Tensión sexual

By darkkuro

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Superboy y Robin (Jon y Damian), de 14 y 17 años, están encerrados en una cueva bajo una tormenta de nieve tr... More

Capítulo 1
Capítulo 2
CAPÍTULO 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Epílogo

Capítulo 13

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By darkkuro





CAPÍTULO 13

Al día siguiente Jon se despertó con una gran sonrisa, llevaba toda la noche fantaseando con el reencuentro de Damian y a parte estaba contento de que sus padres aceptaran lo suyo a pesar de que no estaba muy seguro de qué tendrían y si era formal pero al menos podía asegurar por la actitud del joven Wayne de que al menos tenían algo especial.

Igual que el día de la acampada contó los segundos para que acabaran las clases hasta que escuchó la campaña que anunciaba el fin y salió tan rápido como pudo hasta donde le indicó Damian que le esperaría un coche donde le recogerían.

Cuando vio allí esa limusina negra esperarle se quedó en blanco, pensó que solo bromeaba pero luego se rió, era imposible que él bromeara

– ¿Jonathan Kent? – abrió la puerta el conductor – soy Julian, trabajo para la familia Wayne. El señor Damian Wayne me dijo que le recogiera – le abrió la puerta el exmilitar y guardaespaldas de los Wayne, aunque estaba claro que esa familia no necesitaba de eso

– Gracias – entró en el coche sintiéndose bastante intimidado por la inmensidad del coche

– Empezamos el viaje – se puso el gorro de chófer y empezó a conducir – ¿está bien ahí atrás? – le miró desde el espejo 

– Sí – afirmó mirando todo el espacio que tenía para él solo temiendo tocar algo por si lo rompía.

Horas después y de haber subido a un helicóptero privado desde Metropolis  Jon llegó a la mansión Wayne. Cuando tocó la puerta principal lo recibió Damian y le abrazó con fuerza alzándolo unos centímetros del suelo. Hacía mucho que quería verlo

– ¡Damian! – exclamó pero después se separó sonrojado y miró a todos lados – lo siento, estamos solos ¿verdad?

– Sí, ya te dije que se fueron ayer – afirmó – ¿todo bien en tu viaje?

– Muy bien gracias, aunque no hacía falta, con correr y dar un par de saltos altos podría haber llegado sin problema ¿cómo has estado? ¿Cómo te fue anoche como Batman? ¿Ya has resuelto el caso o lo que tuvieras entre manos?

– ¿Un caso? – sonrió de lado – ojalá, estuve de exámenes finales, hoy ha sido el último

– ¿De exámenes? – preguntó preocupado – ¿por qué no me lo has dicho? Si lo hubiera sabido no habría sido tan pesado

– Eras una buena distracción – intentó sonar amable – pero todavía no he terminado, he de entregar un trabajo antes de las tres así que saldré un momento

– ¿Te importa si te acompaño? – preguntó queriendo estar esos días el máximo posible con él

– No es aconsejable que nos vean juntos después de lo que pasó

– Me pondré una gorra o algo para disimular, porfa. Tengo curiosidad por ver la universidad, nunca he ido a una – se inventó mirándole con ojos lastimeros rindiendo a Robin que suspiró

– Muy bien, pero será ir al despacho de mi profesor e irnos, no me quiero arriesgar

– ¡Vale! – exclamó volviéndole a abrazar con fuerza, había extrañado tanto abrazarle

– Iremos en coche entonces, vamos – le guió hasta el garaje y Jon se sorprendió al ver tantos coches en un solo sitio, ni un concesionario de coches de lujo se compararía a su colección – ¿subimos? – preguntó Damian abriéndole la puerta de un Maserati deportivo azul oscuro

– ¿Cuántos coches tenéis? – preguntó mientras salían y notando la tapicería de cuero blanco

– En total ni idea, supongo que más de cincuenta – dijo muy natural y sin apartar la mirada de la carretera pero pudo ver de reojo como Jon abría los ojos sorprendido

– ¿Para qué queréis tantos coches?

– Algunos son para cuando tenemos que infiltrarnos en los bajos fondos, los otros son de pura fachada

– Y seguro que tú los has usado todos, al menos yo nunca te he visto repetir modelo. Oye ¿es seguro ir por ahí con este coche? Parece de los caros

– Lo es pero vamos a la universidad privada de Gotham, este coche parecerá del montón en cuanto lo aparque con los demás – Jon se rió suavemente y le llamó la atención a Damian – ¿qué pasa?

– Nada, que no pensé que estuvieras en la universidad, no es que me parezcas tonto ni nada – se apresuró al ver como fruncía el ceño – me refiero a que pensaba que estudiarías por tu cuenta como hacías antes

– Lo hago por recomendación de mi padre, es mejor que haga círculos sociales para en un futuro usarlos como fuente de información

– Que frívolo

– Así es la vida – aparcó sorprendiendo a Jon lo rápido de llegaron – vamos, ponte mejor la gorra y toma mis gafas– pidió refiriéndose a la gorra que solía llevar del equipo de fútbol americano, los Hamiltons, y dándole unas gafas de sol que tenía en la guantera

– Pero con las gafas que llevo...

– Tus ojos destacan mucho mejor que te los ocultes – recomendó viendo como el chico se lo ponía a regañadientes y salían de coche asombrando a Jon de lo grande e imponente que era el lugar.

Era un edificio antiguo de estilo gótico, con un portón enorme donde ponía el nombre de la universidad y su lema en latín, o eso creyó Jon puesto que no era muy dado a los idiomas. Cuando entrabas veías un gran campus donde iban y venían los estudiantes que portaban libros gruesos y que iban muy al estilo de Damian, incluso él tuvo razón, en cuanto aparcó el coche parecía ser el más modesto en comparación con lo que estaba viendo en el aparcamiento

– Ven, no te pierdas – dijo Damian caminando con seguridad y sabiendo el camino que debía tomar en cambio Jon estaba desorientado y maravillado con todo lo que veía

– ¿Nunca te has perdido aquí? – miraba atento todo como si fuera un turista, solo le faltaba una cámara de fotos

– No. Es por aquí – le indicó una zona que estaba llena de despachos y de libros viejos expuestos en vitrinas – espera aquí, vuelvo enseguida – dijo Damian dejando al chico en aquella sala mientras que entraba en uno de los despachos.

Al entrar allí entró a otra pequeña sala con libros una pequeña mesa donde estaba sentada una chica más mayor que él de gafas gruesas y más ojeras de las que tenía su padre cuando llevaba tres días sin dormir

– Soy Damian Wayne ¿está el profesor Banner?

– Supongo, no sé – alzó los hombros guardando unos libros que estaban en la vitrina bajo llave

– Eres su secretaria, deberías saberlo

– Otro de primero con ese cantar ¡que soy su becaria de investigación! BECARIA – dijo quemada aquella mujer pero luego suspiró cansada y se frotó los ojos con el índice y el pulgar – voy a ver si está ¿para qué es?

– Para entregar un trabajo

– Pues si le pillas trabajando poco te va a atender, dame, lo daré por ti – le tendió la mano para que se la diera – que finita... me trae tantos recuerdos, ojalá todo mi trabajo fuera tan poco – dijo en voz baja al tomar la carpeta, Damian no sabía si estaba loca o era por que estaba cansada pero esa chica no era normal – Banner, un alumno con un trabajo, me ha dicho que es Wayne – se escuchó desde fuera – vale, venga – salió – entregado pero es la última vez que te hago un favor, no soy su secretaria – volvió a repetir y se sentó en su sitio con más libros y con un gran suspiro que parecía que saldría su alma.

Damian se quedó mirándola pero después salió aliviado y al fin libre de todo lo relacionado con la universidad pero nada más salir del despacho vio a dos chicas bastante entusiasmadas hablar con Jon

– ¿Qué estudias? Es la primera vez que te vemos aquí – sonrió una de las chicas

– ¿De qué curso eres?

– No estudio aquí – dijo tímido Jon e intimidado por esas chicas

– Así que estás mirando la uni, es una buena manera de empezar ¿quieres que te lo enseñemos todo? – le tomaron del brazo hasta que al fin se acercó Damian con cara de pocos amigos

– Hola ¿quien eres? – saludó una de ellas al ver como se acercaba – ¿es tu hermano pequeño? – le preguntó a Jon que se sorprendió y rezó porque Damian no le diera una paliza a ese chica por ofenderle de esa manera

– Es Damian Wayne, está en mi clase de derecho romano – le susurró su amiga al oído – hola Damian ¿ya has entregado el trabajo? Yo también iba a eso

– ¿Es tu amigo? – preguntó la otra chica al ver como Jon miraba desesperado al moreno – ¿os apetecería que después vayamos a tomar algo? En mi colegio mayor vamos a montar una fiesta ¿os apetece venir? – miró esta vez el chico – eres muy mono ¿tienes novi...

– Pasamos – interrumpió Damian de muy mal humor llevándose a Jon de allí.

Cuando las despistaron y regresaron al coche Jon suspiró aliviado y liberado

– Gracias por salvarme, qué pesadas, nada más que entraras tú no pararon de preguntarme cosas ¿se creían que tenía su edad o qué? – se miró así mismo – ¿no se nota que tengo catorce? – miró a Damian y este le miró, para ser sinceros no parecía que tenía catorce años como mucho parecía que tenía dieciséis por su complexión y su atractivo pero evidentemente eso se lo calló el joven Wayne

– Deberías haberles dicho que se largaran – repuso de muy mal humor y Jon sonrió divertido

– ¿Estás celoso? – miró de un lado a otro por si había alguien y al ver que había vía libre le dio un beso en la mejilla, la única respuesta que recibió fue un gruñido que hizo reír a Jon – ahora que recuerdo, tenía que decirte algo muy importante – se quitó las gafas y la gorra para verle mejor – anoche mis padres me dijeron que... sabían que estábamos juntos – nada más decirlo Damian se desvió de la carretera y dio un fuerte frenado pero después siguió conduciendo

– No me digas esas cosas mientras conduzco – dijo con el corazón a mil – ¿qué te dijeron exactamente? ¿Cómo diablos lo supieron?

– Mi padre dijo que nos escuchó por error pero no te preocupes, ellos están de acuerdo con esto, me dijeron que les parecías un buen chico

– ¿Y tú qué dijiste?

– Nada... solo les di las gracias por apoyarme, yo pensé que se enfadarían porque los dos fuéramos... ya sabes... – se sonrojó y puso una sonrisa tonta

– ¿Superhéroes? – alzó una ceja claramente bromeando pero Jon no lo entendió así

– Chicos – aclaró – pero empeoró cuando intentaron explicarme cómo es el sexo con otros chicos, incluso esta mañana mi madre ha dicho que si quería que me compraba lubricante y protección – se sonrojó al igual que Damian

– Y yo que pensaba que tu madre era alguien más tradicional

– Qué poco la conoces – se rió Jon

– Grayson ayer también me insinuó algo. Me preguntó que si me pasaba algo porque últimamente estaba siendo menos gruñón según él – dijo molesto

– ¿Menos gruñón? ¿Tú? Eso es imposible – se volvió a reír

– <Tt> – aparcó en el garaje y salieron los dos del elegante coche

– Oye... ya que hablamos sobre esto... ¿qué somos exactamente? – preguntó sonrojado y tímido pensando que a lo mejor habría enfadado a Damian que era el más reacio a darle un nombre a lo suyo

– ¿Por qué esa obsesión por querer ponerle un nombre?

– Quiero saberlo. No sé si puedo referirme a ti como mi novio o...

– Ya basta – pidió porque, a pesar de que hubiera aceptado que sentía algo por Jon, no se atrevía a dar ese paso y decirlo; aún temía al consejo de su madre – es tarde ¿has comido? – cambió de tema

– No – respondió defraudado y con la cabeza gacha y eso hizo que Damian chasqueara la lengua y respirara hondo para intentar calmarse

– Jon – le llamó pero no le miró – Jonathan – volvió a llamarle y esta vez le miró aunque inseguro – mira... si lo que te preocupa es que esto sea un juego no lo es – le puso una mano en la mejilla – me conoces, sabes que no me gusta desperdiciar el tiempo y jamás te haría algo así ¿lo has entendido?

Jon asintió pero no muy convencido, no entendía por qué Damian tenía que ser tan frívolo para esas cosas, él era todo lo contrario y no lo lograba entender, por otra parte lo entendía, sabía que le gustaba tener su espacio y se lo respetaría. Entonces Damian le besó en los labios suavemente y se separó intentando suavizar su ceño fruncido dándole un beso en el entrecejo

– ¿Te gusta el ratatouille?

– ¿La película o la comida? – intentó bromear viendo una fugaz sonrisa en Damian

– Alfred ha preparado mucho. No sé qué le habrá pasado pero ha preparado muchísima comida, hasta tú te saciarás – comentó al saber todo lo que podía comer el medio kriptoniano debido a sus genes

– ¡Oye! – le dio un ligero golpe en el brazo bromeando – que estoy en crecimiento, es normal que coma

– Pues no crezcas más que como sigas así vas a medir más que tu padre

– ¿Aún te molesta que sea más alto que tú? – se irguió orgulloso mientras entraban en la cocina hasta que Damian le empujó contra la pared y se pegó a él

– No tenemos tanta diferencia – dijo seductor dándole un beso en los labios que le quitó el aliento.

El del pelo revuelto ladeó la cabeza para profundizar más el beso, cerró los ojos, le mordisqueó un poco el labio inferior y chocó con su lengua con la del otro algo tímido. El mayor no iba a permitir que fuera Jon quien mandara en el beso por lo que le agarró de las muñecas para que no se moviera y empezó a devorarle los labios.

Empezó a subir la temperatura de sus cuerpos. Damian cogió con una mano las muñecas de Jon y las puso sobre su cabeza mientras que con la otra mano se adentraba dentro de la camiseta del medio alienígena que dio un pequeño bote cuando notó esa fría mano sobre su pecho. Puso una pierna entre las de Jon todavía sin detenerse, devorando sus labios y recorrió todos los rincones de esa boca que le hacía perder el control. Parecía que estaba fuera de sí. Jon estaba igual.

En cuanto tuvieron que separarse para tomar aire Damian se dedicó a atender su cuello con tentadores mordidas y lamidas que hacían nublarle la vista a Jon y le hicieran sentir un deseo irrefrenable. Sabía lo que le había dicho a sus padres pero ¿para qué mentir? Quería ir más allá con Damian y lo necesitaba ahora

– Damian – dijo en un jadeo y con una voz que no reconocía como propia, cuando miró esos ojos verdes demandantes y llenos de deseo al igual que él se mordió el labio y se sonrojó – ¿quieres que vayamos a otro sitio? – preguntó igual que el día de la acampada y sin recibir una respuesta Damian lo agarró de la muñeca y se lo llevó a su cuarto cayendo en la cama sin separar sus labios de los del otro y sus movimientos rítmicos que los rozaba bajo las ropas.

Jon, que estaba abajo, cambió de posiciones y se puso a horcajadas sobre él siendo ahora el que le daba besos por el cuello aunque con la camisa negra que llevaba Damian no tenía mucha piel expuesta por lo que de un movimiento se la arrancó haciendo volar los botones y quitándosela de un movimiento. Damian no se quejó por su camisa destrozada, al contrario, le excitó bastante ver esa lado tan fiero de Jon, siempre pensó que sería muy tímido y a lo mejor que temblaría de miedo por estar en esa situación pero ya le demostró que se dejaba llevar con soltura y eso le facilitaba el proceso.

El petirrojo también le quitó de un solo movimiento la camiseta descubriendo que llevaba el traje de Superboy puesto y sonrió de lado haciendo sonrojar un poco a Jon

– ¿Qué? Yo no tengo horario fijo como tú, si se necesita ayuda voy volando

– Volando lo dudo – dijo burlón siguiendo con el dedo la S de su pecho

– No urges en la herida – recibió un beso de Damian que se sentó y tomó de la cintura a Jon haciendo que se frotara con su erección que empezaba a despertar e hizo que a Jon se le olvidara de qué estaban hablando y cerrara los ojos por un momento para sentir lo máximo posible. Le agarró por la nuca y le obligó a besarle con esa violencia que empezaba a gustarle Damian aunque lo único malo es que no controlaba mucho la fuerza y a veces le hacía daño.

Aprovechando que estaba fuera de sí el joven Wayne le tumbó de nuevo y empezó a darle embestidas bajo la ropa al moreno que todavía seguía besándole con bastante insistencia y con gemidos entrecortados. Jon bajó las manos pasando por las costillas hasta el pantalón y le apretó suavemente el culo, en cambio Damian bajó las manos a los vaqueros de Jon y se los bajó de un tirón con la ayuda del joven que levantó un poco las caderas provocando que de nuevo se rozaran y dieran un breve gemido los dos.

Cuando se escucharon se miraron el uno al otro excitados y apartándose al fin la ropa interior siendo liberados por esa barrera a la que no habían podido llegar antes y volvieron a mirarse el uno al otro como si quisieran analizarse y comparar. Damian dado todos los ejercicios que hacía durante el día y sus actividades nocturnas estaba más musculado que Jon aunque este tenía ya el cuerpo fibroso y con algunos músculos, el cuerpo de Damian era pálido y tenía cicatrices mientras que Jon moreno y con una piel impoluta a pesar de todas las duras batallas que había tenido.

Damian bajó las manos en una lujuriosa caricia desde los hombros hasta el interior de sus muslos y le indicó que abriera más la piernas viendo cómo Jon se sonrojaba y obedecía haciéndole sonreír de lado, ahí estaba su Jon tímido. Le masajeó los testículos con una mano y con la otra le tocó desde la base a la punta con un solo dedo observando la reacción de Jon que le miró intensamente y suplicante pero él no quería estar parado, quería tocar a Damian así que bajó la mano y empezó a masturbarlo logrando que diera un gemido al no esperarse ese movimiento por lo que le agarró de las muñecas y le puso las manos sobre su cabeza de nuevo, como si él quisiera ser quien llevara las riendas de todo esto aunque no era de extrañar siendo como era el joven Wayne.

El medio kriptoniano se dejó (si se hubiera querido liberar ya sabían los dos que lo haría sin ningún problema) y lo miró intensamente en cuanto Damian le llevó dos dedos a su boca entendiendo el mensaje. Los ensalivó y en cuanto fue suficiente quitó los dedos haciendo que Jon cerrara los ojos tímido, ya había leído por internet que era doloroso, le asustaba un poco pero por otra parte quería probarlo si se lo hacía él.

Ahí estaba, tumbado boca arriba, con los ojos y puños cerrados con fuerza sobre su cabeza pero no había notado nada, ni siquiera le había apartado las piernas; en cuanto notó un quejido de Damian y como apoyaba un momento la frente sobre su hombro abrió los ojos y se encontró con lo que no se esperaría nunca; a Damian con la mandíbula fuertemente apretada sobre él con los ojos entrecerrados, preparándose a sí mismo.

Jon abrió los ojos de par en par sorprendido y sin creerse aquello, quiso posicionarse y ayudarle o al menos decirle algo pero en cuanto se movió Robin le volvió a agarrar de las muñecas y le miró con su característico ceño fruncido dándole a entender que él se encargaría de todo pero Jon no quería que fuera así por lo que ignoró el agarre, se llevó sus dedos a la boca para lubricarlos y se acomodó lo justo como para llegar hasta la entrada del moreno que todavía se estaba preparando.

Los dos se miraron sin mediar palabra. Los ojos azules le pedían que le dejara ayudar y los verdes le miraban todavía obstinado pero al rato de ver esos ojos como el cielo hizo un chasquido con la lengua, quitó sus dedos y le dio un beso en los labios notando como Jon tanteaba la entrada con un dedo pero cuando lo hacía notaba que se tensaba

– ¿Por qué no lo probamos conmi...

Le calló con otro beso y movió la cadera hacia la mano de Jon para ayudarle en el proceso.

Tras unos minutos de preparación algo torpe por parte de los dos el mayor fue el que tomó la iniciativa, levantó la cadera, cogió el miembro de Jon y se sentó poco a poco aguantando un gemido de dolor y manteniendo la boca cerrada para que no le oyera. Puso las manos sobre el bronceado pecho para apoyarse y respiró profundamente varias veces hasta que se acostumbró del tamaño y empezó a moverse lentamente notando como el joven echaba la cabeza hacia atrás y daba un sonoro gemido ante esa sensación tan nueva buscando estar más dentro de él moviendo la cadera hacia arriba.

Empezaron a moverse lentamente y con movimientos profundos para no dañar al mayor que regularizaba la respiración e intentaba buscar ese punto de placer del que tanto había oído pero un par de movimientos más notaba como la polla de Jon daba unos respingos en su interior, de las contracciones en el bajo vientre de Jon y de varios gemidos mientras le agarraba de la cintura hasta que terminó con un fuerte gemido y con la cara completamente roja. Con eso y con una extraña sensación pegajosa que sentía Damian en su interior no tardó en deducir que ya había terminado

– Yo lo... no sabía que yo... ¡¡lo siento!! – se disculpó completamente avergonzado por no haber durado nada. El mayor solo dio un pequeño suspiro y chasqueó con la lengua mientras se quitaba y se tumbaba a su lado algo decepcionado pero comprensivo

– Es tu primera vez. Es normal que no aguantes mucho y estoy seguro que con lo puritano que eres nunca te habías tocado – intentó ser comprensivo y no querer desmotivarlo. Fue entonces cuando Jon hizo que se volviera a poner sobre él y abrió las piernas

– Házmelo tú a mi – pidió completamente sonrojado. Damian solo rodó los ojos y negó con la cabeza suavemente – ¿por qué? Tú no has terminado, no es justo que te deje así

– Es imposible clavarte una aguja ¿crees que podría "clavarte" lo mío?

Esa explicación tenía sentido para Jon que se sonrojó y agachó la cabeza tímido pero después lo miró decidido, le tumbó boca abajo

– ¡¿Pero qué ... ¡aaah~! – no pudo contener un gemido en cuanto Jon se llevó a la boca su miembro y empezó a chupar sin tener mucha idea si lo estaría haciendo bien pero escuchar las pulsaciones aceleradas de Damian le servía de guía.

El notar la cálida cavidad devorarle estaba volviendo loco a Damian que llevó las manos a los cabellos alborotados del joven y enredó los dedos marcándole un ritmo al principio profundo y lento y después uno rápido. Los gemidos no tardaron en salir al igual que aumentaba la fuerza de su agarre. Bajó un momento la vista para mirar a Jon sonrojado y mirando a otro lado con esos ojos azules que le enloquecían; sentía que tampoco duraría mucho por lo que intentó apartar a Jon pero parecía no captar el mensaje

– P-para, voy a correrme – ordenó haciendo que el joven se apartara aunque no dejó de atenderle con la mano hasta que terminó en gran cantidad manchándole por completo la mano y parte de las sábanas.

El petirrojo jadeó intentando regular su respiración todavía con ligeros espasmos por el reciente orgasmo. Su cuerpo se mostraba caliente y perlado por el ejercicio y sus labios se mostraban rojos y entreabiertos, una tentación para Jon que se irguió y lo besó con cariño

– ¿Estás bien? – preguntó escuchando sus pulsaciones y mirándole a los ojos. Damian solo hizo que se tumbara a su lado y le besó en la cabeza todavía cansado – ¿t-te ha gustado?

– Sí – respondió con una voz ronca y floja dándole besó esta vez en los labios – supongo que... – tomó una fuerte bocanada de aire encontrando al fin su ritmo normal – para ser mi primera vez no ha estado tan mal – concluyó. Curioso, Jon le abrazó de la cintura y le miró notando ese detalle Damian que chasqueó la lengua – <tt> ¿y esa cara? ¿No sabías que yo también era virgen? – Jon negó inocente y sorprendido – pues no sé con quien querías que lo hiciera – sonrió levemente poniendo una mano sobre la que le abrazaba la cintura

– Damian – le llamó dándole un breve beso en los labios y se sonrojó– te... – no le salían las palabras que quería decir, se había quedado bloqueado cuando cruzó la mirada con esos ojos verdes y para empeorar más aún el momento su estómago rugió

– ¿Tienes hambre? – dedujo lo que quería decir aunque no acertó – ya sabes dónde está la cocina – se acomodó en la cama

– No era eso – se sonrojó

– Entonces ¿qué?

Jon le volvió a mirar sintiéndose ahora intimidado y dio un suspiro vencido sintiendo las palabras arremolinadas en su garganta pero aún le daba vergüenza decir eso, nunca se lo había dicho y por una parte temía a cómo podría tomárselo Damian pero sentía que debía decirlo después de haber compartido ese momento

– ... Nada

Esa respuesta hizo que el joven Wayne alzara la ceja receloso pero prefirió no insistir más; estaba cansado y con dolores en el ano y estómago

– Me voy a duchar. Si tienes hambre ve a la cocina, ya te veré allí

Jon asintió, se puso de nuevo su ropa y salió del dormitorio no sin antes darle un beso a Damian.

Casi de milagro logró encontrar la cocina en aquella enorme casa y sacó uno de los tuppers que que tenía una nota en una caligrafía bastante pulcra y elegante

Rattatuille. Sevir en un plato y calentar un minuto y medio en el microondas.

Que aproveche.

PD: si no recuerda como se enciende le he dejado las indicaciones encima.

A.P.

Jon se rió, se notaba que Alfred se preocupaba por todos los miembros de su familia y se imaginó por un momento a Damian intentando descifrar cómo calentar su comida sin quemarlo todo porque, siendo sinceros, todo el mundo sabía que los Wayne no sabían hacer ninguna tarea de la casa y mucho menos sabían cocinar.

Miró los platos que había preparado con intensidad y muy concentrado como siempre hacía imitando cuando su padre utilizaba su visión calorífica. Sus ojos empezaron a ponerse rojos e intentó con todas sus fuerzas que esta vez calentara y no desintegrara o descompusiera hasta que poco a poco vio como salía vapor de la comida y se empezaba a calentar

– ¿Ya has acabado? – apareció Damian con un albornoz de seda negro con la inicial de su nombre en letras doradas y secándose el pelo con una toalla sorprendiendo a Jon en su nuevo descubrimiento – ¿qué haces? – le miró sin entender qué hacía mirando tanto un plato y por qué se mostraba tan feliz

– Lo he hecho – dijo incrédulo

– Sí, hará como unos cinco minutos en mi cuarto ¿qué quieres decir?

– No eso sino... ¡visión calorífica! – exclamó todavía sin entender cómo lo había logrado. Damian también se quedó asombrado y lo miró incrédulo – mira, he calentado la comida yo solo – le enseñó el plato caliente el cual Damian lo tocó para comprobarlo y se sorprendió más aún – ¡tengo otro poder! – empezó a saltar y le abrazó, el día cada vez iba a mejor

– Enhorabuena, ya puedes hacer de microondas humano

– Jajaja estoy tan feliz que obviaré lo que has dicho – le dio un sonoro beso en la mejilla – ya verás la reacción en cuanto se entere mi padre ¡dentro de nada volaré! – exclamó esperanzado e ilusionado. Damian solo le miró y suspiró sonriendo, parecía un niño la mañana de navidad y estaba seguro de que si seguía dando tantos saltos llegaría el techo y se lo rompería así que le tomó suavemente de la mano en señal de que se calmara – ¿quieres que caliente algo más?

– ¿Es solo comida o puede ser algo más? – bromeó con doble sentido observando como esos ojos azules inocentones le miraban confundido para después sonrojarse haciendo sonreír a Damian.

Después de comer los dos decidieron ver una película en la enorme sala de cine de la mansión, el problema es que tardaron en escoger una película dada la gran colección que tenía Bruce. Tenía hasta películas que no sabía que existían, al final escogieron una que parecía de acción y que por el momento estaba entretenida.

Ambos estaban tumbados en uno de los grandes sofás centrales, Jon estaba tumbado sobre el pecho del otro disfrutando de las suaves caricias que le daba en la espalda y cabello sonriendo de vez en cuando cuando notaba como las caricias aumentaban al igual que su pulso cuando pasaba algo crucial en la película. Decidió ser un poco cruel y distraerle empezando a darle besos en el cuello hasta la mejilla y en vez de esperar una queja o que le preguntara que qué hacía Damian le correspondió los besos al principio castos y sin querer llegar a nada hasta que se dejaron llevar y empezaron a ser más lentos y profundos.

Damian bajó las manos y las puso sobre la espalda baja del joven para que se acercara más a él mientras que Jon se acomodó mejor sobre él para besarse con más comodidad hasta que se separó por un momento y ladeó un poco la cabeza como si quisiera escuchar algo

– Creo que alguien ha entrado – susurró nervioso

– Es imposible, voy a ver – le dio un beso antes de marcharse. Fue hacia la entrada pero antes de llegar hasta allí se encontró con Dick – ¿qué haces aquí?

– Hola Dami – saludó con una gran sonrisa a pesar de que el menor parecía estar enfadado por su presencia – necesito mirar una cosa sobre mi caso ¿cómo te va?

– Bien hasta que has aparecido

– Huele a palomitas ¿estabas viendo una peli? ¿Cual es? Puede que me tome un pequeño descanso ¿te importa si te acompaño? – preguntó a su antiguo compañero queriendo acercarse hasta él para irse a la sala de cine pero el chico se cruzó de brazos y lo paró con la mirada comprendiendo Dick qué estaba pasando – vaya... ¿de verdad que tienes una cita allí dentro? – preguntó sorprendido

– No es asunto tuyo Grayson

– ¿Puedo verla? Entiéndelo, soy el segundo cabeza de la familia Wayne y debería saludar a nuestra... – pero antes de acabar Damian le agarró del brazo y le hizo una llave inmovilizadora

– Ve a hacer lo que tenías que hacer y no me molestes – apretó su llave

– Vale vale – apuró haciendo un movimiento para librarse de la llave y atusándose el cuello que era donde más le había hecho daño – ya he notado que es algo serio tu ligue si llevas solo eso ¿lo habéis hecho? – dijo mirando el batín y comprobando por la llave de antes que solo llevaba calzoncillos – me iré tranquilamente a ver el batordenador y no te molestaré – dijo bajando con prisas a la batcueva. Damian entendió la treta que quería hacerle por lo que corrió donde estaba Jon y desactivó con prisas todas las cámaras de seguridad y micrófonos

– ¿Qué...

– Era el metomentodo de Grayson – puso el seguro de la puerta y se volvió a sentar a su lado – quería ver quien era mi invitado – quiso volver a los besos de antes pero Jon le empujó suavemente para seguir hablando

– ¿Y por qué no le has dicho que soy yo?

– Ya te lo dije, sospechan algo y por ahora no quiero que sepan nada

– ¿Por qué? ¿Qué tendría de malo?

Damian frunció el ceño y chasqueó con la lengua molesto

– Mucho

– ¿Por qué?

– Porque sí – respondió de mala manera harto de tanta pregunta

– ¿Qué tengo de malo? ¿Por qué me quieres ocultar? Tu familia me conoce de sobra ¿es que te avergüenzas de mi? – empezó a preguntar enfadado y apartándose de él

– No es eso – respondió rápido intentando pensar en una excusa pero no encontraba una respuesta que pudiera convencerle y eso enfadó más a Jon que apretó los puños y se levantó

– Me voy

– No, espera – pidió agarrándole de la muñeca intentando encontrar las palabras pero no podía.

Ante ese silencio Jon se soltó del agarre de Damian y le miró decepcionado y enfadado

– ¿Por qué eres así? – soltó – no le quieres dar nombre a lo nuestro, no quieres decir la verdad, parece que lo que hemos hecho no significa nada para ti – dijo triste – podría pensar que a lo mejor temes a lo que te diga tu familia pero es como si te diera miedo aceptar que hay algo entre nosotros ¿por qué? – le miró a los ojos – no niego que al principio yo también estaba así pero ¿por qué tú no has cambiado de parecer? – repitió la pregunta – ¿qué tengo que hacer para que te sientas cómodo con esto?

Damian abrió por un momento los ojos y dio un chasquido con la legua mientras se cruzaba de brazos, no creía que Jon se diera cuenta de esas cosas, quizás lo había subestimado por pensar que era muy joven. No le gustaba que le vieran débil y no podía contarle todos los detalles de ese asunto

– Veo que no quieres hablar. Muy bien... me voy – dijo esta vez con un tono de decepción

– Espera – pidió de nuevo mirándole a los ojos como si haciéndolo a lo mejor sacaba algo de fuerzas por sincerarse – quizás tengas razón en lo que has dicho – le costaba hablar del asunto – pero es más complicado para mi de lo que crees. Estoy cómodo con esto pero necesito tiempo

– ¿Por qué? Sabes que me lo puedes contar todo, no te juzgaré – pidió estrechando su mano

– Jon, tú has tenido un modelo de referencia en cuanto al amor y todo eso, yo no ¿de acuerdo? Es complicado para mi esto de las relaciones – dijo de mal humor y algo agobiado por el tema. Ahora no quería recordar a su madre ni nada relacionado con su pasado.

Jon suspiró cansado. Entendía lo que le había dicho Damian, seguro que fue complicado criarse con Batman que era todo lo contrario a un padre cariñoso y atento como el suyo ni tampoco le había oído ni una sola vez hablar de su madre o si alguna vez la conoció por lo que no tenía mucha idea de cómo se había criado en esa situación. La verdad es que no sabía mucho de él en ese aspecto.

– Muy bien... si es eso intentaré darte tu espacio – le soltó la mano pero al momento el petirrojo la volvió a estrechar y le dio un suave tirón para volver al sofá en una muda petición para que volvieran a estar acurrucados y hacer como si no hubiera pasado nada.

Al finalizar la película los dos se dieron cuenta de la hora que era, pronto aparecería Batman por las calles, eso quería decir que Damian se tenía que preparar y la verdad es que una vez en la vida se lo estuvo replanteando seriamente si ir o no ya que estaba demasiado agusto abrazando a Jon y viceversa

– Tengo que irme – dijo en voz baja y no muy convencido de sus palabras dándole un beso en la cabeza – no me esperes despierto

– Vale – dijo pensando si ofrecerse para acompañarlo pero sabía que le diría que no – ve con cuidado – le dio un beso en los labios y se apartó para que se levantara el moreno

– Eres libre de ir por donde quieras

– Como si me atreviera, esta casa es demasiado grande – se rió recibiendo un respuesta una suave sonrisa del otro y un beso

– Nos vemos por la mañana – salió al fin y cuando llegó a la batcueva vio que todavía seguía allí Dick que ahora iba vestido como Nightwing

– ¿Ya se ha ido tu cita? – preguntó mirando unas muestras por el ordenador

– ¿Todavía sigues aquí? – se empezó a vestir

– Al final vamos a necesitarnos en este caso – hizo salir unas ventanas del ordenador y se las enseñó – todos los sitios en los que se ha instalado el circo del Profesor Pyg han seguido un mismo patrón; mira qué viene después de Blüdhaven –señaló el mapa de la ciudad de Gotham – vamos a tener que pararle

– ¿Alguna idea de dónde se esconderá?

– Si no me equivoco antes de abrir su circo de los horrores tenía una tienda de cosméticos aquí, si tenemos suerte se habrá instalado allí – señaló en el mapa

– Muy bien, pues estamos tardando – dijo poniéndose la máscara y subiéndose al coche – vamos Nightwing

– ¿No me dejas conducir?

– Soy Batman por lo que lo hace mi coche y nadie toca mi coche – dijo muy serio haciendo suspirar con una pequeña sonrisa a Dick que prefirió no comentar nada y se subió al coche.

Justo en el momento en el que salieron de la cueva recibieron una llamada por el batmobil

– Habla – respondió serio el nuevo Batman cuando le dio al botón

– Otra vez he recibido un aviso de que el Batmovil está siendo usado ¿tienes algo que contarme? – se escuchó al otro lado a Bruce que no parecía estar de buen humor

– Que debería hacerle unas mejoras Lucius

Dick lo miró sorprendido por esa respuesta, no es que fuera algo raro que le respondiera tan borde sino por el hecho de que estaba bromeando y que tenía una ligera sonrisa en los labios

– ¿Crees que tiene gracia?

– Hola Bruce – saltó Dick por que conocía muy bien a su mentir y si seguía así Damian era capaz de volver a la ciudad en cuestión de segundos – no te preocupes, estoy con él esta noche ¿cómo va todo allí?

– Bien. De acuerdo, si le acompañas puedo estar más tranquilo

– <Tt> como si no pudiera apañármelas solo

– Estad atentos. Cambio y corto – colgó.

Nightwing miró al conductor algo sorprendido por la broma descarada de antes pero después sonrió despreocupado y se acomodó en el asiento

– Veo que ha ido muy bien tu chica – Damian lo miró enfadado – solo lo digo por el moratón que tienes en la cadera, parece que es de las apasionadas – se rió – déjame adivinar ¿es pelirroja? Las pelirrojas son muy pasionales y lo digo por experiencia

– No es asunto tuyo – respondió de mal humor

– Al menos me podrías decir si es de este mundillo. Ni siquiera me has dejado verla, no creía que caerías en que iba a mirar en las cámaras de seguridad – suspiró decepcionado por no haberla visto

– Sigue así y te echo de mi coche – amenazó tentando un botón de los muchos del Batmobil que eyectaría a cualquiera que estuviera en el asiento del copiloto o de los pasajeros

– Vale tranqui tranqui – alzó las manos en señal de rendición – pero algún día nos la presentarás ¿no? No temas por Bruce, él nunca dice nada al respecto, me acuerdo cuando se la presenté a Kory, la pobre temblaba como un flan pero se le pasó aunque sí que te dará la vara con el tema de tener cuidado con los embarazos no deseados si vieras la charla que me dio – se rió

– Última advertencia Nightwing, recuerda que no te necesito para este caso – advirtió cada vez más cerca del botón

– Vale, ya me callo – sonrió el antiguo acróbata alegrándose bastante por él y de que sus sospechas fueran ciertas.

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Jon se encontraba solo en esa enorme casa, si no fuera por que Titus o Pennyworth de vez en cuando se pasaban por el cuarto de Damian se habría sentido totalmente solo. Se preguntó como le estaría yendo a Robin y cómo se encontraría puesto que había leído que después de tener sexo como pasivo solía dolerle a uno todo el cuerpo y no quería que saliera malherido por su culpa.

De repente su móvil sonó y lo cogió enseguida, se notaba que no estaba acostumbrado a estar solo

– Hola mamá ¿cómo estáis? – encendió la cámara de la videollamada

– Muy bien cariño ¿y tú?

– ¿Cómo te va por Gotham? – se asomó Clark – no estarás patrullando allí ¿no? Puede que no lo parezca pero a pesar de que sus maleantes no tengan superpoderes son duros de pelar y muy peligrosos– advirtió por experiencia propia – ¿está Damian por ahí? Me gustaría hablar con él

– No, estoy en la mansión, él ha salido de patrulla

– ¿Qué tal te ha ido hoy? ¿Te lo has pasado bien? – sonrió la castaña y al ver la sonrisilla de su hijo se alegró – eso es que sí – sonrió más

– ¿Cómo os ha ido a vosotros? ¿Ha habido algún problema?

– No, todo bien, la granja aún está en pie no te preocupes – se rió Lois

– Ahora que me fijo... ¿eso no es París? – alzó una ceja extrañado por ver ese paisaje tan distinto al que estaba acostumbrado y al oír de fondo a algunas personas hablar en francés – ¿os habéis ido de viaje sin mi? – hinchó los mejillas a modo de réplica pero luego se rió cuando vio la cara de culpabilidad de los dos– es broma, no me importa. Pasadlo muy bien y traedme un souvenir o si no sí que me enfadaré – volvió a bromear

– Ok, un besazo a los dos, nos vemos el domingo

– Cuidaos mucho – se despidió también Clark con una sonrisa – Y recuerda Jon: si Damian te obliga a...

– Sí, sí, lo sé papá, buenas noches

Después de eso Jon colgó y miró a su alrededor aburrido, decidió darse una ducha y dormirse, ya era muy tarde para lo que estaba acostumbrado aunque se le ocurrió otra cosa más productiva que le hizo sonrojar así que con el móvil se puso a buscar "sexo gay cómo complacer a pasivo".

Continuará...

Nota autora: Al fin llegó "el capítulo" XD aunque... el virginal Jon no duró mucho pero... ¡qué diablos! Es un chico de 14 virgen y ya se sabe XD XDUU. El caso que no me matéis por eso y lo más importante de todo... este capítulo se lo dedico a... ¡¡¡ Todos/as que seguís este fic!!! Muchas gracias por leer y espero que acompañéis hasta el final a esta pareja pues todavía faltan varias cosas hasta el final (con un Jon que dura más lo juro por los dioses XD XD XD XD). En serio, muchísimas gracias por leer y como siempre espero que os haya gustado ^^.

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