---¿Otra vez pollo con verduras?
Habíamos comido aquél platillo durante casi toda la semana.
---Si, que fastidio.
Suspiró Carmen con pesadez.
Observé con indignación como llevaban varios platillos hacia la mesa dónde se encontraban "los tres".
---¿Por qué ellos se sirven un gran banquete y nosotros debemos comer esto?
Apunté a mi plato dónde el pollo que se encontraba en el, aún sangraba.
---Son ricos y poderosos.
Respondió mi amiga de lo más tranquila.
---¿Y qué? ¿El resto de estudiantes no lo son?
Se suponía que todos los que estudiaban aquí eran ricos y pudientes, claro todos menos yo.
---Pues si, pero nadie es tan rico como Kozac.
Observé de reojo como aquellos sujetos comían con gusto aquellas maravillas, se me caía la baba. Prontamente desvíe mi vista de ellos cuando el idiota de Rhett volteó a verme.
---A todo esto...¿Dónde está Mario?
Miré a mi alrededor buscando encontrarlo.
---El...el esta un poco delicado de salud.
Pobrecillo.
---¿Qué tiene?
Inexplicablemente Carmen no me miraba a los ojos cuando hablaba, lo cuál se me hizo bastante extraño a decir verdad.
Antes de que ella respondiera unos platillos empezaron a llegar a nuestra mesa, la comida que estaba en ellos se veían realmente exquisita.
---Disculpa, creo que se equivocaron de mesa.
Habló Carmen dirigiéndose al mesero que nos había servido.
---De ninguna manera, esto es para la señorita Sanders.
Quedé impactada con lo que dijo aquél chico.
---¿Pero cómo? ¿Quién?
Pregunté curiosa.
---Eso no lo sé.
El joven mesero se retiró dejándome con la intriga.
---Bueno...a comer se ha dicho.
Le dije a mi amiga para luego empezar a comer junto con ella.
Y cómo dice el dicho, barriga llena corazón contento.
(...)
Estaba feliz, sabía que Dorian me había enviado toda aquella comida tan deliciosa.
Tomé mi móvil y decida le marqué, quería agradecerle.
Caminaba sola por los pasillos de la escuela cuando me dispuse a llamar al amor de mi vida, Carmen se encontraba en los baños en ese momento.
---Hola bombón...
Hablé con voz seductora mientras me arrimaba a un casillero para poder hablar mejor con el.
---Hola Sofía ¿Qué sucede? ¿Todo bien?
Sonreí risueña.
---Si muy bien, quiero agradecerte por la comida de hoy.
Mordi mi labio ligeramente.
---¿Comida? ¿Cual comida? ¿De que hablas?
---No fue el, fui yo.
Escuché una voz ronca detrás de mí, una voz que conocía muy bien.
--Escucha debo colgar estoy en una reunión, hablamos luego.
Cerré la llamada y me giré quedando frente a frente con Kozac.
---¿Por qué lo hiciste?
Levanté mi rostro esperando su respuesta.
Una risa burlesca salió de el.
---Te vi prácticamente babeando mientras comía lo que nos sirvieron y solo pensé en compartir mi comida contigo.
Kozac se encogió de hombros y se arrimó a uno de los casilleros al igual que yo había hecho hace un par de minutos.
---Eso no es cierto...yo no babeaba, pero en fin, quiero que sepas que no quiero nada de ti ¿Me escuchaste?
Lo miré desafiante.
---Yo por el contrario, quiero todo de ti.
Soltó de repente, mis ojos se abrieron como platos.
El pelinegro estaba muy serio dando a notar que no bromeaba, su mandíbula estaba apretada.
---Estas loco...
Me giré dándole la espalda para empezar a alejarme de el.
---¡Si, pero por ti!
Lo escuché gritarme.
Entré a mi habitación encontrándome con un montón de ramos de rosas, eran demasiados.
---¿Y esto?
Le pregunté a Kloe, ella se veía igual de desconcertada que yo.
Rápidamente me acerqué hacia un ramillete para observar la tarjeta que estaba en el.
No decía nada en específico pero al final pude notar unas pequeñas iniciales.
RK
Debía buscar la forma de deshacerme de aquél sujeto.
Narra Dorian
---¿Ya viste esto?
Luego de salir de una importante reunión me encontraba con Andrés.
---¿Ver que?
Mi amigo había colocado una revista de farándula frente a mi, en donde salían fotos mías con Sofía.
---¿Quién es la misteriosa chica que acompaña al guapo magnate?
Nos habían fotografiado cuando fuimos a comer al restaurante.
---No noté cuando nos fotografiaron.
Respondí serio.
---¿Qué harás cuando Renata vea esto?
Cuestionó mi amigo.
---Naturalmente se lo explicaré cuando regrese de su viaje.
Me había olvidado de ella por completo.
---Seguro te llamará y armara un gran escándalo.
Comentó Andrés casi riendo.
---Espero que no, detesto sus reclamos.
Fijé mi vista en mi laptop y continúe trabajando.
Narra Rhett
Tocaba un poco la guitarra en mi habitación junto con los chicos cuando la americana entró a ésta como una total desquiciada.
---¿Se puede saber por qué golpeaste a Maria?
Se veía muy molesta.
Dejé la guitarra sobre la cama para acercarme a ella.
---Calmate, no es para tanto.
Roger y Austin observaban atónitos aquella escena, parecía que ella iba a golpearme en cualquier momento.
---¿Cómo quieres que me calme si lo has dejado muy mal herido? ¡Eres un maldito animal!
Gritó antes de atacarme.
Traté de sujetar sus manos lo más que pude.
---Tranquilizate ¿Sí?
Agarré sus brazos y los lleve hasta su espalda para tratar de detenerla.
---¡¿Por qué lo hiciste?¡
Cuestionó mientras la mantenía sujeta.
No sabía que decirle.
---Estaba un poco drogado...
Fue lo primero que se me ocurrió.
---Pero si hace rato que dejaste las drogas..
Habló Roger a mis espaldas, todos volteamos a verlo un par de segundos, sobretodo yo.
---Quería saber en donde estabas ¿De acuerdo?
Afloje mi agarré y ella se soltó.
---¿Y por eso tuviste que golpearlo? ¡El no lo sabía!
Debía sacarla de la habitación de lo contrario ella y yo tendríamos serios problemas si la encontraban aquí con nosotros.
---Será mejor que salgamos, si Liberman te encuentra aquí nos meteremos en graves problemas.
Tomé su mano y la arrastre prácticamente hacia fuera de la habitación.
---¡Suerte chaval!
Escuché a los chicos gritarme antes de salir con ella.
---¡Ya sueltame idiota!
Se quejó.
---Esta bien, admito que se me fue la mano, lamento lo ocurrido.
Era la primera vez que me disculpaba con alguien en toda mi vida.
Un suspiro cansado provino de ella.
---Eres de lo peor.
Expresó con odio.
---Dame una oportunidad...solo una, para demostrarte que no soy como la gente dice.
¿Qué pasaba conmigo?
Quería abofetearme a mi mismo y reaccionar.
---¿Es que acaso no lo entiendes? No - me - in-te-re-sas.
La miré intensamente, me sentía dolido.
---Solo quiero ser tu amigo.
Que bajo había caído, rogarle a una chica era algo nuevo para mi y francamente no sabía porque hacía esto.
Ella pareció pensar bien su respuesta.
---Juro que no intentaré nada...al menos que tu quieras, claro está.
Sonreí y ella pareció aguantarse las ganas de hacer lo mismo.
¡Dios! ¡Era tan hermosa!
---No te tolero ¿Sabías eso?
Aseveró con tono burlón.
---No entiendo el porque.
Respondí con sarcasmo.
---¡Señores por favor! ¡Retirensen a sus respectivas habitaciones!
Ordenó Liberman a todos los estudiantes a nuestro alrededor pero mirándonos específicamente a Sofía y a mi.
---Debo irme, nos vemos luego.
Anuncié antes de irme.
---Adiós.
La vi marcharse al igual que yo.
Narra Sofía
Caminaba directo hacia mi habitación cuando el apuesto perfecto me interceptó.
---Hola Sofía ¿Cómo estás?
Me saludó sonriendo.
---Muy bien...gracias ¿Y usted?
Sonreí coqueta, era inevitable ser así, lo hacía incluso sin darme cuenta.
---No tan bien como tu...acabo de verte salir de la habitación de Kozac.
Mi sonrisa de inmediato se esfumó.
---¿Va a sancionarme?
El no parecía estar muy molesto.
---No en realidad, almenos no por esta vez.
Me sentí aliviada.
---Gracias, no volverá a suceder se lo prometo.
---Eso espero.
Sonrió amigable.
---Bueno debo irme...que este bien.
Procedí a marcharme pero el me detuvo tomándome de un brazo.
---¡Hey espera!
Me miró con ternura.
---¿Si?
Que lindo era.
---No me trates de usted vale, tratame de tu, no soy tan viejo.
Acotó divertido y yo reí ligeramente.
---Ok...te veo después.
Me marché con una gran sonrisa en mi rostro.
Comenten y voten
Prometo maratón...
xoxox