perdida a la ventana que tenía enfrente.

—Harry... —dijo en voz baja.

—El me golpeo en la cara ese día, me corto la ceja por el golpe —Daphne hizo un pequeño gemido de terror tapándose la boca con la mano —, todavía me acuerdo de como la sangre estaba en mi cara. Esa no fue ni la primera ni la última vez que me golpeo. —ella no dijo nada, solo se apoyó en el brazo de Harry y recostó su cabeza en su hombro en silencio, abrió la boca ligeramente y casi en un susurro dijo.

—Mi papá a veces usa una maldición para castigarme... cuando... no concordamos o no sigo sus intereses —dijo con molestia —. Se llama Inpulsa, hace que te duelan todos los músculos del cuerpo, es como la maldición cruciatus pero muchísimo más leve. Mi mamá siempre trata que mi hermana y yo estemos lo más lejos posible de él, pero no siempre puede evitarlo, por suerte a Astoria nunca le hizo nada.

Ninguno de los dos dijo nada, no necesitaban decir nada para expresar lo que sentían, solo se quedaron en esa posición. En la semi soledad del gran salón por la mañana, solo disfrutaron del silencio juntos, del aquel acto fraternal que compartían.

—Daph. —llamó Harry rompiendo, después de un tiempo, el silencio.

—¿Si Harry? —dijo suavemente mirándolo a los ojos.

—¿Cuidarías a Gaya por mi durante el partido? —preguntó con una sonrisa.

—Sí.

—Gracias. —Ambos sonrieron.

Minerva McGonagall solo miro la escena con una sonrisa, ella era una espectadora, no dijo nada, pero vio que algo en ambos, conscientes o no, había cambiado. Las cosas iban a ser muy interesante en el futuro, ya se esperaba a ambos en su oficina, con una risita ahogada cerró los ojos mientras tomaba un poco más del té que tenia servido y solo se dejó divagar en las posibilidades que se le podrían presentar en el futuro.

~0~0~

Una hora antes del mediodía todo el colegio estaba reunido en el campo de quidditch, Daphne estaba en la zona de alumnos de Slytherin, cerca de los asientos de los profesores, a lo lejos veía una pancarta gigante que decía, HARRY POTTER, SEÑOR DE LAS SERPIENTES, se rio fuertemente ante eso y miro por un momento a Gaya que sacaba su cabeza por el cuello de su túnica, seguramente había sido obra de los gemelos Weasley.

Mientras tanto, en los vestuarios, Harry y el resto del equipo estaban repasando la estrategia y teniendo un intento de charla motivacional.

Wood carraspeo un poco y dijo.

—Bueno, chicos... y chicas —dijo mirando a Angelina Johnson —. Este es...

—El más grande. —interrumpió Fred con voz grave.

—El que estábamos esperando. —agregó George de igual manera.

—Nos sabemos el discurso de memoria —dijo Fred guiñándole un ojo a Harry —. Estuvimos en el equipo el año pasado.

—Cállense los dos —comentó rápidamente Wood —. Éste es el mejor equipo que Gryffindor ha tenido en muchos años. Y vamos a ganar. Harry te necesitamos enfocado, dependemos de vos. —él solo asintió decidido.

Harry siguió al resto del equipo, piso el suave césped del terreno entre gritos y aplausos de los espectadores. Lo primero que vio fue una gigantesca pancarta con letras rojas que cambiaban de colores en un fondo blanco.

—¿Qué te parece nuestra obra? —preguntaron Fred y George al mismo tiempo divertidos.

—Es...Sublime —respondió riéndose —. Son los mejores.

—Lo sabemos —dijeron ambos divertidos al mismo tiempo.

La señora Hooch era el árbitro del partido. Estaba parada en el centro del campo con su escoba a su lado.

—Bien, quiero un partido limpio, bien jugado y sin problemas, por parte de todos. —dijo mirando seriamente a al capitán de Slytherin.

Marcus Flint era un chico de quinto, tenía cierto parentesco con el troll que Daphne y el habían derrotado.

Volvió a mirar su estandarte, se apareció una pequeña sonrisa en sus labios y conteniendo la risa.

—Todos a sus escobas. —dijo seria Hooch.

Harry subió a su escoba y comenzó a volar. Cuando todos estaban en el aire le señor Hooch lanzo un pitido y el partido comenzó.

—Y la quaffle la agarra de inmediato Angelina Johnson de Gryffindor... Qué excelente cazadora, es tan joven y, a propósito, también es muy linda...

—¡JORDAN! —gritó McGonagall.

—Lo siento, profesora. —Dijo el comentarista. El amigo de los gemelos Weasley, Lee Jordan, era el comentarista del partido, vigilado muy de cerca por la profesora McGonagall para que no comentara... cualquier cosa.

—Y realmente da un buen golpe, un buen pase a Alicia Spinnet, el gran descubrimiento de Oliver Wood, ya que el año pasado estaba en reserva... Otra vez Johnson y... No, Slytherin tiene la quaffle, el capitán de Slytherin, Marcus Flint se apodera de la quaffle y allá va... Flint vuela como un águila... está a punto de... no, lo detiene una excelente jugada del guardián Wood de Gryffindor y Gryffindor tiene la quaffle... Aquí está la cazadora Katie Bell de Gryffindor; buen vuelo rodeando a Flint, vuelve a elevarse del terreno de juego y... ¡Aaayyyy!, eso ha tenido que dolerle, un golpe de bludger en la nuca... Slytherin tiene la quaffle... Adrian Pucey aumenta la velocidad hacia los postes de gol, pero lo bloquea otra bludger, enviada por Fred o George Weasley, no sé cuál de los dos... bonita jugada del golpeador de Gryffindor, y Johnson otra vez en posesión de la quaffle, el campo libre y allá va, realmente vuela, evita una bludger, los postes de gol están ahí... vamos, ahora Angelina... el guardián Bletchley se lanza... no llega... ¡GOL DE GRYFFINDOR!

Los gritos de los de Gryffindor llenaron todo el estadio, junto con los silbidos y quejidos de Slytherin.

Daphne miraba atentamente cada movimiento del partido, tampoco perdía el ojo en Quirrell, quien era para ambos, su principal fuente de sospecha. Mientras que McGonagall tampoco dejaba de prestar atención a su protegido.

Por encima de ellos, Harry volaba sobre el juego, esperando alguna señal de la snitch. Eso era parte del plan que tenía Wood.

—(Quedate lejos hasta que veas la snitch. No quiero que ataques antes de que tengas que hacerlo). —se repetía Harry en su cabeza una y otra vez lo que le había dicho el capitán durante los entrenamientos.

Cuando Angelina anotó un punto, Harry dio unas vueltas para aflojar la tensión, y volvió a vigilar la llegada de la snitch. En un momento una bludger decidió perseguirlo, como si fuera una bala de cañón, pero Harry la esquivó y Fred Weasley salió a atraparla.

—¿Todo bien, Harry? —tuvo tiempo de gritarle, mientras lanzaba la bludger con furia hacia Marcus Flint. El solo asintió.

—Slytherin tiene la quaffle — dijo Lee Jordan —El cazador Pucey esquiva dos bludgers, a los dos Weasley y al cazador Bell, y acelera... esperen un momento... ¿No es la snitch?

Un murmullo paso por todo el estadio, mientras Adrian Pucey se le caía la quaffle, demasiado ocupado tratando de mirar por encima de su hombro el destello dorado, que había pasado al lado de su oreja.

Harry la vio. En un arrebato de excitación se lanzó en picada persiguiendo la pequeña esfera. Terence Higgs, el buscador de Slytherin, también la vio y juntos se lanzaron hacia la snitch... Todos los cazadores se olvidaron lo que tenían que hacer y se concentraron en mirar a los buscadores.

Harry era mucho más rápido que Higgs. Podía ver la pequeña pelota, agitando sus alas, volando hacia delante.

Aumentó su velocidad y... ¡PUM! Todas las tribunas de Gryffindors abuchearon... Marcus Flint había encerrado a Harry, para intentar hacerlo caer.

—¡Falta! —gritó la señora Hooch enfadada a Flint, y luego dio tiro libre para Gryffindor.

Pero con toda la confusión, la snitch dorada, desapareció otra vez.

—Entonces... después de esta obvia y desagradable trampa... —comentó Lee Jordan.

—¡Jordan! —lo regañó la profesora McGonagall.

—Quiero decir, después de esta evidente y asquerosa falta...

—¡Jordan, no digas que no te aviso...!

—Muy bien, muy bien. Flint casi mata al buscador de Gryffindor, así que, penal para Gryffindor; la coge Spinnet, tira, no sucede nada, y continúa el juego, Gryffindor todavía en posesión de la quaffle.

Harry esquivó otra bludger, que pasó peligrosamente cerca de su cabeza y ocurrió lo imprevisto.

Su escoba comenzó a sacudirse violentamente, se le estaba comenzando a complicar mantener la estabilidad, trato de agarrarse lo más fuerte posible, pero le fue imposible y se resbalo de la escoba para terminar solo colgado de las manos de esta. Esto nunca le había pasado.

Todo el mundo comenzó a mirarlo, como se balanceaba y la escoba se movía en un zigzag violento.

Daphne abrió grande los ojos y lanzo un gemido de terror.

—¿Que pasa Greengrass?, ¿Tu novio tiene problemas? —dijo con saña Pansy Parkinson.

—No la molestes, Parkinson. —replicó Tracey Davis.

—No te metas en esto Davis. —respondió molesta Parkinson.

Daphne solo la ignoro y se concentró en ver a Harry, si algo sabia de escobas es que esos movimientos no eran naturales, no al menos, no de una escoba nueva y en perfecto estado como la que él tenía. Su cabeza comenzó a funcionar a toda máquina hasta que le vino una idea a la cabeza.

—(Tiene que ser una maldición). —pensó rápidamente.

Lo primero que pensó es en ver a su alrededor hasta que se concentró en Quirrell y ahí estaba con los ojos abiertos moviendo los labios, sin duda era una maldición, pero el profesor Snape también lo estaba haciendo.

Daphne se movió rápidamente por la multitud y arrastrándose bajo las gradas comenzó a gatear hasta llegar cerca de donde estaban los profesores, puso su varita en la túnica del profesor Quirrell.

—Incendio. —dijo en voz baja.

Para después irse de nuevo gateando hasta donde estaba su lugar, Quirrell tardo no más de 1 minuto en darse cuenta del olor a quemado. En un movimiento desesperado del profesor intentando apagar el fuego le indico que había logrado su cometido, volvió a centrase en Harry y su escoba había dejado de moverse erráticamente. Lo había salvado.

Harry sintió como la escoba dejaba de moverse erráticamente, se comenzó a balancear hasta subirse nuevamente y rápidamente comenzó a moverse. Ya habría tiempo después para investigar que paso. Vio la snitch dorada moverse cerca suyo con dirección al suelo y se lanzó en picada persiguiéndola.

Higgs también pareció verla porque se lanzó junto con Harry en picada, ambos iban iguales aproximándose rápidamente al suelo, Higgs miraba a Harry y a la snitch de forma intercalada mientras se aproximaban peligrosamente a tierra. Antes de llegar, él se elevó para no estrellarse. Harry siguió a toda velocidad y de un rápido movimiento la snitch hizo un giro cerrado en L para ponerse al ras del suelo yendo en dirección al poste principal de Gryffindor, todos habían dejado de jugar para ver a Harry ir contra la snitch.

Harry se paró sobre las pedaleras de su escoba y tiro con todas sus fuerzas del mango hacia arriba para dar también un giro cerrado en L, luego estabilizarse y salir disparado tras la snitch. Todos en el estadio miraron asombrados el arriesgado movimiento, McGonagall lo veía con orgullo y Daphne lo miraba con los ojos y la boca abierta de asombro.

Su mano estaba a centímetros de la pequeña esfera, el tiempo pareció ir más lento, se estiro lo más que pudo y cerro su mano. El sentimiento que le produjo tener pequeña esfera en vuelta en su mano era lo más gratificante que había sentido nunca. Comenzó a disminuir la velocidad y estiro su brazo con fuerza hacia arriba mientras una gigantesca sonrisa se le formaba en el rostro.

—¡Tengo la snitch! —gritó con todas sus fuerzas.

El partido había terminado.

Todos festejaban gritando y sonriendo en la sala común de Gryffindor, si el equipo seguía jugando como lo habían está haciendo sin lugar a duda la copa iba a ser suya este año, sin embargo, Harry se escapó rápidamente de la fiesta, no estaba acostumbrado a tanta gente junta y su incomodidad era evidente. Rápidamente se dirigió al gran comedor, ahí estaba sentada en las afueras junto con Gaya que sacaba su cabeza cerca de su cuello de la chica.

—Excelente partido. —dijo Daphne mirándolo a los ojos.

—Gracias. —respondió con una sonrisa.

—Fue Quirrell. —dijo seria.

—¿Qué fue lo que paso?

—Hechizo la escoba, miraba sin soltarte la miraba y murmuraba algo, tuve que prenderle fue la túnica para que parara. —contestó divertida la ultima parte.

Harry rio abiertamente sentados al lado suyo y mirándola a los ojos.

—Supongo que tengo que darte las gracias por salvar mi vida ¿no? —preguntó divertido.

—Por supuesto. —respondió igualmente divertida.

—Muchas gracias por salvar mi vida, no sé qué haría sin vos. —dijo divertido mientras hacia una reverencia.

—Harías lo mismo, pero sin tanto estilo. —comentó riéndose. Harry se puso serio.

—¿Por qué Quirrell quiso matarme? —pregunto mirando al cielo, sin ninguna expresión.

—No sé, pero esto no puede quedar así —contestó Daphne suspirando —, tampoco podemos decirle a alguien, es una acusación demasiado grave y no tenemos pruebas, lo cual lo hace muy difícil de probar.

—Entonces solo queda seguir con el mismo plan de siempre, vigilar a Quirrell cada vez que podamos y tratar de que dé un paso en falso y acusarlo, pero ahora todos van a estar mucho más pendientes, no es normal lo que le paso a mi escoba.

—No puede ser que no haya ninguna forma de vigilar constantemente a Quirrell. —dijo frustrada Daphne.

—"Yo podría vigilarlo por las noches". —comentó Gaya

—"¿Estás segura?". —preguntó Harry

—"Si, déjamelo a mí, no me va a ver nadie"

—"Esta bien, pero déjame trazar un plan con Daphne antes de hacer cualquier cosa". —dijo mientras Daphne los miraba hablar.

—¿Que dijo? —preguntó rápidamente.

—Dice que puede vigilar a Quirrell por las noches. Pero antes de hacer eso quiero trazar un plan, serian un gran problema si la descubren y mucho más si le hacen algo.

~0~0~

Gaya había sido dejada por Harry en el salón de defensa contra las artes oscuras justo antes de salir. En el mismo salón estaba el cuarto de Quirrell. Se movió rápidamente entre los muebles sin que nadie la viese y comenzó a esperar. Harry y Daphne dependían de ella, el plan era simple, infiltrase, espiar, salir por la mañana, luego analizar la información y repetir el proceso las veces que fuese necesario.

Las primeras semanas había sido infructuoso, nunca había nada nuevo, siempre era la misma rutina, enseñar, leer, dormir, todo era normal por decirlo de una forma, pero una noche las cosas cambiaron.

—Maestro, la piedra de Flamel esta resguardada por Albus Dumbledore todavía, y mientras el este en el castillo, no podemos acceder a esta. —dijo Quirrell con miedo en su voz.

—Silencio, me has fallado una vez Quirrell, más vale que la próxima vez las cosas salgan como deberían sino, las cosas te van a costar mucho. —respondió una voz enojada.

—Si maestro. —dijo un asustado Quirrell

—Necesito más sangre de unicornio Quirrell, este cuerpo se está pudriendo demasiado rápido y por lo visto después de tu ineptitud durante la fiesta de Samhain voy a estar mucho más tiempo así.

—Si maestro.

Por la mañana Harry fue a buscar a Gaya, que rápidamente entro en su manga y se movió hasta tener su cabeza cerca del cuello de Harry.

—"Tengo información importante".

—"Entiendo, vamos con Daphne".

Harry rápidamente camino hasta el gran comedor en donde Daphne, como todos los días, lo esperaba debajo de uno de los arcos entre los pilares que delimitaban los pasillos con el patio interno del castillo, que adornaban las afueras del gran salón.

—Gaya tiene información, vamos. —ella solo asintió.

Ambos entraron rápidamente, como siempre se sentaron en la mesa de Gryffindor y Gaya comenzó a contarles ante la atenta mirada.

—"Quirrell se comunicaba con alguien, no pude saber quién era, estaba poseído, eso sin duda, lo llamaba maestro, le dijo que no había podido conseguir la piedra de Flamel durante la fiesta de Samhain. También que su cuerpo se estaba pudriendo y por eso necesitaba sangre de unicornio. Y que Mientras que Albus Dumbledore estuviera en el castillo iba a ser imposible acercase a la piedra."

Harry le transmitió todo lo que dijo a Daphne y ambos comenzaron a pensar.

—Entonces Quirrell es responsable del troll durante Samhain. —dijo Harry serio.

—Sí y también, ahora sabemos la razón de porque hay tanto olor a ajo cerca de él y en su aula, trata de tapar el olor de putrefacción.

—Eso explica lo que siento que pasa con su magia. Ahora lo único que hay que hacer es averiguar quién es Flamel, que es esa dichosa piedra y porque la quiere Quirrell.

—A demás ahora sabemos cuándo avisar a algún profesor.

—¿A qué te réferis? —preguntó Harry sin entender.

—Gaya lo dijo, mientras el director este en el castillo, nadie se va a poder acercar a esta piedra.

—Si es cierto. —ambos se quedaron en silencio. Hasta que Daphne con un suspiro dijo.

—Creo que lo mejor que podemos hacer ahora, es cuando me vaya en navidad investigar quién es Flamel y vos vas a poder controlar que Dumbledore este para cuidar la piedra. Si Dumbledore se va, hay que avisarles a los profesores.

—Bien, yo voy a tratar de investigar por mi lado. —dijo decidido.

~0~0~

Los días anteriores a navidad llegaron. La nieve caía como perfectos copos blancos que le daban al castillo un aire aún más mágico que el que ya tenía. Dentro no hacia frio, la calefacción estaba encendida y había hechizos por todos lados para mantener los pasillos a una temperatura agradable. Harry miraba al cielo con la vista perdida en el cielo.

—Suerte buscando información —interrumpió Daphne —. No te preocupes, voy a encontrar la información, apenas sepa algo te envió una carta. Sino lo primero que vas a recibir ese mi regalo de navidad. —dijo divertida. Harry sonrió.

Vio partir los carruajes, era raro, se sentía raro, ahora que Daphne no estaba se sentía raro. No sabía cómo explicarlo, nunca le había pasado esto. Suspiro derrotado sin entender lo que pasaba por su propia cabeza, en algún momento lo iba a averiguar, pero por ahora tenía tarea por hacer. Solo camino para entrar de nuevo al imponente castillo mientras Gaya se enroscaba aún más en su cuello tratando de escapar del frio.

Los pasillos estaban desolados, era raro que no hubiese el característico bullicio que normalmente inundaba todo el lugar cuando los alumnos están presentes, ahora solo unos pocos se habían quedado en navidad, sin pena ni gloria se dirigió al gran salón para buscar una taza de chocolate caliente y leer un libro. Cuando llego para cumplir su cometido, una sonrisa adorno su rostro y una voz le pregunto.

—Siempre despierto por la mañana, ¿no? —preguntó una voz detrás de él mientras leía.

—Siempre. —respondió mirándola con una sonrisa.

—Te levantase temprano para despedir a la Señorita Greengrass, ¿no? —preguntó Minerva divertida.

—Si.

—¿Te gustaría venir a tomar el té por la tarde?

—Sí, ¿a qué hora?

—A las 4. —Harry asintió.

Minerva solo le sonrió cuando lo vio atravesar su puerta, estaba ahí parado Gaya sacaba su cabeza atreves de su bufanda.

—Buenas tardes, Minnie. —dijo con una sonrisa.

—Buenas tardes Harry, por favor toma asiento. ¿Te gustaría tomar té?

—Sí, claro, con azúcar por favor. —Minerva solo asintió.

—Bueno, ¿te gustaría saber mi opinión de tu desempeño en clase?

—Si. —dijo con algo de nerviosismo.

Minerva sonrió y comenzó

—Tu desempeño en esta primera parte del año fue muy buena, todos tus profesores están muy conformes con tu trabajo, yo estoy muy conforme con lo que hiciste, a pesar de haber estado viviendo con muggles te desenvolviste muy bien, aprendiste las costumbres rápidamente y seguiste todos los consejos que te di. Estoy muy orgullosa de ser tu tutora —Harry abrió grandes los ojos y una sonrisa muy grande en el rostro. Minerva entendió rápidamente la felicidad del muchacho, y se mordió imperceptiblemente el labio —. Espero que sigas así hasta los exámenes de fin de año, estoy segura que la Señorita Greengrass es una gran amiga y compañera, su desempeño al menos, al igual que el tuyo, en mi materia es excelente. —dijo con una sonrisa.

—Me alegro que mi desempeño haya sido de tu agrado. —respondió con una sonrisa tímida.

—Harry, ¿te puede hacer una pregunta?

—Por su puesto.

—¿Por qué no haces más amigos?, entiendo que te lleves muy bien con Daphne, pero algunos amigos dentro de tu propia casa no estarían tan mal. Es una sorpresa que una Slytherin y un Gryffindor es lleven y congenien tan bien, pero ¿y los demás?, no te veo acercarte a ellos.

—No me gustan la mayoría —dijo mirando a otro lado —. La mayoría de los de Slytherin se comportan como unos idiotas, como Draco Malfoy, por ejemplo —Minerva lo miro molesta —. Perdón, pero es verdad, seguramente hay gente buena, no lo niego, el resto solo se limitan a ignorarme y no molestarme. En Hufflepuff son buenas personas la mayoría, pero están demasiado cerrados a sus compañeros de su propia casa y le tienen miedo a Gaya, así que es difícil hablar mucho tiempo con alguien, los de Ravenclaw no me molestan, simplemente me ignoran. Gryffindor, bueno hay algunos como que son buenas personas como los del equipo de Quidditch o tal vez Neville Longbottom, aunque me mira con desconfianza, pero la mayoría o me mira raro o se comportan como unos verdaderos tontos, como Ron Weasley.

—¿Te miran raro? —preguntó Minerva con una ceja levantada.

—Solo ven lo que ellos quieren ver, solo ven al niño que vivió o al hablante de parsel, no ven a Harry. Ron Weasley cuando me conoció dijo que era un mago tenebroso por ser un hablante —dijo riéndose, McGonagall puso cara molesta —. Solo ven lo que quieren ver, tal vez los gemelos Weasley y el equipo de quidditch escapan a esta cuestión, pero serían los únicos.

—¿Y Daphne Greengrass es diferente? —volvió a preguntar interesada.

—Sí, ella me ve como solo Harry, no le molesta que sea un hablante ni que sea de Gryffindor, tampoco mira a Gaya como si fuera un monstruo, ambas se llevan bien, si se tiene que enojar conmigo lo va a hacer sin importar, si me tiene que dar la razón pasa lo mismo... yo, sé que puedo contar con ella.

Minerva solo suspiro. Y volvió a preguntar.

—¿Y no trataste de cambiar la opinión de los demás?

—No es mi culpa que ellos sean ignorante o simplemente de mente cerrada, si ellos no me aceptan yo no puedo hacer nada.

Minerva volvió a suspirar esta vez más pesadamente y con algo de derrota dijo.

—Está bien, está bien, ya entendí. Solo trata de ser más comprensivo.

—Acaso no lo soy —dijo divertido.

Minerva lo miro a los ojos y ambos se comenzaron a reír, esta navidad iba a ser interesante o al menos eso esperaba.

El próximo capítulo esta titulado: "Los Deseos de Un Corazón Roto"

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