IF NOT WITH ME│YOONTAE。o○.。o○.

By noestoyebria

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"Supe que eras especial desde el momento en que te vi" More

1.- No puedes estar aquí
2.- ¿Estudiante promedio?
3.- Ella siempre es así
4.- ¿Cómo escapo?
5.- Entender todo a medias
6.- Avisos
7.- Idiota
8.- Tiempo libre
9.- Lo detesto
10.- Esclavo
11.- Demasiado obvio
12.- ¿Disimular?
13.- Sus vidas no coinciden
14.- Enredar sus vidas
15.- Ser tú
16.- Confía en mí
17.- ¿Quieres del mío?
18.- Culpa
19.- Trampas
20.- Mal humor
21.- En silencio
22.- Arrebatar
23.- ¿Fantasía?
24.- Sexto secreto
26.- Olvidar todo
27.- Hablamos mañana
28.- Nada
29.- ¿Venganza?
30.- ¿Nada más?
31.- La forma en que te necesito
32.- Habitación vacía
33.- Primera vez
34.- Lo voy a pensar
35.- 3 PM
36.- Celos
37.- Trampa
38.- Sin querer
39.- Ignorar
40.- Infierno
41.- Todavía
42.- Secreto
43.- Propósito
44.- Evidente
45.- Control
46.- ¿Crees que te mentiría?
47.- Pánico
48.- Recuerdos

25.- Rompecabezas

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By noestoyebria



En una habitación pequeña el humo del cigarrillo se esparce por el aire al igual que los gritos, gritos que se confunden entre sí y que cada vez se tornan más violentos. Son palabras, palabras hirientes que dañan su corazón a pesar de que no las comprende del todo. TaeHyung no las comprende y es por ello por lo que escapa, que huye escaleras abajo y se enfrenta a la concurrida calle. Ahí, sin saber adónde ir, camina entre lágrimas que nublan su visión hasta que, al doblar en una esquina, descubre a personas gritar, pero en esta ocasión por ayuda. El accidente de tránsito mueve a las personas a llamar a los números de emergencia, a clamar por ayuda y a no saber qué hacer realmente para salvar a una de las personas que yace boca abajo en medio del asfalto. No es prudente que TaeHyung esté ahí, pero la curiosidad no hace caso a recomendaciones sensatas y entonces cae en la cuenta de lo que ven sus ojos; un rostro bañado en sangre, una mirada desconsolada que enfrenta a la suya, unos brazos que lo toman y lo sacan de ahí.

— ¡TaeHyung! —es el grito que lo despierta, que lo hace volver en sí— ¿Mi amor, estás bien?

Confundido, el castaño siente los latidos acelerados de su corazón, el sudor perla su frente y las lágrimas mojan sus mejillas ¿Está bien? No lo sabe, confundido entre las difusas escenas de la pesadilla y la vuelta repentina a la realidad.

— Mamá... —dice apenas, mientras la mujer seca sus lágrimas y frente.

— ¿Tuviste una pesadilla?

— No... no lo sé...

— Recuéstate, iré por un vaso con agua.

— No..., estoy bien, estoy bien —repite a pesar de que continúa temeroso ante el rostro sangrante que no consigue sacar de su mente.





En definitiva, para TaeHyung no ha sido un buen despertar de día martes, lo que se suma al hecho de que YoonGi no asistió a las clases el día anterior. Incluso, esos halagos a su cabello castaño claro de nada sirvieron si al final de cuentas su mente estaba perdida en saber si BaekHyun estaba bien y en el por qué YoonGi seguía sin aparecer en el salón de clases.

Durante el primer receso, JiMin y HoSeok quisieron saber qué le ocurría, mas TaeHyung aseguró que no podía contarlo, a lo que HoSeok lloriqueó y aseguró que estaba siendo un mal amigo, que ellos sólo lo querían ayudar, pero no podían, TaeHyung sabía que no lo podían ayudar, menos cuando ni siquiera él es capaz de sacar a BaekHyun y a YoonGi de los terribles negocios en los que están involucrados.

Lo peor de todo, es el hecho de que YoonGi ha vuelto a ignorar sus mensajes y llamados, por lo tanto, si el de piel pálida vuelve a faltar a clases, TaeHyung intuye que será un día demasiado largo como para soportarlo y así, abrazado a sus piernas mientras el agua lo cubre hasta la cadera, TaeHyung hace el mismo esfuerzo de siempre y lucha por enfrentar el nuevo día, lucha por demostrar que todo marcha bien.

— Mi amor, ¿estás listo? —se sobresalta al escuchar a su mamá hablar.

— Me falta poco —comprueba la hora en el celular y se pone de pie—. Cinco minutos más y salgo.

— Muy bien —apegada a la puerta del baño, parece inquieta, como si deseara preguntar constantemente si en verdad está bien, pero se abstiene, consciente de que TaeHyung se cierra en sí mismo cuando se trata de hablar de sus pesadillas—, no te demores tanto o no te podré dejar en la parada del autobús —prefiere decir y se marcha, dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de no mostrarse nerviosa ante el menor.





~ ~






El ruido exterior es anulado por la música, inmerso en los acordes que se repiten entre letras que sobrecogen su corazón. Si todo fuese a su ritmo, TaeHyung agradecería que el paisaje que ve a través de la ventana se quedase quieto, que los árboles sin hojas detengan el azote de sus ramas y todo fuese calma, la calma necesaria que le hace falta.

Demasiado inmerso está en sus fantasías, que TaeHyung se pone de pie justo a tiempo para alcanzar a tocar el timbre del autobús, mas cuando las puertas se abren y él da un primer paso para bajar, alguien lo empuja hacia el interior hasta sentarlo nuevamente.

— ¿Q-qué?

Por un instante TaeHyung pretende gritar, pero la persona frente a él cubre sus labios con una de sus manos y luego mira en dirección al conductor, quien los observa a través del espejo retrovisor.

— ¿Todo bien? —consulta el hombre mayor.

— Sí, todo bien —responde al bajarse el cubre boca y sonríe.

— ¿YoonGi?

— ¿Quién más? —lo observa mientras se acomoda en el asiento una vez que TaeHyung se arrincona junto a la ventana.

— Casi me da un infarto, ¡no puedes abordarme así!

— ¿Me veo muy sospechoso? —ríe mientras se quita la gorra para revolver sus cabellos.

— ¡¿Se van a bajar?! —los interrumpe el conductor.

— ¡En la siguiente parada nos bajamos!

— YoonGi, ¿qué estás planeando?

— ¿No es obvio?

TaeHyung niega con la cabeza y teme mirar al conductor, creyendo que éste los regañará por no bajarse frente al colegio.

— YoonGiiii~ —susurra a modo de súplica, lo que ensancha la sonrisa del más bajo.

— Sólo sígueme, te aseguro que todo va a estar bien.

Sin más que agregar, YoonGi vuelve a cubrir sus labios con el tapa boca, se coloca la gorra y luego se pone los audífonos, dispuesto a escuchar música a todo volumen. En cambio, TaeHyung observa la hora en su celular y ve que son las ocho en punto. El suspiro que suelta indica que aquí va otra vez, dispuesto a enfrentar lo que sea mientras sigue a YoonGi.





Faltar a clases de esta forma absolutamente no estaba en sus planes. Tal vez debería hacer que YoonGi le explique hacia dónde van, mas como dijo hace un momento, se bajan en la siguiente parada. De ahí, cruzan a la calle de enfrente y se suben a otro autobús. Quizá no sea buen momento para preguntar hacia dónde se dirigen, ni por qué YoonGi faltó a clases el día anterior y hoy lo obliga a faltar a clases junto a él. Tal vez es la mirada somnolienta de YoonGi lo que lo obliga a quedarse en silencio, tal vez son los bostezos y el que YoonGi se cruza de brazos y se recarga contra la ventana mientras cierra los ojos lo que lo obliga a no molestarlo.

Perder el lugar junto a la ventana es un fastidio para TaeHyung, quien a medida que avanzan y el autobús toma calles para nada confiables, se apega aún más al cuerpo de YoonGi. Incluso, aunque siente que su teléfono celular vibra a ratos, TaeHyung por ningún motivo lo saca del bolsillo del pantalón, temeroso ante las personas que suben en cada parada, como si, mientras más pasan los minutos, los usuarios de aquel medio de transporte se mostraran cada vez menos amables.

— YoonGiiii~ —en un susurro, intenta llamar su atención, pues no es por ser paranoico, pero TaeHyung está seguro de que un par de personas voltean a mirarlo cada cierto tiempo— Aiiiich, despierta —lo remueve un poco.

— No fastidies —exclama medio dormido.

YoonGi se vuelve a acomodar, pero al sentir que el remezón en su brazo se torna desesperado, abre un ojo y ve a un hombre de pie junto a TaeHyung.

— ¿Eres tú? —pronuncia el desconocido mientras señala una cuenta de Instagram.

Estupefacto al comprobar que sí, que sí es él, TaeHyung traga saliva y asiente, aún con las manos aferradas a la chaqueta de YoonGi. Si sale vivo después de esto, asegura que obligará a JiMin a cerrar esa cuenta de Instagram en que ha utilizado su imagen para atraer fans.

— Mi hija está obsesionada contigo, ¿le puedes enviar un saludo?

— Cla... claro —cómo decir que no, piensa TaeHyung, con la mirada fija en el cuerpo musculoso de aquel hombre, donde el cuello del suéter deja a la vista lo que debe ser un gran tatuaje.

— Bien —sonríe el desconocido y en modo selfie se graba a sí mismo y a TaeHyung—. Mi querida hija, mira a quién encontréee~

Demasiado amable, comprueba TaeHyung y esboza un intento de sonrisa hacia la cámara. Luego, el hombre agradece el gesto y palmea su hombro con la fuerza suficiente como para que el castaño se tenga que sobar aquella zona.

— Ok, esto es bastante extraño —exclama YoonGi con los ojos cerrados— ¿Cuántos seguidores tiene esa cuenta de Instagram?

— No... no lo sé.

Entonces, TaeHyung ve que YoonGi se pone de pie y prácticamente pasa por encima suyo. Luego, lo ve dirigirse al hombre corpulento para conversar con él. Por consiguiente, solo en los asientos traseros, TaeHyung se siente temeroso y ruega para que YoonGi regrese pronto. Pero, al parecer, el de piel pálida se entretiene durante varios minutos y sólo regresa a su asiento cuando el hombre desconocido se baja del autobús.

— ¿Y? —pregunta TaeHyung ante el hecho de que YoonGi se sienta en silencio.

— ¿Ah?

— ¿Qué averiguaste?

— Ah, verdad —sonríe el más bajo—. Tienes casi un millón de seguidores y este sábado se anuncia que irás a Sinchon, serás el invitado especial de ese grupito de baile que tienen tus amigos.

— JiMin... ¡Park JiMin, te voy a matar! —grita frustrado— ¡¿Cómo puede hacerme esto?!

— Lo ha hecho —se divierte YoonGi—. Ese hombre dijo que llevará a su hija, me preguntó si yo soy tu mánager —suelta a reír de buena gana.

Sin prestar atención a lo demás, TaeHyung saca su celular y llama a JiMin, sin importar si está en clases o no, pues sabe que JiMin contestará.

— Ta...

— ¡JiMin, por la mierda! ¡Deja de usar mi imagen!

— Ou... palabrotas... —sonríe YoonGi de medio lado.

— ¡Lo sé! ¡Sé que me estás utilizando para tener más fans! ¡¿Qué pretendes?! ¡¿Cuándo me pensabas avisar del evento de este sábado?!

TaeHyung se queda en silencio ante la extensa explicación de JiMin, la que va mezclada entre súplicas y perdones.

— No... ¿cómo? —lo interrumpe TaeHyung— Claro que quiero lo mejor para ustedes, pero...

— ¡Es LA oportunidad de nuestras vidas! —es lo que alcanza a escuchar YoonGi, apegado a TaeHyung para escuchar qué es lo que dice JiMin—. Sólo este sábado. Te lo aseguro, Tae, sólo este sábado y luego cierro la cuenta de Instagram, si quieres...

"Va a ceder", piensa YoonGi mientras se aparta, por lo que apenas escucha que TaeHyung suelta un suspiro y hace prometer a JiMin que cumplirá con su palabra, YoonGi sonríe ante ese carácter dócil del castaño claro.

— ¿Qué excusa te dio? —pregunta YoonGi apenas TaeHyung corta la llamada, asegurando antes que no irá a clases porque tiene otras cosas que hacer. Pudo haber dicho que está enfermo, pero mentir es algo a lo que no se puede acostumbrar.

— JiMin quiere que anime el evento en el que se presentará su grupo. Dice que es muy importante porque irá alguien que trabaja para una agencia de entretenimiento o algo así —TaeHyung suspira y se recarga sobre el asiento hasta dejar su cuerpo caer un poco hacia abajo—. Lo haré sólo porque JiMin y HoSeok ven en el baile su futuro.

— ¿Y tú qué harás? Con esa cantidad de seguidores en Instagram podrías saltar a la fama fácilmente.

— La fama no es lo mío, ni siquiera canto o bailo —sonríe ante aquella posibilidad.





Y ahora que descienden del autobús y caminan por calles estrechas, TaeHyung se pregunta hacia dónde se dirigen. Junto a él, no se puede resistir a nada y duda por cómo la mirada de YoonGi ha vuelto a parecer sombría, como si a ratos recordara las cosas que lo atormentan. Por ello, TaeHyung lo sigue unos pasos más atrás y se asombra al ver que en Seúl existan edificios habitacionales en tan deplorable estado ¿YoonGi vivirá aquí?, se pregunta a medida que sube las escaleras y se adentran en un pasillo atestado de ropa, botellas vacías, contenedores de quizá quién sabe qué cosas.

— Traba la puerta al entrar —deteniéndose casi al final del pasillo, es la orden de YoonGi, quien se adentra en el diminuto departamento y lanza la mochila a un rincón. Luego, se deja caer sobre un colchón que yace en el suelo y resopla al cerrar los ojos.

De pie ante él, TaeHyung no sabe qué hacer y se aferra al tirante de su mochila.

— Yo... YoonGi...

— Siéntate donde quieras —habla sin abrir los ojos.

Si mira alrededor, TaeHyung descubre una silla, la que ubica a un costado del colchón. De forma definitiva, el castaño claro piensa que ese no puede ser el hogar de YoonGi, mucho menos al reparar en el deplorable estado de la cocina estilo americano.

— ¿Qué hacemos aquí?

— Tae... —esa forma en que lo llama lo estremece y no sabe cómo responder, tan sólo ve que YoonGi se quita el cubre boca y la gorra antes de mirarlo fijamente— ¿Puedes... puedes quedarte a mi lado mientras duermo? Luego podemos hablar.

Así es que, dejando la mochila sobre la silla, TaeHyung se sienta a su lado, consciente de que no se puede negar a nada y contiene la respiración por unos segundos cuando YoonGi recarga la cabeza sobre sus piernas. Con él, TaeHyung no se puede resistir y acaba por enredar las manos en su pelo, donde las suaves caricias hacen caer a YoonGi dormido más rápido de lo que esperaba.

¿Dónde está el YoonGi conflictivo? ¿Dónde está el YoonGi con aires de pandillero que obliga al resto a bajar la mirada? TaeHyung no entiende qué ocurre con YoonGi, menos cuando lo ve ahí, indefenso, dormido sobre sus piernas. De algún modo, TaeHyung no sabe si sentirse privilegiado de aquello, por lo que tan sólo continúa con sus caricias hasta que el sueño también lo comienza a atrapar. Han sido noches difíciles, donde el despertar repentino en medio de la madrugada ha sido el indicio de que las pesadillas han retornado, esas pesadillas que años atrás su mamá y papá quisieron convencerlo de que eran miedos de niño, escenas de ficción a las que no debía dar importancia.





~ ~





Desorientado, el olor a ramen lo confunde y, removiéndose sobre el colchón, se restriega los ojos antes de abrirlos por completo. Es entonces cuando descubre que YoonGi está en la cocina, de espaldas a él. Así, recuerda el lugar en el que se encuentran y se entretiene al observar cómo YoonGi se mueve de un lugar a otro, mientras ordena el desorden que reina en ese lugar. Luego, algo llama su atención, y es el hecho de que YoonGi suspira y a ratos traga saliva, como si recordara algo triste y contuviera con todas sus fuerzas los deseos de llorar.

— YoonGi, ¿estás bien? —deja escapar aquella pregunta, la que produce que YoonGi se sobresalte. Pero, aun así, éste no responde ni voltea a mirarlo— Dime qué es lo que te pasa... —insiste.

— Almorcemos primero —es su escueta respuesta.

No obstante, TaeHyung no se puede contener ante la incertidumbre. No, lleva toda una mañana conteniéndose, por lo que se pone de pie y se acerca a YoonGi, lo toma por los hombros y lo obliga a voltear. Al enfrentar sus miradas, TaeHyung comprueba que estaba en lo cierto, que YoonGi ha luchado con todas sus fuerzas para no llorar.

— ¿Qué ocurre? ¿Qué es lo que te tiene así? —susurra mientras toma su rostro con ambas manos.

YoonGi se muerde el labio inferior y se remueve un poco, nervioso por tener que confesar el porqué de su estado. Lo ha pensado durante días, pero ahora que debe verbalizar lo que lo aqueja, no sabe si será capaz de hacerlo sin soltar una sola lágrima. Entonces, baja la mirada y toma las manos de TaeHyung para entrelazarlas con las suyas.

— Hay algo que debes saber y que... explicará parte de mis "necesidades".

— ¿Esas por las que trabajas para el papá de Suho?

YoonGi tan solo asiente a su pregunta y luego suelta un suspiro.

— Tae..., ¿yo te gusto?

— Por... por qué me preguntas eso —nervioso, siente el apretón en sus manos, lo que lo obliga a no apartar la mirada.

— Respóndeme —se acerca a él hasta el punto de arrinconarlo contra la barra de la cocina— Porque te aseguro que si es así te iré revelando cada uno de mis secretos.

TaeHyung tiembla, más aún cuando YoonGi lleva su mano derecha hasta su cuello, donde lo toma con suavidad en una caricia que acaba con el agarre en su nuca. De a poco, TaeHyung siente que YoonGi hace presión para que baje, para que se incline hasta la altura de sus labios.

— Respóndeme, TaeHyung.

Ante el susurro de YoonGi, el castaño claro se atreve a acortar la distancia y lo besa, esta vez como corresponde, esta vez entreabriendo sus labios para acariciar los ajenos en un beso que expresa lo que siente, que expresa sin lugar a duda que sí, que sí le gusta, que está ahí para él, dispuesto a seguirlo donde sea sólo para estar a su lado.

Hay algo que los mueve a no separarse, existe el deseo mutuo de perderse en los suspiros ahogados que sueltan a medida que el beso pasa de la dulzura a la pasión, donde sus cuerpos están tan apegados que TaeHyung siente que está completamente rojo, soportando a duras penas el no soltar un gemido ante el roce de sus caderas. Es verdad, siempre imaginó que YoonGi no sería de los que besa con calma y ahí está, a segundos de querer acariciar la lengua de YoonGi con la suya, mas se aparta, se aparta al sentir la mano de YoonGi meterse bajo su camisa.

— Espera, YoonGi, espera —agitado, TaeHyung trata de aferrarse a la barra que está tras él.

— ¿Qué pasa? —pasándose la lengua por sobre los labios, cuestiona YoonGi mientras lo observa de manera intensa, tanto que TaeHyung se aparta para volver a la pequeña sala del departamento.

— Tú... me... Tú... me ibas a decir algo.

— Almorcemos primero.

— ¡No, Suga! —lo enfrenta en una mezcla de nervios y desesperación—. Dime qué es lo que te ocurre... Tú... me has besado para distraerme.

YoonGi suspira, apaga todo para que el ramen no se queme y luego se acerca al castaño, un tanto divertido ante sus conjeturas.

— ¿Crees que voy por la vida besando a la gente para distraerlas?

— N-no..., pero... eso es lo que has hecho conmigo.

YoonGi sonríe y, sentándose sobre el colchón, observa a TaeHyung con detenimiento y se cuestiona si es correcto, si es correcto remover los secretos de su vida.

— TaeHyung, ven —lo llama, palmeando el colchón para que se siente frente a él.

Como es de esperar, el castaño obedece y, ambos sentados frente a frente como si fuesen a meditar, se observan con detenimiento hasta que YoonGi suelta un suspiro.

Después de todo, YoonGi comprueba que su mamá estaba en lo cierto, pues ahora que debe enfrentar la verdad ha hecho todo un lío para revelarla. Si deseaba saber qué siente TaeHyung por él, quizás es por el hecho de necesitar que el castaño siga estando ahí, que siga sonriéndole como siempre, sonrojándose como siempre, acompañándolo, a pesar de que exista una pieza del rompecabezas que falta, una pieza que TaeHyung ha olvidado con el tiempo.

— Estoy nervioso, Tae —confiesa en un suspiro.

— Me estás asustando.

— Además de nervioso también estoy asustado —sonríe con nostalgia. Luego, inspira profundo y se decide a hablar—. Tu papá habló conmigo hace unos días atrás, una vez que se enteró de que tus pesadillas regresaron y de que yo estoy padeciendo de insomnio... No —lo detiene apenas TaeHyung abre los labios para decir algo—, no me interrumpas o no podré continuar. Si quieres..., luego me puedes hacer todas las preguntas que quieras —ante el asentimiento de cabeza del castaño, YoonGi continúa con su relato—. Sé que esta noche lo verás y lo más probable sea que él comente con tu mamá algo al respecto... No sé, ellos nunca se hablan o eso es lo que ambos le comentan a mi mamá. Entonces..., quizá hablen de mi mamá y tú te enteres de que...

— ¿De qué? —nervioso y con los latidos acelerados, TaeHyung no soporta que YoonGi se quede en silencio, que baje la mirada a sus manos y se quede ahí, pensativo, afligido ante lo que está pronto a revelar.

— Mi mamá tiene cáncer, Tae —enfrenta su mirada—. Tu papá es su médico tratante y tu mamá es quien la va a visitar a veces, cuando no hay nadie quien la cuide. Por eso, cuando nosotros nos juntamos para hacer lo de NamJoon, fue tu mamá la que cuidó de la mía porque... mi mamá necesita que alguien esté junto a ella ante... bueno, los vómitos son los desagradables efectos después de cada quimio... De hecho, ayer falté a clases por eso, porque mi mamá no se sentía muy bien...

El lado abatido de YoonGi es nuevo para TaeHyung, es nuevo reconocer esa mirada triste y la voz susurrante que expresa su dolor.

— ¿Qué hay de ti? ¿Cómo enfrentas esto? —estirando su mano hasta alcanzar la de YoonGi, TaeHyung pregunta en voz baja.

— Duermo poco..., siento que las fuerzas se me van —se sincera mientras observa sus manos entrelazadas—. El insomnio no ayuda mucho y cada día se hace más pesado... Cuando no estoy la cuida una vecina, pero sólo la cuida, yo me encargo de todo lo referente a la casa... Supongo que tú... hacías lo mismo en Daegu, supongo que tú... pasaste por lo mismo cuando tu abuela enfermó.

TaeHyung lucha con el nudo en su garganta y asiente al recordar lo difícil que era estar al cuidado de su abuela, estar ahí a cada momento sin nadie más que pudiese acompañarlo.

— ¿No tienes un familiar que te ayude?

— Mi hermano mayor está haciendo el servicio militar.

Existe un silencio entre ambos, la pregunta nefasta, aquel "¿y tu papá?" contra el que TaeHyung siempre lucha por no expresar.

— Mi papá está muerto —exclama YoonGi, como si adivinara cuál es la duda que TaeHyung no puede verbalizar—. Murió cuando tenía siete años... Tú lo viste, Tae ¿No lo recuerdas?

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